CAPÍTULO 13: Singularidad
CAPÍTULO 13: "Singularidad"
"Pero al final, la primavera vendrá algún día,
el hielo se derretirá y fluirá lejos."
— "Singularity", BTS.
Calais está muy molesto. No sólo porque ha tenido que volver a esa realidad inestable para ver el rostro de una de las personas que más odia en el mundo (según sus propias palabras), sino también porque supo que esto iba a ocurrir, pero no pudo hacer nada para evitarlo. Es imposible pretender que los acontecimientos en un Universo caótico se mantengan lineales cuando, desde un principio, hubo cambios imperceptibles que marcaron nuevos desenlaces.
Ahora debe buscar una solución porque es la única persona en aquella habitación con la capacidad suficiente como para hacerlo. Kim SeokJin es un completo desastre en este momento y no sirve para nada.
A veces Calais odia ser tan calculador y frío como su madre Tessa cuando de trabajo se trata. Pero debe admitir que, gracias a esas características heredadas de una médica de guerra, puede resolver problemas por su propia cuenta. Esta vez no será una excepción. Aunque, pensándolo bien, quizás sí lo sea porque este es un Universo inestable, y porque está lidiando con cada una de las estúpidas y peligrosas decisiones de SeokJin que han provocado una importante alteración en el espacio tiempo. Cuando piensa en Kim SeokJin siente un desprecio muy grande, pero a la vez recuerda las palabras de su padre Baren: «No juzgues a un libro por su cubierta»; un dicho demasiado viejo y aburrido, según la opinión de Cal.
¿En verdad SeokJin es el asesino que va a desmoronar las barreras entre el tiempo y el espacio creando caos en todas las líneas temporales existentes? Ahora que Calais lo ve al borde de un ataque de pánico, aquel muchacho no le parece tan peligroso ni tan desalmado como él piensa que es. Pero, como dice su madre Tessa: «No confíes en nadie en este mundo cruel», un asesino puede esconderse detrás de cualquier rostro.
— Comienza a hablar, estúpido Jin — le insta Calais de pie frente al joven, con los brazos cruzados y una mirada amenazante.
— N-No tengo idea qué hice mal... — balbucea Jin sintiendo que el aire abandona sus pulmones, como si un par de frías y oscuras manos apretaran su garganta con mucha fuerza. Pero nadie lo está tocando siquiera.
Calais suspira cerrando sus ojos, intentado controlar su mal humor. Busca la silla del escritorio de Jin y la acerca a la cama para sentarse frente a él.
— Primero respira o tendrás un maldito desmayo y es lo último que necesito ahora — le advierte colocando una mano sobre uno de los hombros de Jin y obligándolo a que lo mire a los ojos —. Escucha mi voz, respira conmigo: adentro y afuera. Deja que el aire llene tus pulmones.
Jin obedece y poco a poco comienza a sentirse mejor. La presión en su cuello se desvanece y el aire entra a sus pulmones con facilidad. Cal aleja su mano y vuelve a cruzarse de brazos. Ha optado por ser indulgente, como lo es su madre con aquellos enfermos que atiende en el campo de refugiados. Quizás no debería juzgar las acciones de Kim SeokJin sin conocerlo, pero aún le es inevitable sentir desprecio.
— Ahora, cuéntame todo desde el principio...
SeokJin suspira, se pone de pie y comienza a hablar de inmediato, relatando con detalles cómo ha sido su día a día desde la última vez que se vieron. Calais bosteza aburrido, pero decide dejar que el muchacho se exprese porque parece necesitarlo.
— Entonces mi padre quiere que comience a trabajar mañana, lo cual es un gran cambio porque se supone que eso pasaría dentro de una semana — habla Jin moviéndose de un lado a otro de la habitación, nervioso.
Calais lo observa mientras da ligeros sorbos a una botella de whisky que ha traído consigo. De pronto, cuando vuelve a prestar atención a la historia, se da cuenta que SeokJin está a punto de relatarle por qué es alérgico al ajo. En ese momento, siente que está por perder la paciencia y prefiere evitar cualquier tipo de discusión.
— Antes que sigas con tus anécdotas innecesarias para esta conversación, déjame ver si entendí bien — le interrumpe observando a Jin con seriedad, aunque hace esfuerzos por no reír —. Si tu padre te pide que te tires de un barranco mientras tocas un violín y recitas un poema, ¿tú simplemente lo haces?
— ¡No!... Bueno, tenemos una relación complicada... — admite Jin deteniéndose de inmediato y desviando su mirada hacia el piso, con una mueca de molestia en su rostro —. No es el mejor padre del mundo, pero sigue siendo mi padre, ¿Entiendes?
