II.- Stalker at the Window




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Era una noche donde la oscuridad reinaba, envolviendo cada rincón del cielo en un manto de sombras. El silencio era absoluto, roto solo por el susurro del viento que se deslizaba entre los árboles, creando un murmullo sutil pero perturbador. 

El cielo estaba despejado, sin nubes que impidieran la vista de la enorme luna, que con su luz blanquecina iluminaba todo a a su al rededor, al igual que las estrellas, pero principalmente la segunda a la derecha destellaban en lo alto, como un guardián vigilando lo que sucedía debajo de ellos.

Un frío gélido se instalaba en la escena, haciendo que a cualquier persona presente se le erizara la piel. Incluso podrían apreciar el "humo" que salía de sus respiraciones. Sin embargo, en ese preciso momento, Nisha se encontraba flotando, suspendida en esa oscuridad, mientras avanzaba hacia una isla con la forma de una calavera grotesca. La incomodidad y el miedo la rodeaban, asfixiándola, y al aterrizar logró distinguir la silueta de niños danzando alrededor del fuego de una fogata. Sus rostros sucios se veían deformados por sonrisas maliciosas. Se acercaban y alejaban, la empujaban y sacudían entre risas crueles, como si el tormento fuera su diversión.

Los gritos de los niños resonaban en su cabeza, era una multitud de burlas y risas malévolas que se arremolinaban en su mente. Fue entonces que su atención se centro en una sombra que se acercaba lentamente, envolviéndola de una sensación de pánico. Con el corazón latiendo con fuerza, Nisha emprendió una carrera desesperada, tropezando y luchando contra la tierra que parecía querer retenerla.

Corrió y corrió, sin aliento, susurros siniestros parecían perseguirla mientras huía, cada paso sintiéndose más pesado, cada sombra jugando con sus miedos más profundos. El terror la envolvía hasta que finalmente llego a un acantilado, quiso darse la vuelta para correr en otra dirección pero ya era tarde, la sombra salió de la nada empujándola hacía el vacío, si algún tipo de arrepentimiento. En ese momento Nisha se despertó con un sobresalto, bañada de sudor y un leve temblor en su cuerpo.


—¿Qué diablos fue eso?—pregunto Emma desde el otro lado de la habitación, luchando para despertarse por completo.

—Solo una pesadilla—contesto Adreanna sintiendo su corazón latir sin parar.

—No eso no—Swan negó tallándose los ojos, hasta que un golpe en la ventana volvió a sonar—Eso, ese ruido—señalo la ventana del lado de su hermana.—¿Podrías ver por favor?

—Si . . . . . claro—afirmo la pelinegra caminando hacia la ventana aún temblorosa—No logro ver nada—comento mientras asomaba su cabeza sobre el cristal—Tal vez fue el viento o alguna . . . ¡DIOS!—grito la chica cuando vio que era un cuervo azotándose contra la ventana—¿Viste eso?, puedo jurar que es el mismo que vi antes del choque.

—¿Crees que vino por venganza o algo así?—la rubia se burlo antes de darse la vuelta y tratar de regresar a dormir.—Tal vez es un espía de la alcaldesa—soltó una gran risa recordando los cuentos de Henry.

—Muy graciosa—Nisha comento molesta mientras rodeaba los ojos—Ceo que me esta viendo—susurro la pelinegra manteniendo el contacto visual con el ave—¿Eso es posible? ¿Un cuervo acosador?

—Solo vuelve a la cama y duerme—Emma propuso poniéndose la almohada en la cabeza, esperando que ya no escuchara nada más. Sin embargo solo pasaron unos minutos de silencio hasta que su compañera decidiera romperlo.

—Emm . . . —hablo la chica Barton recibiendo un gruñido como respuesta indicándole que siga hablando—Si nos vamos a quedar . . . . Podría buscar trabajo en el hospital, ¿No lo crees?

