CAPÍTULO 10: Visitantes
TAIMU FURAIYAA
CAPÍTULO 10: "Visitantes"
"Puedes jugar con el tiempo y crear tu destino."
—"Counter Identity", Unison Square Garden.
Kim SeokJin no reacciona ante las palabras del extraño que le habla. Sólo permanece sentado en su cama, con el rostro sudoroso y sus ojos muy abiertos, sintiéndose mareado y enfermo.
A pesar de su estupor, puede distinguir con mayor nitidez al joven que se acerca hacia su cama. No es muy difícil darse cuenta de que ese muchacho está en plena adolescencia, pero no como la que transita JungKook cuyo cuerpo, acostumbrado a practicar deportes y a entrenar, se ve fornido y armonioso. Este joven adolescente es casi tan alto como TaehYung, pero su figura se ve algo torpe al caminar debido a sus largas extremidades que se contraponen con sus encorvados hombros y pequeño torso. Sus cabellos de color dorado oscuro son ondulados y los lleva recogidos, dejando solo algunos mechones sueltos que caen sobre su pálida frente. De todas las características físicas, los ojos de aquel desconocido son lo que más llaman la atención de Jin: uno es de color azul y el otro verde, exactamente igual a los ojos de la forma felina que toma Abraxas. Por unos segundos, el joven se pregunta si quien está frente a él es el mismísimo dios en persona.
Al instante, Jin siente una punzada de dolor en su cabeza, y su cuerpo se retuerce por el fuego que parece quemar su pecho y su ojo izquierdo una vez más. El muchacho no sabe en qué momento ha caído de la cama rodando sobre el piso de parqué, sujetando su cabeza y tratando de soportar el dolor sin gritar; mientras un líquido brota de su atormentado ojo, confundiéndose con sus lágrimas.
En medio del delirio provocado por su sufrimiento, Jin se percata que su cabeza es sujetada por dos manos fuertes que le obligan a no moverse. Quiere hablar, quiere gritar para mitigar su agonía, pero no puede porque su voz se ahoga con cada latigazo de dolor.
— Un pacto sellado en un cuerpo humano... Esto es peor de lo que pensaba— escucha la voz del extraño, lejana y perdida entre su aturdimiento —. No es que pueda hacer mucho por ti ahora mismo, pero intentaré que el dolor ceda un poco. Sólo quédate quieto y no me des más problemas.
Segundos después de escuchar aquella frase, Jin comienza a sentir alivio. Mientras el extraño lo examina con un gesto demasiado serio en su rostro, SeokJin llega a la conclusión de que sus rasgos faciales pertenecen a una persona extranjera. Jin quiere quejarse cuando el joven introduce un dedo para tocar su pupila izquierda, provocando que brote más sangre de su lagrimal, pero su garganta no puede exclamar sonido alguno.
De repente, el extraño muchacho se queda inmóvil y eleva su cabeza como si hubiera escuchado ruidos en alguna parte de la habitación o de la casa. SeokJin siente que el sudor comienza a recorrer su frente una vez más. ¿El alboroto que ha hecho ha puesto en alerta a su padre o a Lev?, ¿Cómo explicará la situación?
— Escucha Kim SeokJin, alguien viene a verte ahora y no quiero que ese cretino sepa de nuestro encuentro — el jovencito susurra las palabras mientras lo señala con un dedo en gesto amenazador —. No le digas que estoy aquí, intentaré ocultar mi presencia lo mejor posible. Solo sigue revolcándote y quejándote, eres bueno haciendo eso.
Jin obedece y permanece inmóvil sobre el piso, con los ojos cerrados, resistiendo el dolor que poco a poco vuelve a atormentarlo cuando la presencia del desconocido se desvanece de su lado. Se siente temeroso por saber quién se acerca, aunque no puede escuchar ningún ruido a pesar de que intenta concentrarse en ello. Su sorpresa es grande cuando una voz le habla de forma animada repentinamente.
— ¡Jinnie!... ¿Qué haces?
El muchacho desea responder o al menos ponerse de pie y alejarse, pero el dolor lo mantiene prisionero sobre el suelo, retorciéndose en un infierno interno. Dos manos sujetan fuertemente su cabeza otra vez y cuando logra abrir sus ojos es a Dyoh a quien ve, el hijo de Abraxas, aquella entidad que no es humana y tampoco un dios. «¿Por qué ha venido?», se pregunta Jin convencido de que aquella visita no significa nada bueno para él.
El rostro pálido y anguloso de Dyoh está a sólo unos centímetros del rostro de Jin, observándolo con sus ojos grandes y negros, cuya profundidad hace que SeokJin recuerde el cielo nocturno repleto de estrellas. Los cabellos oscuros y largos caen tocando las mejillas y la frente de Jin mientras Dyoh, agazapado encima de él con la misma gracia que un animal salvaje, sigue examinando sus facciones en busca de respuestas.
— Oh, ya veo... Es terrible, ¿Verdad? — Susurra Dyoh con una expresión acongojada al corroborar el estado del humano frente a él. Se endereza un poco y suspira antes de hablar otra vez —. Pero puedes soportarlo, sólo déjate llevar por el dolor. Deja que el sufrimiento te abrace y se transforme en uno contigo. Sólo así, aceptando tu débil existencia humana, podrás levantarte de nuevo.
Dyoh se mueve hacia un lado y se arrodilla para sujetar a SeokJin y cubrirlo por completo en un delicado abrazo que hace que el joven contenga su respiración porque no entiende qué está pasando. No entiende por qué Dyoh lo trata de una forma cariñosa y protectora. Aquel extraño ser a las órdenes de Abraxas siempre se muestra asqueado ante su presencia, pero ahora su cuerpo de forma humana rodea el cuerpo de SeokJin y el joven sólo puede dejarse llevar por la calidez que siente en ese momento. Poco a poco, el dolor comienza a ceder y Jin vuelve a respirar con normalidad.
