VI: En cautiverio

Mirando a la ventana sólo pudo dar un suspiro, su cuerpo estaba cubierto por las simples sábanas negras solamente para cubrir las marcas que aparecieron en su vientre, tal vez su estancia en ese lugar lo ha vuelto alguien muy fría sólo por el simple hecho de estar conviviendo con la persona que le arruinó la vida e incluso se atrevió a arrebatarle la vida. Es curioso estar mirando a su ventana y ver como la nieve caía delicadamente sobre todo el campo, le recordaba mucho a su querido amigo y eso hacía también extrañarlo mucho, era lo único que pensaba noche y día, en como la estaría pasando sin ella...si comía bien, si podía dormir porque sinceramente ella no podía...aparte que tener noches donde sólo la forzaban a tener relaciones la estaban demacrando en mente y alma, aquel sujeto no sabía lo que estaba a punto de hacer.

Se levantó de golpe y empezó a caminar sigilosamente hasta la puerta y salir de aquella habitación aunque con lujos sólo estaba vacía, lo que ella deseaba era estar en su vieja habitación porque le recordaba mucho cuando Toshiro pasaba por ahí y velaba sus sueños mientras estaba con una sonrisa dulce, raramente lo sentía sonreír pero lo hacía por ella y ahora no sabía como la estaba pasando, tal vez se vería más amargado de lo normal pero ella haría todo lo posible para escapar del lugar.
Usando kidoh de alto nivel, empezó a avanzar por toda la mansión cuidando de no ser descubierta...avanzaba por los pasillos, viendo si ese sujeto no estaba merodeando por ahí, no quería estar ni un segundo más en ese lugar, la noticia de la boda había llegado a sus oídos como un dolor al pecho, no quería que pasará tal cosa por la razón de que ella ya estaba enamorada de alguien más y no podía estar lejos de él ni un segundo más.
Sonrió aliviada con un aire de triunfo al ver la salida y que estaba totalmente sin guardia, uso shumpo para tomar la perilla de la puerta pero para su sorpresa alguien la había tomado de la cintura haciendo que girará, se encontró con una mirada perversa...enseguida cambio su expresión a una fría, y volteo su rostro hacia otro lado.

-¿Así que siempre estás al pendiente de tu prisionera, Minamoto?
-Por favor dime Isai, querida Momo...
-Nunca.

Con una sonrisa macabra tomo las muñecas de nuestra chica durazno y la apego a la pared dándole unos ligeros temblores de puro miedo, sabía lo que venía y no estaba preparada, es más jamás estaría dispuesta a entregarle algo a ese miserable...lo odiaba con toda su alma, unos labios se posaron en su cuello dándole una dolorosa mordida...ella pataleo, resistiendose, siempre lo hacía pero eso lo divertía más a nuestro perverso villano que disfrutaba mucho ver ese tipo de reacciones. Arrancó su bata de repente, dejandole completamente desnuda y ella se sentó en el suelo tratando de escapar de aquella situación pero solamente le dió más facilidad al contrario de posarse encima de ella extendiendola por todo el suelo relamiendo sus labios como si de una presa se tratará.

-Eres tan maravillosa pequeña flor.
-Sueltame...

Se negó a dejarla ir, siempre disfrutaba verla de esa manera aparte que desde esa vez anhelaba suciamente tenerla más veces para él, sabía algunos trucos para aflojar su resistencia porque vamos a ser honestos, cometió un gran error al haberse enamorado de esa manera...podría ser manipulada con unas simples palabras...

-¿Quieres ver sufrir a tu querido capitán Hitsugaya?

