28

Jayne

Mis manos estaban cubiertas de sangre, aquella sangre roja que salía de mi muslo. Estaba sentada en el suelo, desplomada a tal grado que no sabía que había pasado.

Todo había sido tan rápido...

Mi respiración estaba entre cortada y mis brazos y manos temblaban con sangre en ellas. ¿Que iba a hacer? Estaba en una casa donde no conocía a muchas personas, no podía contar la verdad a mis padres ni tampoco a mis tíos,se armaría un alboroto. Traté de levantarme, mis piernas falsearon al hacerlo y de un tirón caí de nuevo al suelo.

Miré horrorizada la gran abertura que tenia en mi muslo, aquella no dejaba de sangrar y yo ya no encontraba que mas hacer. El piso se estaba cubriendo de sangre y yo sufría lenta y dolorosamente, era un dolor insoportable. Un dolor que sabía que jamás se retiraría de mi vida.

—¡Jayne! Ahí estas.

Su respingado rostro se puso frente a mi, agarrando mi rostro con fuerza. Me besó lentamente, fue un beso horriblemente forzado. Me quité brsucamente sus manos de mi rostro y él solo acarició mi mejilla después de eso con delicadeza.

—¡Tienes que quererme! Solo hazlo...

Negué y mis lágrimas salían deslizandose por completo de mi rostro. Aún dolía mi muslo, y el miró con satisfacción mi sangre caer al suelo cada vez más, me sentía mareada.

—Eres un jodido enfermo—escupí—Estas demasiado enfermo entiendelo.

Ver su rostro de satisfacción al ver mi sangre antes de cerrar mis ojos con fuerza y desmayarme, fue lo peor que pude ver por ultima vez aquel día.

Desperté sobresaltada después de aquello, después de estar reviviendo en mi propio sueño aquella pesadilla que se repetía una que otra vez. Mi corazón latía con fuerza, gotas de sudor caían de mi frente y yo temblaba aún así. Comencé a llorar, porque sabía que estaba rodeada de mentiras y de un pasado no muy bueno. Y aunque traté dejarlo ir, seguir con mi vida y dejar de sufrir por algo que había sido culpa mía regresaba algunas veces en mis pesadillas.

Sequé mis gotas de sudor de un movimiento rápido aunque mi mano aún así temblaba. Era madrugada, miré mi celular y solo visualice notificaciones sin sentido. Lo volví a apagar y no quise saber nada de nadie o de aplicaciones por el momento.

Porque mi pesadilla estaba volviendo, y hoy en la noche estaría de vuelta en mi vida y aunque quisiese evitarlo, no podría. Vería de nuevo a mi pesadilla, a aquella horrible persona que me hizo sufrir demasiado en corto tiempo.

Intenté dormir aunque fue en vano, solo miraba la pared lisa y el techo igual. Miraba nerviosamente hacía todos lados y me quedaba minutos observando sin pensar ni hacer nada.

¿Que debía hacer? ¿Como podría controlar esto?

No hay manera alguna, puedo tratar mas no puedo evitarlo del todo.

_*_

Muchas veces solemos enamorarnos de lo prohíbido y no los culpo, yo también lo he hecho. Enamorarnos de algo que es prohibido puede ser divertido y feliz al principio pero, uno nunca ve las señales cuando es feliz. Nunca las ve, nunca estas consciente de las cosas aue podrías ocasionar al hacer algo, solo lo haces y ya sin pensar en que pasaría, en ese momento por tu mente pasa ¿por que no hacerlo?.

No te culpo si haz tenido un amor prohibido, no te culpo si haz hecho cosas prohibidas todos lo hacemos alguna vez en lo largo de nuestra vida. Nos podremos arrepentir, podremos llorar por ello pero si algo he aprendido es que llorar y arrepentirnos de algo que hicimos no borra las cosas que se marcan en tu vida, o mas bien en tu piel.

Me encontraba sentada en el comedor, solía jugar con Archie algunas veces cuando tenía 14 y no salía con Alexander. Estaba dibujando y el decía que dibujaba genial.

—¿Acaso es un conejo?—preguntó y negué con la cabeza.

—Es un leon Archie, ¿parece un conejo? Intenté hacerlo lo mejor posible.—suspiré—¿de verdad esta tan mal? Es para mi tarea de biología.

Me dio una sonrisa.

—No, no claro que parece un leon es solo que quería verificarlo, claro.

