4. Molestia
El viaje en coche no pudo ser menos incómodo. Tyler se pasó todo el rato intentando entablar una conversación y yo no hacía más que responder de forma cortante, diez minutos más tarde se hartó de insistir y encendió la radio con lo cual se puso a cantar Shape of you a todo pulmón, y vaya que canta mal, no pegó ni una sola nota.
Por fin, después de lo que parece una eternidad llegamos al estacionamiento de un edificio de lo más lujoso. Tyler se baja y corre hasta mi puerta con la intención de abrirla, pongo los ojos en blanco y aguardo, cuando está a cierta distancia abro la puerta con toda la brusquedad de la que soy capaz y lo golpeo sin querer —nótese el sarcasmo— en la cara.
—Perdón no me di cuenta que viajamos de vuelta al siglo pasado —le digo con inocencia al pasar por su lado, me sigue con las manos aún en su cara.
—Tienes suerte de no haber roto mi nariz, tendrías que embargar todas tus cosas para que la vuelvan a dejar así de perfecta —recrimina señalando su nariz, que a decir verdad es bastante perfecta pero eso es algo de lo que él no se enterara por mí.
Vuelvo a poner los ojos en blanco y creo que a este paso me quedare bizca de por vida.
—Si claro, lo que tú digas.
—Oye con esa actitud no vamos a podes estudiar biología.
Me detengo y lo miro con las cejas enarcadas.
—Que yo sepa, solo seré tu tutora en Física Química y Matemáticas —espeto. Me mira con una sonrisa divertida y se echa a reír.
Estamos parados en un elegante vestíbulo esperan por el ascensor, las puerta se abren y entramos, Tyler con su estúpida mueca burlona en el rostro.
—¿Qué es lo que te resulta tan gracioso? —suelto exasperada, no sé cómo voy a lograr estar aquí dos horas enteras sin asesinarlo y meterlo al frigorífico.
—Pues tú —dice al fin con un encogimiento de hombros.
Presiona el botón del piso 13 y yo ruego internamente porque no se averíe este aparato, he leído suficientes libros como para imaginarme las cosas que pueden suceder en los confines de un elevador. Para mi buena suerte subimos sin problemas, salimos y Tyler palpa sus bolsillos buscando las llaves, caminamos unos cuantos pasos y Tyler me indica cual es su apartamento deposita la llave en la cerradura y entramos a lo que parece ser un típico piso de soltero. Tiene una pequeña cocina con una barra de desayuno, electrodomésticos que parecen tener poco uso, una estancia con un gran sofá que abarca casi la mitad y frente a este un enorme televisor conectado a lo que parecer ser una consola de videojuegos.
Mientras observo el apartamento me doy cuenta de que no hay fotos, ni adornos ni nada que indique que otra persona viva aquí, entonces caigo en la cuenta de que Tyler ha de vivir solo.
Mierda.
En el lío en que me vine a meter.
¿Y quién a nuestra edad se daba el lujo de vivir solo?
Alguien como Tyler, sin duda.
—Siéntete como en tu casa —dice sacándose el saco y desatándose la corbata —. ¿Te apetece algo de beber? ¿Una soda? —niego con la cabeza, tomo de mi bolso una pluma, el libro de física, el de química y el de matemáticas, mi cuaderno y una hoja en blanco y lo dejo todo perfectamente alineado en la mesita frente al sofá en donde me encuentro, Tyler me observa minuciosamente, con su habitual mueca burlona desde su sitio—. ¿Hambre? ¿pizza? —vuelvo a negar. No pienso decir una sola palabra que no sea acerca de las tutorías, a ver si así se le quita lo egocéntrico—. Si esta es tu manera de mosquearme, te informo que no va a funcionar, la base de esto —señala entre nosotros—. Es la comunicación y no me vengas con "no eres, tu soy yo". Háblame, por favor —casi me entra la risa cuando dice lo último con una cara de tragedia digna de un novio arrepentido, así que oculto la cara en un libro.
Nota mental: Nunca creer a Tyler cuando ponga cara de tragedia.
Me mira con una ceja enarcada y yo le devuelvo la mirada.
—No —digo tranquilamente—. Solo pienso dirigirme a ti lo estrictamente necesario —ahora soy yo la que sonríe con superioridad y claro, él pone los ojos en blanco, coge dos refresco del refrigerador y toma su móvil, marca un numero y se lo lleva al oído, en un par de minutos ordena una pizza mediana, me pregunta cómo me gusta y lo ignoro.