— Ahora déjame ver eso — Dyoh toma el mentón de Jin con una mano mientras con la otra abre el ojo herido ayudándose con sus dedos. El cuerpo de SeokJin se tensa ante el hecho de que vuelvan a tocar su ojo, pero aun no puede reaccionar como desea. Dyoh introduce su dedo índice y toca la pupila en donde la figura de Abraxas brilla como una llama —. La marca sigue visible, pero comienza a desaparecer... El tiempo se te acaba Jinnie y aun así decidiste jugar a los bucles temporales otra vez.
El hijo de Abraxas observa al joven esperando una respuesta, pero luego ríe golpeándose la frente porque es evidente que no la obtendrá si no hace algo primero. Con gentileza, Dyoh deposita a Jin sobre el piso una vez más y se aleja un poco de él para darle espacio. En ese instante, SeokJin vuelve a recuperar su aliento mientras rueda su cuerpo hacia un lado para sentarse. Sus ojos derraman lágrimas al toser violentamente, sintiendo su garganta seca y su corazón latir con fuerza.
— Yo... no hice nada... no puedo hacer nada, Abraxas y tú me lo dijeron — responde el joven una vez que la tos comienza a ceder — ¿Qué ha pasado?, ¿Por qué se produjo un bucle?
— Esperaba que tuvieras la respuesta. Todo iba bien, ¿No? ¿Por qué reiniciar un nuevo bucle en este Universo inestable? — Dyoh se pone de pie y camina de forma despreocupada por la habitación, prestando atención a los pocos muebles que la decoran. Se detiene junto a una pequeña mesa con un par de maletas sobre ella y vuelve a interrogar a SeokJin con seriedad — ¿Sabes el peligro que conlleva para ti y todo este mundo que existan bucles inestables?
— Ya dije que yo no lo hice — repite Jin elevando su voz al sentir que sus fuerzas comienzan a regresar a su cuerpo —. Es imposible, Abraxas me advirtió que no había forma de que pudiera crear un bucle en este mundo. Esta marca lo demuestra, ¿No?
Jin señala su ojo izquierdo con una expresión de disgusto que hace que Dyoh sonría por lo desesperado que el humano se ve. No puede negar que le gusta verlo sufrir.
— Tienes razón. Pero si no fuiste tú, ¿entonces quién fue? — pregunta cruzándose de brazos mientras deja caer su delgado (pero bien formado) cuerpo humano sobre la mesa, sin importarle que las maletas se golpeen contra el piso.
— Pensé que el hijo de un dios lo sabría — responde el muchacho, frunciendo su ceño a la vez que muestra una sonrisa cargada de sarcasmo en sus labios.
—No juegues conmigo Jinnie, no estoy de humor para tus chistes — responde Dyoh borrando su expresión alegre al percatarse del tono burlesco del humano. Con uno de sus pies desnudos, empuja el resto de las pertenencias de SeokJin al piso y se estira por completo sobre la mesa dejando que sus piernas y brazos cuelguen a los lados de ésta —. Papá se enfadará al saber que tú no fuiste porque eso significa que hay otro cabo suelto aquí —. Entonces agrega con cierta malicia en su voz, sin dejar de mirar el techo de la habitación: — Quizás tu amigo TaehYung...
— No, Tae jamás ha podido reiniciar bucles — se apresura a responder Jin con frialdad —. Sería ridículo que lo hiciera ahora.
— De todas formas, quien quiera que lo haya hecho, está perjudicando el balance de este mundo — le recuerda Dyoh moviendo de un lado a otro sus brazos y pies como si jugara a sujetar y empujar el aire a su alrededor —. Debes encontrar al responsable y traerlo ante mí.
— ¿Qué? — SeokJin arquea una ceja ante el extraño pedido —. No hay forma de que encuentre al culpable, si es que existe uno — niega moviendo su cabeza mientras se pone de pie finalmente.
Jin da la espalda a Dyoh, pero en tan solo segundos — y a una velocidad que no puede ser captada por el ojo humano —, la figura del ser lo acorrala contra una de las paredes de la habitación. SeokJin permanece inmóvil y sin respirar, pero sosteniendo la feroz mirada de Dyoh porque no quiere demostrarle que le teme. Jin sabe que Dyoh se asemeja a un animal salvaje que espera la más mínima muestra de temor por parte de su presa para atacar. Él no se convertirá en su presa esta vez.
— Deberás hacerlo antes de que papá sepa lo que acaba de ocurrir — le aconseja Dyoh sonriendo con deleite al ver la forma en que el joven lo desafía con su linda mirada, a pesar de que no lo escucha respirar —. Tú eres el infiltrado en este mundo, así que debes resolverlo. Es posible que, si descubres lo que pasó, papá te dé más oportunidades para encontrar el Mapa de tu Alma. Piénsalo Jinnie —. Dyoh desaparece del lado de Jin para volver a aparecer sentado sobre su cama, mostrándose relajado, con una enorme sonrisa inocente e inofensiva —. Debo irme, pero estaré a la espera de tus noticias. Recuerda que tu tiempo se termina. ¡Adiós!
Dyoh desaparece de la misma forma misteriosa en la que había llegado. Una vez solo, Jin camina tambaleándose hacia el espejo sobre su escritorio, sintiéndose mareado por tanta información y por su enfrentamiento con el hijo de Abraxas. Observa su rostro en el vidrio y toca las manchas de sangre que se han secado sobre sus mejillas. La marca en su ojo comienza a desaparecer, al igual que la molestia en su cabeza. Parpadea un par de veces para enfocar su mirada y comprobar que no tiene otro tipo de heridas. Entonces da un brinco de susto al ver el reflejo del muchacho extranjero sentado en una de las sillas de la habitación, con las piernas cruzadas y bebiendo whisky de una botella que parece haber llegado allí por arte de magia.
SeokJin da media vuelta y observa al extraño, — que aún no se ha presentado —, preguntándose en dónde estuvo escondido todo ese tiempo.
— Tenía preparada una buena presentación, pero nuestro encuentro fue un tanto diferente a como lo había planeado — el joven toma otro trago del pico de la botella y vuelve a hablar con un tono de voz más bajo —. Finge que es la primera vez que me ves y actúa sorprendido.