Mi madre entró apresurada y comenzó a hablar por teléfono. No solía tomarme mucha atención, la mayoría del tiempo se la pasaba en el trabajo pero hoy iriamos a visitar a mis tios como era costumbre cada sabado, mis primos eran agradables pero aún mas eran los amigos de mi primo Adrián o por lo menos uno de ellos.

Iba en la camioneta con mi madre, en el asiento de atrás. Me gustaba ir sola dibujando en el gran espacio que había, mi padre no podía venir algunas veces ya que tenía trabajo. Comprendía que los adultos trabajan mucho pero, ¿era eso una excusa para no ver a su hermano?. Mi madre se lleva muy bien con mi tía clarisa y con mi tio Nicolás, pero pienso que sería esto mejor si mi padre estuviese aquí.

—Jayne, no molestes mucho a tus primos ¿si? Trata de darles su espacio, ya sabes que siempre estan con sus amigos y estar ahí podría ser algo malo para ti.

Eso decía porque eran mayores que yo, pero aún asi la mayoría de las veces que ibamos los amigos de Adrián me invitaban a estar con ellos.

Asentí—Pero si me invitan tendré que estar con ellos, no soy de decir que no.

—Esta bien, solo ten cuidado porque son un poco toscos y podrían pegarte o algo así en sus juegos.

Solo ignoré lo que había dicho y seguí dibujando, cuando ví que nos estabamos acercando a aquella mansión un poco alejada de todo. Mis tios solían tener 2 mansiones, una en la ciudad y otra en una colina fuera de ella. Decían que les gustaba el aire libre o por lo menos que les gustaba los lugares sin ruido, asi que cada fin de semana solíamos venir aquí. Era costumbre, mi madre y mi tía solían hablar de sus vidas mientras yo hablaba con los amigos de Adrián.

Al llegar bajó y me pongo de pie en la puerta, no suelo tocar ya que no se como socializar con mi tia o por lo menos como comenzar una conversación asi que mi madre al acercarse a mi lado toca el timbre y mi tía sale y nos recibe.

—Oh ¡hola!—una dentadura perfecta y blanca hace presencia en su rostro.

—Hola clarise—saluda mi madre a mi tia y esta le da un beso en la mejilla al igual que ella.

—Me da gusto que hayan venido—sonríe aún mas, parecía que no se cansaba de sonreir.—Hola jayne.

—Hola tía clarise.

Mi tía me saluda con su mano y se dirige hacia mi madre.

—¿Y richard?

—Ya sabes, trabajo y mas trabajo dijo que cuando pudiese vendría—comentó—Sentimos que no pudiese venir, ya sabes.

Mi tía sacudio su cabeza de un lado a otro suavemente.

—No se preocupen, igual Nicolás no esta. Tuvo que salir asi que quedamos solo tu y yo y una botella de vino. —comenzó a decir con alegría. —vamos, pasen.

Nos abrió paso para que pudiesemos entrar a su casa.

—Jayne, Adrián esta con sus amigos en la sala de juegos si quieres puedes ir con ellos o esta la sala con la televisión y algunas bolsas papas fritas.

Solo asentí y agradecí.

Claramente iría con Adrián, tenía mis motivos para ir con él. Uno de ellos era que es mi primo favorito, él unico con el qur comparto ciertos gustos nos llevamos muy bien debo decir. Y otra razón es porque de seguro esta con cristopher.

Me dirigí hacia los largo escalones y despues terminé en el largo pasillo. Las habitaciones estaban por todos lados, sus puertas de madera eran claras pero, había una que el color de esta en vez de ser cafe era negra y tenia un letrero amarillo a fuera que decia "no molestar" con letras rojas.

Esa letra horrorosa era la letra de adrian, por lo cual solo reí un poco y abrí la puerta.

Al hacerlo miré a Adrián jugando enfrente de un televisor, mientras kevin y cristopher jugaban cartas en una mesa detrás de esto. Mi corazón se acelero al ver a cristopher sonriendo, sus hoyuelos se marcaban a los costados de sus labios y aquello era algo que me cautivava demasiado de él.

Mi amor de la niñez ademas de Alexander, es Cloy langforth el amigo de mi primo Adrián. Tenía tan solo 4 años más que yo, pero eso no implicaba que no pudiesemos estar alguna vez juntos, en fin solo lo considero como un amor pasajero, se que no es algo que pueda ocurrir pero aún asi me gusta cris.

Al estar de pie, kevin fue el primero en notar mi presencia. El se acercó lo sufuciente para poderlo escuchar, las cartas las dejo sobre la mesa y cristopher solo se quejó por lo que había hecho.