—Nish . . . recuerdas que solo nos quedaremos una semana, ¿Verdad?—Swan le recordó a la su amiga que solo asentía con una sonrisa forzada—Comprendo que te estudiaste medicina para ejercerla y que te sientes incomoda en trabajar en algo diferente, pero no somos de este lugar, nos miran diferente, como si fuéramos plaga, no me gustaría que te hicieran sentir mal.

—Bueno . . . . . es que creí que te interesaba conocer a Henry—confeso Adreanna corriendo hasta la cama de la rubia—Debes de admitir que es bastante agradable y muy ocurrente.—sus labios se curvearon en una enorme sonrisa—Se parece mucho a ti y te apuesto . . . . 

—Detente—Emma ordeno levantándose de la cama—No quiero que confundas las cosas, solo quiero asegurarme que esta en buenas manos, no confió en esa mujer tiene algo que . . . . no lo se.


En ese instante, un suave pero persistente golpeteo resonó en la puerta de su habitación. Ambas mujeres intercambiaron miradas antes de que la rubia se aproximara para abrir, volteando a ver a su hermana cuando miro a la alcaldesa del otro lado del umbral.


—La ciencia dice que el manzano honeycrisp es el más vigoroso y resistente—comento Regina provocando un rostro de confusión entre las otras dos mujeres.—Resiste temperaturas de hasta 40° bajo cero y sigue creciendo.—compartió con una gran sonrisa, pero manteniendo una mirada fría hacía Emma—Resiste tormentas. Tengo uno que cultivo desde niña y hasta ahora no he conocido nada más delicioso que el fruto que ofrece.—estiro una manzana hacia la chica frente a ella.

—Gracias—Emma compartió una mirada con Nisha que solo expresaba lo raro e incomodo que era ese momento.

—Que disfrute de estas en su viaje—la alcaldesa entrego una canasta llena de manzanas.

—En realidad vamos a quedarnos unos días—confeso Adreanna ganando su atención.

—No creo que sea una gran idea—expreso la señorita Mills dando un paso adentro de la habitación—Henry tiene mucho que resolver no necesita que . . . .

—Con todo respeto que me merece, ya me amenazo dos veces en doce horas, alcaldesa. Eso nos ínsita a quedarnos aquí—informo Swan en voz alta, para mantener al tanto a su hermana.

—¿Ahora las manzanas son una amenaza?—pregunto la pelinegra de forma burlesca.

—Sabemos leer entre líneas—afirmo Nisha poniéndose entre la mujer y su hermana.—Lo sentimos, pero queremos asegurarnos de que él este bien.

—Él esta bien querida—aseguro sin despegar la mirada de la otra chica—De los problemas que tenga yo me encargo.

—¿Eso que significa?—pregunto Emma intentando apartar a Adreanna, no quería que ella estuviera en medio de todo esto, pero ella no se movió.

—Bueno lo llevo a terapia, esta bajo control . . . sigan mi consejo solo una de nosotras sabe que es lo mejor para Henry—comento Regina centrándose en la madre biológica.

—Si empiezo a creer que tiene razón sobre eso—concordó Swan apretando la mano de Nisha.

—Creo que deben irse—Mills "sugirió" retrocediendo un poco.

—Y si no, ¿Qué?—pregunto Adreanna haciendo para atrás a la rubia, no quería que iniciara una pelea.

—No se le ocurra subestimarme, no tiene idea de lo que puedo ser capaz—la alcaldesa amenazo a las mujeres antes de salir de la habitación.


La pelinegra solo negó con la cabeza, era increíble que ni un día tenían en el pueblo y ya alguien las odiaba, cerro la puerta con fuerza maldiciendo a esa mujer, buscando una solución a todo ese desorden.


—Vaya la chica Hufflepuff saco su lado Gryffindor—bromeo la rubia para aligerar la tensión.

—Ohhh, cállate "señorita Swan"—Nisha siguió el juego molestando a su amiga con el nombre que le decía Regina.—Deberías agradecer que te defendí e invitarme a desayunar.

—Creo que después de soportar tus quejidos toda la noche deberías ser tu quien me invite—confeso Emma recordando sus inquietudes de esa noche—Deberías hablar con un profesional sobre tus pesadillas.