Jin se encoje de hombros sintiéndose mucho más confundido que antes. No se atreve a moverse del lado del espejo porque no es capaz de distinguir si está teniendo una alucinación producto de soportar tanto dolor, o si finalmente se ha vuelta loco e imagina charlas con una persona que, a pesar de ser extranjera, habla su idioma a la perfección.
— ¡Hey, famoso Kim SeokJin, justo a tiempo de nuevo! — Exclama el extraño a la vez que mira su muñeca como si allí hubiera un reloj que Jin no puede ver —. Despertaste como siempre a las diez de la mañana del once de abril. El día de hoy el cielo estará despejado, como ya sabes, porque es una brillante mañana de fines de primavera.
Jin sigue en silencio y eso parece molestar al joven que pone los ojos en blanco y vacía la botella de un solo trago, susurrando insultos con un acento similar al alemán o algún otro idioma europeo que SeokJin no puede distinguir con facilidad.
— Eso es... — Jin señala el envase de vidrio vacío sobre su escritorio.
— Sé exactamente lo que es esto — le interrumpe el desconocido visitante, notablemente molesto —. Ahora haz silencio y déjame disfrutar de la sensación de haber bebido un buen whisky. Hace años que no tomo forma corporal en otra línea de tiempo.
— ¿Puedo saber quién eres...? — SeokJin se mueve unos centímetros de su lugar sin despegar la mirada del joven que se pone de pie estirando sus brazos y piernas.
— Siempre olvido la parte más importante — parece recriminarse a sí mismo, mientras hace equilibrio parado en una sola pierna y extiende sus brazos a ambos lados de su cuerpo — ¡Oh! Como lo supuse, el alcohol no tiene efectos sobre mí aquí —. Después de dar un pequeño giro como un bailarín, responde la pregunta de SeokJin: — Mi nombre es Calais y eso es todo lo que necesitas saber por ahora.
El muchacho llamado Calais toma la botella vacía de whisky y lee la etiqueta con atención. Jin siente que no puede seguir permaneciendo callado después de todo lo que ha vivido en esos minutos y se anima a hacer las preguntas que ha estado acallando hasta ese momento.
— ¿Cuántos años tienes?, ¿Qué haces en mi casa?, ¿Por qué sabías que Dyoh iba a venir?, ¿Por qué acabas de repetir lo que dirá el pronóstico dentro de unas horas?
— ¡Cállate de una vez, hablas demasiado! — Se queja Calais cerrando sus ojos con fuerza —. Te prefiero como hace unos minutos: muriendo de dolor y bien callado — confiesa entregándole la botella y empujándolo al pasar por su lado.
— ¿Eres otro hijo de Abraxas? — La paciencia de Jin comienza a desaparecer al ver cómo el extraño muchacho se aleja de él y patea la ropa que ha quedado esparcida en el suelo después de que Dyoh hiciera un desastre con las maletas —. ¡¿Quién demonios eres?!
— ¿Podrías cerrar la boca? Aunque grites no llamarás mi atención — responde Calais con una expresión mucho más seria en su peculiar rostro, y un fulgor amenazante en sus ojos.
Jin quiere protestar, pero decide morder su lengua y tratar de permanecer calmado. Ya ha hecho demasiado ruido y, aunque quizás su padre no esté en la casa, sabe muy bien que Lev sí está allí y podría escucharlo. Lo peor de la situación es que el muchacho necesita respuestas para dejar de sentir que está perdiendo la poca cordura que le queda, pero su visitante no parece querer responder a sus preguntas. Resignándose a esperar, SeokJin deja la botella sobre el escritorio una vez más y sigue con su mirada el caminar pausado de Calais, quien se sienta sobre la cama y ojea un libro que ha encontrado en la habitación.
Luego de unos minutos, — que para Jin son una eternidad —, el joven extranjero suspira pesadamente y lanza el libro sobre las sábanas, poniéndose de pie nuevamente.
— No me gusta hablar sobre mí, pero veo que no tengo otra opción — dice con desgano, metiendo sus manos en los bolsillos de su holgado pantalón, al mismo tiempo que se balancea sobre sus pies desnudos —. Como ya te dije, pero al parecer no escuchaste bien, mi nombre es Calais y soy un guardián de los caminos del espacio-tiempo. Estoy aquí, no porque sea de mi agrado, sino porque quiero ponerle fin a esta locura de bucles y realidades inestables que tu existencia humana ha creado —. Calais se acerca a Jin y endereza su espalda mostrándose mucho más serio e incluso amenazante al pronunciar sus palabras —. Así que quiero dejar algo en claro: te odio Kim SeokJin y eso no cambiará sin importar lo que hagas o digas para defenderte.
— No creo entender de lo que hablas... — admite Jin, dando un paso atrás como si el joven frente a él lo hubiera empujado, pero lo cierto es que Calais ni siquiera lo ha tocado con sus manos. Han sido sus palabras y la ferocidad de su mirada, lo que ha provocado que SeokJin retroceda sintiéndose verdaderamente odiado.
— Lo supuse... — murmura Calais cambiando su expresión por completo. Camina hacia la silla donde había estado bebiendo y vuelve dejarse caer sobre ella lanzando un bostezo. Con una pequeña sonrisa en su pálido rostro y un tono de voz más amable, el joven continúa hablando: — En fin, tratemos de entendernos. Yo soy un ser atemporal cuya tarea es vigilar que los diferentes caminos del espacio-tiempo no colapsen — se señala a sí mismo con las manos y pronuncia las palabras pausadamente, como si Jin fuera un niño a quien debe enseñar cómo hablar —. Tú eres un cretino que está causando graves problemas en la continuidad de esos caminos y me está jodiendo la vida. ¿Entiendes hasta ahí?
— Creo que sí... —responde Jin cruzándose de brazos con fastidio porque está cansado, se siente mareado, y porque hay un adolescente que dice ser una especia de guardián temporal que lo está tratando como un estúpido.
— ¡Muy bien! Me gusta cuando las personas se entienden dialogando — exclama el joven dedicándole una enorme sonrisa que Jin podría jurar que es falsa —. Por lo que vi, tienes estrecha relación con el imbécil de Dyoh — Calais pronuncia el nombre con un dejo de molestia en su voz, pero no borra la sonrisa de su rostro — y, al tener un pacto sellado en tu cuerpo, así como la habilidad de reiniciar bucles temporales, deduzco que también eres cercano al dios Abraxas.
