ᴠ. ʟᴏꜱᴛ ꜱᴛᴏʀʏ





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Los días pasaban lentamente en Storybrooke. Las hermanas pasaban la mayor parte del tiempo separadas debido a sus diferentes trabajos. Emma había aceptado el empleo que le ofreció su nuevo amigo Graham como oficial, mientras que Nisha pasaba casi todo el día con Regina.

Después de vivir un pequeño terremoto en el que Henry estuvo en peligro, las exigencias de sus trabajos consumían todo su tiempo. Ambas llegaban agotadas, ya que la alcaldesa ponía mucha presión sobre los hombros de la rubia, solo para molestarla, lo que también afectaba a Nisha ya que era ella quien tenía que cuidar al pequeño.



—Si trabajas para mi madre . . . significa que también trabajas para mi, ¿Cierto?—preguntó Henry, mirando a Nisha con curiosidad mientras llevaba su maqueta del sistema solar.

—Depende.—respondió la chica con un tono ligero, pero con una chispa de complicidad en sus ojos.—¿Comenzarás a pagarme?

—Puedo pagarte . . . . ayudándote a cargar tus cosas cuando quieras.—propuso el niño tomando la mano de su 'tía'.—Sabes . . . Escuche a Emma decir que fuiste al doctor, ¿Estas bien? ¿La reina te esta envenenado en secreto?

—Tranquilo, nadie me esta envenenando.—Adreanna le aseguro antes de quitarse los anteojos de sol.

—¿Por que tienes un ojo más claro que el otro? ¿Usas lentes de contacto o algo así?—cuestiono Henry deteniéndose a mirar con más detalle a la mujer, pero ella solo negaba con la cabeza—¡ES EL HECHIZO!—grito emocionado.

—Es una buena opción . . . pero en el hospital dijeron que es el resultado de una serie de factores biológicos, tal vez el agua o estar rodeada de tanta naturaleza este afectando mi salud . . . jamás había estado lejos de la ciudad—la chica informo con calma, esperando no romper su ilusión de un cuento de hadas.

—Bueno, la reina necesita hacerte creer eso, pero sabemos la verdad de todo esto.—murmuro el niño antes de doblar la vuelta a la calle.—Tu si me crees, ¿Cierto?

Claro que te creo . . . es más . . . dime ¿Qué personaje de cuento de hadas te gustaría ser? Yo quiero ser el hada Silvermist.respondió Nisha con su atención enfocada en un cuervo que no dejaba de graznar entre los árboles.

—No creo que seas un hada.—confeso el castaño abriendo la reja de su casa antes de correr hacia la puerta.Tan solo piénsalo, tienes que ser un personaje que fue raptada desde bebé.

—¿Por que crees eso?—la azabache intento indagar más ante la teoría del niño.—Creo que si alguien me hubiera secuestrado mis padres me hubieran buscado no lo crees.

—¿Cómo podría buscarte alguien que no te recuerda?—contraataco el niño con una sonrisa victoriosa.—Solo debemos buscar en el libro.

—Déjame ver si entendí . . . Tu plan es buscar un personaje que fue robado cuando era bebé, ¿Cierto?—pregunto Nisha con incredulidad mientras el buscaba algo en su mochila.

—¡NO!, ¡NO!—grito Henry sacando todas sus cosas, como si un gran libro pudiera esconderse en un rincón pequeño.—Alguien lo robo . . . me robo mi libro . . . tal vez la reina.—dijo con un tono desesperado intentando salir de la casa.

—Wou, Wou, detente ahí.—ordeno la azabache sosteniendo al pequeño de los hombros.—Tal vez solo lo olvidaste en la escuela . . . hagamos un trato mientras tu estas en sesión con Archie . . . yo iré a buscar tu cuento y no me importa si tengo que recorrer todo el pueblo.

—¿De verdad lo harías? —preguntó el pequeño Mills con un tono chillante ante la emoción de que al menos una persona le creyera.

—Lo prometo. Además, le diré a Emma que esté atenta por si lo llegara a encontrar mientras está jugando a ser oficial.—Barton rio ante la broma interna que había tenido con su hermana desde que inicio su empleo—Pero ahora ve a cambiarte; aún tienes que comer antes de que te lleve a tu cita.


Henry subió las escaleras de mala gana. Al parecer, compartía la misma "emoción" que su tía respecto a ir al psicólogo. Aunque en el fondo, Nisha estaba reconsiderando ir al menos a una sesión, con la esperanza de poder entender mejor esos fragmentos de sus sueños.

