Capítulo 09
Amber Foster
Mi corazón se parte a la mitad en el momento que él se retira mientras acaricio mis labios profanados. «¿Qué acabo de hacer?» Las emociones son confusas, porque jamás creí lanzarme así a un hombre.
"Lo intimidas."
Las palabras de Eiden terminan por exaltarme.
—¿Tú crees?
Él no responde. Y hago una mueca por mis palabras.
«¿En qué estoy pensando?»
Ser consciente de la irracionalidad de mis acciones me produce escalofríos. Al mismo tiempo, los pensamientos se vuelven confusos. Me erizo por saber que podríamos haber terminado en algo más, sino hubiera sido por su rechazo.
—No se aprovechó —suspiro, agradecida.
«Así que esto sucede cuando estás con tu alma gemela.»
—¿Qué pasó con el vampiro? —murmuro—. Blake —oprimo los labios—, él dijo que no es malo.
Me siento aterrada. Pero las imágenes de haber estado a punto de enredarme con ese hombre me dejan helada.
—¿Por qué lo hice? —chillo. Me revuelco en la cama gracias a la vergüenza. —Se supone que soy una mujer adulta consciente de sus acciones.
"Un descuido provocado por la perversión de una mente sucia como la tuya. Sé que querías abusar de ese pobre hombre."
Hago una mueca.
«No ayudas.»
Reprocho. A su vez, las lágrimas se acumulan en la mirada y ellas distorsionan el panorama. ¡No puedo sentirme cuerda!
"Y ahora por qué lloras."
Él se desconcierta.
—¡Yo qué sé!
Me cubro la cabeza con la almohada mientras pataleo como una adolescente desesperada. Que situación más embarazosa. ¿Por qué? ¿Acaso es por el vínculo de almas gemelas? ¡No había necesidad alguna de amarrarme a alguien así!
"Primera etapa, la negación."
«¡Cierra la boca, Eiden!»
—He sido rechazada —lloriqueo—. ¡Y con razón! ¿Por qué lo besé?
No fue sensato lanzarme a unos brazos que no conozco. Pero mi cuerpo se movió por sí solo y cuando intenté ser consciente era demasiado tarde. Yo me encontraba sobre Blake y realmente quería devorarlo. ¡Algo que no haría si me encuentro consciente!
Él me gustó. Sus besos ardientes me enloquecieron, al igual que sus manos peligrosas. Sin embargo, él se alejó y honestamente no lo culpo. En primer lugar, no había razones para continuar con una locura como esa.
—No es justo ser almas gemelas.
Me deprimo.
"Podrías confrontarlo. Después de todo, no le desagradó."
—¿Me estuviste espiando?
Mi sonrisa se tuerce mientras siento como mil demonios se apoderan de mi cuerpo.
—Sí solo tuviera la oportunidad de estrangularte... —Agarro una almohada y empiezo a golpearla—. Eres un acosador.
"Me estás diciendo acosador, ¿a mí?"
La indignación del demonio es evidente.
—Por supuesto.
"Eres una jodida descarada. Sé cuál es mi lugar, no como tú que andas de gata."
En el fondo, percibo un desorden emocional al recordar la mirada apasionada de ese hombre. No me siento cuerda.
Aunque la imagen de su pecho descubierto mientras esbozaba una sonrisa perversa y se tiraba el cabello hacia atrás me acalora con rapidez.
"Acosadora."
—¡Basta!
Dejo caer el cuerpo en el asiento del tocador y me cubro el rostro. Aunque los pensamientos descarados se disipan cuando siento un profundo calor en el antebrazo derecho.
Gimo. Y debido a una sensación de quemazón trato de levantar la manga de la camisa, pero me quedo estática en el asiento. Es más, siento frío y el cuerpo empieza a sudar en el momento que la prenda blanca se tiñe de escarlata.
La tensión en el cuerpo no me permite pedir ayuda y me quedo sin aliento cuando la sangre empieza a volcarse en el suelo.
Mi respiración se acorta y el cuerpo se tensa. Al mismo tiempo, la garganta se cierra ahogándome.
