III.- Mother Knows Best



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Regina quedó en shock total cuando el Sr. Gold habló con tanta confianza sobre el paradero de su hija. Habían pasado muchos años después de que los héroes del bosque encantado se la arrebataran de sus brazos que ya no tenía esperanza alguna de que siguiera con vida. Pero ahora, se le presentaba la oportunidad de estar con ella de nuevo. Si lo que el hombre decía era verdad, podría recuperar el tiempo perdido.

Sin embargo, una pregunta resonaba en su mente con mucha fuerza: ¿Cuál era el precio a pagar si aceptaba? 


—¿Qué me garantiza que ese cabello sea de Adhara?—pregunto la mujer con desconfianza, sabía que el oscuro solía jugar siempre a su favor, así que no caería en alguna trampa.

—Bueno, querida, déjame decirte que esta noche tienes suerte —aseguró el Sr. Gold, acortando la distancia entre ellos—. Te entrego esto para que realices alguna prueba y confirmes que esta persona es tu hija.—dijo sonriendo de manera maliciosa, teniendo un plan en mente— Después de eso, pondré a la pequeña criatura frente a ti.

—Eres increíble. Todo esto es . . . ¿Cuándo descubriste que mi hija estaba aquí? ¿Creció con una buena familia? ¿Qué edad tiene? ¿Es acaso amiga de Henry o he hablado con ella?—La alcaldesa preguntó con preocupación, recibiendo únicamente el silencio del hombre frente a ella.—¿Qué es lo que quieres a cambio?

—Cuando el hechizo llegue a su fin y la magia regrese a este mundo . . . . Adhara se convertirá en mi aprendiz, tal como lo fueron ustedes—informo el Sr. Gold recordando los inicios de Regina y Cora, infundiendo terror en sus súbditos.

—No, eso jamás pasara, no dejare que se corrompa por ti . . . . . Si ese día llega seré yo quien le enseñe a usar su magia.—la alcaldesa buscaba ser diferente a su madre, no quería que Adhara fuera una villana como ellas.—Porque no estamos seguros de que exista algo mágico en ella.

—¿Realmente crees que no hay algo mágico en la hija de un héroe y una villana? —preguntó el Sr. Gold con un tono sarcástico, revelando que sabía mucho más de la historia de lo que había dejado entrever al principio.—Créame, Majestad, tener aliados será crucial cuando el hechizo se rompa . . . . Entonces . . . . . ¿Tenemos un trato?

—Me gustaría decir que no, pero parece que esta es la única manera de obtener información sobre mi hija—pensó Regina mientras extendía su mano para recibir la bolsa que contenía un par de cabellos. Esperaba no lamentarse de sus decisiones ni condenar a su hija a un destino oscuro.


Gold sonrió complacido al escuchar que el trato se cerraba, siempre ocultando sus verdaderas intenciones. Esperaba que la magia de Nisha pudiera liberarlo de la maldición de ser el oscuro. Sin embargo, la curiosidad reinaba en él, inundándolo de diversas preguntas: ¿Cómo era posible que ella aún estuviera con vida si fue raptada antes del que fuera atrapado? ¿Estaría su corazón dividido entre la maldad de su madre y la bondad de su padre?, solo quedaría esperar el fin del hechizo.


Mientras tanto, en otra parte de Storybrooke, Emma y Adreanna se encontraban buscando una nueva posada en el mapa del pueblo. Habían sido expulsadas de la anterior gracias al pequeño pleito que tuvieron con la alcaldesa, y en ese momento no contaban con la suficiente gasolina para volver a Boston. Así que, se encontraban varadas, explorando las opciones disponibles para dormir.


—Bueno, Nish . . . . creo que esta noche dormiremos en el auto— informó la rubia soltando un suspiro de frustración, antes de mirar su cartera solo para darse cuenta que el dinero se estaba acabando.

