Japon.



El país asiático miraba todos los puesto con una singular alegría que nunca demostraba en publico, no por lo menos cuando estaba vestido de forma normal, paseaba entre aquella convención de anime y manga, debía de admitir que aunque no estuviera en su país el ambiente era muy parecido, estuvo de un lado a otro comprando figuras y todo aquellos que le llamara la atención, se movía con discreción hacia cualquier lugar que le atrajera siendo detenido de vez en cuando para tomarse una fotografía con personas al azar para después solo escuchar un;

-Que lindo Cosplay amiga!!-.

Japón llevaba un uniforme de colegiala totalmente negro que se veía perfecto con su piel blanca, para cubrir su rostro, uso una mascara de zorro de las cuales se solían usar en las festividades de su tierra, después de todo, no podía dejar que alguien se enterara de los extraños fetiches de el nipon en cuanto a usar ropa de mujer, arruinaría totalmente su reputación y la de su honorable padre. Este ultimo siempre resaltaba lo delgado e inútil del cuerpo de Japón, o en sus propias palabras; "Yo quería un hijo guerrero, no un marica".
El, acomplejado por las palabras de su padre intento ser fuerte y masculino para que este viera que el no era ningún marica, mas lo brusco y violento de la vida varonil no era lo suyo, no, el estaba mas que atraído por las finas telas y las acciones delicadas que tanto le gustaban, era un hombre y de eso no tenia duda, mas sus gustos le jugaban de una manera contraproducente.
Camino por aquella expo llegando a un puesto en el cual había un gigante peluche de una alpaca de pelaje color arco iris que le atrajo de inmediato.

-¿Cuanto cuesta el animal?-. Pregunto con su pobre español imitando la dulzura de la voz femenina.

-Cuesta 600 Soles, pero lamento decirle señorita que ya esta apartado...-. Dijo apenado el joven.

-¿Para quien?...-.

-¡¡Para mi señorita!!-.

Miro por enzima de su hombro viendo a quien menos quería ver, México cargaba varias bolsas con uno de sus brazos y con el otro le saludaba efusiva mente, Japón se congelo en su lugar sin decir ni una sola palabra hacia el latino, si se daba cuenta de quien era lo mas seguro es que se lo diría a Estados Unidos y el al resto de países, no podía permitirlo, con suma cautela intento alejarse del lugar siendo detenido por el hispano que con su cuerpo detuvo el paso del asiático.

-Espere, antes de que se vaya, ¿¡podría tomarme una foto con usted!?-. Pregunto México sin dejar de sonreír sacando una pequeña cámara de su bolsillo.

-Déjala en paz México, de seguro piensa que eres un violador -. Se burlo el vendedor comenzando a bajar el peluche del estante poniéndolo en el mostrador.

-Nada de eso, es solo que no creo que nadie me crea que tuve la suerte de toparme con alguien tan bonita como ella -. Hablo con simpleza dejando el pago en el mostrador.- Y bien, ¿que me dice, le daría la oportunidad a este tlacuache de salir en una foto con tan linda damita?-.

Japón agradecía tener puesta aquella mascara ya que su rostro estaba totalmente cubierto por un sonrojo indomable provocado por los insistentes piropos del latino, siempre pensó que este era tan listo como un mosquito, pero tal parecía que este tenia cierto encanto en cuanto a coqueteo se trataba.

-Esta bien...-. Susurro lo suficientemente fuerte para que el hispano escuchara haciéndolo sonreír.

El Norteamericano le pidió al vendedor que les tomara una foto a ambos, las dos naciones se acercaron lo suficiente para ser tomados por la lente, los segundo parecían eternos para el nipon que solo podía escuchar la cuenta regresiva que el hombre les daba para poder salir en una pose divertida.

5...

-Sabe señorita -. Llamo su atención México. -Siento que la conozco -.

4...

-Imposible, y~yo no soy de aquí -. Replico con voz temblorosa sin moverse de su lado.

3...

-Si, eso se nota a kilómetros -. Respondió sonriendo. -Es casi de mi estatura, tiene la piel muy blanca y usa un asentó muy raro, se parece al de...-. México guardo silencio y  comenzó a unir las pruebas girando para ver a la supuesta chica.