—Hey, aquí esta mi collins favorita—dice sonriendo kevin, el otro amigo de Adrián—¿como haz estado?

Antes de responderle Adrián lanza un quejido. Había perdido en el juego, entonces suelta el control y se voltea a verme desde el sillon rojo en el que estaba, después guía su mirada hacia kevin.

—¿Collins favorita? —preguntó Adrián con mirada dolida.—Eso me dolió kevin.

Si que era un payaso.

—Vamos Adrián,decir que tu eres mi collins favorito se escucharía raro. Asi que callate.

Yo reí.

Cloy me miraba desde su lugar, después de eso se acercó hasta donde yo estaba y saludó agitando su mano.

—Hola Jayne.

Sus hoyuelos hicieron presencia al hacer aquella sonrisa.

—Hey, hola.

—Que bueno que estas aquí—comentó kevin—necesito de alguien que le gane a este idiota de Adrián en ese juego. No ha parado de presumir que es el mejor y ya me ha estresado que mejor me puse a jugar cartas con Cloy.

Algunas veces solía jugar con ellos era muy competitiva con Adrián, algunas veces le ganaba y el hacía sus pucheros como niño pequeño mientras yo le gritaba en su cara que era la mejor y siempre terminaría ganandole.

Suspiré—¿De nuevo esta tan centrado en ese juego?

Cloy asintió—Sep, no lo ha dejado de jugar desde que estamos aquí y eso que llegamos hace poco.

Me acerqué hasta él y tape el televisor.

—Agh, Jayne tapas mi vista.

—Si Adrián, eso quería hacer. Deja de jugar y mejor ponle atención a tus amigos.

Me miró con estrés—Quítate niña, estas arruinando el juego me vas a hacer perder.

—Tal vez, pero hagamos un trato.

Adrián tiró de nuevo su control sobre el y se sobó los ojos con frustración, si que estaba enojado.  Tal vez no había sido buena idea haberme puesto frente al televisor para hacer que perdiera, pero sus amigos lo estaban esperando para hacer algo más.

—¡me hiciste perder!

—No seas tonto, y mejor hagamos otra cosa—comenté —Vayamos al bosque que esta cerca de aquí, o a otro lugar pero deja ese juego.

De mala gana apagó la consola y kevkn y cristopher me miraron impresionados.

—wow jayne, cuando quiera que Adrián haga algo te hablaré posiblemente sea muchas veces—dice con una sonrisa nerviosa kevin—en verdad, parece que te hace mas caso a ti que a su mama.

—soy consiente—cristopher me miró—gracias por hacerlo.

Oh por dios, Cloy me acababa de dar las gracias. Podría jurar que mis mejillas estan rojas pero trato de ocultarlo ya que Adrián dice otra cosa y ambos se callan y yo solo miró.

Adrián solía obedecerme algunas veces por alguan extraña razón, era muy extraño ya que él era mucho mas mayor que yo. En todos los sentidos.

Después de eso, ibamos caminando hacia el bosque y Cloy iba a mi lado.

—Jayne no puedo creer que manejes tan bien a Adrián, de verdad ni yo me lo creo que haya dejado de jugar.

Negué con la cabeza ante lo que había dicho.

—Se llama convencer a tu primo de que dejé su vida antisocial y salga con sus amigos.

Cloy comenzó a reir.

—No te conocía así Jayne, eres algo interesante.

Él chico del que estoy enamorada en secreto me ha dicho que soy interesante. ¡Interesante!

—No lo soy, si me conocieras lo sabrías Cloy.

—Te conozco, mas sin embargo se que podríamos llegar a conocernos mejor  y se que lo haremos—me dio una sonrisa de oreja a oreja y después miró hacia el frente apreciando los árboles.—no sería algo malo.

No estabamos lejos de la casa de Adrián pero, la casa de él estaba en medio de la nada en esta zona. Y estaba algo lejos de casa.

Cloy se acercó hasta Kevin que le pidió ayuda con algo, mientras yo me senté de bajo de un arbol.

Adrián se acercó hasta mí.

—Me has dejado en ridiculo, Jayne—reprochó—y frente a mis amigos.

—Tu has hecho caso, yo solo te propuse salir.

—Pensé que saldriamos solo nosotros y que los demás se irían.

Aquello había sonado extraño, muy extraño viniendo de él. De verdad que li era.

—¿Por que razón? Sería extraño venir solo nosotros dos, somos primos solamente—comenté y hizo una expresión que desconocí.