—Esta bien . . . Supongo que será algo parecido a cuando esperamos a que abrieran las taquillas para comprar entradas para ese concierto — dijo Nisha, tratando de ver el lado positivo, aunque en realidad no estaba muy convencida.

—Tendremos que dividir el dinero, tenemos 50 dólares y 20 . . . . 25 . . . . 27 . . . . 30 centavos para comer y buscar un lugar donde vivir.—menciono Emma dejando el dinero en el tablero del carro—¿Podríamos vender . . . . esto?—propuso sacando un botiquín de emergencia debajo de su asiento.

—Emm . . . esto nadie lo compraría . . . además esta usado—Barton rechazo la propuesta de su amiga, antes de posar su mirada en el periódico—Creo que será mejor que consigamos algún trabajo.

—Sabes que no, nos quedaremos Bunny—Swan intento negarse a la idea de establecerse en ese pueblo, pero por dentro sabía que debía quedarse por Henry.

—¿En serio? . . . . . Porque, si eso es verdad, ¿por qué no gastamos el poco dinero en gasolina y regresamos a Boston? —Nisha preguntó de manera irónica, tratando de ser comprensiva con su amiga, pero el sueño estaba ganando y la volvía irritable.

—Ok . . . . si me agrada el niño, ¿Contenta?—Emma contesto frustrada, replanteándose el plan original.

—No tiene nada de malo, muchos dicen que la sangre tiene una especie de llamado.—la chica dio su punto de vista mientras encerraba anuncios de trabajo.—Mira solicitan personal medico en el hospital—anuncio con entusiasmo.

—Aguarda un momento Nish—la mayor la interrumpió quitándole el periódico de las manos antes de mirarla con seriedad—Se que te emociona tener una oportunidad en trabajar para lo que estudiaste, pero debes de entender que esto es la vida real y no siempre podrás ejercer tu carrera.


Esas palabras resonaron en lo más profundo del corazón de la azabache. Aunque pesaban en su alma, sabía, en el fondo, que su 'hermana' tenía razón. Habían pasado muchos meses antes de que finalmente encontrara trabajo en una clínica, pero lamentablemente, cerró en poco tiempo, dándole un golpe de realidad al vivir en carne propia la experiencia del desempleo.

Antes de que pudiera decir una palabra más, un golpe repentino en la ventanilla del automóvil las hizo saltar del susto.


—Lo siento no las quería asustar—Mary Margaret sonrió bastante apenada por la respuesta de su acción—Solo quería preguntarles si necesitaban ayuda.

—No gracias—Emma contesto muy rápido ganándose un codazo de parte de su compañera.—He estado en peores situaciones, dormir en el auto no esta en las ultimas diez.

—¿Van a dormir aquí?—pregunto la señorita Blanchard con preocupación.

—Bueno . . . . es solo hasta que consigamos donde vivir—informo Adreanna abrigándose con su chamarra.

—Así que van a quedarse por Henry . . . . Me alegro por ustedes—la maestra de Henry les dio una mirada cómplice asomándose a los anuncios encerrados en la mano de Emma.—Si se sienten incomodas tengo un cuarto libre y un sofá muy cómodo.

—Gracias—comento la rubia saliendo del auto, para poder hablar mejor—Pero lo mio es dormir sola . . . . y con ella, además somos un par de desconocidos no me gustaría perder un riñón en estos momentos—intento bromear para aligerar el ambiente.

—Bien, entonces buenas noches—la mujer se despidió con amabilidad dejando a la otra chica dentro del auto totalmente confundida.


Emma entro al auto, acomodándose para dormir, pero al parecer su amiga no tenía los mismos planes.


—¿Qué?—pregunto la rubia de manera directa, esperando que la charla terminara rápido.

—Era una buena idea, si lo que te molesta era dormir en el sofá me hubiera sacrificado por el equipo.—menciono Nisha bastante enojada, la idea de que un loco apareciera a la mitad de la noche y las atacara pasaba por su mente.

