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SAMARA MOVIA SU PIERNA CON ESTRES, ignorando la explicación del profesor de química frente a ella y concentrandose en la charla de ambos chicos detrás de ella.

—Peter dijo que si la mordida no te transforma, te asesinara y tal vez los adolescentes tienen más oportunidades de sobrevivir —dijo Stiles.

—Tiene un punto —dijo Samara de acuerdo, en voz baja—La resistencia y las defensas de un adolescente son mucho más fuertes que las de un adulto o niño. Tal vez Derek esté buscando crear su propia manada, y para lograrlo, planea morder a más adolescentes. No se quedará solo con Isaac, una manada no funciona con un alfa y un beta siendo dos.

—Ser adolescente no evita que lo encierren —respondió Scott.

—Bueno, solo lo evita si hay evidencia o un testigo.

—¿Un testigo puede evitar que lo encierren? —preguntó Samara, dejando de escribir y mirando para atrás hacía Stiles, quien asintio—Oh. Danny, Danny —llamó discreta, asegurando que el profesor no la escuche. Miró al chico, notando que había logrado obtener su atención—¿Dónde está Jackson?

—Con el director —dijo—Hablando con su papá —señalo a Stiles.

—¿Qué?, ¿Por qué? —preguntó Stiles.

—Es porque vive frente a la casa de Isaac.

—Testigo.

—Hay que ir a la oficina del director.

—¿Cómo?

Samara se quedo pensando en alguna idea para salir, hasta que fijo su mirada en una hoja de papel suelta de su compañero de banco, dirigió su mirada al dúo detrás de ella y luego a su compañero, para luego mirar al profesor Harris, quien seguía escribiendo en el pizarrón.

—Tengo una idea —dijo ella—Oye. ¿Me lo prestas? Gracias —agradeció sin dejarlo responder, tomó la hoja de papel y la arrugó entre sus manos. Lo siguiente que paso; las risas de todo el salón llenaron el lugar mientras el profesor se volteaba a buscar al causante de recibir un golpe de papel en su cabeza—Ouh...

—¿Quién diablos hizo eso?

Samara ni siquiera dudo en señalar a los dos chicos detrás de ella. Scott la señaló a ella mientras su brazo derecho señalaba al chico a su lado. Stiles repitió su acción, señalando al dúo sobrenatural.

Harris frunció el ceño, molesto.

—Los tres —señaló a cada uno—A dirección, ahora —ordenó.

En otro momento, el trío problema se estaría quejando de ir a dirección pero en ese momento, los tres solo tomaron sus cosas y salieron del salón. Empezando a correr por el pasillo cuando salieron de la vista del resto de estudiantes.

Una vez que llegaron, se sentaron en unos asientos libres fuera de la oficina del director, apoyandose en la ventana con las persianas cerradas.

—Espera. ¿Estás diciendo qué sabías qué el padre de Isaac, lo golpeaba? —la voz del sheriff Noah se escuchó, con un tono ironico.

—¿Golpearlo? Lo dejaba medio muerto.

Samara rodó los ojos, cuestionandose de como diablos su mejor amiga pudo interesarse en alguien tan arrogante, idiota y egocéntrico como lo es Jackson.

—¿Se lo contaste a alguien? —preguntó Noah—¿Maestros, padres, quién fuera?

—No, no es mi problema.

—No, claro que no... ¿Sabes? Es raro que los chicos golpeados, siempre son los que menos se lo merecen.

"¡Eso es! Dale en el ego, Noah." Pensó.

—Sí —respondió Jackson, desinteresado—No- ¿Qué?

—Creo que eso es todo.

Samara se reincorporó en su asiento, al igual que los dos chicos a sus lados. El sonido de la puerta abrirse, atrajó su atención. Noah cruzó por el umbral de la puerta con un oficial detrás de él, y en un vago intento de Stiles por ocultarse, tomó la primera revista que vio y ocultó su rostro, simulando leer.

El Stilinski mayor miró a su hijo, cansado. Dirigió su mirada a los otros dos acompañantes de su hijo, quienes miraban al de lunares con confusión, aunque ellos seguian preguntandose porque se sorprendian de él.

—Hola chicos —saludó Stilinski.

—Hola.

—¿Cansado? —preguntó Samara, logrando captar el aroma a cansancio que soltaba todo el cuerpo del adulto.

—Demasiado —respondió, mirando a su hijo de reojo—Pero creo poder soportarlo, adiós chicos.

—Adiós.

Los tres adolescentes vieron como Stilinski y el oficial de alejaban por el pasillo.