No tengo ni la menor idea de cómo demonios librarme de seguir viniendo al apartamento de Tyler, ni cuanto pueda soportar tenerlo tan cerca de mi observando todos y cada uno de mis movimientos, porque una cosa es que sea un idiota egocéntrico, pero he de admitir que esta como quiere, desde su cabello perfectamente revuelto, sus ojos azules, sus facciones simétricas, su cuerpo bien definido digno de un atleta, la manera en que se pasa las manos por el rostro cuando no entiende algo...
—¿Por qué me estás mirando tan raro? —no me había dado cuenta de que había dejado de escribir por estar admirando a Tyler, espero que no se haya dado cuenta de que enumeraba sus cualidades, definitivamente debo encontrar la forma de trazar una línea o esto va a terminar muy mal.
Ahora veía lo fácil que podía ser quedarse atrapado por un par de ojos bonitos.
—Pensé en darte una respuesta ingeniosa pero no me gusta malgastar mi inteligencia.
—Aja si, admite que admirabas mi perfil de modelo de Armani mientras estudiaba, sé que soy increíblemente atractivo pero contrólate mujer.
—No seas tan creído y muéstrame de una vez lo que has hecho con los ejercicios que te di —No pienso admitir que sí tiene un perfil de modelo, ni que su tonito casi me hace sonreír.
Toma la hoja la observa por algunos minutos y me la entrega, con una expresión que no consigo descifrar, entre la vergüenza y la confusión. Esperen, releamos en párrafo anterior ¡¿Tyler Stevens, avergonzado?! Cuando examino la hoja me entero del por qué, solo hay dos de los seis ejercicios resueltos y uno de ellos tiene la formula equivocada.
—Pero... —lo miro y agacha la cabeza, en vez de aprovecharme del momento y burlarme, algo me dice que está mal y por alguna razón siento pena por él, no es bueno usar la muerte de su madre como excusa, pero la verdad es que perdió muchas clases y seguro que no tiene ni idea de lo que está haciendo.
—Adelante búrlate dime lo idiota que soy y que mi ego es muchísimo mayor que mi inteligencia —sigue con los ojos fijos en el piso pero ahora tiene el ceño fruncido.
—Lo que te di era una especie de prueba de nivel para saber por dónde empezar, no soy tú Tyler, no aprovecho cada oportunidad para burlarme de la gente.
Levantó la vista claramente sorprendido, le sostengo la mirada y tengo que hacer un esfuerzo por no perderme en sus ojos, hasta ahora no me había dado cuenta de lo cerca que estábamos, quiero alejarme y salir corriendo pero no puedo mover un solo músculo, sus ojos se vuelven del color del océano nocturno y trata de borrar la distancia que nos separa.
Sé que si cedo esto va a terminar muy mal, tengo casi tres años quejándome de como Tyler usa a las mujeres, y aquí estoy. Solo ha faltado un instante de vulnerabilidad, para caer yo también. Baja la mirada a mis labios y vuelvo a tener actividad en mi cerebro, justo en ese momento, se abre la puerta y entra una chica caminando de espaldas.
—Tyle,r acabo de encontrar al repartidor fuera y pagué la pizza, ahora tendrás que llevarme a casa y... —los tres nos quedamos congelado en cuanto se gira y nos ve.
La chica es menuda pero hermosa, tiene una cara de bebé que dice que no debe ser muy mayor de catorce y un largo cabello rubio que le llega hasta la cintura; cuando levanta la vista de sus llaves veo unos familiares ojos azules idénticos a los de Tyler y respiro aliviada, por un momento temí que Tyler estuviera esperando a una de sus grupies, pero por el increíble parecido de la chica es obvio que es parte de su familia.
—Pequeña rubia del demonio, te dije que me avisaras cuando vinieras —temo verme envuelta en un lío familiar pero cuando la chica se acerca y deja sobre la mesita de noche veo que esta sonriendo, cuando miro a Tyler, el también sonríe y se apresura a levantarse para estrechar en sus brazos a la recién llegada—. Podría haber estado bailando en tanga como Britney Spears.
—Oh, oh, esa me la sé —la pequeña rubia salta graciosamente de un pie a otro golpeando se la frente, la miro extrañada, al final chasquea sus dedos y exclama—. ¡Beautiful Oblivion!
No tengo ni la menor idea de lo que están hablando y a ellos parece habérseles olvidado que estaba aquí, no quiero importunar así que vuelvo a meter la nariz en el libro hasta que la voz de la rubia me sorprendió.
—Tyler ¿no piensas presentarme a tu conquista del día? —al instante me ofendo y cuando levanto la vista ella me mira como un halcón a su presa, le sostengo la mirada hasta que la aparta y observa a Tyler quien se rasca la cabeza divertido.
—Alison, esta es Crystal, mi hermana. Crystal, esta es Alison no es mi nueva conquista, es mi tutora —nos mira a ambas y añade—: Al menos por ahora —enarco las cejas y sacudo la pequeña mano de Crystal quien cambio radicalmente su expresión a una mucho más amable.