—Bunny relájate quieres—pidió Swan antes de poner los seguros del escarabajo.—Estaremos bien, lo prometo—sonrió tomándola de la mano, descubriéndola un poco antes de mirar un numero telefónico en el—¿Ruby?

—¿Tiene algo de malo?—pregunto Adreanna con un nudo en el pecho, ya que ni siquiera ella sabía que era lo que sentía.

—No, no lo tiene . . . . creo que es algo bueno que tengas amigos en este pueblo—confeso la mayor con un tono relajado antes de notar que había algo mal.

—¿Y si me gustara . . . estaría mal?—pregunto Nisha con voz baja, viendo como su 'hermana' se volvía a sentar para hablar mejor—Es que ella es bonita, amable, y me pongo nerviosa cuando se acerca—expresó mientras pasaba sus manos por la cara, sintiendo la vergüenza apoderarse de ella.—No sé qué estoy sintiendo, sinceramente. Después de Andrew, no he salido con nadie más. Pero tampoco quiero que ella sea simplemente mi escape.

—¡Oye!, quita tus manos de la cara, no hay nada de que avergonzarse—afirmo Swan tomándola de las manos, en busca de trasmitirle su apoyo.—No importa si te gustan los chicos o las chicas o si el día de mañana pierdes el interés de conocer a alguien.—dijo tomándola de las mejillas para asegurar de que la mirara.—Eres mi hermana, mi familia y eso jamás cambiara.


La azabache abrazó a su amiga con fuerza, permitiendo que sus emociones fluyeran libremente, sin sentir ninguna vergüenza. Era la antítesis de Emma: emocional, increíblemente sensible, y veía el mundo a través de una lente de color rosa. Incluso podían jurar que ella podría creerle a Henry sobre el hechizo.

Sin percatarse, ambas quedaron profundamente dormidas, visiblemente incómodas, pero al menos lograron descansar. Así que a la mañana siguiente despertaron con un horrible dolor de espalda, sin embargo debían de apurarse ya que tenían compromisos pendientes.

Emma se reuniría para desayunar con Henry y Mary Margaret. La razón detrás de este encuentro era discutir la 'misión Cobra'; necesitaban averiguar si el misterioso hombre del hospital había despertado de su coma o sí mostraba algún signo de cambio. Mientras tanto, Adreanna tenía programada una breve entrevista en el hospital. 

Ella presentía que podrían quedarse más de lo previsto, así que sin consultarle a su 'hermana', había agendado la cita unos días atrás. Llego un par de minutos antes, tratando de contener sus nervios. Sin embargo, estos aumentaron al ver a Regina ofreciéndole una maliciosa sonrisa, no entendía sus motivos para que estuviera presente. Pero reaccionó cuando un doctor tocó su hombro, indicándole que pasara a la sala de conferencias.


—Señorita Barton, agradezco sinceramente su puntualidad—expresó el Dr. Whale, haciendo un gesto para que tomara asiento.

—Hemos revisado detenidamente su expediente laboral y nos ha llamado la atención el hecho de que no haya mantenido estabilidad en ningún trabajo anterior—comentó la mujer que días atrás se presentó como la directora del hospital.

—Bueno . . . En el hospital de Chicago realicé mis residencias, lo que no conto como un trabajo formal, así que no afectaba mi traslado cuando me mude a Boston, en ese tiempo fue cuando elegí mi especialidad en Pediatría—informó Nisha con un tono seguro, aunque en su interior la seguridad no era tan evidente.

—Pediatría—se burlo el hombre en voz baja negando divertido la cabezo, pero cuando noto la mirada de su jefa tenía que componer lo dicho.—Perdón . . . . me refería a ¿Por qué Pediatría?

