TYLER

Lo primero antes de ir a buscar a Audrey sería hablar con los padres de ella. Ya que no eran primos de verdad, suponía que no se opondrían. De todas formas, para él, siempre serían sus tíos y los respetaba lo suficiente como para ser sincero.

Cuando llamó para avisarles de que iría a verles, ninguno de los dos parecía sorprendido.

Conociendo a sus padres, ya les habrían puesto sobre aviso acerca de que ya sabía la verdad.

-Buenos días, Arin.

-Buenos días, cariño. Pasa.

-¿Y el tío Richard?

-En el salón. ¿Te apetece tomar algo?

-Estoy bien así. Solo necesito hablar con vosotros.

-De acuerdo. Vamos.

El padre de Audrey levantó la mirada del periódico que estaba leyendo en cuanto ellos entraron en el salón. Por cómo le miraba, sabía que estaba tratando de averiguar a qué venía aquella visita.

-Siéntate, Ty. Creo que hay algo de lo que quieres hablar.

-Así es.

-Adelante.- acomodó a su mujer junto a él y ambos esperaron a que empezase.

-Antes de nada quisiera disculparme. Sé que he herido a Audrey. Ella, bueno, yo...- se sentó frente a ellos y tras pasarse las manos por la cara un par de veces, les miró fijamente.

>>Mis padres me han contado la verdad sobre mí. Sé que no son mis verdaderos padres, aunque eso no cambia nada para mí. Por lo que a mí respecta, sigo siendo su hijo.

Les oyó suspirar aliviados.

-Con vosotros es lo mismo. No cambia nada. Audrey, es otra historia.

Sintió más que vio como su tío se tensaba. Ya esperaba eso. Audrey era su hija mayor, pero para él seguía siendo su niña.

Casi veintidós años antes, tras una noche con Arin, quien por cierto estaba comprometida, ella desapareció dejándole vacío y con ganas de venganza.

Todo cambió cuando se reencontró con ella casi cuatro años después y descubrió que ella había tenido una hija. Su hija.

Richard Jones se había perdido los primeros años de Audrey, pero había recuperado con creces el tiempo perdido.

Arregló los papeles para que Audrey llevase su apellido y se casó con Arin. Nunca miraron atrás, aunque él sospechaba que Richard Jones a veces aun temía despertar y perder a su familia.

-Tyler, dinos que pasa con Audrey.-preguntó Arin.

-Estoy enamorado de ella.- miró a su tía, que le sonreía dulcemente y después a su tío, que cerró los ojos y se quedó en silencio.

-Di algo.

-Siempre lo supe. No importa cuánto intentase mirar hacia otro lado pero estaba ahí, cada vez que la mirabas. Pensé que se te pasaría en cuanto te marchases a la Universidad. Creí que si no os veíais a menudo, acabarías por fijarte en otra chica.

-¿Lo sabías? ¡Yo no lo supe hasta que empezó a salir con Dan!

¿Cómo demonios...

-Nunca fue solamente tu prima, Ty. Hubiese preferido que fuese así, pero el amor no se elige. ¿Ella sabe algo de esto?

-No. Pensé en ir hoy y sincerarme.

-¿Y que hay sobre ese otro chico que estaba anoche aquí?

-Es el hermano de James. Le está sustituyendo este mes.

-¿El escritor?- Richard se levantó de golpe y apretó los puños contra su cuerpo.

-Ese hombre es bastante más mayor que Audrey.-intervino Arin.

-Jodidamente cierto. Lo quiero lejos de mi niña.

-¡Richard Jones!- ambos se volvieron hacia Arin. Ella no solía levantar la voz.- Acabas de ganarte un tirón de orejas. Audrey no es una niña. Por el amor de Dios, si ni siquiera es virgen.

Richard se cubrió las orejas con las manos.

Tyler tuvo la necesidad de hacer eso también. No necesitaba un recordatorio de eso. Era perfectamente consciente.

-Escucha, Tyler.-prosiguió Arin.- Habla con ella y sé totalmente sincero. Ella es quien debe tomar la decisión respecto a lo que quiere en su vida, y en su corazón.

-Lo sé y haré precisamente eso, pero quería que lo supierais por mí. Yo, en realidad no sé cómo reaccionará. Tengo mucho por lo que disculparme.

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