—Chicos —esa voz familiar, cuando el trío problema volteo, pudieron ver al mismo anciano que estuvo en el funeral de Kate Argent y en el bosque, ayer—Pasen.

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—Samara Jones; calificaciones perfectas pero demasiados reportes de quejas en química —la castaña sonrió de labios cerrados—Scott Mccall; academicamente no eres el mejor pero veo que eres una estrella en los deportes —el moreno asintió, su cuerpo tenso—Stiles Stilinski; calificaciones perfectas pero ningún extracurricular... tal vez deberias probar en lacrosse.

—De hecho, ya estoy... —fue interrumpido.

—Mccall, tú eres el Scott que salia con mi nieta —dijo Argent anciano, dedicandole una corta y rápida mirada... extraña.

Acción que Samara notó.

—Saliamos pero ya no, ya no salimos, ni nos vemos, ni hacemos nada juntos, nada de nada —contestó con rápidez—Se lo juro.

—Tranquilo Scott, parece que estás apungo de tragarte una pastilla de cianuro.

—Es que aún me duele..

—Oh, que mal. Pareces un buen chico.

—Sí, sí —murmuró—Aunque ahora salgo con Sam —dijó Scott de imprevisto, estrelazando sus manos y dejando un pequeño beso en la mano de ella.

—¿En serio? —preguntó Samara, con una expresión confusa formandose en su rostro.

—¿En serio? —continúo Stiles, inclinando su cuerpo para ver las manos estrelazadas del dúo sobrenatural y luego el rostro de cada uno, y así, sucesivamente.

—¿En serio? —terminó Gerard, con una pequeña pizca de sorpresa en su voz, para luego recomponerse—Sí no me equivoco, mi nieta Allison es tu amiga. ¿Verdad?

—Ah— sí, es mi amiga —respondió Samara, dandole un fuerte apretón a su mano estrelazada con la del moreno, quien formó una mueca adolorida que logró disimular—Pero ambas nos llevamos bien, ella... ella se desconcertó al principio pero ahora lo acepta. No hay rencores entre nosotras.

Gerard asintió.

—Escuchen los tres. Sí, soy el director pero no quiero que piensen que soy su enemigo.

—Ja. ¿En serio? —dijo Stiles con sarcasmo, bastante notable.

—Sin embargo —ignoró al chico—Como es mi primer día, debo apoyar a mis maestros. Desafortunadamente, alguien debe aceptar la culpa y quedarse castigado.

Stiles dejo de jugar con sus manos y levanto la mirada al sentir tres pares de miradas en él. Samara, Scott e incluso Gerard, lo miraban atentamente.

—....

Minutos después; Samara corría por los vacíos pasillos de la preparatoria con Scott a su lado, ambos esquivando a los pocos estudiantes en su camino mientras se dirigian a la salida del establecimiento.

Una vez que llegaron, Samara pudó ver como una patrulla estaba estacionada apunto de irse, con Isaac sentado en los asientos de atrás. Este dirigió su mirada a ellos, conectando sus ojos con los de ella. Azul y miel. Samara mantuvó el contacto visual hasta que el vehículo se perdio de vista.

Samara suspiró, dio la vuelta y camino hacia la entrada junto al moreno, y cuqndo estaba por pedir una explicación de lo que ocurrió en la oficina del director, el sonido de un auto los detuvo. El dúo volteo, viendo la ventana del vehículo negro abierta, y Derek, dentró de este.

—Entren.

—¿Es en serio? Tú hiciste eso, es tu culpa —reclamó Scott.

—Ya lo sé, ahora suban al auto y ayúdenme.

—¿Por qué? —preguntó Samara, cruzandose de brazos—Tú fuiste el que quería una manada. Tú convertiste a Isaac. Tú causaste todo esto. Nosotros no tenemos nada que ver, así que arregla el problema; solo.

—Y yo creo que tengo una mejor idea, llamaré a un abogado —dijo Scott—Un abogado tiene mejores posibilidades de sacarlo antes de que salga la luna.

—No cuando revisen bien su casa.

—¿De qué hablas? —preguntó el dúo al unisonó.

—No sé que le dijo Jackson a la policia, pero es peor en su casa. Mucho peor —comunicó Derek.

—¿Un cadáver?

Tanto Scott como Derek voltearon a verla, con una mezcla de confusión y extrañez.

Confusión por la pregunta.

Extrañez por su sonrisa.

—Lo siento, tuve un deja vu —aclaró al ver los rostros de ambos hombres lobos, pero eso cambio cuando fue la primera en subirse al vehículo seguida de Scott.