—Me siento cómoda trabajando con niños, se que a muchos doctores les puede impacientar los gritos y las pequeñas rabietas que pueden hacer, pero debemos de entender que ellos son humanos pequeños, ellos son niños . . . . ellos creen en la magia aman fingir, tienen toneladas de polvillo mágico en sus intravenosas, esperan, cruzan los dedos y piden deseos. Y eso los hace más resistentes que los adultos, se recuperan más rápido, sobreviven a lo peor . . .. Tienen fe . . . . En pediatría tenemos milagros y fe, en pediatría todo es posible. —expreso Nisha con una sonrisa esperando que no se dieran cuenta que su discurso era sacado de una serie que vio recientemente.

—Si . . . si muy bonito . . . , pero ¿Te despidieron de Boston o cual fue la razón por la que llevas dos años desempleada?—pregunto Regina regresando al tema principal, se sentía bastante incomoda cuando la chica menciono la magia.

—Bueno solo llevo un mes desempleada—corrigió Barton haciendo que la alcaldesa voltear los ojos en blanco—Tuve que renunciar por problemas personales, pero después de unos meses comencé a trabajar en una pequeña clínica que tuvo que cerrar debido a falta de recursos.

—¿Esos problemas personales tienen el nombre del Dr. Andrew Collins?—pregunto la jefa del hospital sacando una carpeta de su bolso.—La alcaldesa Mills, es miembro del consejo, la mayoría de recursos son proporcionados por ella, así que cuidar el hospital de alguna mala imagen es importante para ella.

—Si lo entiendo, pero . . . . —Nisha intentaba defender su punto de vista, ya que jamás considero que hacia algo malo, era una relación formal, pero entendía las desconfianzas al ver un cirujano saliendo con una interna.

—Me tomé la libertad de contactar a tus antiguos empleos para obtener referencias. El director del hospital de Chicago, me informó que la señorita Nisha Barton decidió trasladarse a Boston para seguir a su novio. Mientras que en Boston, me informaron que el motivo de su renuncia fue  debido a que ya no tenía el privilegio de asistir a cirugías tras el fin de su relación—informó Regina con una maliciosa sonrisa, como si disfrutara del sufrimiento e incomodidad de la chica.

—No las cosas no fueron así—Adreanna trataba de defenderse ante los comentarios de la mujer—El Dr. Andrew y yo comenzamos una relación, el hospital si fue notificado, nos hicieron firmar algunas cartas responsivas, pero fue la . . . . . .

—Agradecemos su interés de formar parte de nuestro equipo, pero debido a esta información no podemos correr el riesgo de que su comportamiento afecte el desempeño de nuestros doctores—hablo la directora del hospital entregándole su expediente laboral.

—Mi prioridad es el cuidado y bienestar de los niños, es una lastima que solo vean un pequeño romance entre dos adultos cuando he visto a ese doctor coquetear con varias enfermeras—Nisha miro al doctor Whale antes de salir de la habitación.


Comenzó a recorrer los pasillos del hospital, pero se detuvo al ver al sheriff conversando con el personal de seguridad cerca de la habitación donde descansaba el hombre en coma, solo que esta vez estaba vacía. Así que sintió que necesitaba de informarle a su hermana, solo por Henry, pues él lo consideraba el príncipe de Blancanieves y siempre estaba pendiente de él.


—Emm, ¿Estas con Henry?—pregunto la azabache cuando escucho que contestaron la línea telefónica.

—Hola para ti también Nish . . . . y si, aún estamos en Granny's, ¿Qué ocurre? ¿El puesto es tuyo?—pregunto Emma con cierto entusiasmo, pero eso se esfumo cuando reino el silencio.—¿Estas bien?

—No me dieron el empleo, Regina me mando a investigar, así que creen que mi relación con Andrew muestra mi falta de profesionalismo, pero ese no es el punto—informo Barton con un tono cansado.—El príncipe falso despertó . . . . no lo encuentran, al parecer alguien se lo llevo.

—Esa mujer es tan . . . . . solo quédate ahí, voy para allá, trata de averiguar todo lo que puedas de la situación—hablo la rubia antes de colgar la llamada.


