Azulejos de las montañas
01 de Diciembre del 2017
Narra Ciel:
Estaba sentado en el comedor junto a otros pacientes del hospital. No me gusta la cómida de aquí, y nunca me gustara... Pero a veces mi hambre me gana.
Uno de los doctores se acercó hasta mi asiento.
Doctor: Ciel Phantomhive, tiene visitas.
Puse mala cara mi me levanté para seguirlo hasta la sala de visitantes.
Mientras caminábamos por lo pasillos, pensaba en lo afortunado que eran los pacientes a los cuales sus familias habían olvidado y jamás visitaban... No me mal interpreten... Se que es triste, y amo a mi familia después de todo. Pero pónganse en mi lugar... ¿Desearían realmente que sus seres queridos tengan que verlos con el aspecto de muerto viviente? Porque a mí no me gusta.
Llegando a la sala, ya podía ver a los tres sentados en unas sillas frente a una mesa cuadrada.
Lapiz fue el primero en verme, y al hacerlo, sonrió y se puso de pie.
Lapiz: ¡Ciel!
Corrió hacia mi y me abrazo. Me sentí realmente incómodo, no soy alguien a quien le gusta mucho los abrazos... O por lo menos, ya no.
Lo alejé lo más disimulado posible y nos dirigimos a la mesa juntos.
Mamá: Que gusto me nos da verte, cariño.
Yo: A mi también me da gusto verlos...
Lo sé, mentí... Pero no es la primera vez que lo hago. En Bedlam he aprendido tres cosas muy importantes... Y una se ellas es mentir.
Lapiz: ¿Como estas?
Yo: Bien...
Otra mentira... ¿Pero qué podría haber dicho?
》Deprimido porque todos creen que estoy loco... Los doctores no me tratar muy bien, que digamos. La comida es horrible y todos los medicamentos me dan dolor en la garganta《. No podía decir eso porque... Primero, ellos no iban a poder hacer nada contra eso;Y segundo, no quiero arruinar su día.
Yo: ¿Ustedes como están?
Lapiz: Bien. Lizzy fue ayer a la casa, desearía que hayas estado con nosotros.
Elizabeth... No la veo hace mucho. Fuera de mis padre y mi hermano, la única persona que me visita mucho es la tía Ann. Pero lo entiendo... Lizzy es demasiado sensible como para venir a un lugar como este. Creo que por eso la tía Francis prefiere escribirme ante venir.
Papá: ¿Te has estado portando bien?
Yo: Si.
》No importa lo que haga... Parece que siempre habrá algo que les moleste《 Tengo que dejar de pensas en mis "posibles" respuestas que se que nunca diré.
Mamá: Ciel... Creo que ya sabes que en dos semanas será su cumpleaños. Y estábamos pensando que tal vez... Deberías de pasarlo con nosotros en casa. Hablaremos con los doctores para-
Yo: ¡No!
Todos los ojos presentes comenzaron a observarme.
Procure que no haya un doctor cerca antes de hablar, pero por las dudas, preferí susurrar.
Yo: No quiero estar en casa ese día... Y ustedes tampoco deberían estarlo. En serio, algo malo va a pasar...
X: Bueno, miren quien está aquí... Cuanto tiempo sin vernos.
Esa voz de lunático con problemas de personalidad me interrumpió... Su melena blanca y larga se hacía presente en la sala, con una enorme sonrisa como siempre.
Yo: Hola Undetaker.
Undetaker: Señorito... Mírese nomás... Se ve espantoso.
Papá: ¡Undetaker!
Undetaker: ¿Que? Es la verdad... Miralo, desnutrido, con su cabello desprolijo y sin brillo, con unas enormes ojeras... Y sus ojos... Han perdido su... Su brillo tan característico.
Mi padre comenzó a golpear a Undetaker en la cabeza, mientras que este, solo se reía a carcajadas de escuchar a papá renegar.
Estaba tan distraído viendo eso que no me percaté que los ojos de mi hermano estaba atentos a mi, como si recién caía en cuanta que todo lo que aquel chiflado había dicho era verdad.
Lapiz: Él tiene razón ¿Estas bien Ciel?
Di un oara de parpadeos antes de contestar... Como un teléfono reiniciando su sistema antes de volver a su realidad.
Yo: Si... Estoy bien. Tu luces perfecto.
Él siempre fue el perfecto.
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04 de Mayo del 2013
Narrador omnisciente:
El sol apenas estaba saliendo para Londres... Aun así, el amo, Vincent, ya estaba revisando sus trabajos... Y el mayordomo, Tanaka, preparaba el desayuno para la familia. Aunque ellos nos sabían que no eran los únicos despiertos.
El pequeño Lapiz dormía plácidamente, pero poco a poco comenzó a sentir como si alguien tocara su hombro y lo sacudiera lentamente. Con un par de quejidos, este comenzó a abrir los ojos.
Lapiz: ¿Que? Es muy temprano.
Al despertar, vio frente suyo a su hermano... Quien tenia los ojos lleno de lágrimas. Inmediatamente, dio un salto en la cama quedando sentado frente a el niño, el cual era idéntico a él.
Lapiz: ¿Que pasa? ¿Porque lloras?
Ciel: Fue... Fue muy feo, Lapiz.
Aún con lágrimas, se apoyo en el pecho del contrario mientras jadeaba... Este lo abrazo y acaricio su espalda.
Lapiz: ¿La pesadilla de la casa?
En silencio, Ciel solo afirmó con su cabeza.
Lapiz: Ya está... hermanito. Fue solo un sueño... No es real.
Se quedaron en esa posición por un largo, largo, rato.
Ya habían terminado de comer... El señor Phantomhive tendría unos invitados a la casa, compañeros de trabajo y futuros colegas... Por lo que quería que sus hijos dieran una buena impresión. El señorito Lapiz ya estaba en su habitación siendo preparado... ¿Pero dónde estaba Ciel? Una pregunta que nadie se hacía por mucho tiempo. Eran las 16 : 38, todos sabían a dónde estaba esa hora... Por qué a esa hora, ellos pasaban.
El señor Phantomhive fue esta el jardín trasero de la casa, donde encontró a su hijo acostado en el césped mirando hacia el cielo. El mayor levantó la mirada para apreciar a los hermosos Azulejos de las montañas, unas aves muy preciosas.
Vincent: ¿Los miras pasar?
Ciel: Si. Sus alas son bellas.
El conde solo acario la cabeza de su hijo.
Vincent: Luego entras a la casa a cambiarte.
Ellos solo pasaban por el aire... Ni siquiera se percataron de aquel niño que los observaba tan detalladamente. No, no hablo precisamente de los pájaros.
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