Sin embargo su atención se desvió al escuchar unos tacones entrando a la pequeña sala de la casa de los Mills, encontrando a la alcaldesa con una sonrisa.


—Señorita . . . Barton puntual como siempre.—menciono Regina caminando hacía ella para darle un abrazo.—¿Todo en orden con mi hijo?

—Ahh . . . si.—contesto la azabache algo confundida ante su muestra de afecto. Se quedo un par de segundo callada, pensando si era buena idea contarle sobre el del libro extraviado, pero decidió no decirle nada.—Él ya esta en su habitación, lo dejare en su sesión e iré a su oficina por la lista de pendientes que me comento.

—Muy bien . . . . sabes contratarte fue la mejor decisión pude haber tomado.—aseguro la mujer mirando a su hija con una gran sonrisa.—Henry ama estar contigo y creo que por fin supero esa teoría de que soy la reina malvada.

—Si, eso creo.—Adreanna respondió con una sonrisa forzada sabiendo que existía la operación Cobra.—Pero siempre que lo escucho hablar de esos cuentos o sobre magia me que recuerda mucho a mi . . . . bueno cuando era pequeña.

—¿En serio? —preguntó la alcaldesa, invitando a Nisha a tomar asiento a su lado.—Sabes, nunca he querido preguntarte sobre eso, pero ¿Tu infancia fue buena? ¿Eras feliz sin m . . . . tus padres? ¿Esas personas te trataron bien?—preguntó con un tono suave, sosteniendo la mano de la chica.


Barton solo sonrió, comprendiendo las dudas que pudiera tener su jefa después de todo lo que habían hablado en los últimos días. Tal vez la alcaldesa quería verificar que su hijo estuviera en buenas manos y no con alguien que podría estar loca.


—Bueno . . . . Jamás tuve un recuerdo de mi familia biológica, solo hablaba de cosas mágicas como volar y sirenas. Eso hizo que la gente se alejara de mí e incluso cuando fui acogida por una familia, había una especie de barrera invisible que me separaba del resto del mundo —confesó la chica una pequeña sonrisa antes de encogerse de brazos.

—Debiste de estar muy asustada al no recordar nada.—murmuro Regina sintiendo una punzada de culpa al no poder proteger a su hija cuando era niña.

—Siempre me sentí como pez fuera del agua.—dijo Adreanna sintiendo el apoyo de la mujer a su lado.—Era como si todos a mi al rededor fueran diferentes a mi . . . Pero cuando Emma llego a mi vida fue como . . . bueno . . . sentí que ya no estaba sola, por eso a donde ella va yo la acompaño.


La alcaldesa asintió comprensiva, dejando que sus dedos se deslizaran suavemente por la mejilla de la chica, borrando algunas lágrimas que se escapaban de sus ojos. 


—Aunque no lo parezca . . . Entiendo cómo te sentiste.—la mujer dijo con voz suave, recordando todas las veces que se quedo sola.—Pero quiero que sepas que nunca volverás a sentirte sola.—prometió entrelazando sus manos.—Estoy aquí para ti, siempre lo estaré.

—Me hubiera encantado tener la misma suerte de Henry.—confeso Barton viendo algo diferente en la mujer que estaba frente a ella.—Usted es una buena madre . . . me encantaría imaginar que la mía era así.—menciono antes de ver que su acompañante estaba llorando.—Lo siento . . . no quise incomodarla.

—No es . . . es que yo . . . Tuve una hija . . . Adhara era mi estrella de luz . . . mi rayito de esperanza en medio de todo el caos.—Regina hablo calmando su estado, intentando mostrarse fuerte.—No sabía que estaba embarazada . . .  estuve con alguien solo para molestar a una persona que me lastimo en el pasado . . . no quiero que me juzgues o pienses lo peor de mi.

—Yo jamás juzgaría a alguien . . . a veces hacemos cosas por amor o por despecho, es un intento de expresar nuestro dolor.—la chica hablo desde su experiencia, ya que al terminar con Andrew hizo muchas tonterías.

—No pude estar mucho tiempo con ella, solo un par de meses . . . tal vez unos seis antes de que su padre me la quitara, diciendo que estaría a salvo, pero lo engañaron . . . la perdí y creí que era para siempre, hasta que . . . —las palabras de Regina quedaron atascadas en el aire, dudando si era una buena idea decirle la verdad.


Sin embargo, el momento fue interrumpido cuando se escucho una voz de un hombre entrando a la casa, el sheriff se quedo mirando algo confundido a las mujeres que se estaban tomando la mano.


