19.Conversación

Durante el último mes pude darme cuenta de que la actitud de Tyler era muy diversa, conmigo se mostraba atento, bromista, sarcástico y con un humor tan positivo que a veces me hacia preguntarme cómo es que lo hacía, nada que ver con el Tyler que era ante el resto del mundo: arrogante, idiota y egocéntrico, el chico que toda chica desea y que muchos chicos envidian. Y sin duda nada parecido al Tyler que enfrentaba a su padre.

También estaba el Tyler que era capaz de soportar el rencor de su hermana con tal de no destruir el ideal de familia perfecta que poseía, ese que se metía con su madre a cantarle canciones cuando ella apenas podía escucharlas. Ese Tyler que me dejo ver a través de él el día de la tormenta, el que me mostró sus sentimientos el día de la fiesta. El que me confió sus inquietudes y miedos al borde de aquel acantilado.

El Tyler idiota egocéntrico vs el Tyler real.

También me sucede que con él puedo ser diferente, actuar, sentirme y expresarme libremente, siendo alguien que nunca había sido; alguien seguro, confiado y dispuesto a arriesgarse. Mi yo de hace un año nunca creería este cambio.

A las doce de la noche miles de pensamientos surcaban mi cabeza, el sueño no se hacía presente, mis sabanas y almohadas se desperdigaban por toda mi cama como consecuencia de las vueltas que daba en mi apuro por dejarme llevar por la inconsciencia.

Mire mi teléfono por cuarta vez en la ultima hora, un mensaje se hacía notar en la pantalla, uno que no estaba ahí minutos atrás.

Idiota Egocéntrico:

00:21 a.m

Lamento que nuestra cita se viera afectada por mis problemas. Otra vez.

Mi corazón dio un pequeño saltito como cada vez que recibía un mensaje suyo. Un mensaje suyo a esta hora solo podría significar que él tampoco podía concebir el sueño.

Yo:

00:38 a.m

No es como si tus problemas me estorbaran. ¿Era una cita?

Idiota egocéntrico:

00:39 a.m

Créeme lo sé. Técnicamente te hice una cita de juegos con mi hermana.

P.D: ¿sin sueño?

Yo:

00:39 a.m

Ja-ja, me parto de risa Tyler me estoy destornillando.

En respuesta a tu postdata: los pensamientos no me dejan.

Idiota egocéntrico:

00:40 a.m

¿En qué piensas?

Yo:

00:40 a.m

...

Debió pensar que seguiría escribiendo pues no supe de el por unos minutos, o simplemente decidió abandonar la conversación. O eso pensé antes de que apareciera su nombre en mi pantalla.

Solté el teléfono como si quemara debido a la sorpresa de la llamada, me apresure a contestar la llamada antes de que la ruidosa canción de Pink despertara a mi tía.

—Como se te ocurre llamar sin consultar, pude haber puesto esta cosa en silencio – mi grito susurrado parece causarle gracia y se río por lo bajo.

—Crystal también duerme —responde él susurrando a su vez—. ¿No puedes dormir?

—Nop, ya te lo dije los pensamientos le ganan al sueño.

—No me dijiste que pensamientos.

Suspiré y me callé, sería raro explicarle a Tyler que evaluaba sus distintas actitudes y comparaba su forma de ser con la gente y conmigo.

—La vida en general, los cambios y las cosas que entran a tu vida sin ser planeadas.

—¿Estoy yo entre las esas cosas?

—Mmmmm, puede ser. —contesté falsamente dudosa.

—¿Y resulto bueno o malo?

—Ni te lo imaginas...

El silencio plago la línea por unos segundos en los que solo podía escuchar la respiración tranquila de Tyler.

—A veces es difícil entenderte cuando no te explicas, es difícil escucharte cuando no te expresas, es tan jodidamente confuso sentir todo esto que siento por ti cuando me doy cuenta que no se absolutamente nada, Alison, me mantienes en la oscuridad, soy testigo de cómo eso puede dañar a las personas, también soy consciente de que hay algo que no te permite avanzar. Prometí darte tiempo, pero me está matando el querer ayudarte a superar algo cuando ni siquiera sé lo que es.