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La linterna–que Samara no sabía de donde y cuando aparecio–que habían llevado, lograba iluminar la oscura y fría casa del hogar que parecia abandonado.

—Sí Isaac no mato a su padre. ¿Quién fue? —preguntó Scott, rompiendo el silencio que se había formado al entrar.

—No lo sé aún —respondió Hale, mientras la única chica se dirigía a lo que parecía ser el comedor y cocina.

—Derek, ¿Isaac no te mencionó sí lo que sea que atacó a su padre, lo hizo aquí primero? —preguntó al notar vidrios rotos en el suelo y un pequeño aroma a sangre. El miedo, enojo y una pizca de diversión era lo que más se podía sentir en esa parte.

—No —negó Derek—Eso lo hizo su padre —señaló.

Samara lo miró con sus labios entreabiertos, procesando el hecho de que el señor Lahey no solo había lastimado a su propio hijo a golpes.

—¿Cómo sabes que no está mintiendo?

—Porque confío en mis sentidos, en la combinación de ellos y no solo... en el olfato.

Samara soltó una pequeña risa que fue ahogada por su mano, por otro lado, un Scott completamente avergonzado dirigía su mirada al mayor.

—¿Viste la practica de hoy?

—Sí.

—¿Se vio así de mal?

—... sí.

—Corrección, fue espantoso pero también gracioso —agregó ella.

Samara y los otros dos caminaban por el oscuro pasillo alumbrado por la linterna, deteniendose en cada puerta o algo que les parecia extraño. Hasta que llegron a una puerta algo alejada del resto.

—¿Quieren aprender? Comienzan ahora.

—Yo no recibo ordenes de ti, maldito gruñon —murmuró Samara indignada, ignorando el gruñido molesto del mayor—Tampoco me gruñas.

Sin esperar respuesta, bajó por las escaleras detrás de Scott, quien elevó su brazo derecho y lo detuvó a la altura de su estomago, colocandola detrás de él por precaución. Y Derek iba atrás.

—¿Qué hay ahí? —preguntó Scott.

—Un motivo.

—¿Motivo para qué?, ¿Qué buscamos?

—Sigan su intuición.

La habitación–que al parecer era el sotano–estaba bastante desordenada, la linterna estaba apagada y la luz de afuera lograba iluminar un poco la habitación.

Samara camino por el lugar con cautelencia, evitando chocar con los objetos tirados o colgados. Hasta que un escalofrio recorrió su cuerpo al sentir un aroma de miedo, terror y desesperación de cierto lugar.

Un congelador.

—¿Qué es esto? —preguntó Samara, mientras su mejor amigo sostenía el pequeño candado que lograba abrir la tapa del congelador.

Aunque la repentina luz de la lintera los sobresalto.

—Abrela.

Scott fue el que lo abrió y cuando lo hizo, él, Samara y Derek pudieron ver incontables marcas de uñas marcadas en el interior del congelador, con algunas teniendo pequeñas manchitas de sangre seca.

—No son de hombre lobo —murmuró, pasando sus dedos por una de las marcas en el interior del congelador—Son de humano.

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Por otro lado, en la preparatoria Beacon Hills; Stiles caminaba hacía su jeep, colgando la mochila en su hombro mientras su brazo libre sostenía su teléfono en llamada contra su oído.

—Hola, perdón. Harris apenas me dejo salir del castigo, en serio, y se quedo con mi teléfono hasta ahora.

—Tenemos que hacer algo ahora —la voz de Allison se escuchó desde el otro lado de la línea—Me estaban haciendo preguntas sobre Lydia y sobre como la mordió Peter, y luego le dieron ordenes a un hombre.

—Espera. ¿Cuál hombre?

—Uno vestido como ayudante del alguacil.

—Irá a la estación por Isaac —dijo él.

—Llevaba una caja con algo en ella, no sé, como un grabado o algo así.

—¿Y qué es?

—Espera, espera. Está en uno de estos libros... le tomaré una foto —avisó Allison, y seguido de eso, un pequeño tin vibró en el celular del chico—¿La tienes?

—Sí. Wolfsbane.

—¿Eso que significa?

—Significa que van a matarlo —dijo Stiles, quedando en un tenso silencio antes de presionar sus labios ligeramente, suspiró—Le diré a Sam, tú tratá de detenerlo.

—Entendido.

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• Capítulo cuatro, terminado.

• Creería que ya saben las preguntas que hago aquí, pero de igual modo las haré. ¿Qué opinaron del capítulo, les gusto?

• Última pregunta y podrían ser sinceros. ¿Les gustan los capítulos, quieren que actualize?

💞 Besos 💞 >Mili.