Me recargo en la mesa y trato de mantener la calma mientras miro el reflejo en el espejo. «¿Por qué?» Me llevo una mano al pecho, lo aprieto con fuerza.
No sé si sea una ilusión o la realidad. Pero me considero incapaz de levantar la manga y ver la herida que me hace perder tanta sangre.
—¿Qué sucede? —temerosa, balbuceo.
No sé qué me pasa, pero tampoco quiero averiguarlo.
De igual forma, Eiden no es capaz de aliviar el dolor porqué no tiene tal facultad. Solo es el az bajo la manga para facilitarme la vida cuando estoy en peligro.
Entonces me atrevo a desprender el botón y al levantar la prenda grito aterrorizada. No entiendo en qué momento sucedió. Pero que mi antebrazo tenga garras marcadas, las cuales levantan la piel y por ende se divisa la carne, me deja paralizada.
(...)
—La conexión cada vez es más fuerte.
—Mamá.
Puedo escucharla hablar con alguien más.
—Sh. —Ella me acaricia la mejilla—. No te esfuerces, cariño.
Me remuevo en la cama y trato de moverme, pero gimo dolorida. Así que, solo me limito a abrir los ojos.
Me siento confundida, más cuando veo que tengo un suero intravenoso en el brazo.
—Srta. Foster.
Adela se acerca a nosotros con una bandeja con frutas y revisa que todo esté en orden.
—Cambiaré las vendas —dice.
Pero se retira, dejándome a solas con mis padres.
—¿Por qué?
Trato de hablar, pero la cabeza me duele y no puedo concentrarme en otra cosa que no sea lo que ocurrió cuando veo mis brazos vendados.
«¿Solo era una herida?»
El rostro de mamá se ve afligido.
—Es difícil de explicarlo, mi amor —dice y ve a papá en busca de ayuda—. No entiendo por qué ocurrió ahora y no antes, pero me preocupa que sigas cerca de nuestro alfa.
—¿Qué le pasó? —pregunto, aturdida—. Él me dijo que podía herirme. —Trago con dificultad—. ¿Él me hizo esto?
—No, bebé —dice papá—. A él lo hirieron, por ende, también a ti. Es difícil de entender lo que trató de decirte.
Se ve confundido, incluso trastornado.
—Ustedes también se comportaron extraños cuando Ethan —hago una pausa antes de agregar—; intentaba lastimarte. ¿A eso quieren llegar?
Trato de sentarme, pero mamá no deja que me esfuerce y me da una mano.
—Gracias.
Ella sonríe.
—Su conexión es más fuerte que la nuestra.
—¿Por qué?
La conversación es absurda, es más, siento que no tengo que seguir haciendo preguntas porque voy a enloquecer.
—Él es un hombre lobo de sangre pura. Un alfa.
—Entonces volvamos a casa. Nunca sucedió, yo... estaré segura con ustedes.
—No.
La respuesta de papá me deja helada.
—Después de haberte separado de él cuando apenas eras una niña tenías secuelas. Y solo se habían visto una vez —rabioso, declara—. Incluso si no fuiste marcada es un problema.
—¿Marcada? —Pienso en voz alta—. ¿Qué quieres decir?
Él se cruza de brazos.
De todos modos, como respuesta coloca una mano en el hombro de mamá y corre con cuidado el cabello de la zona, descubriendo una cicatriz irregular.
—Te emparejas con el objetivo de ser uno con tu persona predestinada —suspira—. En pocas palabras, si uno muere también lo hará el otro.
«Es más serio de lo que pensaba.»
—¡Dónde está la humana!
El golpe nos exalta a todos. Y en una situación como esta no creo que estar delante del vampiro me haga sentir segura.
—¿Demon?
Papá se muestra desconcertado por la presencia del vampiro.
No lo culpo, de hecho, es incómodo estar a un lado de alguien como él.
Aunque viéndolo mejor él se parece a Blake. Lo que no comparten son sus ojos, Blake los tiene verdes, al contrario que Demon. Sus ojos son negros. Y se ve más pálido de lo normal.
Él se acerca a nosotros.
—No voy a hacerle daño.
—Los vampiros no pueden acercarse a los humanos —advierte papá.
Él se encoge.
—Ya estoy lleno.
