Primer beso #1

Tony:

Fuiste prácticamente forzada a ir a este lujoso evento de caridad por el que Tony había tenido que pagar y asistir. A él le permitieron un afortunado invitado. Y te escogió a ti. 

«¿Porque a mí?» seguías preguntándote a ti misma. «¿Porque no pudo escoger a alguien más para que yo pudiera quedarme en la comodidad de mi casa? ¿Por qué me escogió?» eso fue lo que pensaste durante la mayoría de la noche antes de que Tony notara tu ausencia y caminara hasta a ti con esa sonrisa característica de él.

—¿Quieres bailar? Están a punto de tocar un par de canciones en tu honor —pregunto, parado frente a ti mientras tratabas de tomar otro delicioso mini sándwich, de nuevo.

—No en este momento, ¿no puedes ver que estoy ocupada rellenando mi cara? —finalmente te las arreglaste para agarrar uno y lo metiste en tu boca mientras que tú estomago hacia un gruñido de insatisfacción. Miraste tu estómago y lo palmeaste—. ¿Más? —seguiste poniendo mini comidas en tu boca hasta que Tony tomo tu mano y te arrastro lejos. Que cruel. Te quejaste cuando él comenzó a bailar contigo con las agradables canciones sonando.

—Hey —afirmo, posando su mirada sobre ti. Llevabas tu vestido rojo brillante.

—¿Por qué me hiciste usar esta cosa ridícula? —inquiriste, ajustándolo para que te quedara bien, asegurándote de que no hubiera arrugas y sensación de comezón.

—Porque te ves hermosa en él. Y pensé que te gustaría verte despampanante en un evento de caridad —respondió, entonces le diste otra mirada a tu vestido y Tony te dio un beso, uno dulce. No uno apasionado por los cuales él era famoso, sonreíste al mismo tiempo y comenzaste a besarlo de vuelta. Este era tu primer beso con él, el cual los llevo a muchos, muchos más.


Steve:

Steve y tú estaban sentados felizmente en el sofá, mascando unas muy merecidas cotufas mientras miraban una clásica película de Disney: Mulan. Habías posicionado tus piernas en el regazo de Steve y sus brazos se encontraban sobre tus piernas. Habías comenzado a adormecerte y tu pesada cabeza estaba ligeramente ladeada sobre el hombro de Steve. Lo sentiste sonreír mientras se ajustaba para que te pusieras más cómoda.

—¿Por qué estás tan soñolienta? Son solo las 8:30 p.m. —afirmo, lo podías sentir riendo y le diste un pequeño pellizco a su brazo, era difícil ya que mucho de este estaba hecho de puro musculo y era difícil agarrarlo—. ¡Ow! —dijo, quitando su brazo de tus dedos pellizcones.

—¡Estoy cansada gracias a ti! Eres como un calentador viviente, me calientas demasiado, y entonces me pongo soñolienta ¡porque el calor es mi único y verdadero amor! —respondiste con dramatismo, tirando tus brazos al aire con pereza, añadiéndolo al efecto. Él te dio un pellizco en el costado y mientras hacías tu teatro repentinamente te moviste, saltando fuera del sofá, mandando las cotufas y las mantas a volar—. ¡Nada de cosquillas!

El resto de su noche estuvo llena de injustas guerras de cosquillas, y como él era mucho más alto que tu entonces podía levantarte con más facilidad. Y la última guerra de la noche termino en algo que no esperabas. Él te beso, suave, deliciosamente, no de la manera en que estabas acostumbrada. Comenzaste a besarlo de vuelta, después de unos minutos él se apartó y se ruborizo ligeramente.

—Lo siento.

—No necesitas disculparte —lo besaste de nuevo, y con eso, él dejo tu apartamento, permitiéndote descansar.


Loki:

El sol golpeo tus hombros y formo sobras detrás de ti y tu novio—Loki. Era un día caluroso de verano en Asgard. Estabas caminando alrededor del palacio ya que estabas aburrida gracias a tus estudios. A Loki le encantaba escabullirse, y era un bonus si podía ver tu sonrisa. El dulce olor a flores recién florecidas golpeo tu nariz y sonreíste.

—Esto es perfecto. Gracias, Loki —musitaste, cerraste tus ojos y dejaste que tu piel absorbiera los rayos solares.

—Lo que sea por mi amada —dijo, sonriéndote.

Repentinamente, él tomo tu mano y te guio hacia el gran roble. Los dos yacieron juntos bajo este, con sus manos aun entrelazadas. Sabías que tenías que volver, pero en ese momento no te importaba.

—Deberíamos hacer esto más seguido... —suspiraste contenta.

—Definitivamente —suspiro Loki, inclinándose hacia a ti y presionando un beso gentil en tu mejilla. Tus ojos se abrieron como platos y lo tomaste por su cuello y presionaste tus labios contra los de él. Loki se apartó sin aliento, pero sonriendo.

—Deberíamos hacer eso más seguido —dijo Loki, con una sonrisa lobuna.

—Definitivamente —reíste.

Entonces escucharon los pasos de la patrulla de los guardias, así que te inclinaste y susurraste—: Creo que esa es la señal de que nos marchemos.