Me mantuve callada escuchando las declaraciones de Tyler, había temido este momento desde que mi relación con Tyler pasó del odio a la tolerancia y de la tolerancia a algo más. Su personalidad curiosa no le permitía avanzar sin saberlo y lo entendía, yo por mi parte me siento feliz de que él fuera capaz de contarme cosas sobre si y yo no le podía corresponder... no aun...no estaba preparada.

—Tyler yo...

—Lo sé Alison, sé que es difícil, Dios, lo sé.

—Prometo contarte todo Tyler, lo haré, solo espera...por favor,

Mis ojos se nublan aunque consigo que mi voz no suene ahogada, los recuerdos vuelven con fuerza a mi cabeza, provocando un ardor en mi garganta y haciéndome apretar mis ojos.

—Estaré esperando —dijo suspirando—. Hasta que estés lista.

—Gracias. —mascullé casi inaudiblemente, si hablaba mas fuerte me rompería por completo.

—Todo está bien ¿Okay? —a estas alturas la frase reconfortante de Tyler me saca lagrimas y me mantengo en silencio.

—Esta es la parte en la que dices "Okay".

Como siempre Tyler y sus ocurrencias me calan por completo y consigo soltar una carcajada entre lágrimas.

—No pienso caer en tu flirteo literario.

—Hubiese sido raro que Hasel contestara eso ¿no? —inquirió burlón.

Consiguió darle un giro a nuestra conversación, uno que agradecí enormemente. Mis secretos estaban a salvos, al menos de momento.

—Un poco, si.

Otro silencio se apodero de la línea y mis ojos comenzaban a pesar. Hablar con Tyler me distrajo de los pensamientos que se apoderaban de mi mente, conseguí bloquear los recuerdos como siempre lo hacía y el sueño comenzaba a aparecer.

Un bostezo escapa por mis labios como para sellar esa afirmación.

—¿Tan aburrido soy?

—Son la una de la mañana, tenemos que levantarnos en cinco horas y presiento que tendré horribles ojeras.

—Tienes razón, me gustaría hablar contigo eternamente, pero me temo que si no te dejo dormir como princesa, despertarás como ogro y la tomaras conmigo.

—Eres un idiota. —afirmo riendo.

—Y un egocéntrico no lo olvides.

—Oh, sí.

—Descansa y recuerda que estaré aquí para ti cuando decida hablar.

—Lo hare.

—¿Okay? —preguntó esperanzado.

—Vete a dormir Tyler.

—Okay byeee. —cantó entristecido sacándome la ultima sonrisa de la noche o mejor dicho la primera del día.

Con el teléfono en mi pecho y una sonrisa imborrable de mi rostro caí en un sueño profundo, note esa noche cómo la presencia de Tyler en mi vida me hacia olvidarme del pasado y con eso mis pesadillas se esfumaban.

Como escrito en alguna profecía, en la mañana al mirarme en el espejo puedo notar la piel ligeramente oscurecida bajo mis ojos, nada que algo de maquillaje no pueda arreglar. Tomo una ducha caliente y después de secar mi pelo cuidadosamente con el difusor me aplico un poco de base correctora bajo los ojos, la misma que aplico para cubrir el tatuaje en mi muñeca.

Cuando bajo me encuentro a mi ti Jen en la barra del desayuno. ¡Dos días seguidos! Debe ser una especie de milagro, no debería de quejarme después de todo la casa se siente vacía cuando ella no está... bueno, mas vacía.

—Cariño llego el boletín de tus parciales, no hace falta decir que estoy orgullosa de seas primera de la clase... otra vez. —no, no hacía falta decirlo su deslumbrante sonrisa la delataba, sonreí a mis vez sentándome a su lado con un tazón de cereales.

—Sip, solo faltan las calificaciones de inglés y cultura para que publiquen el cuadro de honor, si salgo primera en los exámenes finales no solo entrare a la universidad que quiera, también daré el discurso de graduación. —la efusividad de mi voz me sorprendió hasta a mí, hablaba con entusiasmo y una enorme sonrisa en mi rostro, a mi tía tampoco se le paso desapercibido este hecho.

—Te veo muy bien, creí que el día de ayer te afectaría pero tu alegría de hoy me sorprende, no creas que me molesta —se apresuro a añadir—. Cariño, hace tanto tiempo no te veía tan radiante.

Sin dejar de sonreír termine mi desayuno y después de una taza de café me encamine a la parada de autobuses.