—se que te gusta Cloy.

Rayos, ¿sabía que me gustaba Cloy?  ¿Como sabía? Tal vez había sido muy obvia.

—Estas loco, no me gusta—miré su largo cuerpo frente a mi, mientras el sol daba un poco en mi cara.

—Claro Jayne, claro. Igual no te conviene acercarte a él, es mayor qur tú.

—Solo es mi amigo Adrián,no pienses mal.

Después de eso solo estuvimos mirando los arboles, Kevin hacia bromas que daban risa, Cloy hacia comentarios y aunque fueran algo raros yo reía. ¿Era normal reirse de algo qur contará la persona que te gustara sin que diera risa? Bueno, he aquí el claro ejemplo.

_*_

Pasó un mes, cuando Cloy me pidió hablar en privado. Debo decir que el lugar donde ibamos a hablar era en el patio de la casa de Adrián, era espacioso y habían unos largos columpios de madera junto a la piscina.

—¿Cual es tu apodo favorito? —me preguntó mientras caminabamos.

—mhm, no tengo apodo favorito solo tengo un segundo nombre pero no diría  que es mi favorito del todo.

—¿Cual es? —quiso saber.

—Alanna—dije sonriente—ya se, es algo raro pero que puedo hacer, ya esta en mi acta de nacimiento registrado de por vida.

—¿Alanna? —preguntó.

Ambos nos sentamos en los columpios de madera, kevin y Adrián estaban en la sala de juegos mientras cris y yo estábamos en los columpios. Ultimamente venía un poco mas seguido, los dos días del fin de semana así que estaba conociendo a cristopher mejor.

Asentí

—Es bonito, alanna collins—un hoyuelo se vio en su mejilla—Tal vez así te hablaré de ahora en adelante.

—Como quieras, nadie me llama así.

—Bueno, pues ahora yo te llamare así, yo no tengo segundo nombre pero puedes decirme cris como de costumbre.

—¿Por que me dijiste que viniese contigo aquí?

—Quiero decirte algo...

Me estaba poniendo algo nerviosa, mis manos solo subían y bajaban por la cadena de metal que sostenía el columpio. Sentía que iba a decir algo que no me gustaría y mis nervios estaban muy presentes.

—Verás alanna, tú me gustas.

Lo dijo tan natural que creí que era broma, le pregunté si lo era y el negó.

—Estoy hablando con la verdad, tú me gustas y quisiera saber si podríamos intentar algo.

Esto era demasiado bueno para ser cierto. Sentía que era algo prohibido, no podía tener novio tan pronto o algo que se le asemejara pero, sea o no prohibido tal vez no tenga nada de malo hacerlo.

—Podríamos intentar algo.

Me dio una sonrisa y mi corazón se agitó.

Después de eso, ni siquiera nos besamos. Solo volvimos como si nada pasara en la sala de juegos, entonces después de que se fueron Adrián decidió ir al patio y estuvimos ahí un rato.

Hasta que debíamos irnos adentro porque comenzaba a anochecer cuando, cuando me levanté y caminé y Adrián agarró mi brazo con fuerza haciendome girar hacia él.

—Eres linda—acarició mi mejilla y pasó su pulgar por mis labios—Serás mi prima pero, eres muy linda que podría besarte.

Se acercó hasta cierta distancia considerable y quité mi rostro. Esto estaba mal, solo somos primos no puede pasar nada entre nosotros además su amigo me gusta y por segunda vez alguien se estaba fijando en mi.

—No hagas eso Adrián, pareces un enfermo. Cloy me quiere ¿no te alegra?

—Jayne quiero besarte, solo quedaría entre nosotros dos...

Sus manos rodearon mi cintura un poco, podía jurar que en este momento estaba palida. Tan palida como si hubiese visto a un fantasma. Logan me estaba asustando, esto de besarme lo estaba haciendo. Era mi primo, era prohibido que estuviesemos juntos en algun momento o tan siquiera en besarnos.

—Quita tus manos—le dí un golpe, y rápidamente aparto sus manos de mi cintura–alguien podría vernos y malentenderia las cosas Adrián.

—Jayne no me digas que no te intereso.

Trague grueso. Estaba algo nerviosa, para una niña de 13 años casi 14 eso era un nerviosismo inmediatamente a su cuerpo. Adrián era atractivo si, pero solo era mi primo y no podía pasar nada entre nosotros.

—No me interesas en lo absoluto Adrián, debes entender que solo somos primos. Es algo prohibido besarnos.