—¿CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE TOQUES ANTES DE ENTRAR?—grito la alcaldesa enojada, mientras se limpiaba las lagrimas.

—Bueno yo . . . iré a ver si ya esta listo Henry.—informo la chica huyendo lentamente del la sala, esperando no estar en fuego cruzado.

—Lo siento . . . no quise interrumpir nada.—Graham se disculpo viendo a la chica pasar sin hacer ruido.—Solo vine a informarte que ya dieron de alta al hombre con amnesia . . . David Nolan, me dijiste que estuviera atento a lo que pasara.

—¿Cómo lo sabes?—pregunto la mujer señalando la puerta de la casa, esperando que él la siguiera.

—Emma dijo que saldría antes del trabajo . . . al parecer iría con Nisha a buscar un sofá cama o una especie de litera, para después ir a una pequeña fiesta de bienvenida.—menciona el castaño mientras caminaba junto a la alcaldesa.

—¿Ellas duermen juntas?—cuestiono Regina indignada ante el hecho de que su hija compartiera cama con la madre biológica de Henry.

—Si . . . algo así me dijo.—informo Humbert encogiéndose de hombros.—Sabes . . . desde hace unos días eh notado a ese cuervo merodeando tu casa . . . bueno no se si sea el mismo.

—Ohh, tranquilo . . . solo es curioso ante los nuevos visitantes.—murmuro Mills reconociendo al animal de inmediato, tal vez la llegada de su hija a Storybrooke había llamado la atención del informante de su amiga.






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Después de una semana finalmente la mudanza de las hermanas 'raras', como las llamaban muchos de los habitantes del pueblo, había llegado concluido con exito. A pesar de contar con pocas pertenencias, no disponían de suficiente espacio para desempacarlas, así que la mayoría permanecía en cajas.

Mientras tanto, el libro de Henry seguía extraviado a pesar de los esfuerzos de Nisha por encontrarlo, pero sus esperanzas se desvanecían cada vez más.


—Si yo fuera un cuento de hadas, ¿Dónde me escondería?—murmuro Adreanna para si misma mientras daba vueltas por el parque que solía frecuentar con Henry.

—¿Acaso estas buscando ardillas que alimentar?—la voz de un hombre resonó a sus espaldas haciéndolas voltear.

—Señor Nolan, no lo reconocí . . . creo que me acostumbre a verlo con una bata del hospital—comento la chica acercándose a él para saludar.

—Supongo que es agradable ser reconocido fuera del hospital de vez en cuando.—bromeo Nolan ante el comentario de la chica que tenía enfrente.—¿Qué te trae por aquí, Nish?

—Ohh, bueno estoy buscando un libro.—informo la azabache dando un vistazo rápido al rededor.—Alguien lo robo y tengo la esperanza de encontrarlo en los lugares que visito.

—¿Tu lo perdiste?—indago el hombre mirándola de manera divertida, siendo consiente que la mujer era bastante cuidadosa debido a su trabajo.

—En realidad fue Henry, pero si pregunta la alcaldesa . . . yo perdí un libro de . . . no lo se ¿Literatura? ¿Administración?—dijo Barton soltando una risa ante su escusa recién inventada.

—Tranquila, tu secreto esta a salvo conmigo.—expreso David restándole importancia a los detalles de la historia, invitándola a caminar a su lado.—Linda vista, ¿Cierto?, las rosas aquí dan cierta paz.

—En mi humilde opinión me gustan más las rosas blancas . . . creo que se verían más hermosas.—comento la chica sintiendo una rara comodidad con el 'desconocido'.

—Entonces las rosas hay que pintar.—bromeo David haciendo que su inusual compañía soltara una risa antes de regresar aún semblante serio.—¿Puedo preguntar a que se debe tu cara de pocos amigos?, siempre estas con una sonrisa, pero hoy estas apagada.

—Bueno . . . la alcaldesa y yo hemos comenzado a llevarnos bien.—informo Nisha asombrada con el cambio de actitud de la mujer.—A mi hermana no le gusta que pase mucho tiempo con ella, han tenido varios desacuerdos e incluso llegaron a los golpes.

—Atrapada entre la espada y la pared, un difícil dilema—dijo el hombre mirando el rostro de la chica, había algo en ella que lo hacía sentir familiar.—Creo que mientras tu te sientas cómoda los comentarios de los demás no deberían de importarte.