Apretó sus dientes bastante enojada pero eso también le hacía aflojar toda resistencia dejando que los labios de aquel bastardo recorra su frágil cuerpo, sintiendo sus manos por zonas delicadas, ella cerró sus ojos fuertemente al sentir el asco recorrer cada poro de su piel, esto lo hacía porque no quería que él sufriera... no quería verlo lastimado por su culpa, no otra vez y menos de esa manera...más de una ocasión estuvo a punto de perder su existencia por solamente defenderla y eso lo lamentaba al ver todo el daño que le hizo, ella no lo había valorado pero se mostraba fuerte, aún bañado en sangre siempre le demostraba que la iba a proteger y no había sido lo suficientemente agradecida para devolverle todo lo que hizo. Esa era una manera para protegerlo aunque sea esta vez, no quería que ese shinigami pisará el sereitei porque sería capaz de destruirlo sin que nadie se de cuenta...ni siquiera una maestra en kidoh como ella puede hacer mucho contra él, tragó saliva al escuchar caer ropa al suelo...sabia lo que venía y no era capaz de hacer algo por impedirlo pero tampoco quería rebelarse y que todas las personas que quiere salgan lastimados...mordió su labio inferior con fuerza cuando unos dedos se adentraron en su interior, causándole dolor y puro asco...no quería verlo simplemente para no resistirse pero no era a su voluntad y sabía perfectamente que esto no podía seguir así pero ¿qué más? Estaba atrapada en medio de la nada en el mundo de los vivos y nadie podría encontrarla o eso creía en aquellos momentos...
Los labios de ese shinigami atraparon los de ella, dándole un beso lleno de lujuria causando más asco en ella, aquella lengua estaba penetrando su boca sin permiso y temblaba por el frío que sentía, levemente abrió sus ojos mirando a la ventana...aquellos copos de nieve, quería mil veces estar ahí, se sentía protegía entre la nieve y el hielo aunque suene irónico, aquel chico le hizo creer tanto que lo frío siempre tiene su calidez que ya no le importaba desvanecerse entre la nieve, estar congelada aunque sabía perfectamente que eso no pasaría...por su mente sólo pasaba un nombre o mas bien su apodo...que sólo le decía ella...

-"Shiro-chan...ayudame"...

Sin querer las lágrimas empezaron a caer sobre sus mejillas, demostrando su debilidad haciendo que ese chico soltara una risa satisfecho y tomó fuertemente su mentón para lamer sus mejillas...pero ella sólo quería ver la nieve aferrandose a su razón, a una protección...no quería sentirse sola, mientras sólo ese shinigami disfrutaba sus reacciones...disfrutaba tanto recorrer su cuerpo y ahora sólo quería que meter su miembro dentro de ella, y eso haría quiera o no...con sus dos manos tomó los muslos de aquella chica mirando como el temor se reflejaba en su rostro pero sólo apretaba dejando sus marcas en esa piel suave y con tez blanca...acerco sus caderas a las de ella...mientras oía sus susurros claramente...

-n-no...por favor, no...
-Vas a ver como lo disfrutarás con el tiempo...

Los puños de aquella chica se apretaron, sus ojos se llenaron de lágrimas y sin querer un grito de dolor se escapó cuando aquel chico embistió de una sola estocada su interior, sin permiso, casi sin preparación, incluso había sido bruto haciendo que le duela y sabía que eso iba a arder.

-"Shiro-chan...Shiro-chan...perdóname...por favor..."

La imagen del albino estaba presente en su mente para no olvidar que aún tenía en su corazón malherido a alguien, que empezó a querer de hace tiempo y lo iba a querer para siempre pero sólo ahora se podía escuchar en toda la mansión, las embestidas que daba ese bastardo en el interior de la pequeña que sólo estaba frágil, su mente estaba ida pero el dolor estaba ahí...quería que acabará de una buena vez, ya no quería sentir el asco...el temor, no iba a ser fácil superar tal situación pero tenía que salir adelante y escapar antes que la boda se realice...la ventana estaba al frente de ella mostrándole toda la nieve para que una parte en su interior se vea relajada o simplemente para poder seguir adelante sin cometer alguna locura, tenía que salir por sus seres queridos, quería verlos pero sólo su pasado se lo impedía y trataba de atarla para pudrirle lentamente el alma...aunque eso ya estaba haciendo pero no podía mostrarse tan mal, aún tenía orgullo en ella o su odio le hacía actuar fríamente...
Sintio como su cuerpo fue dado vuelta ahora sus pechos tocaba el suelo y sus caderas estaban alzadas pero ya no reaccionaba, sus ojos estaban apagados y ya no sentía nada, ni siquiera las embestidas que le daban tan duramente, ni una lágrima se escapaba de sus ojos...ni una palabra salía de sus labios, ni siquiera su mente pensaba o solamente en una sola cosa...en él y sólo sus ojos veía algo...nieve...