— Algo así porque...
— No me interrumpas —Calais lleva su dedo índice hacia su boca haciendo el gesto de silencio y en ese momento Jin siente que algo le impide emitir sonidos de su garganta. Se sujeta el cuello con pánico mientras ve cómo el joven frente a él continúa sonriendo tranquilamente —. Lamento informarte que tu bella relación con ellos está creando caos en los caminos del tiempo que vigilo. No se me permite interferir directamente en estos asuntos, pero dada las circunstancias en donde la realidad en la que vivo con mi familia se está viendo afectada por tus acciones, obviamente romperé algunas reglas.
— Pero yo... — logra pronunciar SeokJin aliviado de escuchar su propia voz otra vez.
— ¡No interrumpas! — El grito de Calais hace que Jin se asuste y lance un pequeño insulto de impotencia porque ha vuelto a perder la voz ante la orden del muchacho —. Para finalizar, si tú no fuiste quien creó este bucle, ¿Quién lo hizo? — Jin niega con su cabeza, cruzado de brazos y muy molesto. Calais contiene su risa al verlo así —. Ahora sí puedes hablar.
— ¡Ya le dije a Dyoh que no lo sé! — grita Jin sobresaltándose ante el sonido de su propia voz, lo que hace que Calais lance una sonora risa. Jin se sonroja avergonzado, tratando de recuperar su compostura —. Pero me gustaría averiguarlo.
— Creo que Dyoh te ha obligado a descubrir quién lo hizo — dice Calais entre risas, porque ver a la persona que odia quedar en ridículo es un buen espectáculo para él —. Quizás puedas descubrir algunas pistas ahora mismo. ¿Recuerdas lo que pasó minutos antes de despertar aquí?
— Recuerdo varios detalles y eso me sorprende — admite Jin pensativo mientras lleva una mano a su cabeza —. Espera, déjame anotar mis recuerdos antes de que mi mente decida que no son importantes en este bucle —. Corre hacia su escritorio y abre uno de los cajones encontrándolo vacío —. ¿Qué? Mi cuaderno debería estar...
— ¿Este cuaderno? — Calais eleva una de sus manos mostrando una libreta de color verde que extiende hacia Jin —. Nuevo bucle, nuevo comienzo. Tus cosas no están donde las dejaste la última vez.
— Gracias... — SeokJin toma el cuaderno y un lápiz y comienza a escribir rápidamente, tratando de evocar los recuerdos que aún conserva —. Estaba trabajando en el hotel de mi padre, casi terminaba mi turno. Me dieron una mala noticia que me desanimó así que fui a ocuparme con tareas para no pensar en eso. Entonces... — Jin deja de escribir y frunce su ceño preocupado —. Es extraño...estoy seguro de que algo importante pasó, pero no puedo recordar qué. Había alguien...
— De acuerdo, quizás esto sea demasiado pedir para tu pequeña mente, pero creo que necesitamos ese último recuerdo del que hablas —admite Cal luego de estudiar todo lo que Jin ha escrito en las hojas del cuaderno —. Para que este bucle no colapse en esta realidad inestable, debes revivir paso a paso todo lo que hiciste los días antes del reinicio del bucle. De esa forma podríamos dar con quien lo creó y develaríamos el misterio.
— En verdad no quiero pensar que perdí todo lo que había logrado hasta el momento con mis amigos — se lamenta SeokJin dejándose caer al piso con la cabeza entre sus manos —. Otra vez debo buscar a JungKook y a Yoongi para ganarme su confianza... Soportar los insultos de Nicole... Conocer a Ailín y a J.P...
— ¿Además de patético también eres un llorón? Más razones para odiarte — admite Calais observándolo con repugnancia. Se levanta de la silla y empuja con uno de sus pies a Jin —. ¡Deja de quejarte y empieza ahora! Ya sabes dónde están esos amigos tuyos y cómo ganar su confianza. Además, no puedo estar aquí todo el día, tengo asuntos que atender. ¡Muévete!
— Tienes razón, pero antes de encontrarme con JungKook y Nicole tengo tiempo de buscar a TaehYung — SeokJin se pone de pie rápidamente, sorprendiendo a Calais por el repentino cambio de humor —. Él debería ser consciente de todo lo que pasó hasta ahora.
— Pero si no lo es, estarías complicando más las cosas — concluye Cal mientras lo ve buscar ropa entre el desorden del piso y elegir la vestimenta usual de siempre.
— Estoy seguro que Tae recuerda todo igual que yo — le responde Jin desvistiéndose lo más rápido posible y lanzando la ropa sobre la cama —. Seguramente se ha dado cuenta del cambio en el bucle y debe estar preocupado.
— ¿Él también hizo un pacto con Abraxas? — pregunta Calais dándose la vuelta para no ver al muchacho desnudo, pero espiando toda la escena por el reflejo del espejo. SeokJin tiene una espalda muy ancha..., piensa lanzando un pequeño silbido.
— No, pero puede percibir cuando pasan estas cosas — Jin termina de colocarse la camiseta y toma su chaqueta caminando rápidamente hacia la puerta de su habitación —. Será de gran ayuda buscarlo primero.
— ¿Vas a salir sin lavarte la cara? — pregunta Calais, riendo al ver que Jin parece haber olvidado que la mitad de su rostro está manchado con sangre y su aspecto es similar al de un actor salido de una película de horror.
— ¿Qué? —Jin arquea una ceja, pero entonces se mira al espejo y se horroriza al comprobar que la sangre sigue en su rostro y no ha desaparecido como en otras oportunidades —. ¡Oh, mierda! Espérame aquí, Lev está en casa y si te ve estaremos en problemas.
Calais no aguanta la risa y se sujeta el estómago cayendo de rodillas al piso, mientras ve al joven atravesar el pasillo de la planta alta a toda velocidad hacia el cuarto de baño. Concluye que Kim SeokJin es más imbécil de lo que imaginó, pero que es divertido tratar con él por ahora.