—Esta vez fue diferente . . . . se sintió tan real—confeso la pelinegra tomando sus cosas para un baño rápido—Solo soñaba con sombras sin enfocar bien las cosas . . . . pero esta vez fue como un recuerdo, el miedo que me provoco fue . . . . deja de reírte.—le reclamo aventándole una manzana.

—Vamos Nish, ¿Crees que una sombra malvada es un recuerdo?, estas alucinando, hace unos minutos jurabas que el cuervo estaba vigilándote—Swan pego una carcajada viendo como su hermana solo volteaba los ojos y entraba al baño—No te enojes, debes de admitir que es divertido—grito mientras se acercaba a la ventana para cerrar las cortinas, pero logro ver al cuervo desde lejos, su mirada era fija, provocando un escalofrió en su columna vertebral.




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El día transcurría con normalidad. Ambas mujeres fueron a desayunar a Granny's Diner, charlando sobre diversos temas, desde sus planes para irse hasta la posibilidad de abrir un negocio juntas. En medio de esa conversación, Henry apareció y las convenció de acompañarlo a la escuela. 

En el camino, volvió a mencionar su teoría sobre las personas en Storybrooke siendo personajes de cuentos de hadas, insistiendo en la necesidad de descubrir quién es quién. Comenzó lo que él llamaba la operación 'Cobra', involucrándolas en su búsqueda. La imaginación del niño dejó a Emma inquieta, por lo que sugirió ir a ver a su terapeuta para comprender mejor lo que estaba pasando en la mente de Henry.



—Emm, no creo que sea correcto lo que hacemos—confeso Nisha caminando hacia la oficina del psicólogo—Legalmente no somos nada de Henry y podríamos meternos en problemas.

—Bunny entiendo que te identifiques con él—exclamo Emma deteniéndose en el camino—Tú pasaste por lo mismo cuando eras niña, creías en la fantasía, hablabas de cosas de otro mundo y creo que por eso quieres creerle ¿Verdad?—pregunto la chica mirando fijamente a su amiga.

—Es que . . . tan solo piénsalo, no es algo tan descabellado, porque conocemos todos los hechos históricos gracias a los libros—Adreanna explicaba su punto con una sonrisa nerviosa.—No tiene nada de malo creer en la magia para afrontar la difícil  realidad, no existe ni una sola persona que haya visto a un dinosaurio en persona, sin embargo creemos en ellos por los esqueletos, tal vez si . . . . 

—Alto ahí—la rubia la interrumpió para poder hablar ella.—Lo que tiene Henry va más allá sobre los limites . . . eso ya es fanatismo y grave para su salud. No quiero que lo vean igual que pase lo mismo que tu, no te ofendas, pero . . . tu me has contado que cuando eras una niña . . . —la rubia se quedo callada cuando se dio cuenta de lo que iba a decir.

—¿Tienes miedo qué lo miren como un bicho raro solo por ser como es?, debería de dejarnos de importar las opiniones de los demás y ser feliz con lo que nos hace feliz—comento la chica ante la comparación de su amiga—No voy a ser parte de esto, no voy a lastimar la confianza de un niño solo para demostrar que esta equivocado—confeso mientras corría para cruzar la calle.

—¡NISHA!, ESPERA—Emma grito tratando de detenerla, pero conociendo bien a la pelinegra sabía que quería estar sola.


Adreanna camino por todo el pueblo queriendo conocer más de el y la "magia" que guardaba según Henry, pero debía de admitir que no había nada fuera de lo normal, todo era tranquilo y común, bueno . . . . excepto cierta chica que despertaba alguna curiosidad en ella. Ruby tenía cierto encanto en su sonrisa y era bastante coqueta, tal vez encontraría un pretexto para hablar con ella o invitarla a salir. Sin embargo esos pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió un pequeño jaloneo.


—No deberías de ir tan rápido, tengo piernas pequeñas—se quejo Henry tomándola de la mano.—Tuve que correr desde dos calles atrás.