Después de varios minutos de tortura fue arrastrada del cabello hasta la habitación que estaba, y fue tirada bruscamente a la cama con unos golpes en sus mejillas pero ella no hablaba, ni se inmutaba...mientras era advertida sobre querer escapar denuevo, su cuerpo estaba temblando por el dolor que sentía de aquellos latigazos que había recibido y su interior ardía, había sido una lección para ella...¿cuánto había pasado ya?...había perdido la cuenta pero ahora que estaba sola se permitió llorar, se permitió desahogarse en esa almohada...sólo quería salir de ahí pero no podía, iba a sufrir un castigo peor si hacía eso pero no le importaba sólo que no quería arriesgarse a que vaya a lastimar a las personas que quería.
Luego de un rato se volvió a colocar una bata con ciertos gestos de dolor y empezó a caminar lentamente, ya que aún sus caderas estaban golpeadas duramente y apenas podía dar pasos pero sólo quería llegar a un lugar, caminaba por la mansión con cuidado encontrando la puerta de otra habitación que pudo reconocer inmediatamente, cuando la abrió pudo encontrar al capitán Kuchiki mal herido, tendido en la cama que le habían sido asignado, sus heridas poco a poco estaban sanando pero todavía no podía arriesgarse, necesitaba recuperarse para rescatar a la pequeña teniente. Cuando la vio entrar inmediatamente centro su mirada en ella...tenía golpes en sus mejillas y tenía mordidas en su cuello, eso hizo que cerrará los puños.

-¿Qué te hizo ese maldito?...
-...

Lo primero que pudo hacer es abrazar su cuerpo recostado empezando a llorar, no tuvo la intención de involucrar a un noble en todo esto, sin embargo lo hizo...el instante que se acercó le trajo desdicha y eso la hacia sentir culpable, una de las peores...lloraba como si fuera una niña pequeña mientras el Kuchiki acariciaba su cabello suelto y todo desparramado...

-Él...me violó...

En el momento que pronunció aquellas palabras, la habitación se lleno de un reaitsu bastante pesado, en el noble había despertado una ira que ni el mismo reconocía pero ninguna mujer merecía pasar por eso, ni siquiera una niña tan dulce como ella pero ese desgraciado se había atrevido ponerle las manos encima, pero no sabía que no era la primera vez que pasaba eso...también como maestro de kidoh pasó su mano por su espalda, ganándose quejidos de dolor...
Inmediatamente le ordenó para que le mostrará sus heridas a lo que no tuvo otra, se dió la vuelta y bajo un poco la manta para mostrarle su espalda llena de latigazos, aún estaba sangrando y era bastante lamentable verla en ese estado...cuando Byakuya quiso curarla no se lo permitió, ya que tenía un plan en mente...

-Capitán Kuchiki...quiero que me ayude...

Sus lágrimas bajaban sobre sus mejillas, estaba bastante asustada pero era la única solución que veía en esos momentos, ya no podía soportar tal prisión y necesitaba guiar a todos a ese lugar, sólo el noble podía ayudarlo.