2...

[Hay no....] Fue lo único que pensó cuando vio como el latino comenzaba a verlo mas detenidamente.

1...

-NO MAMES, TU ERES JAP ¨-.

-呼び出します。(¡¡CALLATE!!)-. Grito el nipon mientras le propinaba una bofetada al latino.

Vaya que aquella foto era memorable, no todos los días vez a México ser noqueado así de fácil por una colegiala.

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Después de casi romperle la mandíbula al latino decidió que lo mas justo seria ayudarlo a llegar a un lugar donde pudieran auxiliarlo, tras no encontrar ningún sitio abierto en domingo tan tarde se resigno a hacerlo el mismo, tras comprar algunas cosas como vendas y agua oxigenada, ambos se dirigieron a un parque de juegos cercano y usando los columpios como enfermería se dispuso a curar la pobre cara del latino. Tras terminar de curar al contrario se disculpo sin decir nada mas, ya sin mascara solo miraba como México sobaba su rostro, de seguro pensaría que el era un enfermo degenerado por vestirse como chica, no faltaría mucho para que este lo atacara con prejuicios e insultos tal y como su padre solía hacerlo a diario.

  -Sobre lo que paso...-. Rompió el hielo el latino alertando al nipon.

-¡¡Perdóname México-San!!!-. Grito poniéndose de pie al instante haciendo una reverencia ante el otro. -Te imploro que no le cuentes a nadie sobre esto, no lo volveré a vestirme de esta forma, pero por favor no digas nada...-.

-¿¡No lo volverás a hacer!?-. Repitió aun sentado en el columpio dejando todas sus bolsas en el césped.

-Te lo prometo...-. Dijo con algo de tristeza sin siquiera mirarlo a la cara.

-Que pena, te veías bastante bien en esa falda -.

Japón levanto la mirada notando como el Mexicano aun con su sonrisa le invitaba a nuevamente sentarse en el columpio, una vez en este, le miraba demasiado relajado para alguien que acaba de descubrir el secreto mas grande de una nación tan poderosa como el.

-¿No crees que esto es... enfermo? -. Interrogo comenzando a balancearse con el mayor.

-Claro que no compadre, en realidad es totalmente normal, varios de mis hijos las usan con orgullo -. Dijo bastante alegre mirando hacia el frente.

-Pero yo soy hombre y esto, no va con lo que me han dicho que debo hacer -. Respondió tomando con fuerza el dobladillo de su falda. -Soy una deshonra para mi gente -. Sintió como las palabras de su padre comenzaban a pesar mas en su conciencia, México detuvo ambos  columpios y con delicadeza abrazo a el nipon por los hombros atrayendo lo mas hacia el.

-Tu tomaste los destrozos del pasado y lo volviste un país rico y prospero, nunca he visto un solo día en el que no pongas a tu gente antes que tus propios sueños, ademas, entre tu y yo, siempre pensé que tenias un lindo cuerpo, parecía echo a mano amigo mio -. Lo dijo acariciando el hombro ajeno en forma de consuelo. -Eres un gran país asombroso y quien sea que te metió esas ideas tan estúpidas en la mente se las va a ver conmigo -. Finalizo sonriendo sintiendo como ahora era el asiático quien le devolvía el abrazo.

-Entonces, ¿guardaras mi secreto?-. Pregunto chocando ambas miradas.

-Nunca le diré a nadie, todos tenemos nuestros secretitos, por ejemplo, cada que voy a una fiesta me robo los centros de mesas -.

-¿Eras tu?-.

-Por favor no le digas a nadie, si no USA me mandara a tratamiento otra vez -. Dijo burlón recordando como el gordo lo empujaba dentro de aquel lugar.

-Te lo prometo México-San -. Le dijo sonriendo sin separarse de su lado, vaya que se había equivocado con el, una equivocación que le traía gran felicidad.





Hola, se siente bien estar de regreso, tengo un montón de borradores y hoy y mañana publicare tantos como acabe, espero y esto sea de su agrado, no olviden comentar y dejar su opinión siempre me alegra el día leer lo que piensan.

Los quiere la escritora!!

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