TYLER
Ni la ducha consiguió calmarle. La erección no desaparecía por muy fría que estuviese el agua.
De no haber estado en medio del aparcamiento, sin duda habría seguido adelante.
Todavía podía saborearla en su boca. Si se centraba lo suficiente hasta sentía el contorno de su cuerpo en las manos.
Piensa en otra cosa, imbécil.
Cerró el agua y se envolvió la cintura con una toalla.
Limpió el espejo con la mano y procedió a afeitarse.
A Audrey le gustaba su loción de después del afeitado.
Ella fue quien la eligió cuando él empezó afeitarse hacia ya unos dos años. Desde entonces, usaba siempre la misma.
Eso debió ser una pista, supongo.
Cuando volvió a su habitación, encontró a la fuente de sus pensamientos sentada en la cama.
Él seguía con la toalla alrededor de la cintura por lo que empezaba a ser evidente que no era indiferente a ella.
Ella se levantó de golpe y se colocó frente a él.
Estaba hermosa. No dejaba de retorcerse las manos y de morderse el labio.
Era tan jodidamente caliente que no entendía como aun no le había caído la toalla.
Inspiró con fuerza cuando le deslizó un dedo por la cintura.
-Sirenita, mis padres...
-No están. Salieron cuando yo llegué.
Tyler gimió. Estaban solos, en su habitación, y ella estaba tocándole. Terminaría lo que había empezado en el aparcamiento si ella no se detenía.
-¿A qué has venido?
-Necesito hablar contigo y necesito que me escuches antes de decir nada.- Se volvió hacia la cama para sentarse de nuevo.
-De acuerdo.
-Vístete antes, Ty. Quiero poder pensar con claridad.
Eso le hizo sonreír. Ella estaba afectada también.
Se dirigió a la cómoda y dejó caer la toalla intencionadamente.
Escuchó un gemido ahogado a su espalda.
Tras cubrirse con un pantalón corto, se volvió hacia ella.
Se había cubierto los ojos con las manos. Sonrió de nuevo.
Le gustaba verla en su cama. Le gustaba mucho.
-Mírame.
Ella dejó caerlas manos y enfocó sus hermosos ojos en él.
Ahora fue su turno de estar nervioso. Realmente no se había detenido a pensar en las consecuencias que conllevaría decirle que la amaba y besarla.
>>¿De qué quieres hablarme?
-Siento algo por ti también. Lamento mucho no haberme dado cuenta hasta ahora.
-¿Lo dices enserio?
-Sí, pero también quiero ser completamente sincera. Siento algo por Chris también.
¡Mierda! Lo sabía. ¿Y ahora qué?
-Me di cuenta. Entonces, ¿esto qué es? ¿Una visita para decir que no vas a darme una oportunidad? ¿Qué le eliges a él? ¿A ninguno?
-Si dejas de hablar como un capullo, quizá podrías escucharme antes de juzgar.
-Muy bien. Tú dirás.
Se sentó en la silla de escritorio. Prefería no tocarla, por si acaso.
-Chris y yo nos acostamos hace un rato. Ya habíamos estado juntos aunque no así.
-¡De puta madre!- se levantó y tiró de su pelo mientras se paseaba de un lado al otro.
-Ty, siéntate. No he terminado. Él nos vio. Sabe lo que hay. He sido sincera con él también.
-¿Entonces?
-Yo... Quiero estar con los dos. A la vez.
¡¿Qué?! Tenía que estar bromeando. ¡Ni de coña!
-¿Te has vuelto loca?
Ella se encogió ante sus palabras.
¡Joder!
-Sé que no es lo que esperabas y tienes razón si crees que no es justo, pero es lo que siento, Ty. No podría estar solo con uno de los dos. Antes prefiero no estar con ninguno.
-Sabía que había esperado demasiado. Debí decírtelo antes.
-Chris habría entrado en juego de todos modos. Siento mucho haberte pedido algo así. Será mejor que me vaya.
¿Y ahora qué?
Ella se puso en pie y la observó dirigirse hacia la puerta.
Si dejaba que se marchase, la perdería, para siempre.
No podía hacer eso. Ahora que por fin podría estar con ella, ¿lo echaría a perder?
-¿Sirenita?
Ella se volvió hacia él con lágrimas en los ojos.
-Dime.
-Necesito pensar en esto.
Ella asintió.
-Tómate el tiempo que necesites.