— Ya veo, tienes un enorme complejo de figura paternal — se burla Cal ante la reacción del joven —. Eres el hijo único de papá, heredero supremo de la dinastía Kim. De ti depende que el imperio siga creciendo — dice el muchacho con un tono de voz burlesco, mientras se pone de pie y hace una exagerada reverencia, inclinando la mitad de su cuerpo —, lo cual veo muy factible porque la mitad de las personas de este país tienen como apellido Kim.
— Lo que sucede es que...
— No me interrumpas, odio que lo hagas — le recuerda Calais acercándose a Jin de forma amenazante —. Ya te dejé hablar demasiado, ahora es tu turno de permanecer callado y escucharme —. El joven de cabellos dorados increpa con su mirada y postura a SeokJin, sonando mucho más intimidante y molesto que hace solos unos minutos atrás —. Les advertí a ti y a tu lindo amigo que no debían cambiar los hechos de esta línea temporal. ¡¿Por qué demonios no hiciste lo que te pedí?!
— ¡Lo hice! — Jin se defiende elevando su voz tanto como lo ha hecho Calais. Odia que ese jovencito lo trate como a un niño.
— ¡No!, ¡Lo primero que hiciste fue correr a buscar a tu amigo para contarle todo, y estoy seguro que eso no fue lo que ocurrió cuando despertaste en este Universo la primera vez!
— ¡Tú no me detuviste!
— ¡Soy un guardián del tiempo, no un niñero!
SeokJin suspira cerrando los ojos y sujetándose el puente de su nariz con dos dedos. Siente que su cabeza podría estallar de dolor en cualquier momento, y tiene miedo que eso desate el horrible dolor en su ojo también. Si bien su ansiedad ha disminuido un poco, está intranquilo porque no quiere discutir con Calais cuando, en realidad, eso es una enorme pérdida de tiempo. Y lo que menos tiene SeokJin en este momento, es tiempo.
— Escucha Calais, intenté hacer todo como me pediste... — comienza a hablar Jin un poco más calmado, recibiendo una mirada fría por parte del joven —. Sí, quizás fue un error ir a buscar a Tae ese día, pero necesitaba corroborar si entre él y yo todo seguía igual después del reinicio del bucle.
— Creo que aún no entiendes la importancia de la advertencia que les di. Este Universo en donde vives ahora, ha nacido como resultado de todos los bucles temporales que creaste un sinfín de veces —. Calais le habla tratando de contener su enojo reflejado en la mirada de sus extraños ojos color azul y verde, como si estuviera recordando cosas que le hacen enojar, cosas que le hacen daño —. Cada vez que alterabas el pasado, el presente cambiaba de forma drástica. Esos cambios están afectando mi realidad y a mi familia justo ahora. Por si todavía no te queda claro, te advierto que no pienso dejar que el bienestar de mi familia, el cual nos costó demasiado conseguir, se arruine por culpa de tus juegos.
— ¿Un guardián del tiempo y el espacio tiene una familia? — pregunta SeokJin de inmediato, con los ojos muy abiertos y atentos a la respuesta. Su curiosidad por la identidad de Calais es mucho más grande que su temor a la reacción de éste.
— ¿Acaso crees que nací debajo de una piedra? — Cal arquea una ceja ante la estúpida pregunta que hace Jin.
— Creo que eres un humano igual que yo, pero...
— ¡No quiero oír tus estúpidas conclusiones! — Le interrumpe el muchacho dándole la espalda, completamente irritado. Está a punto de perder la poca paciencia que aún le queda —. No te atrevas a compararme contigo ni a preguntar por mi familia, porque es algo que no te incumbe en lo absoluto.
— Lamento si te ofendí, solo quiero saber qué debo hacer ahora.
— ¿No te parece obvio? — se burla el joven mirándolo por encima de su hombro —. Debes seguir adelante, no tienes otra opción —. Calais vuelve su vista al frente, hacia la puerta ensombrecida de la habitación de Jin, porque la luz de la lámpara junto a la cama no alcanza a iluminarla. Habla con la mirada perdida en la oscuridad, como si en ella pudiera ver el futuro —. Mañana pueden ocurrir dos cosas: un cambio tan rotundo que haga que este mundo explote, literalmente hablando, o simplemente una sucesión de hechos que alterarán de forma mínima la estabilidad de esta línea temporal. Sea cual sea el resultado, solo puedes enfrentarlo.