—Va, entonces largate con Cloy.

Dijo con una sonrisa, supuse que esto había sido extraño pero al final creí que estaba bromeando asi que cuando dijo que me fuera con Cloy me puse feliz y aunque el ya se había ido sabia que hablaba de salir con cris después.

Después de semanas, veía a Cloy muchas veces en casa de Adrián y sus amigos nos molestaban diciéndonos cosas pero aquello no importaba. Nunca había dado mi primer beso, a decir verdad me daba miedo esa experimentación.

Cloy estaba frente a mi con su cabello a su lado, y sus ojos verdosos me veían a mi. El cielo estaba despejado y con algunas nubes en él, me sentía tan bien estando con él aunque no teniamos una relación definida. Sabía desde mas pequeña soñaba con tener un novio como él y aunque aún falte para que sea mayor, no tiene nada tener un noviazgo con el.

Tal vez sea algo prohibido a mi edad, pero no creo que ocurra nada malo.

—Alanna—me miró a los ojos—yo te quiero...

—Cloy, yo también te quiero.

Agarró mi mano, tal vez era algo pequeña pero muchos experimentamos un amorío a esta edad. Por un lado no le veía lo malo, aunque si mis padres supieran podrían matarme.

—Entonces, si me quieres ¿por que no quieres beesarme?

—Es... Vergonzoso—bajé mi mirada.

—¿Porque lo es?—preguntó curioso—¿no lo has hecho antes?

Negué con mi cabeza—es extraño, nunca he dado mi primer beso y aunque parezca patetica lo siento mucho, tengo miedo ya que no se y...

—No te preocupes—agarró mi mano—solo hagamoslo, con besarte sería feliz.

Cloy agarró mi rostro y sumergió sus labios en los míos, al principio no sabía que hacer pero, después comencé a moverlos al igual que él, de promto sentía la sensación que debía haber besado a alguien hace mucho tiempo. Me sentía feliz.

Mi primer beso había sido de algo feliz.

—Alanna....

_*_

En las reuniones familiares que hacían en la mansión de mis tíos no solía haber mucha familia, eran más conocidos o incluso eran más personas del trabajo. Estaba tan aburrida entre tantas personas, que decidí mejor ir con Adrián a su habitación de juegos, así es mi primo era todo un antisocial en las fiestas de esta clase.

No lo culpo, si para mi que tengo ya 14 son aburridas no quiero imaginar como sería para él. Hacía días que no veía a cristopher, tener algo a escondidas con una persona mayor era extraño.

Al entrar veo a Adrián sentado en el sofá mientras esta jugando. Sus manos se mueven con rapidez, no podía creer que él ya tenía 18 y aún lucía como alguien menor. Después de aquella vez que intentó besarme no pasó nada parecido, todo había pasado como si no hubiese sucedido en lo absomuto y estaba bien porque sería incomodo.

—Hey tú—dije llamando su atención.

El se sobresaltó.

—Mierda Jayne,no me asustes así—llevó una mano a su pecho—mierda.

Después de abrir sus ojos, me miró y se quedó viendome como si algo lo impresionara. Si, si tenía un vestido en mi, pero todo era por la maldita cena familiar que estaban haciendo que fuera elegante, o bueno por lo menos lo que se suponia que fuese familiar.

—Vaya, primera vez que te veo vestida de mujer.

Le di una mirada de enojo—Muy gracioso Adrián.

—Bah, que puedo decir.

Me acerqué hasta el y me senté a su lado mirándolo jugar, era mas divertido que estar abajo soportando gente que no conocía. Mi otro primo ben era menos, apenas tenia 7 por lo cual el de seguro estaba gozando entre los niños pequeños.

—Debes de aprender a jugar bien—dije tratando de molestarlo—Ni siquiera sabes hacerlo, Adrián.

Él dejó el control y rápidamente pegó sus labios a los míos. Era una sensación extraña pero, de alguna forma me gustó. Besarlo me había gustado pero, esto no estaba bien.

—¿Qué acabas de hacer?—pregunté alejandolo.

—No digas nada.

—Claro que no diré nada, esta mal y nos matarían a ambos. Esto es una locura yo... Tengo que irme.

Fue lo unico que pude decir, después de algunos minutos me senté en la entrada estando afuera vi a cristopher llegar, era extraño ya que no me lo imaginaba visitando a mi primo ahora. Mucho menos en una fiesta.

—¡Cloy!

Grité y lo abracé, pero el quitó su agarre.