Nisha solo volteo a ver la escena de nuevo, pero lo primero que vio fue a la alcaldesa enfrente de ella, parecía que se aparecía por arte de magia, como si nombraran a Beetlejuice, solo sonrío de manera incomoda, sin saber cuanto había escuchado.


—Espero que no tome nada personal señorita Barton, solo trato de cuidar la imagen del hospital y como alcaldesa debo de brindar un ambiente sano para los habitantes—dijo Regina con falsa amabilidad.

—Si . . . claro, por qué se vería muy mal que usted este haciendo todo esto porque soy 'hermana' de Emma ¿Cierto?—la chica se puso a la defensiva, sus emociones eran una montaña rusa, como si se dividiera en dos, mantener la calma y actuar de manera grosera. 

—Voy a admitir que sus comentarios pasivos agresivos me están molestando—comento la mujer acercándose a ella con lentitud—Pero muy en el fondo la entiendo fracasar como profesionista y como prometida no debe ser nada fácil.


Después de ese movimiento provocador retrocedió un par de pasos, dispuesta a regresar al caos de la desaparición del hombre. Dejando a la chica bastante molesta, a punto de seguirla para reclamarla, pero en el intento tropezó con un hombre derramándole un liquido caliente en su ropa.


—Quema, quema, quema—Nisha hablo con una voz chillona dando pequeños saltos en busca de algo de alivio.

—Lo siento . . . déjame ayudarte—el hombre intento limpiarla con algunas servilletas que tenía en su mano, quitando solo el exceso de su ropa—Tranquila, es solo té, aunque . . . podría ser más emocionante si realmente estuviera ardiendo.

—¿Disculpa? ¿Crees que esto es divertido?—pregunto Barton algo incrédula ante la sonrisa del hombre, claramente estaba loco.

—Si . . . . un poco—se encogió de hombros antes de mirarla, examinando detalladamente los rasgos de su rostro.—Podría exigirte una disculpa, pero ustedes están acostumbradas a cortar cabezas o arrancar corazones.

—¿Tu también has escuchado esa . . . . situación del hechizo?—cuestiono la chica, creyendo que Henry hablaba de eso con cualquier persona.

—No tengo idea de lo que hablas.—mintió el hombre desviando su mirada hacia la entrada.—Que disfrutes tu estancia y también . . . . los cambios.—menciono tomando un mechón de su cabello, antes de irse sin decir algo más.


Adreanna se quedo algo pensativa a lo que dijo el hombre, ni siquiera había dicho su nombre, pero entendía que en un pueblo chico, los extraños no son bien recibidos, así tuvo que esperar pacientemente un par de minutos antes de que Emma llegara con Mary Margaret y Henry. 

Al ingresar al hospital, se dirigieron hacia la otra 'hermana' para que pudiera ponerlos al tanto de la situación que pasaba con el hombre misterioso. Luego, tomaron la decisión de unirse a la búsqueda. Pero el único problema que presentaban era que Regina estaba en medio de todo, lo que complicaba todo. En ese momento, Nisha se ofreció como voluntaria para convertirse en el saco de boxeo para distrayéndola y permitiendo que los demás avanzaran con la 'misión Cobra'.


—Alcaldesa Mills, ¿Puedo . . . . Digo . . . . Necesita ayuda?—pregunto Nisha haciéndole señas a Emma y la señorita Blanchard para que salieran corriendo del hospital.

—No soy ingenua niña, tus amigas no son nada sutiles—señalo la cámara de seguridad que mostraba en pantalla como corrían hacia su auto.—No me hagan perder mi tiempo—pidió con un tono lleno de fastidio.

—Bueno . . . . entonces iré a ayudarlas a encontrar a ese hombre, con permiso—informo la azabache dando la vuelta dispuesta a irse del lugar.