— Entiendo... — responde SeokJin tragando saliva con dificultad y apretando sus manos en puños.
— Para garantizar que en verdad lo entiendes, te diré algo más — Calais da media vuelta y lo enfrenta cara a cara, a tan solo centímetros de distancia —. Si sigues tomándote esto como un estúpido juego, me aseguraré de que lo lamentes para siempre.
El joven guardián del tiempo da un paso atrás y vuelve a las sombras de la habitación, desapareciendo en segundos. SeokJin se queda solo en su cuarto preguntándose si todo estará bien en su futuro. Aunque dude, no tiene más opciones que obedecer a su padre y rogar porque no ocurra algo demasiado extraño al día siguiente.
Esa noche, Jin casi no duerme presa de la ansiedad y el temor por lo que le espera al despertar. Tiene pesadillas que le hacen gritar aterrorizado horas antes del amanecer, con su corazón palpitando rápidamente y el cuerpo envuelto en sudor frío que se pega a sus sábanas. El reloj marca las cinco de la mañana, pero no puede volver a dormir. Se levanta, se da una ducha, se viste con la ropa que ha dejado doblada sobre su escritorio y prepara su bolso para asistir a clases. Espera un tiempo considerable antes de bajar las escaleras y excusarse con la señora Choi diciéndole que no desayunará en casa. Esto preocupa a la cocinera y a Lev también, quienes le desean buena suerte en su jornada de estudio cuando lo ven salir por la puerta principal a paso apresurado.
SeokJin conduce hasta la universidad y, cuando llega, espera dentro de su camioneta hasta la hora exacta en que sus clases comienzan. Una vez dentro del aula, intenta prestar atención a las explicaciones del profesor, pero se siente cansado por la falta de sueño y tiene el estómago revuelto por no haber desayunado. Decide ir a la cafetería al inicio del primer receso para descansar allí.
Poco antes de las dos de la tarde, JungKook y Sirius escriben en el chat grupal y avisan que han llegado al campus de la universidad con comida para Yoongi y SeokJin. Los cuatro se reúnen y Sirius reparte el almuerzo que han preparado juntos. Se supone que ambos adolescentes deben estar en clases a esa hora, pero cuando Yoongi les pregunta sobre la escuela, JungKook se encoje de hombros y dice que no necesitan ir por lo que resta del día. Sirius no contradice a su mejor amigo, sólo se asegura de que las porciones de comida que ha repartido sean iguales para todos, y cambia de tema rápidamente cuando tiene la oportunidad. Hablan sobre su próxima competencia de taekwondo y preguntan a Yoongi si ya tiene pensado cuál será la canción con la que audicionará ante el panel de profesores.
— ¿Audición? Eso suena muy importante — dice Jin llevando una notable cantidad de fideos calientes a su boca. Su estómago le agradece por la comida ingerida.
— Solo es una presentación...— le explica Yoongi un poco sonrojado, dejando a un lado el pastel de arroz que está por comer —. Si al profesor Na le gusta, podré aspirar a una beca para estudiar en el extranjero.
— Yoongi hyung debe tocar una composición propia de piano y, si su malvado profesor la aprueba, podrá ser evaluado por un grupo de profesionales y aspirar a la beca que ofrece una universidad en Polonia — agrega JungKook con entusiasmo, después de beber un poco de jugo.
— Lo que a Min sunbaenim le da miedo, es que el cretino de su profesor vuelva a usarlo como lo hizo el semestre pasado — afirma Sirius limpiando sus lentes que se han empañado por el vapor de los fideos que está comiendo.
— ¡Sirius! — grita Yoongi rápidamente para intentar que no dé más detalles sobre ese hecho. Pero ya es tarde, la mirada curiosa de SeokJin está inspeccionando su rostro con atención.
— ¿Usarlo?, ¿Qué fue lo que pasó? — SeokJin recuerda la historia cuando se la contaron antes del reinicio del bucle, pero necesita que sus amigos la relaten nuevamente para que los acontecimientos de este nuevo bucle transcurran lo más similar posible al anterior. Por eso, intenta actuar lo más natural al hacer sus preguntas.
— Ese desgraciado le aseguró a Yoongi hyung que obtendría la beca el semestre pasado. Pero a pesar de que la presentación de hyung fue la más aplaudida por el público, el imbécil recomendó al rival de Yoongi hyung como becado — responde JungKook molesto ante el recuerdo de Yoongi frustrado con la noticia de la victoria de su compañero de clases —. ¡Ese hombre es un embustero!