Jin lava su rostro rápidamente, asegurándose de que no queden rastros de sangre en su cuello o en sus mejillas. Esto es una locura, piensa mientras moja su cara con agua fría para sentirse completamente despierto. Seres atemporales, Dyoh exigiendo saber quién inició un nuevo bucle, El Mapa del Alma... ¿Hasta cuándo tendrá que lidiar con todo eso? A pesar de ser un Universo inestable, se supone que puede tener una vida tranquila. ¿Por qué ha vuelto al principio de todo otra vez? ¡No es justo!
— ¿Aún no estás listo?
— ¡Ah, pero qué...! — grita Jin al ser sorprendido por Calais dentro del baño, justo detrás de él — ¡¿Cómo demonios entraste?!
— Soy un ser atemporal, ¿recuerdas? Hay ciertas ventajas cuando el tiempo no te afecta, así como tampoco las leyes de un mundo como éste — explica el muchacho sonriendo con satisfacción al ver la expresión de espanto en el rostro mojado de Jin.
— ¡Casi me das un infarto! —exclama SeokJin sujetándose de los bordes del lavabo —. No vuelvas a aparecer así, mucho menos en un sitio tan privado como el baño.
— ¿Joven SeokJin, es usted? — la voz de Lev se escucha desde el otro lado de la puerta, poniendo en alerta a ambos.
— Es Lev, el chofer de mi padre, debe haber escuchado el escándalo que hicimos — Jin habla mientras revuelve su cabello, pensando qué hacer —. Todo esto es tu culpa, ¿qué demonios voy a decirle ahora?
— Primero, no me interesa quién es ese hombre. Segundo, deberías dejar de gritar — le aconseja Calais sentándose sobre el borde de la bañera, tomando algunos envases de crema y leyendo tranquilamente las etiquetas —. Puedes responderle que estás teniendo problemas con tu estómago antes de que decida entrar por su cuenta.
— No hables, podría oírte.
— ¿Joven SeokJin? — Esta vez, Lev eleva el volumen de su voz.
— Te ahogas en un vaso de agua, estúpido Jin — murmura Calais con fastidio, depositando con fuerza un pote de crema en su lugar —. ¡Él está bien Lev, solo tiene gases y son bastante olorosos!
— ¡Cállate! — grita Jin alarmado porque Calais parece estar haciendo todo lo posible por ser descubierto.
— Joven SeokJin, responda por favor.
Jin insulta por lo bajo mientras Calais se encoje de hombros totalmente divertido ante la situación. Rápidamente, el muchacho acomoda su cabello y abre la puerta encontrándose con Lev y una expresión de preocupación muy acentuada en su austero rostro. El chofer de su padre lo observa con suspicacia y SeokJin solo sonríe aparentando tranquilidad.
— Buenos días Lev, estaba... — comienza a hablar señalando el lavabo por sobre su hombro y mostrando un cepillo de dientes, como si fuera evidente lo que estaba haciendo y por qué no podía responder.
— ¿Se encuentra bien? — insiste en preguntar el hombre, evaluando el aspecto desalineado del muchacho.
— Sí, perfecto — asegura Jin con una enorme sonrisa que no logra ocultar sus nervios —. Pensaba salir un momento porque me siento mucho mejor ahora.
Calais se golpea la frente con una de sus manos, irritado por las estúpidas explicaciones del joven humano y por sus expresiones poco naturales al hablar. Con calma, camina hacia la puerta llamando la atención de Jin quien lo observa acercarse a Lev, pero el hombre parece no notar a alguien más en la habitación.
— Si sigues sonriendo de esa manera tan enfermiza, el pobre señor pensará que la supuesta fiebre que padeciste durante los últimos días te ha afectado más de lo esperado y llamará a un médico para que te encierre — le advierte Calais dando unos golpecitos en la espalda a Jin, para luego atravesar la puerta y a Lev, silbando bajito y observando el peculiar tapizado de las paredes del pasillo —. ¡Oh! El cretino de Abraxas está en tus paredes. Que lo conozcas tiene un poco más de sentido ahora.
Jin lo observa boquiabierto sin poder creer que aquel joven atravesó a Lev como si fuera un fantasma. Calais se da la vuelta y le señala que cierre la boca con un gesto de sus manos. Lev no pronuncia palabra alguna, pero su ceño se frunce más a medida que ve a SeokJin cambiar de expresiones.
Después de recuperarse del shock causado al comprobar que la presencia de Calais no es percibida por Lev, Jin le explica que ya no está enfermo por lo que quiere salir a recorrer la ciudad. El chofer le cree y le entrega las llaves de su camioneta, al mismo tiempo que le recuerda que el señor Kim ChangJun estará temprano en casa para cenar con él. SeokJin le asegura a Lev que llegará a tiempo a la cena con su padre así que no debe preocuparse.
Una vez dentro de la camioneta, el muchacho enciende el motor con un suspiro, sintiéndose demasiado agotado a pesar de que aquel infernal día recién comienza.
— ¡Wow, es una Ford F-150 King Ranch 4X4! Su motor V-8 de 5.0 litros es ideal para viajes de larga distancia por su potencia y doble tracción —. Calais habla emocionado, sentado junto a Jin, observando cada parte del tablero del vehículo como un niño que admira un juguete nuevo —. Lo que más me gusta de estos modelos es la sensación de suspensión que posee porque absorbe muy bien las irregularidades en malos caminos, como los de una granja, por ejemplo.
— Te gustan mucho los autos, ¿No? — afirma Jin mientras conduce en dirección a la carretera principal, notando cómo el muchacho a su lado continúa inspeccionando todo a su alrededor.
— Me gusta ver cómo la tecnología avanza para ayudar a la humanidad. Aunque también he visto que hace estragos... — responde Cal alejando su mano de los botones del tablero una vez que escucha cómo el GPS indica el camino a seguir.
— ¿Por qué no me dijiste que Lev no puede verte ni escucharte? Creí que me volvería loco en ese baño — confiesa Jin, en un intento por hacer que el joven responda una de sus preguntas.
— No es mi obligación decirte y tú asumiste muchas cosas sin preguntarme.