El día pareció en acuerdo con mi humor de hoy brillante soleado y sin nubes, después de mi última clase, Sammy y Ale junto a Jim propusieron ir por unas malteadas. Fuimos en el auto de Ale, Sammy miraba por la ventana distraído mientras Jim bromeaba con Ale desde el asiento de copiloto.

Nuevamente me sentía sobrando, claro que no podía irme a casa y dejar a Sammy de farolito con el par de besucones de adelante.

—Alison ¿cómo te fue ayer con Tyler? —preguntó Ale con genuina curiosidad, le lancé una mirada a través del retrovisor, había insistido toda la mañana en que le contara y no parecía hacer amago de rendirse.

—Ya te dije que me fue bien, de hecho pase casi todo el rato con su hermana pequeña hablando de libros. —lo de conversación lo mantendría para mí por ahora, más tarde cuando estemos solas le contaría todo.

—Si tú apenas lees. —me dio una mirada de sospechas.

—Me insultas, esa definición aplicaría a ti.

—Oye —reclamó, luego lo medito por un segundo —eso es cierto.

Me reí y miré de soslayo a Sammy quien escuchaba nuestra conversación con una pequeña sonrisa en sus labios, cruzó sus ojos con los míos y mostro una falsa expresión de emoción, eso me hizo reír.

—Estas muy risueña hoy, es como si algo te hubiera pasado para cambiar tu humor escasamente bueno a ser todo sonrisas. —Ale lucia la misma expresión de mi tía esta mañana una mezcla de sorpresa y felicidad por mí.

Pusé los ojos en blanco y me mantuve en silencio, llegamos al local y bajamos del coche, Ale fué por delante de nosotros tomada de la mano con Jim, Sammy se rezago a propósito para no escucharlos.

—Estas salidas no son justas para ti, debimos ir a otro lado.

—Alison está bien, lo tengo superado, Ale esta con Jim y no puedo cambiarlo, estoy resignado, lo vez —señalo su rostro esbozando una falsa sonrisa.

—Infórmale de eso a tu tono de voz, creo que no se ha enterado todavía.

Él resopló y me abrió las puertas del establecimiento, miré a mi alrededor, el local estaba ambientado en los años cincuenta, muchos colores pasteles y fotografías enmarcadas de autos clásicos, una suave música de la época salía a través de una rock-ola.

Nos sentamos en una mesa al fondo, compartía asiento con Sammy y Ale frente a nosotros junto a su novio, ante los ojos de cualquiera esta era la perfecta cita doble, cuatro adolescentes en una heladería compartiendo historias y sonriendo.

Una vez instalados una camarera con un bonito vestido amarrillo inspirado en la temática nos tomo la orden pedí un helado de chocolate con trozos de galleta y chistas de colores, los chicos me miraron con sorpresa por enésima vez en el día, siempre que veníamos solo pedía un jugo o una soda.

—Vaya no sé como se llaman tus nuevos antidepresivos, pero necesito de esos ya.

Sé que ella solo lo dijo como una broma, pero sus palabras calaron en mí haciéndome desviar la mirada, Sammy le lanzó una mirada a mi mejor amiga y ella me miro dándose cuenta de su metida de pata.

—Tengo que ir al baño.

—Hey Lia...

No me detuve solo seguí caminando y dos segundos después de entrar en el baño ella entro detrás.

—Lia...

—Lo sé, no fue tu intención. —la corté antes de que se disculpara sin razón.

—Estuvo fuera de lugar, solo se me hacia raro tu humor de hoy, perdón sé que mi comentario reactivo tus recuerdos.

—Está bien Ale, estoy bien.

Sin convencerse me abrazó y volvió a disculparse, cuando regresamos a la mesa el pedido estaba listo y un silencio demoledor estaba instalado entre Jim y Sammy, ambos se concentraban en sus malteadas sin mirarse, Ale y yo compartimos una mirada y nos sentamos.

Me lance a mi helado dispuesto a no dejar que el comentario de Ale disminuyera mis ganas de comerlo.

—Oh, oh. —el gesto de Ale se descompuso mirando más allá de mí, hacia la puerta de entrada.

Me voltee a ver el objetivo de su desgano y lo que vi fue a Tyler entrar cogido de la mano con una pelirroja despampanante de brillante pelo largo.

Me enfoque de vuelta a mi helado, sin embargo no volví a tocarlo, una fea sensación se apoderó de mi estomago impidiéndome siquiera hablar.

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