Cayó en la cama agotado, junto a Audrey y Chris.

¿Quien iba a saber que pertenecer a una relación ménage iba a darle tanta satisfacción?

Tras hacerle el amor a Audrey de manera salvaje en la cocina, habían regresado a la habitación para continuar.

Realmente nunca pensó que ella fuese tan receptiva, por no decir insaciable.

Estaba muerto y Chris no parecía mucho mejor.

Se volvió hacia el lado para mirar a su chica. Amaba como sonaba eso. Suya.

Su mirada se encontró con la de Chris que observaba a la chica con el mismo sentimiento que él.

Ella estaba completamente dormida.

-Voy a luchar porque funcione.- susurró Chris mientras apartaba un mechón de pelo de la frente de la chica.- No digo que no me aterre. En un par de meses os iréis y...

-Yo también temo que llegue ese día. ¿Y si ella cambia de opinión estando lejos? No puedo evitar pensar en eso, pero ahora mismo, aquí estamos. Y yo no deseo estar en ningún otro lugar.

-Tampoco yo. Lo de esta noche... No tengo palabras, Tyler.

-Te entiendo.

-Estoy completamente bajo su hechizo. En realidad nunca tuve ninguna oportunidad de resistirme a ella. Lo más seguro es que me enamorase de ella nada más verla. Se metió bajo mi piel. ¿Que tan loco es eso?

Audrey se removió en la cama. Era jodidamente hermosa.

-Te quiero-susurraron ambos uno en cada oído.

-Os amo.-murmuró ella en sueños,acurrucándose entre los dos.

Ambos la miraron y luego a ellos. Sonrieron, la abrazaron cada uno por un lado y cerraron los ojos.

Si por algo valía la pena pelear, era por ella.