—¿Ya saliste de la escuela?—pregunto Nisha recibiendo un asentamiento como respuesta—Creo que se me fue el tiempo, comencé con mi propio tour por el pequeño pueblo y no me di cuenta de la hora.

—Desde que llegaron ustedes el tiempo transcurre más rápido—respondió el pequeño confiado de que el "hechizo" se estaba debilitando.—¿Y Emma?—cuestiono su ausencia a su "tía".

—Bueno . . . . posiblemente ella esta mintiéndose en problemas—la pelinegra rio recordando el plan de averiguar los problemas del niño con Archie.—Pero la veré más tarde.

—Peleaste con ella, ¿Cierto?—pregunto Henry guiándola hacia una tienda de helados.—Es que tienes cara de pocos amigos, cuando siempre tienes una sonrisa, ¿Qué paso?

—¿Por qué no mejor olvidamos esto y me cuentas más sobre la operación Cobra?—Nisha desvió la atención mientras compraba dos helados de chocolate.

—¿En serio? —El niño sonrió, sus ojos brillaban de emoción—. Bueno, empecemos por mi maestra. Creo que ella es Blancanieves, Archie, Pepito Grillo, el señor Gold . . . .—inicio a ordenarlos, pero la voz de Regina sonó a sus espaldas, llamando su atención.

—¡Henry!, no deberías de estar con esta mujer—la alcaldesa le recordó jalando a su hijo.

—Tengo nombre y es Nisha o Adreanna e incluso Barton si me llaman por mi apellido—informo la pelinegra recibiendo una mala mirada de la otra mujer.—O puede llamarme así también.

—Corazón, tengo malas noticias—informo Mills tomando el rostro del niño para obligarlo a verla—La mujer que trajiste no es más que una estafadora, irrumpió la oficina del Dr. Hopper y robo tus archivos, solo busca aprovecharse—luego de eso, miró a la chica detrás de ellos—Espero que tenga lo suficiente para pagar la fianza—se burlo caminando así ella—O puede empeñar alguna de sus baratijas, bueno . . . . eso si valen algo.


Nisha recordó su breve recorrido por el pueblo, durante el cual llamo su atención una tienda de antigüedades "Mr. Gold". Quizás allí podría vender el collar que conservaba desde su infancia, tal vez era una reliquia que le habían regalado sus padres antes de abandonarla. Sin dudarlo ni un segundo, camino de manera rápida hacia el establecimiento.

A pesar de saber que Emma era impulsiva, Nisha estaba segura de que ella no robaría nada. Tras lo que vivió en prisión, ella había aprendido la lección y no se expondría a ningún riesgo ante la alcaldesa. Al adentrarse en la tienda, se encontró con numerosos artículos a la venta, algunos de aspecto espeluznante y otros que parecían sacados de un cuento de hadas.

—Señorita Barton ¿Cierto?—pregunto el hombre detrás del mostrador a lo cual recibió un tímido "Si" junto con una sonrisa—¿Qué puedo hacer por usted? ¿Ve algo de su interés?

—Ohhh . . . gracias, en realidad vengo a vender un objeto en una ocasión me dijeron que era de valor, pero no lo quise vender—menciono Adreanna retirándose el collar.

—Permítame—el señor Gold estiro su mano y al analizar el objeto la miro con sorpresa—Todo un diamante en bruto, ¿Es suyo?—pregunto con cierta curiosidad.

—Si, siempre lo he traído desde que tengo memoria—informo la chica con una sonrisa, mirando como lo evaluaba.

—Sin duda es una hermosa . . . . posesión, aunque lo dude este collar se me hace algo familiar, pero por desgracia no puedo comprarlo—Gold le devolvió el objeto a la pelinegra.

—¿Por qué no?, usted dijo que . . . —Nisha intento preguntar pero el hombre tomo la mano con el collar, interrumpiendo sus preguntas.

—Puedes ver este hueco aquí abajo—pregunto el castaño recibiendo un asentimiento confuso de la mujer—Significa que no esta completo, tal vez otro collar embona aquí abajo.—él tarareo antes de hablar—Creo que tengo aquí en la tienda la otra mitad, por eso se me hizo tan parecido—menciono mientras "buscaba" en algunas cajas.

