-Dios, que incomodo es esto.- dijo mientras se cambiaba y salía del probador poco después.

-¿De qué vas disfrazada?- preguntó Beth en cuanto la vio.

-Este fin de semana hay un evento en el club de campo y voy a echar una mano sirviendo copas. Un lujazo, vamos.

-Esto no te pega nada Audrey. No es tu estilo.

- Ya lo sé, pero el dinero me vendrá bien.

-¿Y qué te pondrás en los pies?- preguntó Susan mientras daba saltitos emocionada. Le encantaban los zapatos.

-Supongo que es otra cosa que debería comprarme.

-¡Corre, vamos!

Pagó la ropa y luego fueron a por los zapatos.

Una hora después por fin se sentaron a tomar algo.

Tom le había mandado un mensaje diciéndole que había decidido decirle a Sally lo que sentía de modo que contestó que les dejaría a solas y que ya inventaría alguna excusa si Sally preguntaba.

Ahora, mientras se deshacía su granizado, contó a sus amigas las novedades.

-Me gusta mucho. Es horrible. Ni siquiera debería mirarle y mucho menos imaginarle desnudo pero me supera.

-Joder, te has colgado de tu jefe.- Beth estaba atacando una crepes de fresa y nata mientras hablaban y Susan unas de plátano y chocolate. Miró tristemente su granizado y pidió un helado de menta con chocolate tamaño gigante.

-Supongo que es un modo de decirlo.

Su móvil vibró en el interior del pantalón.

Me gustas con falda, chica tequila.

-Ay, Dios...Me ha visto.

Enseñó el mensaje a sus amigas que por poco se atragantaron.

-Ostia, esto empieza a ponerse caliente.

-Susan, por favor...-suplicó.

-Yo opino igual Audrey. Creo que es obvio que le gustas. ¿Qué problema hay?

-Es mi jefe.

-Solo este mes, hasta que James vuelva.

-¿Y luego qué?

-Eso no lo sabrás a menos que te arriesgues.

Así que acallando a su parte racional, tecleó el mensaje de vuelta.