— Ya veo... ¿Pero aun así volverás a confiar en él? — esta vez Jin observa a Yoongi a los ojos, y el muchacho asiente sin poder sostener su mirada. SeokJin sabe que, a pesar de sus temores, Yoongi va a enfrentarse a su profesor y pasará la audición, pero quiere ayudarlo a tomar el valor necesario para eso una vez más.
— El día que te conocí en la oficina del decano, quería quejarme sobre lo injusto que había sido Na conmigo, y abandonar mis estudios — admite Yoongi sintiéndose demasiado avergonzado porque la mirada de SeokJin sigue fija sobre él. Aquel muchacho le hace sentir todo tipo de emociones que hasta el momento desconocía —. Pero cuando el decano Junseo me negó la oportunidad de hablar, supe que mis quejas no valdrían la pena, que la injusticia era algo contra lo que no podía luchar. Entonces, tus palabras amables, tu sonrisa y la forma en la que me trataste como si fueras un amigo a pesar de no conocerme... Todo eso me hizo pensar que tal vez... — Yoongi traga saliva intentando contener sus nervios y disminuir la velocidad con que sus palabras salen de su boca. Sus amigos lo miran sorprendidos, él jamás habla demasiado —. Lo que intento decir hyung, es que conocerte me ayudó a no lanzar por la borda mi futuro en la música. Sólo eso...
JungKook y Sirius intercambian miradas, pero siguen comiendo tratando de no poner en evidencia el extraño comportamiento de su amigo. Yoongi se siente muy avergonzado y está seguro de que su rostro se ha tornado completamente rojo. Sus mejillas arden furiosamente y su garganta se siente seca a pesar de haber tomado todo el contenido de la botella de té que tiene en sus manos.
¿Qué estuvo a punto de decir? «Conocerte me hizo muy feliz, hyung». ¡No, eso no es algo que se le diga a una persona que has visto por primera vez hace solo tres días!, ¡Reacciona Min Yoongi! Kim SeokJin es guapo, amable y muy educado, pero no es tu amigo todavía, no tienes derecho de llamarlo "hyung".
— Yoongi... ¿Me llamaste "hyung"?
Al escuchar la pregunta, Yoongi eleva su rostro y se encuentra con los bonitos ojos marrones de Jin viéndolo con una expresión que no puede descifrar. Hay cierta duda en sus facciones, pero también lágrimas en el borde de sus ojos. «¡¿Qué reacción es esa?!», se pregunta Yoongi al borde de un ataque de nervios.
— Y-yo ... — tartamudea intentando cerrar la botella de té, pero fallando cuando la tapa cae al piso y rueda lo suficientemente lejos de él como para hacerlo maldecir mentalmente —. ¡Sí, te llamé hyung! Eso es ridículo, ¿No? Solo eres tres meses mayor que yo y ni siquiera tenemos tanta confianza...
— Eres un buen chico, Yoongi. Respetas a tus mayores y jamás te das por vencido — le interrumpe Jin sonriendo de una forma tan genuina y bonita, cerrando sus ojos mientras muestra sus perfectos dientes blancos, que Yoongi siente que su temperatura corporal ha subido considerablemente —. Me alegra saber que fui de ayuda y que estás dispuesto a reclamar lo que te pertenece. Eres un gran músico, nunca lo dudes.
— ¡Puaj, que asco! Dejen de lanzar azúcar y arcoíris por sus bocas, no soporto que sean tan empalagosos... — exclama Sirius, exagerando expresiones de nauseas mientras se pone de pie y toma su bolso —. Iré a trabajar, los espero después de sus clases como acordamos.
— ¡Sí, hoy iremos a comer pollo frito! — exclama JungKook eufórico, elevando sus brazos y mostrando una enorme sonrisa de júbilo en su pequeño rostro.
— Ah, sobre eso... — Jin lleva una mano a su cabello y lo desordenada un poco. No quiere arruinar la felicidad de JungKook con la noticia que debe darles, pero suspira al comprobar que será inevitable —. Hoy no podré acompañarlos, saldré antes de mis clases porque debo ir a trabajar.
Por unos segundos se hace un incómodo silencio entre los cuatro. Yoongi traga con dificultad el pastel de arroz que al fin ha podido comer, Sirius arquea una ceja con una expresión de confusión en su rostro y JungKook deja morir la sonrisa en sus labios.
— ¿Es en serio, hyung? Dijiste que comenzarías a trabajar la próxima semana — se queja JungKook, desilusionado. Sus grandes y expresivos ojos, junto a sus labios abultados, lo hacen ver como un niño pequeño y triste por la noticia —. Íbamos a comer pollo frito juntos después de clases para conocernos mejor. Lo prometiste...