-Haremos esto...escuche atentamente...
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Una semana más había pasado, con eso se hacía un mes, pero esa noche estaba todo listo, el plan era simple: ella se ofreció curar al capitán con kidoh incluso restaurar su reaitsu a escondidas de Isai, cuando estuviera totalmente curado tenía que escapar y buscar a los demás para indicarle donde ella se encontraba...ejecutarlo iba a ser más complicado de lo que sonaba pero ya había llegado la noche y ella se aseguró que Isai se encontrará dormido para poder dar con el capitán Kuchiki.
Una vez que eso pasó, empezaron a caminar sigilosamente hasta la puerta trasera de la mansión, los dos portaban su zampakuto aunque notablemente la más débil en ese momento era sin duda Hinamori, ni siquiera portaba el traje de shinigami porque sabía perfectamente que no podría escapar sin importar lo que haga. Avanzaban lentamente sin bajar la guardia, el capitán Kuchiki sintió ese reaitsu maligno antes de abrir la puerta y uso toda su velocidad para salir de la mansión junto con la teniente encontrándose con la nieve pura, estaba rodeando en gran cantidad el campo y eso era un espectáculo para la dulce Hinamori y eso le daba alegría porque ya no estaba encerrada pero tenía que estar preparada para lo que venía. Se veía una furia reflejada en los ojos del bastardo ese, que sin dudar llamó a su zampakuto...la batalla iba a empezar...

-Pudrete, deathofthesakura...
-Esparcete, Sebonsakura...
-Arde, Tobiume...

Era una batalla de dos contra uno, pero lo que no sabía el enemigo era la estrategia que habían armado entre los prisioneros...con un shumpo veloz Byakuya se poso frente a él para chocar espadas, estaba mirándolo fríamente y al mismo tiempo estaba furioso por lo que le había hecho a la chica durazno, así que empezaron a chocar espadas usando sus poderes, los pétalos de sakura se esparcieron para fijarse en un sólo objetivo, atacar al ryoka...mientras que sonreía cínicamente, empezó a pudrir pétalo por pétalo con su zampakuto aunque no se esperaba lo que seguía...Byakuya con un shumpo más veloz que el anterior se poso atrás de él invocando una vez más a su zampakuto haciendo retroceder al enemigo mientras que una bola de fuego iba directamente a él con la intención de debilitarlo pero pudo detenerlo sin problema alguno, una vez más estaba Byakuya Kuchiki enfrente suyo atacandolo de sorpresa haciendole un pequeño tajo en la rodilla pero no entendía como estaba siendo desconcentrado pero no podía permitirle que siga pasando tal cosa así que uso un bakudoh de alto nivel sin siquiera mencionar el conjuro y eso era una gran sorpresa para el maestro de kidoh, sin embargo pudo esquivarlo con su gran velocidad pero cuando se dio cuenta...el sujeto estaba a su lado a punto de clavar su espada en una de sus costillas y en ese momento, Kuchiki agradeció fielmente su reacción rápida, un escudo hecho de kidoh estaba protegiendolo.
Aunque ahí no terminaba la cosa, sin mencionar el conjuro Hinamori le tiro un bakudoh haciendo que levemente le rozara la cabeza pero no consiguió atinarle, de un momento a otro Isai estaba detrás de ella a punto de darle un golpe con la culata de su zampakuto.

-Ban...kai, Sebonsakura Kageshoji...