—Espera—ordeno Regina mirándola de mala manera, necesitaba tener una forma de mantener a Emma bajo control y había encontrado la manera perfecta.—¿Ya conseguiste un trabajo?—pregunto con cierto tono de malicia.

—Usted sabe perfectamente que no, se encargo de que me rechazaran—expreso la chica con una mueca a penas visible.

—Felicidades . . . . Ahora lo tienes—comento Mills mientras le arrojaba a su bolso.—Sígueme en todo momento, si me detengo te detienes, no hables al menos que te lo indique.

—¿Seré su asistente?—cuestiono incrédula viéndola asentir, saliendo de la habitación con prisa—Genial . . . .  lo único que me falta.

—Dije que me sigas—Regina asomo la cabeza con un tono lleno de autoridad.



Nisha comenzó a caminar tras ella mientras la alcaldesa hablaba de los detalles precisos: la hora exacta para estar en casa, el tipo específico de café que prefería, y cuándo debía recoger a Henry de la escuela para asegurarse de que Emma no estuviera cerca. Además, expresó su deseo de evitar cualquier falla o queja, advirtiendo que tomaría medidas para asegurar que ninguna de las dos encontrara empleo en el pueblo.

Después de recorrer varios lugares en Storybrooke, finalmente descubrieron el nombre del desconocido: David Nolan, una pista importante para iniciar la búsqueda de algún familiar. Y gracias a algunas llamadas y contactos importantes, la alcaldesa logró encontrar a la esposa de este hombre, Kathryn.

Mary Margaret parecía notablemente desanimada ante la presencia de otra mujer, mientras que Emma y Regina sostenían una acalorada discusión, sintiendo que todo resultaba demasiado extraño. Las piezas del rompecabezas simplemente se encajaban como si nada, pero a pesar de la aparente confusión, Nisha estuvo presente en cada paso del camino, ella tenía una testigo potencial.



—Si me disculpan . . . . tengo asuntos más importantes que atender—anuncio Regina dando por finalizada la discusión—Henry es hora de irnos y creme que tendrás un castigo severo, tal vez así dejes de desobedecer.

—No le crean, ella no es su esposa—susurro el niño abrazando a las chicas 'Swan'.

—Y tu niña . . . . . Nila—Regina señalo a la azabache, recibiendo como respuesta un "Es Nisha"—Si como sea, te quiero en mi casa, puntual . . . . Ocho y media.

—Anotado—menciono Nisha con una risa fingida, no entendía como termino aceptando, pero su 'sobrino', la animo para trabajar como una infiltrada.

—¿Al menos la paga será buena?—pregunto Emma con un tono burlón, sabiendo las torturas que le esperaba a la azabache

—Eso espero, mañana hablaremos de eso—menciono Nisha con preocupación, preparándose mentalmente para los futuros dolores de cabeza.

—Bueno . . . creo que tengo que decirte que tenemos un lugar para dormir—comento la rubia con una pequeña sonrisa, recordando la platica con Mary Margaret.

—¿La maestra de Henry?—pregunto Adreanna entusiasmada en descansar al fin en un colchón decente.

—Así es . . . . compartiremos la cama, hasta que podamos comprar otra—anuncio Swan antes de notar algo diferente en ella—¿Y tu collar?





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La noche descendía, transformando el cielo en un lienzo salpicado de estrellas, aunque esta maravilla era difícil de apreciar en Boston, ya que entre las luces resplandecientes de los edificios urbanos pasaban desapercibidas.

Un tranquilo silencio envolvía las calles de este pequeño pueblo, donde la actividad era escasa. Sin embargo, en la tienda de antigüedades del Sr. Gold, una delicada campanilla resonó, indicando la presencia de un posible comprador.



—Buenas noches querida . . . . tardaste unos minutos—menciono Rumple al ver a Regina entrar de prisa.—¿Puedo saber como te fue?

—Es ella—informo Mills mostrando la prueba de ADN—Tiene mi sangre, es Adhara, estoy segura ¿Cómo lo supiste? ¿Desde cuando estas despierto? ¿La tienes oculta?