—¿Enserio?—pregunto Adreanna tentada al saber algo más de su origen.

—Tengo varios que podrían ser lo que le falta . . . Pero tendría que quedármelo por unos días—explico el hombre con una sonrisa—Antes de que digas algo podría darte un recibo para que pases por el pasado mañana.—propuso mientras llenaba una hoja—¿Tenemos un trato?

—No me pedirá dinero, ¿Verdad?—pregunto Nisha algo dudosa, sabía que todo favor debía de ser pagado, pero al ver que él negaba decidió confiar—Entonces esta bien—tomo el recibo y estaba a punto de salir cuando él volvió a hablar.

—Tienes una rama en el cabello—señalo el señor Gold antes de retirarle el objeto, arrancándole un par de cabellos—Lo siento se enredaron—"mintió" el hombre guardando discretamente algunos de ellos en una bolsa.—Regresa en dos días por tu collar.

—Gracias, que pase un buen día—dijo la chica sobando su cabeza en búsqueda de aliviar el dolor de ese jalón.


Adreanna se dirigió hacia la comisaria esperando que Emma tuviera un plan o algún dinero de respaldo escondido en la habitación, pero la señorita Margaret ya estaba se había adelantado pagando la fianza de la rubia, diciendo que confiaba en ella y creía en su inocencia.  Ambas hermanas se comprometieron a reembolsar hasta el último peso de la deuda pendiente.

Sin embargo, antes de regresar al hotel para descansar, Swan mencionó un asunto pendiente que era mejor resolver de una vez por todas. Nisha sabía que ese 'asunto' se refería a Regina, por lo que decidió seguir a su amiga, su mente iba centrada en una discusión, pero se lleno de confusión y curiosidad cuando la rubia susurró algo a Henry, quien, emocionado, asintió y los condujo hacia un pequeño garaje en su casa.



—Emma, ¿Qué ocurre?—pregunto Adreanna intentando mirar el camino donde Henry había entrado.

—Todo saldrá bien, pero es mejor que esperes en otro lado . . . . esto se pondrá feo—informo Emma volteando ver al niño que le entregaba una sierra.

—¡POR DIOS!, ¿Vas a matarla?—pregunto Nisha horrorizada intentando seguir a su hermana.—Acaban de pagar tu fianza y ya vas a meterte en problemas.

—Tranquilízate, no le hare daño . . . físico—menciono la rubia mientras comenzaba a cortar el manzano que tenía en el patio.


En cuanto las primeras ramas cayeron al suelo, la alcaldesa se hizo presente a fuera de su casa pegando gritos y soltando maldiciones.


—¿Qué diablos están haciendo?—pregunto Regina fulminando con la mirada a las chicas.

—Cosechando manzanas—Emma respondió de manera burlona.

—Escuche se que esta enojada, pero si nos da unos minutos para poder . . . . —Nisha intento razonar con la mujer, pero solo recibió un golpe en la mejilla que la tumbo al suelo.

Puedes intentar lo que quieras conmigo, pero deja a Nisha fuera de esto, ella no tuvo nada que ver con eso—Swan intento golpearla, pero su hermana la detuvo.

—Te demandare—amenazo la alcaldesa a Swan.

—Inténtelo y créame que llevare esto—Adreanna señalo su mejilla roja—A la comisaria también, ¿Cómo quedara delante del pueblo?, ¿Se imagina los títulos de los periódicos o los chismes que correrán por todos lados?—Nisha acorto la distancia entre ellas mostrando una sonrisa para molestarla—"Alcaldesa agrede a un ciudadano" o "Regina Mills ¿Héroe o amenaza?".

—Largo de aquí—murmuro Regina entendiendo que había perdido esa batalla.

—¿Estas bien?—pregunto Emma intentando ayudarla para caminar.—Te debo una, mi cerebro no trabajo tan rápido para trabajar una amenaza.