— Lo siento Kokkie, no estoy bromeando... — se lamenta Jin al ver a su amigo tan desanimado —. La noticia fue repentina para mí también.
— Entonces a partir de ahora estudiarás y trabajarás, así que no tendrás tiempo para nosotros...
— Es una lástima, pero así es la vida adulta — dice Sirius intentando desviar la atención de JungKook. No le gusta verlo triste, y mucho menos por una situación que escapa de su control —. Diría que vamos a extrañarte SeokJin, pero estaría mintiendo...
— ¡Sirius! — le regaña JungKook volteando a verlo muy molesto.
— ¿Eso es cierto? — La voz de Yoongi llama la atención de sus amigos que lo miran de inmediato. El muchacho ha permanecido callado la mayor parte de la conversación, fingiendo que la noticia no le importa. Pero ante la última frase dicha por JungKook, no puede continuar en silencio —. ¿No te veremos?
— JungKook exagera, claro que podrán verme — responde Jin sonriendo, tratando de verse lo más convincente posible. Él sabe que será difícil mantener el contacto con sus amigos trabajando y estudiando a la vez, pero se jura a sí mismo que volverá a hacerse más cercano a ellos como ocurrió antes del reinicio del bucle —. Tendré tiempo libre y...
— Lo usarás para estudiar — le interrumpe JungKook con una expresión de tristeza y fatalidad tan grande que parece estar agonizando de dolor.
— JungKook deja de...
— ¿Podrás alimentarte y dormir bien con este nuevo ritmo de vida? — Yoongi se ve realmente preocupado. Ha dejado a un lado la comida y observa a SeokJin fijamente a sus ojos. Ya no actúa de forma tímida.
Sirius lleva una mano a su frente sintiendo que lidiar con dos personas dramáticas es mucho para él. Han conocido a Kim SeokJin hace solo tres días, pero se comportan como si estuvieran perdiendo a un amigo de toda la vida. ¿Por qué ninguno de los dos fue tan dramático cuando él les dijo que iba a trabajar a medio tiempo en la cafetería?
— Déjenlo en paz, es un adulto — les recuerda el muchacho sin ocultar el tono de molestia en su voz —. Además, lo conocimos hace unos días, así que no tenemos derecho a cuestionar su estilo de vida.
— Jin hyung es nuestro amigo — dice JungKook frunciendo su ceño y desafiando a Sirius son su mirada —. Que a ti no te caiga bien no significa que Yoongi hyung y yo pensemos igual. ¡Ni siquiera tienes motivos para que él no te agrade!
— Me quedó muy claro que a ustedes dos les gusta su nuevo hyung, pero yo tengo cosas importantes que hacer. Ser responsable en mi trabajo es un claro ejemplo de mi madurez — responde Sirius con el típico tono de sarcasmo que usa cuando está furioso —. Accedí a saltar mis clases por hoy cuando me lo pediste, pero no pienso renunciar a una cena de pollo frito solo porque tu nuevo amigo no puede ir. Si ustedes dos no quieren cenar conmigo hoy, pueden ir a llorar juntos a otro lado para no molestarme — eleva un brazo y extiende su dedo medio para luego dar la espalda a los jóvenes —. Me voy. Buena suerte en tu primer día de trabajo Kim SeokJin, la vas a necesitar.
Sirius se aleja rápidamente del campus lanzando insultos que sus amigos pueden escuchar incluso cuando ya ha cruzado gran parte del predio.
— Lamento causarles problemas — murmura Jin viendo cómo la figura de Sirius se pierde dentro del edificio principal de la universidad.
— Tú no eres el problema, hyung. Él es demasiado orgulloso y yo actué como un niño — afirma finalmente JungKook lanzando un suspiro. Se pone de pie y toma su bolso antes de girarse hacia SeokJin y sonreír —. Espero que tengas un buen día en el trabajo hyung, te escribiremos en el chat grupal. Promete que pronto comeremos juntos.
— Lo prometo JungKookie — dice Jin extendiendo su dedo meñique, el cual es sujetado por el de JungKook inmediatamente. Ambos hacen un signo de promesa y luego el jovencito se apresura para alcanzar a Sirius.
— Kim SeokJin — la tímida voz de Yoongi atrae su atención. El muchacho se ve indeciso, pero de igual forma, aunque su mirada se desvía hacia un costado, toma el valor para pronunciar las palabras que ha pensado durante los últimos minutos —. El primer día en un trabajo suele ser estresante por culpa de los nervios, pero tú lo harás bien. Confío en eso...