—Voy a admitir que tienes un punto . . . pero a veces es difícil ignorar lo que los demás piensan, especialmente cuando se trata de alguien como Emma.—admitió Adreanna sintiendo un ligero peso en su corazón.

—Supongo que es difícil para tu . . . ¿Hermana?—indago Nolan recibiendo un asentamiento como respuesta.—Verte compartir momentos con la mujer que la molesta todos los días no es nada fácil.

—No lo había pensado de esa manera, creo que me deje llevar por la atención de Regina.—confeso Nisha deteniéndose al llegar a la orilla del parque.—Encontré una figura materna en ella y . . . siento como si algo nos . . .—las palabras de la chica quedaron en el aire cuando logro ver a lo lejos al chico que le derramo té caliente en el hospital.

—¿Todo en orden pequeña?—pregunto el castaño posando su vista en la misma dirección que ella.—Ohhh . . . ¿Él es tu novio? . . . si quieres ve . . . hablaremos en otra ocasión.

—Gracias y no, no es mi novio.—la azabache se despidió de su acompañante.—¡ES PERO VERTE PRONTO, TAL VEZ EN UN DESAYUNO!—grito la chica empezando a correr.


David solo agitaba la mano a manera de despedida, riendo 'discretamente' al presenciar una breve persecución; él era demasiado rápido, se metía entre callejones e incluso llegó a cruzar la calle con autos en movimiento, un verdadero loco. 

Sin embargo, ella no cedió y siguió corriendo hasta que lo perdió de vista, suspiro frustrada ante la idea de que se salió con la suya antes de escuchar un grito para ser derribada por el chico que salió del arbusto.


—Diablos que te pasa.—se quejo la chica intentando quitárselo de encima.—Podre parecer inofensiva, pero créeme que me se defender . . . ¡AUCH!—grito cuando sintió un tirón en su cabello.

—¡NECESITO SABER SI ERES TU!—grito Jefferson en una búsqueda de arrancarle un mechón para saber si podría utilizar a la chica para recuperar a su hija.

—¿ESTAS DEMENTE TE LO HABÍAN DICHO?—Barton logro patearlo librándose de él, poniéndose de pie para avanzar unos pasos antes de ser derribada de nuevo.

 —¡TU MADRE ME QUITO A MI HIJA . . . ES JUSTO QUE YO LE QUITE A LA SUYA!—amenazo Hank tratando aventar el libro ya que la azabache se lo estaba quitando.

—NO TENGO IDEA DE LO QUE ESTAS HABLANDO, NO TENGO MADRE.—exclamó Adreanna, su voz mezclada con frustración y miedo.—¡AYUDA!—la mujer se maldijo al haberlo seguido a una calle no transitada.

—¡DEJA DE MENTIRME! —Jefferson la tomo de la barbilla inmovilizándola de un movimiento—. Sé quién eres . . . te vi en el castillo . . .Eres la hija de Regina.


Nisha se quedó estática ante las 'locuras' que le estaban gritando, pensando que los cuentos del pequeño estaban enloqueciendo a la gente. Tenía que encontrar una oportunidad para escapar y como caído del cielo un cuervo comenzó a graznar desde el otro lado de la cera, llamando la atención del hombre.

Fue en ese momento cuando la chica logro darle un cabezazo en la nariz haciendo retroceder un par de pasos, dándole tiempo de levantarse y correr hacia la dirección donde era más probable encontrar a una persona. Cuando iba a la mitad de la calle logro ver una cabellera rubia que conocía a la perfección.


—¡Emma! —llamó la azabache, su voz resonando con urgencia mientras se acercaba a ella noto que Henry venía acompañandola.


Swan se giro hacia donde provenía el grito, sorprendida de encontrar a su hermana despeinada y con el labio sangrando. De inmediato soltó la mano de Henry para correr hacia ella.


—¿Qué te paso? ¿Te hicieron algo? ¿Conoces a quien te hizo esto?—cuestiono Emma mirando las pequeñas heridas de su 'hermanita', sintiendo la presencia de Henry a su lado.

—Creo que esta en shock . . . Déjala respirar.—propuso el niño ayudándola a sentarse en la cera.—Oye . . . Encontraste mi libro.

—Ahora no niño.—Swan lo limito haciéndole entender que no era el lugar ni el momento.—Te lo preguntare una vez más ¿Qué ocurrió?

—Estaba en el parque buscando el libro.—Adreanna comenzó a hablar con una voz temblorosa, jamás había vivido una situación así.—Un hombre que había visto en el hospital . . . él lo tenía . . . comencé a perseguirlo, no me di cuenta de como llegue aquí.