—Ah.
—¿Crystal? —pregunto, más por curiosidad que otra cosa, ella me mira divertida y me doy cuenta de que es una cuestión familiar, espero que sea en lo único que se parece a su hermano.
—Adelante, has un chiste, vivo de ellos, no es como si mi corazón fuera a romperse, ¿entiendes? —suelta una carcajada, tiene una risa tan contagiosa que no puedo evitar unirme a ella, no recuerdo haberme reído así con nadie a excepción de Sammy y Ale, pero esta chica pasó de intimidarme a estar bromeando tan rápido que no puedo ni pensar en que me caiga mal.
—Sí, sí, porque es el corazón de Crystal ja ja ja —se mofa Tyler—. ¿Qué haces aquí diablo con exenciones?
La expresión de Crystal cambia radicalmente otra vez, a una de preocupación y nos mira simultáneamente a ambos decidiendo si hablar o no delante de mí.
Me doy cuenta enseguida y vuelvo al sofá a hacer cuestionarios.
Por un momento, ni siquiera pensé en que la chica que estaba bromeando hace un instante con Tyler Stevens y su hermana, era yo. Casi se me olvida para lo que estoy aquí. Vuelvo a mi estrategia inicial de no hablar y me concentro en las preguntas que Tyler debe investigar para sus cuestionarios.
Esto es más terrible de lo que me temía, no tengo ni idea de cómo aprobará los parciales teniendo que comenzar desde cero cuando la mayoría de nosotros al menos conoce a que se enfrenta.
En mi labor como tutora logro escuchar algunos trazos de la conversación que mantiene Tyler enérgicamente con su hermana y entre susurros logro captar algunas palabras como: <<padre>> <<cena>> <<furioso>> y <<desheredar >> aparte de unos gruñidos molestos por parte del idiota egocéntrico, digo, Tyler.
—Bien entonces —escucho que Tyler por fin habla en tono normal y que se dirige a mí, lo miro inexpresiva y le sonrío a su hermana—... ¿Quién quiere pizza?
Termino los temas principales bastante rápido y garabateo notas rápidas en las esquinas de los apuntes para que le sea más fácil a Tyler comprender. Intento explicarle cosas cada que obtengo su atención, lo cual no sucede por mucho porque se desvía a su hermana o a la pizza. Así que decidí unirme a ellos en una extraña e informal cena. Tyler no dejaba de decir frases sin sentido, y Crystal ponía cara de estar a punto de vomitar para luego soltar a gritos títulos de libros (o canciones) no lo sé.
Cuando acabamos de comer, Tyler recogió el desorden, yo no había dicho ni una palabra excepto para agradecer cuando me sirvió pizza, la cual me comí sin problema, ni siquiera recordaba la última vez que había comido una así de buena.
Termino texteando a Ale para que pase por mí, me lo debe, ya que gracias a ella estoy aquí. Me responde rápidamente diciendo que tengo que contarle todo y la dejo en visto. Recojo mis cosas algo enojada porque Tyler no se tomó ni un momento para preguntar por sus apuntes, se pasó casi todo el rato hablando con su hermana. Incluso se había ido hace bastante rato a alguna habitación.
—¡Roberts! —exclama, de inmediato lo fulmino con la mirada tomo, mi bolso y mi teléfono y me dirijo a la puerta sin ver en su dirección— Hey, espera —dice cruzándose en mi camino—. ¿Qué hay de los apuntes?
—Oh, ahora te importa —solté furiosa —. Sabía que esto iba a ser así, la próxima vez no pienso quedarme ahí sentada como una estúpida, esto es responsabilidad tuya también, ¿cómo se supone que piensa graduarte si ni siquiera sabes cuál es el tema de la primera evaluación? Adelante, amenázame con decirle al director. Que me quite la nota extra. NO - ME - IMPORTA. Si piensas comportarte así o si piensas que puedes hacer conmigo lo que con todas, pues estas mal y si me disculpas tengo que irme —respiraba con dificultad y a Tyler los ojos se le salían de las órbitas.
Tal vez no era la mejor manera de resolver un conflicto. Pero era Tyler y no era yo misma cuando estaba a su alrededor
>>Te dejé unos apuntes en el sofá, por si te da la gana de hacerlos, Ale me espera abajo —se apartó del camino y me abrió la puerta, aún desconcertado, salí y casi sonrío victoriosa de no ser por la rabia que me invadía.
Al subirme al coche, Ale se estaba aplicando una capa de labial y fruncía los labios al retrovisor.
—Tú eres taaaaaaaaaaan...
—Ni te atrevas a hablarme ahora —la corté.
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