— Gracias Yoongi — Jin sonríe enternecido por todo el afecto que ha recibido de sus amigos a pesar de que se han vuelto a conocer hace solo unos días. Extiende su mano derecha hacia Yoongi mientras agrega: — ¿Sabes?, puedes llamarme "Jin hyung" si eso quieres. Somos amigos, ¿Verdad?
Yoongi observa la mano extendida de Jin y luego el rostro del muchacho. La sonrisa sincera y la mirada suave del joven, le hacen sentir confianza y paz. Saber que Jin lo considera un amigo y que ahora tienen la suficiente confianza como para llamarlo con honoríficos, es un alivio para él. Desde la primera vez que lo vio, Min Yoongi ha querido descubrir por qué tiene una sensación de familiaridad junto a Kim SeokJin, como si se conocieran desde hace mucho tiempo. Esto lo inquieta, pero no le causa molestias; solo siente una enorme curiosidad.
Sin dudarlo, Yoongi estrecha la mano de Jin con la suya correspondiendo el saludo, y asiente levemente con una tímida sonrisa plasmada en sus finos labios.
— Buena suerte hoy, Jin hyung.
El señor Sanggu estira sus brazos hacia el cielo, haciendo sonar los huesos de su espalda y lanzando un suspiro. Ha terminado de limpiar gran parte de los recintos de los animales que cuida y ahora solo quiere tomar un merecido descanso.
Vuelve al interior de su oscura y húmeda casa para servirse un vaso de agua fría y lanzarse sobre el sillón de la sala. Aún tiene mucho trabajo que hacer, pero prefiere dormir unas horas antes de continuar. Cierra sus ojos, dispuesto a relajarse, cuando los ladridos de Baekmani lo ponen en alerta de inmediato.
— ¿Qué sucede hermosa? — pregunta Sanggu curioso por saber la causa de la aparente alegría de la perrita. Al distinguir el tipo de ladrido, el hombre abre sus ojos con sorpresa —. ¿Es el mocoso?
Antes de que pueda moverse, la puerta se abre y Baekmani ingresa a la casa moviendo su cola efusivamente seguida de Jung Hoseok.
— ¡Buenas tardes señor Sanggu! — saluda el muchacho efusivamente, trayendo consigo una escoba, un balde lleno de agua y una gran mochila a sus espaldas. Sanggu arquea una ceja, sorprendido ante la energía que emana el joven frente a él —. Estoy listo para comenzar mi prueba como ayudante en El Santuario.
— Espera un momento — le detiene el hombre poniéndose de pie lo más rápido posible —. ¿Quién dijo que eras ayudante y por qué entras a mi casa sin anunciarte primero?
— ¿No escucha bien? ¡Dije que vengo a comenzar mi prueba! La última vez que estuve aquí usted mismo mencionó que no tenía lo que se necesita para ser su ayudante — explica Hoseok mientras deja la mochila a un lado de la puerta y saca de ella un delantal y unas cuantas botellas de desinfectantes —. Eso, claramente, era una provocación hacia mi persona. Entendí perfectamente el mensaje oculto que quiso darme: debo persistir si quiero quedarme aquí.
— El mensaje era claro: no quiero tenerte aquí — repite Sanggu con los ojos muy abiertos al escuchar la lógica de aquel extraño joven.
— ¡Exacto! Mientras más intente alejarme de este lugar o asustarme, lo que en realidad quiere decir es que debo insistir con mayor fuerza — sonríe Hoseok colocándose un tapabocas y un par de guantes.
— ¡No, solo quiero que te largues! — grita Sanggu señalando la puerta. No puede creer que, a pesar de sus amenazas, el muchacho continúe ignorándolo.
— Me encanta que ambos estemos en la misma sintonía al fin — dice Hoseok mientras vacía parte de los desinfectantes en el balde y toma la escoba que ha traído consigo —. Creo que la tarea principal es limpiar esta casa. ¡Mire la cantidad de polvo y suciedad!, ¡Esto no es para nada higiénico! —. El joven comienza a levantar la basura desparramada en el piso, pero se detiene junto a uno de los muebles —. ¿Lo que hay pegado aquí es un pedazo de...? ¡Puaj, qué asco!
— ¡Oye mocoso, es mi casa así que hago lo que yo quiero!, ¡Lárgate de una vez!