—¿Lo conoces?—pregunto la rubia recibiendo una negativo con la cabeza como respuesta.—¿Te dijo algo? . . . ¿Sabes porque te ataco?


Adreanna solo miro a la rubia antes de darles un vistazo rápido a su 'sobrino', dándole a entender que no podía decir mucho por que el niño estaba presente.


—Henry . . . porque no nos das un poco de espacio . . . es una platica de adultos.—informo Emma señalando un poste de luz que estaba cerca.

—No es justo . . . puedo ayudar, soy parte de la operación Cobra.—el niño sostuvo la mano de la chica esperando que lo dejara quedarse.

—Estaré bien.—aseguro Nisha con una sonrisa mientras le daba su libro de cuentos.—Mejor revisa que todo este en orden, podría ser un aliado de la reina.

—Ya te dije que no lo alientes.—murmuro Swan viendo como su hijo se alejaba un poco revisando su libro.

—Él intento arrancarme un mechón de pelo.—confeso Nisha ante la atenta mirada de su hermana.—Dijo que quería estar seguro de que era yo . . . 

—¿Sabes su nombre?—cuestiono la rubia interesada en buscar a ese hombre para hacerle entender que la chica no estaba sola.

—No . . . yo . . . creo que él me conoce o me nos esta acechando.—menciono Adreanna tratando de recordar las palabras de ese hombre.—Dijo que Regina era mi madre . . . que alguien le quito a su hija.

—¡Oye, Oye!, tranquila.—Emma la sostuvo entre sus brazos esperando transmitirle su apoyo.—Haremos esto . . . te llevaras a Henry a su casa y yo regresare a la comisaría a buscar algo que me lleve con ese hombre.


Nisha asintió abrazando a la rubia sintiendo un liquido pegajoso resbalar por su labio, agradeciéndole por siempre estar a su lado sin importar el tipo de situación. Swan le dio la indicación al niño de que se fueran a casa, comprendiendo el momento acepto sin renegar.


—Gracias por recuperar mi libro . . . tranquila yo te cuidare.—murmuro Henry tomándola de la mano mientras comenzaban a caminar entre las calles.


El camino fue bastante silencioso, ganándose varias miradas curiosas de los ciudadanos cuando notaron que las dos personas más parlanchinas de Storybrooke estaban en completo silencio.

Pasaron un par de segundos cuando llegaron a la casa de la alcaldesa, Nisha esperaba que su jefa no estuviera en el lugar ya que no quería que pensara que participo en alguna pelea.


—Iré por el botiquín, no se curar heridas, pero tu me guiaras.—menciono el castaño antes de que el sonido de unos tacones interrumpiera sus acciones.

—Creí que ya estabas en casa Henry, espera a que llegue Nisha por si quieres salir . . . —las palabras de Regina se quedaron atascadas cuando vio a su hija en ese estado.—¡DIOS CARIÑO!, ¿QUÉ TE PASO? ¿QUIEN TE HIZO ESTO? . . . Tranquila iremos al hospital . . . Henry sube al auto.

—Estoy bien.—la voz de la azabache intento calmarla con una pequeña sonrisa.—Tal vez el otro no quedo peor, pero alcance a morderlo.

—¿TE HICIERON ALGO? ¿TE ROBARON?—Mills la tomo de las mejillas buscando algún rastro más grave.—¿CUANTOS DEDOS VEZ? ¿SABES QUE DÍA ES HOY?

—Solo quisieron arrancarme un mechón . . . no, afortunadamente no me robaron . . . son dos dedos y hoy es Martes.—explico Adreanna mostrando que más que nada era el susto.

—Me encargare de curarte, Henry tu . . . no te metas en problemas.—ordeno la alcaldesa mientras tomaba la mano de la chica para llevarla al segundo piso en busca del botiquín.


El niño corrió hacia el sofá hojeando su libro. Le encantaba adivinar qué había en la siguiente página, algo que resultaba fácil para él, ya que lo había leído cientos de veces. Podría decirse que lo conocía como la palma de su mano.

Sin embargo, su rostro cambió a uno de confusión cuando encontró una historia nueva. A pesar de todas las veces que lo había leído antes de dormir, jamás había visto esa historia.


—Lo sabía . . . sabía que tenías una historia.—murmuro para él mismo cuando vio un dibujo de una bebé con el mismo collar de su tía . . . bueno ahora hermana.





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