— Eres un... — Jin aprieta sus manos sobre el volante, sintiendo impotencia ante el tono de voz del adolescente —. ¿Qué demonios eres?
— Ya te lo expliqué y no pienso repetirlo — responde Cal jugando con el botón que sube y baja el vidrio de su puerta.
— Me refiero a tu edad y tu origen... Pareces un adolescente normal, pero de otra época. No eres como Dyoh, pero a la vez me recuerdas mucho a él... — SeokJin frena cuando el semáforo coloca su luz roja e intenta poner sus pensamientos en orden, pero no logra encontrar sentido a nada de lo que está diciendo —. ¡No entiendo!
— No debes esforzarte tanto con la pequeña mente que tienes — le dice Cal burlándose de él, pero luego se pone serio al ver cómo un grupo de personas cruza por la senda peatonal, cada quien, concentrado en sus teléfonos, despreocupados por su entorno —. Mejor deja de quejarte y conduce, tu amigo debe estar esperando por ti.
— ¿En algún momento responderás todas mis preguntas? — Jin acelera cuando el semáforo cambia su luz a verde, resignado al hacer otra pregunta que no tendrá respuesta.
— Quizás... — responde finalmente Cal, observando por la ventanilla cómo el paisaje a su alrededor comienza a cambiar por uno más rural en donde los edificios van quedando atrás —. Por ahora no tengo ganas de lidiar contigo más de lo necesario.
Durante unos cinco minutos más, ambos permanecen en silencio hasta que Calais vuelve a hablar con un tono de voz muy bajo, como si no quisiera ser escuchado, pero lo suficientemente fuerte para que Jin lo entienda: — Nadie, a excepción de quienes tienen contacto con las líneas o bucles temporales, pueden verme u oírme. Ya respondí una pregunta, date por satisfecho hoy.
SeokJin observa por unos segundos cómo Calais sonríe al ver el cielo azul y las nubes que pasan rápidamente a la vez que la camioneta toma más velocidad por la autopista, y no puede evitar sentir más curiosidad por su extraño copiloto.
Kim TaehYung se encuentra de pie frente al ventanal junto a la puerta de entrada a su casa. No se ha quitado el pijama que consiste en un pantalón deportivo gris y una camiseta de mangas largas del mismo color. Sus pies descalzos sienten el frío del piso, pero eso parece no molestarle en lo absoluto porque le asegura que no está soñando, sino que se encuentra completamente despierto. A pesar de que en un principio creyó que sus pesadillas habían vuelto, ahora comprueba que lo que está viviendo es real. Ha vuelto al mismo día en que despertó en aquella nueva realidad. El calendario marca el once de abril y el reloj señala las once de la mañana. Sus padres están de vacaciones en la costa y su hermana está trabajando repartiendo los pedidos de la granja de la familia porque él ha estado enfermo durante los últimos cinco días.
Una vez más está viviendo el mismo día, aunque no puede entender por qué. Sus recuerdos sobre las charlas con Jin comienzan a desvanecerse poco a poco y por eso está seguro de que al final del día no podrá recordar muchos detalles. Está en un bucle temporal otra vez, pero se supone que SeokJin no puede crear nuevos bucles. Su intuición le asegura que algo no está bien.
Tae permanece en aquel lugar de la casa durante dos horas más, con la mirada fija en el camino de tierra que lleva hacia la entrada de la propiedad. Deposita una de sus manos sobre el vidrio frente a él mientras sujeta con fuerza su teléfono celular también. Sabe que SeokJin vendrá a verlo o al menos lo llamará, sólo es cuestión de esperar un poco más. Él confía en Jin hyung.
De pronto, escucha el sonido de un motor conocido y no puede ocultar su alegría. Rápidamente, sale de la casa corriendo descalzo y dejando la puerta abierta. La camioneta de Jin se detiene a unos metros de la entrada y Tae se queda de pie allí, sumamente feliz al ver cómo su amigo baja del vehículo y se apresura a reunirse con él.
— ¡Jin hyung! — Grita TaehYung dando un gran salto sobre SeokJin, aferrándose a él con toda su fuerza.
— ¡Tae-Tae, sabes quién soy, me recuerdas! — Exclama Jin sintiendo alivio al comprobar sus propias palabras y devolviendo el asfixiante abrazo.
— Ya te dije que jamás podría olvidarte, hyung — le recuerda el joven sonriendo con auténtica felicidad, pero rápidamente se aleja un poco de él y pregunta, preocupado: — ¿Qué pasó hyung?, ¿Por qué reiniciaste el bucle? Me dijiste que no podías hacer eso aquí...
— Ese es el problema Tae, yo no lo hice. Al parecer alguien más es el responsable...
— ¿Alguien tiene tu poder en este Universo? — TaehYung pestañea extrañado, tratando de hacer cálculos mentales hasta que se percata de un detalle —. Por si te lo preguntas, yo no fui, jamás tuve ese poder...
— Lo sé Tae... ¿Podemos entrar a tu casa y hablar? Hay muchas cosas que debo explicarte.
— Claro, estoy solo — asiente Tae comenzando a caminar hacia la casa —. Noona salió temprano a repartir nuestros productos. He estado cinco días enfermo, pero ya sabes esa historia, ¿No?
— Estar descalzo y en pijama no hará que mejores — le regaña Jin siguiéndolo junto a Calais que se mantiene a una distancia prudente de ambos jóvenes.
TaehYung sólo sonríe e invita a SeokJin a entrar, aunque no cierra la puerta una vez que ambos ingresan. Calais arquea una ceja al ver este gesto, pero le resta importancia y se cuela en el interior, observando con detenimiento cada detalle del enorme vestíbulo: los muebles, los cuadros e incluso algunos frascos de fragancias que encuentra sobre la mesa del recibidor. Jin lo observa y le hace gestos con las manos para que no toque nada, pero Cal solo le saca la lengua y sigue investigando la casa como si ésta fuera un museo.
— Maldito mocoso... — susurra Jin cuando lo ve subirse a los sillones y saltar sobre ellos con demasiado entusiasmo, pero sin gritar.