— ¿No le da vergüenza que un hombre de su edad viva entre la basura? Hasta "Preciosa", la cerdita que tiene como mascota su vecina la señora Han, ¡es más limpia que usted! — le recrimina Hoseok —. Vamos a limpiar esta casa y verá como su mal humor se esfuma de inmediato. ¡Una casa limpia es una casa feliz! Y todos queremos ser felices, ¿Verdad Bami?
«¡Guau, guau!», ladra la perrita dando vueltas emocionada.
— ¿Bami? Su nombre es... — se queja Sanggu, pero se interrumpe a sí mismo al ver la alegría con la que Baekmani salta a los pies del muchacho.
— A ella le gusta que la llame así — responde Hoseok encogiéndose de hombros cuando recibe como respuesta los ladridos animados de Baekmani.
Sanggu se lleva una mano a su cara tratando de contener el grito de ira que quiere escapar de su garganta. Aquel ruidoso muchacho ha irrumpido en la tranquilidad de su hogar y lo está limpiando. Él no ha convivido con otros humanos durante muchos años, por lo que la presencia de ese mocoso lo está alterando más de lo que imagina. Quiere sacarlo a patadas de allí, pero al ver la forma en que Hoseok continúa limpiando con entusiasmo (incluso si debe levantar basura podrida del piso), hace que Sanggu quiera ver hasta dónde es capaz de llegar si en verdad desea ser parte de "El Santuario". Así que sale de la casa para continuar con su tarea de limpiar y organizar los recintos de los animales, dejando al joven hacer su trabajo.
Durante las próximas horas, Hoseok limpia la mayor cantidad de habitaciones posibles. Comienza con la cocina y, aunque le lleva mucho tiempo despegar las manchas de grasa de la pared y destapar el lavabo repleto de sobras de comida podrida, logra que el lugar luzca mucho más higiénico de lo que se veía antes. Continúa con el comedor en donde está el sillón favorito del señor Sanggu, el cual necesita limpiarse con algo más que solo un paño húmedo. Se sujeta la cabeza pensando que debe traer al menos una pequeña aspiradora con él la próxima vez. Por último, decide enfrentarse a la habitación más aterradora de la casa: el baño. Casi no resiste los olores de la vieja cañería, pero logra hacer que todo allí resplandezca nuevamente y que al menos el mal olor sea reemplazado por un agradable aromatizante con esencias de algodón y flores.
Tres horas después de su llegada, Jung Hoseok ha limpiado la mayor parte de la casa y ha sobrevivido para contarlo. Está realmente agotado cuando se sienta en las escaleras de la entrada, observando el jardín delantero en donde Baekmani está acostada al sol. La perrita siente su presencia y se encamina hacia él dejándose caer a su lado. Hoseok acaricia su cabecita y sonríe aliviado de verla tan feliz en ese lugar. El sol se pone sobre el horizonte cuando Hoseok se queda dormido junto a Baekmani en el umbral del hogar de Sanggu.
Después de salir de sus clases, y pasar por su casa a cambiarse de ropa, Kim SeokJin sube a su camioneta y conduce directo hacia las afueras de Songju, en dirección al paseo marítimo de la ciudad. Intenta mantener sus nervios bajo control cuando estaciona frente al lujoso hotel Mudrin. Recuerda cómo fue su primer día de trabajo antes del reinicio del bucle y espera no cometer tantos errores nuevamente.
Para su sorpresa, los hechos no difieren mucho a cómo ocurrieron aquella vez. Jean Phillipe se presenta ante él de la misma forma entusiasta y amigable, pidiéndole que lo llame "J.P hyung" y dejando escapar comentarios sobre la belleza de SeokJin cada vez que tiene oportunidad. El encuentro con "tío JunHo" es igual de emotivo. También los consejos y advertencias sobre el trabajo que realizará a partir de ese día como miembro del personal del hotel, se repiten con muy pocas variantes. Finalmente, Jin conoce al gerente Haneul, jefe de su área de trabajo, y recibe las directivas para su primer día como bell boy. Una vez vestido con su uniforme, J.P le explica algunos detalles de sus tareas. A pesar de no cometer errores y demostrar un excelente desempeño, SeokJin es enviado a limpiar la piscina ante una queja explícita de un huésped.
— ¿De verdad a esa gente le molesta mi apariencia? — se pregunta en voz alta mientras recoge la basura que encuentra alrededor de la enorme piscina —. ¡Sigue siendo la queja más ridícula que he escuchado en toda mi vida! Al diablo con todo esto...