—Querida, mantén la calma, te vez terrible alterada—bromeo el hombre con cierta maldad en sus palabras—Tu hija está a salvo, aunque casi pasa desapercibida, pero ustedes suelen tener cierto encanto junto a una mirada inocente antes de ser consumida por la oscuridad.

—Basta de juegos Gold, hicimos un trato—Mills le recordó con un tono desesperado—Su camino puede ser diferente, puede ser igual a su padre, puede ser la diferencia.

—¿Puede? . . . .tu padre no era un villano y mira en lo que te convertiste—comento Gold con un rostro pensativo, recordándole que el mismo destino había vivido su madre Cora.

—Dijiste que después de confirmar que es mi hija la pondrías frente a mi, ¿Dónde esta?—la alcaldesa exigió ver a Adhara intentándole arrebatar el collar de sus manos.

—La paciencia no es una de tus virtudes, ¿Verdad?—cuestiono con cierto sarcasmo—Deberías de aprender a mi . . . . ocultando mi verdadero ser desde hace años.


La campanilla de la tienda volvió a sonar haciendo que Regina volteara bastante agitada ya que no quería interrupciones en este momento y cuando vio a la señorita Barton su ira aumento.


—¿Y tu que diablos haces aquí? ¿Vas a seguirme en tu tiempo libre?—grito la alcaldesa haciendo que la chica se sorprendiera ante su estado.

—Alcaldesa Mills, la señorita Barton solo viene de paso—hablo Gold poniendo una mano en el hombro de Regina, para luego salir del mostrador.—Aquí tienes querida—extendió el collar hacia Nisha dejando a la otra mujer en estado de shock.

—¿Es tuyo?—pregunto Mills algo abrumada, su hija resultada ser la chica que había tratado mal toda la mañana y no solo eso, consideraba a Emma su 'hermana'.

—Si, lo he tenido desde que tengo memoria—informo Adreanna colocándose el collar—Jamás me lo quito, pero cuando Emma fue arrestada pensé en venderlo, pero el Sr. Gold me dijo que necesitaba la otra mitad, comento que vio uno similar en su tienda, ¿Lo encontró?

—No lo siento pequeña, posiblemente lo imagine—hablo Rumple, sosteniendo discretamente a la alcaldesa evitando que se desmayara.—Incluso la señorita Mills intento comprármelo cuando lo vio, pero tuve que rechazar esa oferta porque el objeto no era mio.

—Ohhh, lo siento, pero solo lo iba a vender en caso de una emergencia—confeso Nisha con una pequeña sonrisa—Es lo único que tengo de mis padres biológicos, así que es lo más preciado para mi.

—¿Lo recuerdas? . . . . ¿Recuerdas algo?—cuestiono Regina luchando internamente, quería abrazar a su hija, pero tuvo que contenerse.

—No, creo que nada—respondió la azabache con una mueca, recordando sus sueños, pero no iba a revelarlos ante desconocidos.—Bueno me esperan a cenar . . . . que pasen linda noches, la veré mañana puntual.—sin esperar una respuesta salió de la tienda.

—Bastante ingenua ¿Cierto?, creo que por el momento esta reinando el lado de su padre en ella, pero no por mucho, entre más tiempo pase en este lugar, sus verdadero ser saldrá a la luz—informo el oscuro antes de retroceder.

—No . . . . esa chica no es mi hija—Adhara era diferente, tenia algo aquí que era . . . . y sus ojos eras menos . . . . —Regina no entendía ni un poco de lo que estaba ocurriendo.

—Se a lo que te refieres, pero ella era apenas una bebé cuando Blancanieves y su caballero de armadura plateada la arrojaron por el portal—secundo el hombre ante las dudas de la mujer—Sus verdaderos rasgos aparecerán entre más tiempo pase aquí, así que tranquilízate y procura que no salga del pueblo.







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