CHRIS

Ella le había besado en la mejilla y él había estado cerca de diez minutos allí de rodillas como un estúpido.

Cogió varias veces el teléfono para llamar a su hermano y decirle que se buscase a otro.

Miró de nuevo acerca del evento del sábado. Al parecer las camareras debían vestir con camisa blanca y falda negra.

Evidentemente eso desató imágenes en su mente que no deberían estar ahí.

Claro que ya la había visto desnuda, no del todo, porque la sábana cubría la mayor parte pero podía imaginar el resto.

Quizá no era tan mala idea pedirle a Sally que ocupase el lugar de su compañera, así se ahorraría toda aquella locura.

Ahora resulta que soy un cobarde.

Apagó la pantalla del ordenador y se marchó a la cocina a por algo de comer.

Justo cuando él abría la puerta para entrar, ella la empujaba para salir.

Se golpeó tan fuerte contra su pecho que eso la hizo tambalearse hacia atrás y casi caer al suelo si él no la hubiese cogido en brazos.

-Dios mío Audrey, perdona.

-No pasa nada. También fue mi culpa. Menudo primer día.

-Un poco accidentado- la cogió por la barbilla para que le mirase.- ¿Estas bien?

Observó como ella tragaba mientras tenía la mirada fija en su boca.

-Sí, bien. No es nada.- y se apresuró en apartar la mirada.

-¡Audrey!

Se apartaron enseguida al ver como Sally aparecía de golpe.

-¿Qué pasa?

-Dan está aquí.

-¿Aquí?

-Si- y desapareció de nuevo.

-Mierda. Voy a pedirle que se vaya.- Entonces volvió a mirarle.- Lo siento jefe. Nunca había sido tan torpe. No sé que me pasa hoy.

-Tranquila. Sobre el sábado- Ahora es cuando le diría que ya no hacía falta. Ella sonrió y sus ojos brillaron aun más verdes si eso era posible.- El evento es a las ocho pero te veré allí a las siete y media. Camisa blanca y falda y zapatos negros.

Así se hace valiente.

-Genial. Bueno, me voy.

-Claro.

La siguió con la mirada antes de entrar en la cocina.

Apenas tenía hambre ya pero debía comer.

-Aquí tienes jefe.

Tom le puso un plato con un sándwich de pollo delante.

-Gracias.

-Te ves agotado. ¿Estás bien?

-Sí. Demasiadas horas frente al ordenador.

-¡Dios! No puedo con ese chico. De verdad que no.- Sally irrumpió en la cocina como un torbellino sobresaltando a ambos.

-¿Qué pasa pequeña?- preguntó el cocinero mientras se lavaba las manos.

-Dan vino para hablar con Audrey. Me dijo que no se marcharía hasta que pudiese verla, ya que ella se negaba a cogerle el teléfono.

-Creí que habían roto. Audrey dijo...

-Así es- entonces reparó en Chris.- Lo siento jefe.

-Tranquila. Voy a hacer caja.

-Vale.

Salió pero no se movió de allí. Siguió escuchando la conversación.

-No va a dejar que Audrey simplemente rompa con él. Intentará convencerla.

-Fíate un poco más de ella.

-Audrey no es el problema. Es él quien no me gusta.

-Ni a mí, pero es algo que debe solucionar por sí misma. Como todo lo demás que la preocupa.

Chris se alejó finalmente e hizo caja.

Audrey entró entonces con los ojos llorosos mientras se quitaba el delantal.

-Son las tres ya. Me cambio y me voy.

-¿Audrey, ¿estás bien?

Negó con la cabeza y se marchó hacia el almacén.

Realmente deseaba golpear algo.

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