—¿Que haces? —pregunta con un tono de desagrado.

—¿Eh?

—Jayne, no vuelvas a abrazarme ni acercarte a mi. Me voy a texas y ni siqueira me gustas en lo absoluto. Ahora que me voy ya no tendré que estar jugando con alguien menor que yo—tiró una carcajada.—Solo vine a despedirme de logan.

—¿Porque lo haz hecho?—pregunté con una lagrima.

—No llores, te vez como si fueses una idiota—aquellas palabras me dolieron—No puedo estar con alguien menor que yo, sabía que me querías y me aproveché de eso para divertirme un poco...

¿Esto era real? De verdad ¿lo era? Tenía 12 años y estaba sintiendo una decepción enorme.

El sólo paso a mi lado y entró a la casa.

Me sentía fatal, mi cuarto de visitas estaba aquí, ya que esta fiesta iba para largo debería mejor irme a dormir. Sabía que todo había estado mal, pero aún asi no pensé las cosas en lo absoluto lo hice, esta noche me sentía tan extraño.

Mi habitación estaba al final del pasillo opuesto al de Adrián, me metí y me quité mi vestido morado, lo tiré sobre la cama y busqué un short y su conjunto que parecía de pijama para dormir bien. Después de eso, me acosté y me quedé dormida por algunas horas, no tenía la noción del tiempo, pero las palabras de cris dolían en mi pecho. Desde ahora odiaría que me llamasen alanna, nadie sería apropiado para llamarme por ese nombre tan ridículo.

Me agarré con fuerza de Mi almohada, mi cama era tan grande que  cabrían facil 3 personas aquí.

La puerta comenzó a escucharse y yo abrí mis ojos con lentitud. Me había quedado dormida tal vez ahora era medianoche y la fiesta aún no terminaba escuchaba el terrible ruido de abajo. Me levanté con pesadez y abrí la puerta , cris me dio una mirada de compasión y apesar de lo que había pasado hace unas horas él estaba aquí.

No sentía incomodidad, ya que el sentimiento de lo que había pasado con cris le ganaba por mucho a lo otro.

—¿Puedo pasar? Sé lo que pasó con Cloy, me lo ha confesado todo...

Quité mi cuerpo de la puerta y entonces dejé que Adrián entrara. Cerré la puerta y me acosté en la cama, él se sentó a mi lado.

—¿Tu lo sabías? —pregunté esperando respuesta de su parte en poco—¿lo sabías Adrián?

—Jayne...

—Por dios, si lo sabías.

—¡no lo sabía! Acaba de decirme todo, pero Jayne no puedes estar así por el—me señaló—solo es un idiota.

—Vaya es tu amigo y ahora le dices cosas.

—Eres mi prima y... —no terminó de decir nada más por unos seguntos se detuvo—Y Cloy era algo similar a un mujeriego. Vamos jayne, él ya esta grande.

—Sea o no mayor, caí en su cuento.

—Bien, no te culpo igual.

Entonces de ver a Adrián a mi lado, en pocos segundos lo vi rozando la tela de mi camisón con sus dedos. Yo lo miré extraña, sentía una sensación extraña en mi abdomen al sentir el roce de sus dedos.

¿Que estaba pasando en este momento? Sabía que esto no era para nada normal.

Entonces él puso una mano en mi cintura y comenzó a subirla, yo la quité rápidamente y lo miré con confusión.

—¿Que haces?

Pregunté en casi un murmuro ya que, no podía hablar bien. Mis palabras no salían de mi boca.

Adrián me sujetó bruscamente y comenzó a subir sus manos hasta mi pecho, comenzó a apretar mis pechos y aquello me dolía. Quería gritar pero el tapó rápidamente mi boca con sus manos. No podía moverme mucho, sus labios comenzaron a rozar mi cuello y continuó haciendolo hasta intentar llegar debajo de mi ombligo. Tiré una patada en su rostro y esto me hizo levantarme y intentar huir, pero al llegar a la puerta no pude abrirla ya que le había puesto seguro en ella.

Se acercó rápidamente a mi, y me sujetó del cuello. Comenzó a lamberme el rostro, mis manos golpeaban sus brazos para que me soltara de su agarre, yo sentía que esto no debía estar pasando. Me aventó con fuerza a la cama y yo traté de gritar pero de nuevo fue en vano.

—No hagas el mas mínimo ruido Alanna—escuchar decir ese nombre de su boca hizo que sintiera un escalofrío—no quisiste besarme, no quisiste hacer las cosas bien y mira lo que has ocasionado.

