24. Organizaciones e independencia

Han pasado tres semanas del incidente con Tyler. Nadie supo nada sobre el perfecto beso, ni hemos vuelto a tener un acercamiento de esa manera.

Al lunes siguiente el chico le explicó al resto sobre su repentina salida, a lo que mis amigos le dieron todo el apoyo. La primera semana fue tranquila, la segunda habíamos comenzado con exámenes y la tercera ya habíamos acabado con ese momento de estrés.

Para Tyler fue un poco complicado concentrarse en las clases, por lo que lo ayude bastante en lo que fueron sus estudios.

La primavera ya comenzaba a asomarse, así que las alergias también. Recién comenzaba septiembre, pero aun así el clima comenzaba a cambiar y las flores a salir.

Nos dirigimos a la cafetería, tomamos nuestra respectiva hamburguesa con su bebestible y nos fuimos a sentar a nuestra mesa habitual.

—Hoy es jueves —dice Mathias de la nada.

—Sí, y ayer fue miércoles y mañana será viernes —dice Kira con obviedad.

—Ajám, y luego sábado. Y todos sabemos que sucede el sábado —Dice Mathias posando su vista en mí.

—Ay no...

—¡El cumpleaños de Emily! —Exclaman todos en la mesa a excepción de Tyler, quien me mira sorprendido, ya que acaba de enterarse.

—¿Y qué piensas hacer? —Pregunta Sebas.

—No sé aún. Podría ser como todos los años algo pequeño.

—Me encanta esto —opina Kira acomodándose en su lugar para escuchar mejor.

—¡Ya sé! podría ser en el campo de mi padre, ya que tiene piscina y comienza a hacer calor —me ilumino.

—Excelente idea —apoya Mathias.

—Bueno chicos... —comienzo a organizar mi mente— Están todos invitados a mi mini celebración de cumpleaños el sábado. Lleven bañador y pijama, ya que nos quedaremos a dormir ahí. Nos iremos el sábado en la mañana y volveremos el domingo en la tarde.

—Wow, que eres veloz para crear planes —ríe Sebastian.

—Me encanta, me encanta. Voy sí o sí —habla Kira.

—Gracias por la invitación. Cuenta con mi asistencia —dice Tyler con un giño.

—Si quieren nos juntamos todos y yo los llevo en mi carro —Ofrece Mathias.

—Bien. Entonces ya estamos. Ahora debo avisarles a mis padres.

Llego a casa y apenas entro veo como mi padre ordena unas grandes cajas en la entrada.

—¿Ya te vas?

—Sí, el pueblo no puede quedarse tanto tiempo sin un alfa. Así que... Felicidades. Esta casa es tuya.

—¿Y cómo pagaré el arriendo? Apenas tengo para comer —mi papá ríe ante mi comentario.

—Tranquilo. Esta casa era de tu abuelo, así que está más que pagada desde hace años —Asiento— Cuando quieras puedes llamarme. Quizás ahora este un poco más ocupado, pero sabes que siempre tendré tiempo para mí hijo.

—Intentaré ir a visitarte cada vez que vaya a ver a mamá —lo abrazo— Recuerda planear la defensa para el supuesto ataque que dijo Miriam.

—Tranquilo. Lo tengo todo bajo control.

—Pá, el sábado tengo saldré. Esta de cumpleaños Emily —este me sonríe de manera pícara y ríe— regresaré el domingo en la tarde.

—Bien, disfruta en todos los sentidos. Adiós hijo. Nos vemos— alborota mi cabello y lo ayudo a subir las cajas de su mudanza al carro del papá de Andy.

Ahora, ¿que regalarle a la chica que alegra mis días?

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