—Swan me dieron un golpe, no perdí una pierna—se burlo Nisha empujando a la rubia.—Solo deja de meterte en problemas.


Nisha y Emma caminaban hacia la posada donde se alojaban. Habían tenido un día agotador y, a pesar de que aún quedaban algunas horas, ansiaban descansar un poco. Además de que la pelinegra quería poner algo en su mejilla para reducir la inflamación que tenía.


—Voy a admitir que tiene un buen gancho—Adreanna se rio sobando su mejilla.

—Creo que has recibido mejores golpes—comento Emma dándole una palmada en el hombre.—Tu primero—la rubia le cedió el paso como si hubiera ganado una batalla campal.

—Señoritas—hablo una mujer a sus espaldas ganando su atención—Lo lamento, esto es incomodo—brindo una sonrisa de manera de disculpa—Tengo que decirles que se vayan—informo dejando a las dos chicas sorprendidas—Resulta que pusieron una regla o algo así . . . 

—Imagino que la alcaldesa tiene que ver algo con esto—menciono Emma entendiendo que era una consecuencia por lo del manzano.

—Pueden recoger sus cosas, pero necesito la habitación—la mujer estiro la mano para recibir la llave.


Ambas recogieron las pocas cosas que tenían regadas en la habitación, entendiendo que tendrían que buscar otro lugar para dormir. Sin embargo otro problema se les presento cuando cuando vieron un inmovilizador en la llanta del auto. 

Emma dio unos pasos adelante, pateando la llanta con la esperanza de que, por arte de magia, se liberara. Mientras que su hermana metía con fuerza la mochila que llevaban. La rubia se disculpo señalando su teléfono antes de atender una llamada.

Pasados un par de minutos, antes de avisarle a Nisha que necesitaba hablar a solas con esa mujer, así que le pidió que la esperara y que fuera a la farmacia a comprar algo para su mejilla. Aunque dudaba un poco, aceptó, sabiendo que tenía que confiar en el proceso. 

La pelinegra entro a la farmacia ganándose varias miradas curiosas de los presentes, al parecer su golpe era bastante notorio, tomo lo que necesitaba y se formo en la fila.


—¡Vaya!, que gran golpe—menciono una voz bastante conocida por la chica.—Espero que el otro haya quedado peor.

—Hola Ruby—Nisha la saludo con una gran sonrisa mientras avanzaba la fila—Soy más de resolver los conflictos de manera pacifica.

—Que aburrida—Ruby se rio bromeando con la chica que no apartaba la mirada de ella—Aunque debo de agradecer que no quedo deformado tu lindo rostro—guiño un ojo de manera coqueta.

—Bueno . . . . sería ilógico que como doctora lastime a las personas, cuando mi deber es curarlas—respondió Adreanna pagando sus artículos.

—¿Así que eres Doctora?—pregunto Ruby recibiendo un asentimiento de respuesta—¿Buscaras trabajo en el hospital de aquí?

—No lo creo . . . nuestra estadía es pasajera, así que por el momento no—explico la pelinegra a punto de pedirle su número.

—Siento mucho lo de mi abuela—la castaña hizo una mueca recordando las amenazas de Regina—Créeme que no tiene nada en su contra.

—Tranquila, se que en esos casos es difícil de actuar—la pelinegra le resto importancia encogiéndose de hombros.

—En ese caso . . . me alegra que este todo bien—dijo Ruby tomando el brazo de Nisha, mientras escribía algo con delineador—Ese es mi numero, ya sabes por si deseas salir.—sin esperar una respuesta dio la vuelta lista para irse.


Nisha se quedó con una sonrisa tonta en los labios mientras la veía alejarse, Ruby volteaba de vez en cuando para ver si la ella la seguía mirando, intercambiando risitas cómplices. 

Pero su pequeña burbuja se vio rompió cuando alguien chocó con ella. Al girarse, se encontró con el pequeño Henry, con el rostro enrojecido, evidencia clara de que había estado llorando.