Se vio rodeado entre las miles espadas de la flor de loto, aún así sólo pudo sonreír porque la diversión había comenzado ahí...sin dudar empezó a pudrir todo lo que estaba a su alrededor teniendo ventaja pero la ofensiva del capitán era demasiado fuerte pero su defensiva era su debilidad, esta vez no se iba a dejar tan fácilmente, con el movimiento de su mano hizo que las espadas tomarán forma de pétalos una vez más, para tratar de atacarlo con todas sus fuerzas, por suerte  no había sido herido en ningún momento pero cada ataque le estaba llevando una cierta cantidad de reaitsu, aunque eso no le afectaba en cierta forma...tenía experiencia suficiente en las batallas pero jamás había visto o escuchado de una zampakuto de tal calibre.
Hinamori, atacaba con su zampakuto también para serle de ayuda al noble, no era mucho pero podía claramente hacer algo, la meta era dejar escapar al noble y lo iban a conseguir sin importar lo que pasará, el bankai del capitán no era rival para el shikai de Isai en cierto punto pero lo bueno es que podía manejar a su antojo su diversión en la batalla...
Estiró su brazo para atrapar una de las espadas que caía a su mano para empezar a atacar ryoka mientras se defendía con un escudo de kidoh, sus reaitsus cada vez eran más fuertes sin embargo no se extendía más allá del bosque porque aquel enemigo había tomado las precauciones necesarias para que esto no llegará a ese tal Urahara Kisuke, ya que sería muy listo como para encontrarlos y no podía arriesgarse a tal cosa.
Atacando al noble empezó a bajar la guardia ya que no se dio cuenta cuando la chica durazno se adentro al bankai recibiendo unas heridas leves en el cuerpo y sin mencionar un conjuro pudo invocar al hakudoh número 64: la cuerda...atandolo a él y dejándolo inmóvil enfrente del capitán, no era fácil safarse de aquella atadura ya que ella era bastante buena y tampoco sabía lo que se aproximaba.

-Bakudoh número 4: ¡prisión 6 varas de luz!.

Estaba atrapado completamente, dos tipos de kidoh estaban aferrados a él aunque sabía perfectamente que Hinamori estaba débil ya que aquellas marcas estaban consumiendo su presión espiritual lentamente así que calculo que en unos diez minutos podría liberarse de aquellas ataduras.

-¡Váyase Capitán!.

Dudo por un segundo a esa petición pero sabía que no podía perder el tiempo, se giró hacia la dirección del bosque mirando a la teniente dándole a entender que regresaría con ella lo más pronto posible, él también había notado como el reaitsu de ella estaba debilitandose, le tomaría menos de diez minutos llegar a la tienda de Urahara Kisuke así que debía darse prisa.

-Volveré...lo prometo.

Empezó a emplear toda la velocidad del shumpo perdiéndose entre los árboles de aquel oscuro bosque, despertando más la ira de aquel prisionero, y le echaría toda la bronca a ella que con sólo mirarla le dió a entender que se iba a arrepentir por esa insolencia porque sabía perfectamente que aquel capitán se iba a dirigir con aquel hombre así que en cierta forma tenía miedo.

Cuando pasaron los diez minutos pudo liberarse tomando el cabello de la chica que estaba ahí para arrastrarla hasta adentro, se iba a arrepentir de cada acción suya, así que cuando llegaron adentro la tiro bruscamente contra la cabecera de su cama haciendo que se golpeara la cabeza tan fuerte que empezaba a salir sangre de esta, pero ella no se arrepentía, se sentía aliviada de que pronto iban a venir por ella...su ropa empezó a ser destrozada y dejandole marcas en su delicado cuerpo...mientras que él sacaba el latigo, la pequeña sólo le sonreía y eso le causaba más furia...esta vez no se la iba a dejar pasar, se sacó su pantalón de una dejando ver su miembro erecto, y la dio vuelta atando sus muñecas a la cama, sin siquiera haberla preparado embistió de una sola vez su ano, causándole un dolor demasiado fuerte pero aún así estaba decidida a esperar sin importar lo que le hicieran...y esa noche apenas empezaba todo...
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No iba a negar que estaba demasiado preocupado por lo que ese desgraciado le haría a Hinamori una vez que se liberará, pero sólo tenía la esperanza de llegar a la dichosa tienda pensando en las veces que la vio a la pequeña golpeada, incluso cuando tenía lágrimas y le había confesado que le había hecho tal atrocidad...tal vez ahora haría cosas peores con ella por eso tenía que darse prisa.
Cuando llegó se metió con un shumpo sin siquiera haber avisado y lo primero que logró ver fue a un pequeño grupo sentados alrededor de la mesa, nadie sabe quien se llevó una gran sorpresa si el noble o aquel grupo que había empezado una desesperada búsqueda en el mundo de los humanos.
La primera en acercarse fue Rukia, que estaba demasiado preocupada por él pero sólo estaba un poco herido y estaba temblando que al verla soltó su zampakuto y dejo que lo abrazara escuchando lo mucho que le había hecho falta, los reencuentros siempre son conmovedores pero no podía olvidar su principal objetivo así que con la mirada busco a una cierta persona que definitivamente estaba ahí...