Hay pocos huéspedes en la zona que pueden escuchar sus comentarios: algunas parejas tomando sol y una que otra persona nadando. SeokJin se detiene unos segundos para admirar el lugar que luce exactamente igual a como lo recuerda. A pesar de que ha comenzado a trabajar en una fecha diferente a la que inició en su primera experiencia en aquel Universo, los hechos se repiten de forma muy similar. Jin comienza a pensar que quizás no importa el día en que conoce a las personas o en los cuales ocurren los hechos, sino que lo más valioso son los vínculos que entabla desde un principio con aquellos a quienes conoce.
Recuerda que la primera vez que estuvo ahí pensó que aquel espacio del hotel cubierto de plantas y césped junto a la piscina, podría ser su lugar favorito en el edificio, y ahora lo vuelve a comprobar. Deja a un lado los guantes y la bolsa de residuos para estirar sus brazos y exhalar un profundo suspiro. Su celular vibra en el bolsillo de su pantalón por los mensajes que están escribiendo sus amigos en el chat grupal. Las frases de apoyo destacan de la misma forma que lo hicieron aquella primera vez: «¡Buena suerte en tu primer día hyung!, ¡Estaré esperando tu invitación para ir de vacaciones a ese hotel y que me sirvas el desayuno!»; «Es un bell boy, no un camarero. Aunque quizás nos mintió y está trabajando como mucamo ordenando camas y limpiando inodoros.» «Buena suerte en tu primer día de trabajo Jin hyung (aunque me siento estúpido llamando hyung a alguien que sólo nació tres meses antes que yo). Aprovecha tus oportunidades.»
SeokJin esboza una sonrisa y decide responderles, pero entonces un fuerte dolor de cabeza lo sorprende. Cuando cierra sus ojos por instinto, ve una imagen que pertenece a un recuerdo: antes de que él respondiera los mensajes, las plantas se movían y aparecía una niña. En ese momento, aun con los ojos cerrados, puede sentir el movimiento de las plantas a su lado. Al mirar hacia el sitio de donde viene el ruido, Jin distingue a una niña junto a él quien se paraliza al verlo. El dolor de cabeza se vuelve más fuerte obligándolo a cerrar los ojos nuevamente. Entonces, ve una luz que estalla en sus memorias, haciéndole sentir angustia y desesperación.
En tan solo segundos, Jin siente cómo sus recuerdos encajan otra vez, formando una imagen completa y sólida de todo lo que ocurrió minutos antes del reinicio del bucle. La niña de largos cabellos castaños recogidos en una cola alta y ojos color miel, es la misma que él intentó detener ese día. Ella lloraba y pedía ayuda para evitar una tragedia. Definitivamente ella sabía que algo malo iba a ocurrir y por eso se veía desesperada en su intento por alcanzar a una pareja que estaba subiendo a un taxi. SeokJin recuerda cada momento y también la forma en que el Universo se ve reflejado en los grandes ojos de aquella misteriosa niña.
La pequeña lo observa con temor, paralizada en aquel pequeño espacio entre el cuerpo de SeokJin y las plantas que la ocultan. De pronto, cierra los ojos y se sujeta la cabeza lanzando un pequeño grito de agonía por su boca. Se coloca en cuclillas mientras su delgado cuerpo se estremece en espasmos de dolor. Jin no entiende qué le está ocurriendo a la niña, pero deduce que está sufriendo mucho por la forma en que sujeta su cabeza.
— ¿Estás bien? — pregunta el joven asaltado por una apremiante ansiedad, sin saber cómo ayudar.
La niña eleva su mirada hacia SeokJin cuando escucha su voz e inmediatamente pierde el conocimiento, desvaneciéndose en los brazos del muchacho que ha logrado sujetarla antes de que su cabeza golpee el suelo.
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NOTAS DE LA AUTORA:
Hola a todxs, tanto tiempo ^^
Bueno, quienes leen saben que demoro en actualizar, ya es una advertencia jaja Pero siempre vuelvo porque no pienso abandonar esta historia.
Esta vez conocimos un poquito más sobre Calais. También sobre lo que sintió Yoongi cuando conoció a SeokJin y el enorme aprecio que JungKook siente por sus hyungs. Hoseok está decidido a ayudar al señor Sanggu en su Santuario de animales, ¿ustedes creen que le irá bien?
Y finalmente tenemos un encuentro cara a cara con la misteriosa niña que sufre dolores de cabeza como Jin *ojitos misteriosos* ...
En fin, espero que el capítulo haya sido de su agrado. Muchas gracias por seguir leyendo y acompañándome.
Nos leemos pronto ^^
~ReLi
*Actualización al 04/02/24: se corrigieron errores de gramática y ortografía. Gracias por leer ^^
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