-¿Qué piensa él de todo esto?
-No está mucho más feliz que tú, pero me pidió que fuésemos a su casa esta noche, ya que es algo que debemos solucionar entre los tres.
-Pasaré a por ti más tarde, pero antes necesito pensar en ello.
-De acuerdo. Me marcharé a casa. Ya avisé a Beth para que no me espere.
Se acercó a él, se puso de puntillas y le besó en los labios.
-Te quiero-susurró contra su boca. Después se marchó.
Mientras, él hacia un esfuerzo sobrehumano para no ir tras ella.
Supo sin dudas que aceptaría lo que ella le ofrecía, aunque significase compartirla con otro.
Sin embargo, antes necesitaba a sus amigos, así que se vistió, cogió las llaves del coche y salió hacia el polideportivo.
Ethan y Steve estaban en mitad de un partido de tenis. Sus novias se encontraban en las gradas, observándoles mientras hablaban entre ellas.
-Hola, chicas.
-Vaya, de modo que es verdad que volviste. Menuda cara tienes, Tyler.
-He tenido mis motivos, Susan, créeme.- besó a ambas en la mejilla y se sentó junto a ellas.
-¿Vienes a ponerte al día con los chicos?- preguntó Beth.
-En realidad vine porque necesito consejo y algo de ayuda.
-Creo que os irá mejor si nosotras nos vamos. De todos modos hay un sitio al que debemos ir. Cuídate, Ty.
Tras despedirse de sus novios que se acercaban en ese momento, ellas simplemente desaparecieron.
-Imagino que esto no es una visita de cortesía.- dejó caer Ethan mientras ambos le golpearon en la espalda con la mano.
-¿Tenéis tiempo para una cerveza?
Steve y Ethan se miraron entre ellos y asintieron.
Las explicaciones podrían esperar.
Una vez duchados y cambiados, se reunieron con Tyler en la cafetería.
-¿Qué pasa tío?
-Estoy enamorado de Audrey- antes de que cualquiera de los dos pudiese reaccionar, soltó la otra bomba.- Y soy adoptado.
Realmente no creía que decirles que Audrey quería una relación a tres bandas fuese lo mejor. Primero les dejaría recuperarse de la impresión. Ya luego, si eso, tras tres o cuatro cervezas más, les contaría el resto.
Curiosamente, fue Steve quien habló antes.
-¿Y ella? Joder, estoy alucinado.
-Por eso no volviste. No podías verla con otro.- Ethan habló finalmente.
Considerando que ya había decidido aceptar toda aquella locura de ménage, su reacción ante verla con otro ahora parecía absurda.
-Supongo que vosotros podéis entenderme. Ver a Susan o a Beth con otro y saber que no existía un modo en que pudiesen estar con vosotros, no es algo que querríais soportar.
-Debió ser duro, pero nos tenías a nosotros. Tío, lo habríamos entendido.
Steve apuró su cerveza y levantó la mano hacia el camarero para pedir otras tres.
-Necesitaba alejarme. Al principio creí que era porque no soportaba a Dan. Resulta que el tío es más listo de lo que parece. Joder, si hasta el padre de Audrey lo supo siempre.
>>Creí que si me alejaba un tiempo, se me pasaría. Nada que ver.
-¿Y qué piensa Audrey?
-Siente algo por mí, pero hay algo más.
El camarero sirvió otra ronda y se alejó. Ese momento era igual de bueno que cualquier otro.
>>Su jefe, Chris. Quiere una relación con ambos.
Sus amigos prácticamente escupieron su cerveza.
-Joder. Creo que necesitamos algo más fuerte. ¿Qué vas a hacer?- Preguntó Steve.
-Esta noche iremos a casa de Chris para hablar. He decidido aceptar. No hay modo en que vaya a renunciar a ella. No, cuando sé que siente algo.
-Esto es serio- dijo Steve finalmente.- No sé si felicitarte o compadecerte. Dudo que yo pudiese compartir a Susan.
-Lo mismo conmigo.- confirmó Ethan.
-¿Creéis que estoy loco por intentarlo?
-Escucha, Ty. Es tu vida. Tu decisión, pero piénsalo bien. Ver a otro besándola y tocándola frente a ti... De verdad, piénsalo.
Dos horas después, de camino a buscar a su chica, supo que aunque doliese, aceptaría.
Veamos qué opina el tal Chris.
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