Las lagrimas no tardaron en salir de mi, en lo absoluto. Mis gritos se ahogaban ya que Adrián con una mano tapaba mi boca, me movía demasiado para evitar que me tocará pero fue en vano. Comenzó con su mano a tocar mi abdomen y cada vez mas, subía. Volví a dar otra patada, esta vez le había dado en los bajos.

Corrí y entonces el me empujó contra un gran espejo que estaba al lado de la cama. Los trozos de vidrio cayeron por completo en el suelo, traté de alejarme de ahí pero, además de que mi cabeza dolía demasiado, un pedazo de vidrio había creado una cortadura en mi muslo. Estaba tirada en el suelo, la sangre no tardó en salir y yo comencé a llorar.

Me sentía un asco, ¿por que lo dejé entrar? A caso ¿quería que pasara lo que había pasado hace un rato? Estaba haciendo algo prohibido, estaba haciendo muchas cosas que no debía hacer y ahora estaba yo tirada en el suelo sangrando.

Adrián me dio una mirada de susto, agarró algo grande que pudiese cargar  de un buró, no logré distinguir que era y rompió gran parte de la ventana que cubría el cuarto.

Abrió la puerta y se acercó hasta mi,no dijo nada y después se alejó.

Mis manos estaban cubiertas de sangre, aquella sangre roja que salía de mi muslo. Estaba sentada en el suelo, desplomada a tal grado que no sabía que había pasado.

Todo había sido tan rápido...

Mi respiración estaba entre cortada y mis brazos y manos temblaban con sangre en ellas. ¿Que iba a hacer? Estaba en una casa donde no conocía a muchas personas, no podía contar la verdad a mis padres ni tampoco a mis tíos,se armaría un alboroto. Traté de levantarme, mis piernas falsearon al hacerlo y de un tirón caí de nuevo al suelo.

Miré horrorizada la gran abertura que tenia en mi muslo, aquella no dejaba de sangrar y yo ya no encontraba que mas hacer. El piso se estaba cubriendo de sangre y yo sufría lenta y dolorosamente, era un dolor insoportable. Un dolor que sabía que jamás se retiraría de mi vida.

—¡Jayne! Ahí estas.

No se porque, había hecho como si no hubiese pasado nada.

Su respingado rostro se puso frente a mi, agarrando mi rostro con fuerza. Me besó lentamente, fue un beso horriblemente forzado. Me quité brsucamente sus manos de mi rostro y él solo acarició mi mejilla después de eso con delicadeza.

—¡Tienes que Quererme! Solo hazlo...

Negué y mis lágrimas salían deslizandose por completo de mi rostro. Aún dolía mi muslo, y el miró con satisfacción mi sangre caer al suelo cada vez más, me sentía mareada.

—Eres un jodido enfermo—escupí—Estas demasiado enfermo entiendelo.

Comenzaba a ver todo negro, Adrián estaba totalmente loco. Nunca me había dado cuenta de ello, nunca lo había asimilado ni siquiera había pasado por mi cabeza. Antes de cerrar mis ojos miré su rostro sonriendo, con una sonrisa jodidamente retorcida ante todo lo que estaba pasando.
_*_

El olor a lavanda me despertó, era muy fuerte. Cuando abrí mis ojos lo primero que vi fue una gran luz blanca en el techo. Giré mi rostro y miré un cuarto totalmente blanco, no sabía siquiera donde estaba. Hasta que giré por un sonido que llamó mi atención y pude ver que una máquina estaba concectada a mi.

En el monitor podia ver mis signos vitales de un color verde, hacían un ruido particular.

¿Que había pasado exactamente?

Mi cabeza dolía aún, entonces la puerta de la habitación se abrió dando paso a un doctor y a mi madre. Esta se acercó hacia mi y se sento en mi camilla.

—¡Por fin has despertado!

—¿Que pasó?—pregunté con confusión. Mis gestos eran de lo mismo.

—Jayne, cariño un ladrón entró a robar por la ventana de  tu habitación de visita y te estrelló contra el espejo junto de este.

No había sido un ladrón...

—Después de eso, Adrián nos informó que estabas tirada en el suelo con sangre, estaba tan asustado. Tu padre llamó a una ambulancia y estuviste dormida por 8 horas, te golpeaste la cabeza y tuviste una cortada en tu muslo.

Ahora lo recuerdo todo... Me Había golpeado con el espejo cuando logan me aventó a este. Recuerdo la sangre, aún así no debía preocupar a mi familia de esto, debía solo olvidarlo al igual que Adrián. Hice algo prohibido.