—Henry, ¿Qué ocurre?, ¿Estas bien?—pregunto Nisha agachándose a la altura del niño.

—Emma cree que estoy loco—confeso Henry entre sollozos—¿Tu crees que ya perdí la cabeza?—pregunto mirándola buscando una pequeña luz de esperanza.

—Yo . . . —la chica lo tomo de las mejillas, fingiendo que tomaba su temperatura antes de continuar— Temo que sí, te has vuelto loco, pero te diré un secreto . . . —susurro con una sonrisa—Las mejores personas lo están.


El niño, sin esperar nada más, se abalanzó hacia sus brazos, agradecido de que alguien creyera en él, estaba cansado de que nadie le creyera. Por su parte, Nisha no tenía el corazón para romperle su ilusión. Había pasado lo mismo que él, viviendo  tantas burlas en su infancia que lo único que anhelaba era encontrar apoyo en alguien.


—Ahora vamos a buscar a esa rubia oxigenada—Adreanna rompió el silencio provocando la risa del niño—Le exigiremos que se disculpe contigo . . . . y de paso que nos invite a cenar—propuso tomándolo de la mano y limpiando sus mejillas.

—¿Por que crees en mi?—cuestiono Henry con una mirada curiosa.

—Es una historia larga, pero tenemos tiempo, ¿Estás listo para una historia?—Nisha preguntó con un brillo de complicidad, esperando conectar con el chico.

 —Siempre—contesto Henry emocionado, esperando descifrar si ella pertenecía al mismo mundo que los demás.




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Regina estaba arreglando su manzano, poniéndole una mezcla verdosa y de dudosa apariencia, ya que había quedado bastante dañado después del ataque de motosierra que le provoco Emma. Sin embargo su atención se poso en el señor Gold que se acercaba lentamente a ella con una caja en mano.


—Que desastre—menciono Gold con una falsa preocupación.

—Ya lo repare—informo Regina señalando su mezcla verde.—¿En que puedo ayudarlo Sr. Gold?

—Andaba por el vecindario y pensé en venir—explico el hombre su presencia rodeando el árbol con curiosidad.—Que bueno verla tan feliz.

—Es que tuve un gran día—la alcaldesa dijo sintiéndose victoriosa de los hechos ocurridos en la tarde.—Saque de la ciudad a unas bestias indeseables.

—¿Enserio?—pregunto el castaño con un tono lleno de ironía.

—Si, supongo que están rumbo a Boston en este momento—Mills alardeo su "triunfo".—No las quiero ver nunca en mi vida.

—Yo no apostaría eso—replico el señor Gold abriendo la caja.—Vi a las chicas caminando con su hijo caminando por la calle principal—informo con mucha calma mientras que la cara de la mujer se transformaba en una mueca—¿Por que no quiso preguntarme?, si las señoritas son un problema sin resolver, a mi me complacería ayudarte—expreso con una sonrisa maliciosa—Por un precio, por supuesto . . . .

—Jamás volveré a hacer tratos con usted—Regina soltó una pequeña risa, negando con la cabeza.—Y menos después de ver todo el desorden que provoco nuestro ultimo trato.

—Claro el chico y la madre—Gold se refirió a que él agilizo los tramites para la adopción de Henry—Pero creo que usted estaría dispuesta a hacer otro trato.

—Yo no lo creo—se limito a decir la alcaldesa antes de darse la vuelta.

—¿Ni siquiera por Adhara?—pregunto el hombre con toda la tranquilidad del mundo.—¿Acaso no extraña a su pequeña estrella?

—No vuelvas a mencionarla nunca . . . . se lo confesé antes de adoptar a Henry . . . me la robaron, así que más le vale que no remover esos recuerdos o le juro que . . .—las palabras de Regina quedaron suspendidas en el aire cuando él alzo un collar que conocía a la perfección.—¿De donde lo saco?—pregunto intentando tomar el objeto con manos temblorosas.

—Tengo más que solo esto—confeso el hombre sacando la bolsa con los cabellos que había arrancado—Estoy muy seguro de que ahora si quiere hacer un trato.







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