-Capitán Kuchiki, que alegría verlo bien.- con su abanico empezó a golpear su hombro.
-Disculpe no tengo tiempo para esto...
-Byakuya, estás herido...Inoue curalo.
-Si Kurosaki-kun.

Mientras aquella mujer empezaba a curarlo y restaurar su reaitsu, cierto capitán se había acercado sólo para sacarse la duda, las miradas hablaban y él ya estaba al borde de la desesperación...

-H-hinamori...

Todos se voltearon solamente para mirar al capitán del décimo escuadrón, sabían muy bien como la había pasado aquel mes sin ella y que ya no podía seguir así. Estaban aliviados por verlo a salvo pero todos tenían la misma pregunta para hacerle.

-Ten...-. El noble le extendió una especie de carta que Toshiro tomó sin dudarlo entre sus manos.-Cuando termines con eso, te contaré.

Él abrió la carta sin dudar ni un segundo encontrándose con la letra de su querida amiga, empezó a temblar y el estómago le daba vueltas...al fin sabría algo de ella después de tanto tiempo:

《Querido Shiro-chan: lamento haberte preocupado todo este tiempo, tal vez la pasaste mal tratando de hallarme pero ya no sufras más, el capitán Kuchiki te dirá todo lo que tengas que saber y a donde encontrarme...por favor, no pierdas la cabeza, no hagas cosas precipitadas pide toda la ayuda que te sea posible y por favor no seas tan orgulloso, quiero que sepas que te estaré esperando porque yo nunca deje de confiar en ti mi querido Hitsugaya-kun, yo estoy bien así que por favor ten cuidado al venir aquí...te quiere

Hinamori》

Al terminar la carta, unas lágrimas traicioneras escaparon por sus mejillas dejando a más de uno con la boca abierta...

-Para ti es capitán Hitsugaya...sin duda es Hinamori.

Una pequeña sonrisa se reflejó en sus labios después de tanto tiempo, y un suspiro aliviado se escapó de otro capitán que sin duda ya previno que necesitarían la ayuda necesaria así que la mayoría del equipo estaba reunido en ese lugar.

-Les recomiendo que mañana bien temprano partamos...
-¡Kuchiki!. Dime que es de Hinamori.
-Ahora...ella no está pasando un buen momento...
-¿De qué hablas?...
-Aquel shinigami llamado Isai Minamoto, hizo sufrir mucho a la teniente Hinamori...yo estaba muy malherido como para hacer algo pero cada vez que venía a verme tenía una nueva marca o un golpe...y lo peor de todo es que...ese bastardo se atrevió a...
-¿A qué?...
-Abuso de ella.

