4.Culpable

—¡Ustedes son unos campeones!

—¡Son los mejores!

—¡Qué gane el mejor!

Eran los gritos de la de muchas chicas unas decían frases y otras decían los nombres de los jugadores, pero todas los animaban y yo era una de ellas.

Con los nervios de punta (soy el tipo de persona que no prefiere ver las películas de deporte porque me ponen de nervios) era una jugada muy difícil de adivinar quién es el ganador ya que los dos equipos tenían sus estrategias y jugadores muy buenos.

Cuando de pronto veo que el equipo contrario hace una mala jugada y ganamos un punto —¡Vamos uno a cero! —gritaban muchas. De pronto empiezan a jugar sucio y empujan a Andrés que era quien tenía la pelota en ese momento (es obvio que esto es considerado como falta) pero él lo esquiva dejándolo desorientado teniendo la delantera e introduce la pelota en la canasta y todo gritan "canasta" de verdad que es muy divertido y más las olas que hacemos con los brazos por todas las gradas.

Ya me había fijado de su pequeña cojera, pero lo sabia disimular muy bien porque era la única en darme cuenta —Andrés está muy sexy —comenta Tani mirándome —Si ya lo veo —exclamando de una forma que ni yo misma me lo creía.

Si ella supiera que eso lo comprobé personalmente, me mata.

El juego ya había terminado y los esperábamos en el pasillo principal de la escuela —¡Campeones felicidades! —gritamos al ver la presencia del equipo.

De pronto recibo un mensaje de mi madre preguntándome donde me encontraba (verdad que les dije que iría al baño) me dirijo a un lugar que este con silencio y la llamo —Mamá estoy celebrando junto con mis amistades que mi escuela acaba de ganar una competencia de baloncesto —me responde —Está bien, divierte —es la mejor.

De regreso veo a Andrés hablando con Rafael, cuando me ve el empieza actuar como si tuviera un gran dolor en el pie.

A pesar de que estaba fingiendo me siento completamente culpable.

—No sabes lo que los premios del Oscar se están perdiendo —le digo.

—Tu comentario me dice que no quieres cargar con la responsabilidad.

—Creo que tu pie estaba muy bien cuando estabas jugando.

—Solo estaba disimulando el dolor.

—Que bien lo disimulas, pero como me siento culpable dime que quieres.

—Quiero que me invites a comer.

—¡Eso nada más!

—Acaso quieres más. —No

Salgo de la escuela y recojo mi moto eléctrica que se encontraba en el parqueo —Yo no voy a montarme ahí —comenta Andrés.

—Tanto miedo le tienes.

—No le tengo miedo a la moto, sino a la conductora.

—Vamos, deja de reprochar y monta.

En el camino me hacia muchas preguntas (ya que era extranjero no sabía nada de la ciudad) —¿A dónde me llevas?

—Es un secreto. —Mientras que mi vida no corra peligro a tu lado, todo está bien.

—Pues allá vamos (acelerando para asustarlo un poco más) haciendo que agarre mas fuerte mi cintura. Me encantaba la sensación que él me hacía tener agarrándome de la cintura con sus grandes brazos.

Cuando llegamos lo primero me dijo fue —Primera y última vez que me monto a un transporte tu conduciendo —no pude parar de reír.

Es evidente que disfrutó el paseo, pero no lo quiere admitir.

Andrés Briver:
Llego a un restaurante después de tener un paseo en su moto agarrado en su pequeña cintura detallando cada parte de cuerpo disimuladamente.

Cuando me fijo detenidamente el restaurante era muy humilde y hogareño con una impresión bastante cálida. Entrando veo a Luci medio distraída y después sigue su ritmo.

¿Por qué de pronto tiene esa cara? Si hace un momento estaba riendo.

Cuando nos sentamos llega rápidamente una señora a tomarnos el pedido y la saluda.

—¿Amalia cómo has estado?

—Todo bien, pero en estos días no te he visto muy seguido y ahora vienes con una compañía.

—No tiene nada que ver, en estos días he estado cuidando a mi sobrina.

¿Sobrina? parece que conoce muy bien este sitio y a todo el personal, como si visitara este lugar muy seguido.

Cuando estamos pidiendo lo que queremos comer ella no paraba de hablar. En serio ella se va a comer todo eso. Parece que su apetito es mas grande que el mío (como es posible que tenga un cuerpo tan pequeño y le quepa toda esa comida)

—Frecuentas muy seguido este lugar —le pregunto

—Desde muy pequeña este siempre ha sido mi lugar favorito.

—¿Me enseñarías todos tus lugares favoritos?

—No creo que merezcas ese privilegio.

—No sé de dónde nace tu autoestima, pero créeme es una gran ventaja estar conmigo.

—Parece que mi autoestima nace del mismo lugar que la tuya.

La verdad es que Lucia me incita decirle todas esas palabras, cuando la veo es como si quisiera molestarla e intimidarla.

Cuando en realidad soy más frío que el hielo, pero ella derrite esa personalidad.

Siempre la observo detalladamente tratando de conocerla mejor y sus actitudes hacen que crezca mi interés por ella.

Cuando nos entrega la comida ella coge una servilleta y en ella echa un par de carne asadas y con la misma sale.

—¿Luci a dónde vas? —Vuelvo en un momento

Me asomo por la ventana de cristal que tenia al costado y veo como se lo da un pequeño cachorro que estaba casi a la entrada del lugar.

Fue por eso su cambio de humor repentino.

Tenia pinta de ser un perro de raza parecía como si lo hubieran abandonado en la entrada de un restaurante para que no pasara trabajo de conseguir un nuevo dueño, pero que rápido logra conseguir el corazón de las personas (hasta para mí, me parece adorable) le gusta tanto a Luci que hasta ha hablado con el personal del restaurante para que se lo cuiden por un momento para que nadie se adelantara en llevárselo.

Lucia que tipo de magia haces como para tenerme encantado hacía ti.

Nota de la autora:

Andrés cada día me enamora su personalidad.

En esta novela vemos personalidades en los protagonistas muy diferentes de lo que estamos acostumbrados a leer, pero quería realizar una novela innovadora y no un típico cliché de Bad Boy. Espero que les hallan gustado.

Dentro de poco saldrán próximos capítulos ~~~~~~

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