— ¿Sucede algo, hyung? — le pregunta Tae saliendo de la cocina con una jarra de jugo que deja sobre la mesa —. ¿Hay algo extraño en los sillones? — vuelve a preguntar, acercándose a su amigo que está de pie junto a los muebles, observándolos muy tenso y nervioso a juzgar por el sudor en su frente.
— ¡Nada, nada! Sólo que cuando vine por primera vez no noté lo grande y cómodos que son estos sillones —responde Jin sentándose sobre uno de los cojines, al tiempo que Calais da un salto de espaldas y aterriza con precisión en el piso junto a Tae, haciendo reverencias como si hubiera hecho un truco frente a una audiencia. Jin sonríe apretando sus dientes cuando vuelve a hablar —. Entonces Tae, ¿conservas todos tus recuerdos de antes del inicio del bucle?
— Sí, estaba haciendo una entrega en un pequeño negocio cerca del hotel cuando noté que todo a mi alrededor se quedaba inmóvil y que yo era el único que parecía ser consciente de eso — explica TaehYung haciendo caso omiso al extraño comportamiento de su amigo mientras sirve tres vasos de jugo —. En ese momento, sentí el sonido del espejo rompiéndose, el que me dijiste que significa que un bucle se ha reiniciado. Cuando abrí mis ojos, estaba en mi habitación de la misma forma que cuando desperté por primera vez. El calendario y el reloj de mi teléfono confirmaron mis sospechas.
SeokJin escucha con atención el relato de su joven amigo, olvidándose de Calais por unos segundos. Toma el vaso que Tae le ofrece y bebe todo el contenido de un solo sorbo porque se siente sediento después de experimentar tanta ansiedad. Entonces, Jin se percata del tercer vaso que TaehYung sostiene en sus manos.
— ¿Para quién has servido ese vaso?
— Para tu amigo, el que vino contigo en la camioneta — responde el muchacho con inocencia —. Pensé que hacer tanto ejercicio saltando en los sillones le daría ganas de tomar jugo fresco con nosotros, pero quizás no le gusta... Es extranjero, ¿Verdad? Debe preferir otro tipo de bebidas.
— ¿A-Amigo? — pregunta Jin sintiendo que sus piernas se aflojan por los nervios. Por suerte está sentado, así que no debe preocuparse si se desmaya.
— Sí, él — TaehYung señala a Calais quien se ha quedado inmóvil junto a uno de los muebles de donde ha tomado una botella de whisky —. ¿Prefieres whisky? Es de la colección favorita de mi papá. Puedo convidarte un poco si eres mayor de edad.
— ¡¿Puedes verlo?! — pregunta Jin atónito, señalando a Calais quien solo sonríe encogiéndose de hombros —. ¿Cómo es posible que...?, ¡Me mentiste!
— Baja tu tono de voz y no me señales así, es de mala educación — le exige Calais molesto ante la acusación de SeokJin —. Yo no mentí, te dije claramente que existo en este mundo para todo aquel que ha tenido o tiene contacto con líneas de tiempo o bucles temporales — explica el joven lanzando un bostezo, para luego observar la botella de whisky con detenimiento —. Supuse que tu amigo podría verme u oírme cuando dijiste que era capaz de notar los cambios en los bucles. La única forma de comprobarlo era venir contigo, por eso estoy aquí.
— No entiendo quién eres, pero es un gusto conocerte, mi nombre es Kim TaehYung — le saluda Tae con emoción, haciendo una pequeña reverencia —. Si gustas, puedo abrir esa botella para ti.
— ¿En este país todos se llaman Kim? — pregunta Cal con una mueca de desconcierto al escuchar el nombre del muchacho, quien amablemente toma la botella de sus manos y comienza a abrirla —. Como sea, mi nombre es Calais y no es un gusto conocerte, porque ni siquiera pensaba hacerlo, pero no me quedó otra alternativa.
Jin suspira frustrado por la actitud de adolescente odioso de Cal, mientras se acerca a Tae y le quita la botella antes de que logre abrirla completamente. TaehYung lo observa a punto de protestar, pero, al ver el rostro enfurecido de su amigo, decide guardar silencio. Calais le saca la lengua a SeokJin y se cruza de brazos dándole la espalda.
— Disculpa a este chico Tae, no es una persona fácil de tratar, pero debo hablarte sobre él y todo lo que ha pasado desde que desperté — dice Jin, guardando el whisky en el lugar de donde Calais lo ha tomado.
— ¿Yo no soy fácil de tratar? — repite el joven extranjero con un marcado acento alemán en sus palabras coreanas —. ¡Tú eres el causante de todo lo que está pasando en estas líneas temporales, no creas que es fácil tratar contigo!, ¡Ni siquiera debería hablarte con cortesía, sino golpearte!
— Por favor, no peleen... Seamos amigos, ¿Sí? — Tae sonríe elevando sus manos, tratando de aplacar la tensión entre ambos jóvenes que se dirigen miradas cargadas de odio.
— No te confundas niño, no estoy aquí para hacer amigos o ayudarlos con sus problemas — responde rápidamente Cal, sin dejar de observar con furia a SeokJin —. Esto es personal y sólo me preocupo por mí. Las acciones que se llevan a cabo en este mundo están afectando al mío.
— ¿Entonces vienes de otra línea de tiempo? Significa que eres un humano especial como Jin hyung.
— No me compares con el estúpido Jin. Soy humano, pero tienes razón al pensar que soy especial — admite el joven, controlando su mal humor al ver la expresión de tristeza en el bonito rostro de TaehYung. Calais se da la vuelta y camina por la habitación en dirección a un mueble que ha llamado su atención —. En fin, he reunido suficiente información, pero necesito regresar a mi hogar. No cometan estupideces mientras no estoy — habla mientras toma unos discos antiguos en sus manos y sus ojos brillan con entusiasmo. Sin embargo, continúa hablando con el mismo tono de voz serio —. Vivan sus días repitiendo lo que hicieron antes del reinicio del bucle porque si se produce un cambio rotundo, este mundo colapsará y se creará un caos equivalente a un agujero negro.
Tanto Jin como Tae intercambian miradas de duda ante las palabras del joven, pero no se animan a interrumpirlo.