La habitación se quedó en un silencio absoluto, cada uno tuvo reacciones diferentes:
Urahara escondió su mirada con su abanico, debía calmarse se consideraba un hombre tranquilo pero eso lo había enojado y preocupado al mismo tiempo...sabian que debían ir lo antes posible hasta donde estaban.
Matsumoto se llevó la mano a su boca tratando de reprimir aquel sonido de sorpresa  y no quiso imaginar el sufrimiento que tuvo que pasar su querida amiga, también cerró sus ojos para reprimir las lágrimas.
Inoue abrazo a Rukia empezando a llorar tratando de ir lo antes posible para ayudar a aquella teniente que se la había cruzado un par de veces pero que había sido muy amable con ella a pesar de todo.
Rukia apretó sus dientes buscando calma sabiendo que iban a ir pronto a ayudarla.
Ukitake sabía que no era la primera vez que pasaba tal cosa pero que lo haya hecho una vez más, le hizo sentirse impotente consigo mismo una vez más.
Ichigo, apretó fuertemente sus puños, sentía una furia y se las iba a hacer pagar cueste lo que cueste.
Se escuchó un estruendo, a todos le había llamado la atención pero lo que pudieron notar fue el gran agujero que tenía la pared, sin duda Ichigo reaccionó primero que todos tomando a Toshiro desde la espalda, mientras el albino trataba de safarse con todas sus fuerzas, en su pecho tenía un millón de sensaciones encontradas, estaba furioso con ese desgraciado por haberla tocado jamás se sintió tan enojado como aquel momento, no sólo con él, estaba furioso consigo mismo por no haberla protegido...por dejar que pasará por aquel enorme sufrimiento. Estaba impotente, triste pero juro que lo iba a hacer pedazos ya no quería esperar ni un segundo más. Tenía a Hyorimaru en sus manos tratando de soltarse del agarré del pelinaranja, todos lo observaban...todos estaban ahí...

-¡Kurosaki sueltame!.
-¡No Toshiro escuchame!.
-¡NO! ¡JURO QUE LO VOY A MATAR!.

Estaba fuera de sí, y el capitán Kuchiki en ese momento comprendió cuanto amor le tenía como para tener que esperar  unas horas la quería devuelta, de eso estaba seguro...en cierta forma se identificó de la manera de como le protegía a su querida Hisana de todo...
Toda la habitación fue invadida por el hielo, el joven capitán no podía controlarse ni un segundo más, Renji tuvo que ayudar a Ichigo para  sostenerlo y darle palabras que lo ayuden un poco a calmarse...

-H-hinamori...no...Momo...¡JURO QUE LO HARÉ PAGAR!.

Lágrimas tras otra salía de aquellos ojos claros, no era el único que sentía tal cosa pero sólo él  podía  expresarlo en esa magnitud, luchaba por ser soltado pero era verdad que primero necesitaban una estrategia para luchar contra ese bastardo ya que no sólo tenía shikai y aún el secreto de momo no había sido revelado...excepto que el capitán Ukitake  sabía todo pero debía respetar los deseos de la teniente pero imaginarse todo aquel sufrimiento le daba deseos de no callar más e ir con toda la verdad pero todo a su momento.
Toshiro seguía dando gritos desgarradores, a cada uno se le ponía la piel de gallina con sólo escucharlo y al ver el moño del cabello de su amada, se arrodilló para  empezar a llorar, era más doloroso que aquella vuelta que había llorado por ella, ahora sentía que se le metía el miedo por su piel, sentía el dolor que estaba sintiendo...también sentía que lo estaba llamando a gritos y sólo estaba ahí descargando todo el dolor  que quizás ella estaba sintiendo y sintió en su momento. Se estaba permitiendo llorar para no salir corriendo a matarlo, todas las personas en quien confiaba estaban ahí así que no había problema pero también estaba decidido a que al día siguiente a primera hora iba a rescatarla sin importar lo que digan los demás...ese ahora era su meta, sacarla de aquel cautiverio...mejor  dicho desde siempre ese fue su objetivo pero ahora se fortaleció gracias al odio que sentía hacia aquel shinigami que se la había llevado pero lo que no sabía, es de todo lo que pasó nuestra chica durazno antes de conocerlo y se iba a enterar mucho más pronto de  lo que nadie se imagina.
Llegó el momento de las revelaciones, y el momento en donde nuestro capitán va a hacer lo imposible para tenerla su lado y está vez para siempre...

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