Epílogo
Ashley
Han pasado casi dos días desde que estamos en este lugar y aún no me acostumbro. No me permiten salir hacia fuera de la casa, temen que pueda sucederme algo. No obstante, no podía dejar de decirle adiós a Chris, necesitaba despedirme.
Prácticamente tuve que implorar para que me dejasen, y aún así, se negaron. Terminaron accediendo cuando los amenacé con escaparme, prefirieron acompañarme antes que dejarme ir sola.
Nos dirigimos de regreso a Columbus, los chicos raros alquilaron un nuevo auto, según ellos, para que no nos identificaran. Durante el camino, pienso en las palabras de despedida, sé que será duro.
Estimo que han pasado alrededor de dos horas y media cuando al fin el coche se detiene, aunque me prohíben bajar hasta inspeccionar la zona. Nos encontramos fuera de la morgue, este sitio siempre me ha puesto nerviosa. Si estoy aquí hoy es por él, se lo debo, no puedo defraudarlo.
Luego de unos minutos aguardando, me dan luz verde para bajar del auto. Soy escoltada hacia dentro de la instalación, a veces me cansa tener dos hombres a mi lado todo el tiempo.
—Buenas, queremos hablar con el doctor encargado de la autopsia de Christopher Jefferson— indica uno de los sujetos, el cual si más no recuerdo, se llama Robert.
—Espere un momento—
Observo a la muchacha que atiende coger el teléfono, seguramente esté avisándole a ese médico. La única razón por la que vine hasta aquí, es para despedirme del chico que amo.
—Estará aquí en unos minutos—
Esperamos un rato hasta que llega, estoy nerviosa.
—Buenas, ¿en qué puedo ayudarlos?— indica al vernos.
—Soy yo, necesito ver el cuerpo de Christopher, necesito despedirme de él—
—¿Y usted es?—
—Su novia, era su novia—
Es extraño decir esas palabras, nunca llegamos a sentirnos así, el destino no nos dejó.
—Está bien, la dejaré solo dos minutos, venga conmigo—
Sigo los pasos del forense, aunque escucho detrás de mí otras pisadas.
—Esperen, solo puede ir uno, ustedes aguarden aquí— explica el señor que tengo frente a mí.
—No me gusta esto, pero lo haremos, no te demores mucho Ashley— me ordena Ronald, es al que le tengo más confianza.
—Vale, trataré de no demorarme—
Dicho esto, continúo el recorrido hasta la habitación que contiene el cuerpo sin vida de Chris. El doctor me deja a solas, lo cual agradezco.
El cadáver de Christopher se encuentra envuelto en una bolsa negra, encima de una camilla. No quiero destaparlo, conozco mis límites y no quiero sobrepasarlos. La herida de su muerte aún no sana, necesitaré mucho más tiempo para superarlo.
Espero que estés donde estés, escuches ahora estas palabras. Fue poco el tiempo que tuvimos juntos, desearía que hubiese sido más. Sin embargo, debo aceptar que fue la etapa más feliz de mi vida, así como la más triste. Y es que es así, eso es el amor, puede hacernos vivir los momentos más felices, pero también los más tristes. Aprendí lo que es ese sentimiento, a quererte por sobre todos tus defectos, porque sí, yo amé tus defectos, aún los amo. Dices que la muerte puede acabar con el amor, pero no es así, yo todavía estoy enamorada de tí, y creo que así será por un largo tiempo. Me lamento por no haberte dicho Te quiero aquella última vez, debí haberlo hecho, solo que estaba molesta. Quiero que sepas que te perdono, por todo lo que hiciste, al final creo que cambiaste, intentaste salvarme y lo lograste, estoy viva por ti. Te quiero a pesar de todo, sí, y estarás en mi corazón hasta que yo también muera.
—Señorita, se le acabó el tiempo— interrumpe el doctor justo a tiempo, cuando ya había terminado.
Asiento y camino hacia la salida, a pasos lentos, dejando atrás una parte de mi vida, de mi corazón.
—Fue una muerte terrible, su rostro está irreconocible—
Entiendo que para este señor sea fácil decirlo, pero para mí es muy doloroso escucharlo.
—No necesito que me diga esto, ya lo sé, estuve ahí—
—Ah, lo siento, debe ser difícil—
—Sí—
Le doy la espalda para salir, secándome las lágrimas, no me había dado cuenta de que estaba llorando.
—Una pregunta antes de que se vaya— añade el sujeto, por lo que me volteo.
—Diga—
—¿Conoce de alguna persona que pudo haberle hecho daño?—
Está claro quién fue el culpable de todo esto, es triste pensar que su propio padre lo haya asesinado.
—Sí, fue su padre, también murió— afirmo esclareciendo sus dudas.
—Ah, no sabía. Lo único que no entiendo es una cosa—
—¿Qué es lo que no entiende?— este médico está poniendo a prueba mi paciencia con sus preguntas.
—¿Por qué alguien quemaría su cuerpo si ya estaba muerto?—
¡Pero bueno bueno! Hola hola, salutes a todos. Aquí tenemos el epílogo y me muero por leer todas sus teorías sobre lo que ocurrió. La cuenta atrás para la publicación de la segunda parte ya comenzó. Mientras tanto... ¡Hagan sus teorías! En menos de lo que esperan, estaré de nuevo con vosotros. Hasta ese día, os deseo lo mejor.
¡Buona giornata para ustedes!⏳
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