Los dos corrieron a través de los jardines. No pararon hasta que estuvieron fuera de la vista de los guardias y la ciudad. El silencio se sentía, dejándote tiempo para recuperar el aliento. Una vez que los dos se clamaron, Loki tomo la palma de tu mano.

—Hasta la próxima vez —dijo Loki, besando tu mano.

—La próxima vez... —murmuraste cuando él desapareció de tu vista.


Clint:

Te sentaste en la cafetería silenciosamente, remojándote en la atmósfera que te rodeaba. Ocasionalmente tomabas un sorbo de tu bebida. Aparte de eso estabas trabajando en tu laptop, aunque no podías realmente llamarlo trabajo ya que la mayoría del tiempo no estabas prestando atención. Tu atención era arrastrada fuera de tu laptop de manera muy fácil.

Miraste hacia arriba y viste a Clint parado de forma opuesta a ti, la única cosa que los separaba era la mesa.

—¿Clint? —preguntaste, la felicidad corría a través de ti.

Rápidamente te levantaste de tu asiento. Después de cerrar tu laptop, enredaste tus brazos alrededor del torso del asesino. Sus brazos te apretaron con fuerza y tú suspiraste con alivio.

—No sabía que regresarías hoy —murmuraste en su pecho.

—¿Es eso algo malo? —Clint se rio.

—No, por supuesto que no. Es solo que iba a sorprenderte cuando llegaras... ahora no puedo —dijiste, separándote del abrazo.

—Lo siento, ¿arruine tus planes? —jugó Clint.

—Sí, lo hiciste, pero... —murmuraste inclinándote más hacia adelante—. Tengo un plan de repuesto.

Clint te sonrió. Gentilmente, él movió sus manos a tus caderas y te atrajo más cerca y tus manos descansaron en su pecho. Su cabeza se inclinó hacia abajo ligeramente y tus labios se encontraron con los de él. Este beso fue corto, pero aun así perfecto.

—Me gusta ese plan. Me gusta mucho ese plan.

—Definitivamente deberíamos hacer eso más seguido —reíste, tus ojos brillaban con una alegría infantil que había desaparecido cuando Clint se había ido a su misión. Clint atrapo tus labios de nuevo antes de unirse a ti para un café.


Bucky:

Tu primer beso con Bucky sucedió en su segunda cita. Después de que había aceptado acompañarte a casa, y como era una corta caminata, él estaba tratando de reunir la confianza para invitarte a una tercera cita. Tú podías sentir su nerviosismo, así que dejaste que tu mano viajara hasta la de él. Lentamente, tus dedos se entrelazaron con los suyos.

Mientras caminaban, sus manos se balanceaban gentilmente en el aire. Había un silencio celestial que se había posicionado entre ustedes dos. No era extraño o incomodo—era pacifico.

De manera ocasional, Bucky volteaba para admirar tu rostro, el cual en su opinión era la definición de perfección. Tu podías sentir su miraba sobre ti y te ruborizabas en respuesta, pero con toda honestidad, no te importaba que te mirara. Cuando llegaste a tu parada, te volteaste para enfrentar a Bucky.

—Gracias por una maravillosa cita, Buck —sonreíste, mirándolo.

—No hay problema —murmuro—. Podemos hacerlo de nuevo un día de estos... si tú quieres.

—Me encantaría, Bucky —respondiste, poniéndote de puntillas y presionando un beso en su mejilla. Bucky vacilo antes de volverse ligeramente y besarte en los labios. Lo besaste de vuelta. El beso fue natural y no pudiste evitar notar que Bucky era un gran besador.

—Así que, ¿te veré después? —pregunto.

Asentiste.

—Adiós, Bucky.

—Adiós, T/N —él se despidió con la mano, sonriendo hasta que desapareciste en tu edificio. Esa había sido una cita perfecta; y había terminado con un beso perfecto.


Thor:

Este evento especial tomo lugar en una pequeña pizzería, una de tus primeras citas con tu nuevo novio. Tomaste bocado tras bocado de esa maravillosa pizza y Thor disfruto de su primera pizza también.

—¿Te está gustando esta gloriosa cosa llamada "pizza"? —inquiriste, él te miro, posando un pedazo en el plato y usando una servilleta para limpiar la grasa de sus manos y cara, y entonces respondió.

—Por supuesto. Esta comida es magnífica, me alegro de que hayas querido traerme aquí —él te dio una sonrisa y regresaste, continuando tu pedazo de pizza.

—Me alegro de que te guste una de las comidas más populares de la historia —respondiste, comiendo la última rebanada de tu pizza mientras él terminaba la suya.

Tomaste su mano después de haber pagado la pizza y saliste con una gran sonrisa plastificada en tu cara. Tomaste esto como la oportunidad para hacer tu primera movida. Le diste un rápido beso en su mejilla y te ruborizaste. Él sonrió mucho más y te atrajo hacia su cuerpo enorme, besándote dulcemente, lo que hizo que le devolvieras el beso.

Te apartaste.

—Besas bien —afirmaste mientras los dos caminaban por la acera hacia su nueva aventura.

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