El doctor se acercó hasta mi—¿Como te sientes Alanna?

Hice una mueca al oir ese nombre. Traía un portapapeles en sus manos y comenzó a monitorear el aparato que estaba a mi lado.

—un poco adolorida....

—Si, eso suponia te hemos dado algunos sueros para que el dolor se disminuya poco a poco. Tenías una gran cortada en tu muslo izquierdo, tuvimos que realizar una sutura ya que no cerraría por si sola. Podremos darte de alta en poco tiempo, mientras debe venir tu madre a firmar unos documentos.

Mi madre asintió y se fue con el doctor dejandome sola en la habitación.

Debía alejarme lo más que pudiese de Adrián,debía hacerlo. No debía decir nada sobre lo que habia pasado, y aunque estuviese llorando ahora mismo tenía que seguir adelante y olvidarlo por mi cuenta. Había hecho muchas cosas y aquí estaba la consecuencia.

Quité un poco la sabana blanca que cubría mis piernas y vi la gran sutura que habían hecho en mi muslo. Sin duda eso iba a dejar una horrible cicatriz.

Una horrible cicatriz que marcaría mi pasado...

_*_

Presente

Estaba a poco de ir a esa dichosa cena. La verdad que debía tal vez usar un vestido que no fuese tan llamativo o algo por él estilo. Me metí a una ducha y mientras lo hacía los recuerdos de unas horribles manos recorrer mi cuerpo comenzaron a aparecer.

Negué con mi cabeza repetidas veces como si esto fuese a hacer que aquellos recuerdos se fueran. Pero, no aún estaban presentes en mi mente.

Comencé a temblar y aunque el agua estaba caliente estaba temblando con mucha dificultad, pensar en volverlo a ver causaba escalofríos por mi cuerpo. ¿Y si pasaba de nuevo lo mismo? No quiero saber que podría pasar si lo viese y estuviese de nuevo sola con él o si... O si de nuevo apareciera en algún lugar donde este solamente yo.

Al salir agarré un vestido aperlado, busqué un abrigo negro para ponermelo sobre este, ya que hacía algo de frío y seque mi cabello. Me quedaba minutos viendo a la nada aún, estaba viendo solo el espejo y perdiendome en él. Después senti una sensación extraña en mi estómago lo cual me hizo volver a estar conscinete de lo qur estaba haciendo.

Cuando llego el momento de bajar para irnos sabía que en cualquier momento podría llorar, tenia miedo, miedo de verdad. Miedo de que mis pesadillas volviesen a hacer presencia en la realidad.

Esta vez no iría a aquella mansión de la colina, la cual no había visitado por años y agradecía por hacerlo. Después de lo que había pasado aquella vez, mis padres se enfocaron aún más en su trabajo y no tuvieron tiempo para volver, mi padre no estuvo muy presente cuanfo estuve internada en el hospital pero aún asi todo cambió.

Venimos en el auto y se que los 3 hemos cambiado en muchas cosas, somos distantes, peleamos y yo no puedo evitar pensar en ¿porque son así?

Cruzo mis piernas entre el asiento, todo va en silencio hasta que en la ventana del frente del asiento del conductor la veo. Veo la maldita mansión de mis tíos. Al ponerme de pie frente a la entrada junto con mis padres, mi padre tocó el timbre y después de eso alguien abrió la puerta.

Mi corazón iba a salir por miedo, porque había visto a quien menos quería ver. Mis padres lo saludaron y pasaron mientras yo solo me quedé helada al verlo de pie. Ahí estaba él, con su piel blanca y rostro perfilado, su cabello rubio peinado como solía hacerlo y sus ojos verdes mirandome con frialdad.

Aunque el quisiera hacer que no pasaba nada después de mucho, yo sentía tanto miedo de volcerlo a ver. No podía dar un paso más, mis piernas no respondían y aunque mis padres habían entrado ya yo aún estaba aquí de pie.

Ni siquiera sentía frio, el aire solo rozaba pero yo no sentía nada más que miedo y repulsión.

Y ahí estaba él, con una sonrisa antipatica y retorcida tal cual como lo recordaba. Aquella sonrisa que hasta la fecha seguía atormentandome algunas veces en mis pesadillas. Aunque mi pasado estaba olvidado, estaba volviendo a mi presente. No podía creer que él estuviese frente a mí como aquel maldito día en que marcó mi vida.

—Hola, Jayne.

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