Arqueo una de las cejas y no puedo evitar sonreír.
«¿Acaso comió a una persona?»
Río por lo bajo. Aunque sea escalofriante.
—¿El alfa está al tanto de su presencia en el reino? —cuestiona mamá.
—No.
—Es un problema —insiste—. Sabe qué puede meterse en problemas, más con lo que ocurrió.
—Es exagerado —dice—. Solo estoy de visita, Foster. Su hija también es mi familia.
"Qué molestos."
La llegada de Eiden alivia mi agitado corazón.
«¿Adónde estabas?»
"No soy un asistente. ¿Sabes que atender el infierno es complicado?"
«No juegues con esas cosas, Eiden.»
—¿Van a quedarse?
—Oh, no. —Ella besa mi cabeza—. Me enteré porqué soy la jefa del hospital de la manada y papá estaba encargándose de los gamma¹ con nuestro alfa. Él recibió un llamado de Adela.
«No viniste.»
Asiento lentamente.
—Me hace bien saber adónde están.
—Ve a visitarme cuando gustes —anima siendo cálida—. Te enseñaré algunas cosas y dada tu posición será necesario.
Oprimo los labios. A su vez, ellos se despiden dándome un beso en la frente.
"¡Bien! Ahora solo tenemos que deshacernos de la sanguijuela."
Blanqueo la mirada antes de ver con cautela al ser enfrente de nosotros o de mí.
—Sé que nuestro primer encuentro fue un tanto excepcional.
—No confío en ti —ataco—. Sé de lo que son capaces los vampiros.
A él no parecen afectarle mis palabras. De hecho, las ignora y se hinca a un lado de la cama. Y puedo darme cuenta de dos cosas: a) Él es más bajo que Blake, y b) También es mucho más delgado.
"Aléjate."
—No voy a hacerle daño, Eiden.
Me quedo helada.
—¿Qué estás diciendo? —balbuceo estupefacta.
Me atrevo a alejarme e intenta acercarse a mí, pero le doy un manotazo a su tacto frío.
—¡No me toques!
«¿Cómo es posible?»
¿Alguien más conoce la existencia de Eiden? ¡No lo creo! Él seguro me escuchó en alguna parte, yo no creo lo que está diciéndome. Es absurdo.
—Escúchame, luna. —Se acerca. Y no puedo alejarme, porque me siento aturdida—. Él se va a arrepentir de esto.
La mano fría me envuelve la mejilla.
—Es por nuestro vínculo de almas gemelas.
—Por lo que veo ya escuchaste historias fantásticas —ríe con sarcasmo—. En ese caso, me imagino que tienes una vaga idea de lo que significa un hilo rojo, alma gemela o el famoso amor eterno —susurra cerca de mí rostro.
—¿Qué tiene que ver eso conmigo?
—El alma gemela de un licántropo es indispensable —hace una pausa—. Un alfa necesita a una luna para guiar a la manada. Las almas gemelas se conocen como mates, quienes se protegen entre sí y procuran darle júbilo a su igual. Ellos están conectados, es decir, pueden sentir sus sentimientos, emociones y pensamientos.
—¿Y? —pregunto a secas.
Su respiración se detiene.
—Él es un alfa. El más poderoso de todos ellos, un rey —frunzo el ceño—. Y como tal, va a necesitar a su mate para llevar un reinado presti...
Lo interrumpo, liberándome de su tacto.
—Las marcas de mi cuerpo, ¿qué quieren decir?
"Ya lo escuchaste, Amber. Tus padres no van a mentirte."
—Viviste la traición de un adulterio.
Él evade mi mirada.
"No le creas."
Eiden insiste en negar lo que ocurrió.
«Él intenta ganarse mi confianza con mentiras.»
—Eres cruel.
(...)
gamma¹ : en el mundo de The Alpha ya se hizo mención de un alfa y un beta, incluso de luna. Ahora nos encontramos ante un nuevo término. ¿Qué es un gamma? Ellos son hijos de dos omegas, en la jerarquía, los más bajos. Su personalidad es peor que la de los alfas, también son territoriales y desagradables. Por lo general, son los más problemáticos de los licántropos.
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