— Estúpido Jin, reúnete con tus amigos y cena con tu padre, pero intenta que el amable chofer no piense que estás loco — le advierte Calais observándolo fijamente a los ojos. Luego se acerca a Tae y le entrega los discos con delicadeza —. Tú, chico amante del jazz, me agradas, pero no pongas en evidencia que ya sabes todo lo que ocurrirá desde ahora frente a tu hermana. Actúa normal y disfruta cada momento. Me gusta tu casa.
— ¿También te gusta el jazz? — le pregunta Tae con entusiasmo al ver que los discos que Cal le entrega son de los cantantes de aquel género musical que ama tanto.
— No me gusta el jazz, lo amo — responde el muchacho con una ligera mueca en sus labios, pero volviendo a su seriedad habitual casi al instante —. Me voy ahora así que nos veremos cuando decida volver.
— ¡Oye, Calais! — exclama Jin con cierta urgencia en su voz al ver cómo el joven se encamina hacia la puerta de salida —. ¿Cuándo volverás?, ¿Cómo hago para contactarte si encuentro alguna pista?
— No soy un extraterrestre con el que tengas que hacer algún tipo de contacto, estúpido Jin — murmura el muchacho rodando sus ojos con fastidio —. Pero si quieres hablar conmigo, debes tomar un reloj y mover las manecillas veinticuatro horas hacia atrás.
— Oh, de acuerdo — asiente SeokJin un poco confundido con esa explicación, pero sin poner en duda las palabras del joven —. ¿Necesitas que te lleve...?
— ¡Ja! Soy un ser atemporal, no necesito que me lleven, pero gracias por el paseo en tu camioneta, fue divertido — Calais ríe con fuerza al ver la expresión de desconcierto de Jin ante sus palabras —. ¡Nos vemos!
La habitación queda en silencio en el momento en que Calais simplemente desaparece frente a los ojos de los dos humanos que intentan entender todo lo que ha pasado. SeokJin se esfuerza por dejar de lado su enojo y aprovecha para poner al tanto de toda la situación a TaehYung, explicándole lo que pasó cuando despertó y conoció a Calais; aunque obviando la visita de Dyoh porque nunca habló con Tae sobre el hijo de Abraxas.
— Ese tipo... ¡Vino conmigo en auto, pero se va como si nada! — grita Jin, dejando salir finalmente su frustración por las acciones de Calais, golpeando el piso con sus pies y apretando sus puños con furia —. ¡Quién se cree que es para tratarme como un estúpido!, ¡Soy mayor que él, pero no tiene ni un poco de respeto!
— ¿Qué pasará ahora, hyung? — pregunta TaehYung acercándose al ventanal de la sala, lanzando un suspiro —. ¿Cómo vamos a encontrar a quien reinició el bucle?
SeokJin deja de maldecir y observa a su amigo sintiéndose avergonzado por actuar como un imbécil. A veces olvida que, a pesar de mostrarse siempre sonriente y de buen humor, TaehYung es un chico muy sensible y tiende a frustrarse con facilidad.
— No lo sé Tae, pero tenemos que seguir los consejos de Calais — le responde posando una mano sobre uno de los hombros de su amigo con afecto, dándole ánimos —. Aunque parece que no le caigo bien, ha sido de gran ayuda y confío en lo que él nos ha dicho. Iré a encontrarme con JungKook y Nicole ahora, podemos vernos durante el fin de semana.
— De acuerdo hyung, cuídate — le dice Tae abrazándolo con cierta tristeza, pero alivio también —. Promete que estarás en contacto conmigo hasta que podamos vernos.
— Lo prometo Tae-Tae, no pasarán muchos días. Asegúrate de hacer todo lo que Calais dijo — le recuerda su amigo a lo que el joven responde asintiendo con una pequeña sonrisa.
Una vez que se asegura de que TaehYung estará bien, Jin se despide de él y conduce en dirección al instituto Jeil, atento a la hora en su reloj para llegar a tiempo y coincidir con JungKook en el momento preciso. Finalmente, llega a la intersección de semáforos tan familiar para él y escucha el reporte del clima que también conoce de memoria. Mientras espera ver a su amigo cruzar por la senda peatonal, observa a un lado y otro del camino ansioso. Sólo faltan unos segundos para que el semáforo cambie su luz a verde.
Entonces, una moto se detiene a su lado y Jin observa confundido el rostro del conductor. Cree estar imaginando cosas, pero pestañea restregando sus ojos para asegurarse de que no es una confusión. Está tan ensimismado observando a la persona a unos metros junto a él, que no ve que la luz del semáforo indica avanzar y se sobresalta cuando escucha las bocinas de los autos detrás de él sonar con estrépito. SeokJin reacciona asustado y acelera rápidamente dando un pequeño giro en dirección a la moto, por lo que el conductor frena y toca la bocina con fuerza.
— ¡Qué te pasa imbécil, muévete! — grita el joven motociclista con furia, acelerando para dejar atrás al estúpido que casi lo ha golpeado con su enorme camioneta.
— ¿Hoseok? — el corazón de Jin da un salto en su pecho al confirmar que el dueño de esa moto es su amigo Jung Hoseok quien, al inicio del bucle en el capítulo dos de esta historia, también lo insultó por no avanzar a tiempo.
Jin siente el impulso de acelerar y alcanzar a Hoseok, pero entonces ve que JungKook y Nicole ya han cruzado la calle y están a punto de entrar al instituto. Si los deja ir estaría poniendo en peligro el equilibrio de aquel Universo tal y como Calais le advirtió, pero si no sigue a Hoseok ahora que al fin lo ha encontrado, sabe que no volverá a verlo.
Mientras los segundos corren, Kim SeokJin se pregunta qué debe hacer.
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NOTAS DE LA AUTORA:
Hola a todos, volví con un nuevo capítulo que introduce a un nuevo personaje. Espero que sea de su agrado.
Hay muchos misterios por develar mientras SeokJin y TaehYung intentan vivir en ese Universo. ¿Quién es Calais y por qué afirma que SeokJin tiene la culpa de todo? ¿De verdad existe alguien más con el poder de reiniciar los bucles? ¡Apareció Hoseok!
Las respuestas se develarán a medida que los protagonistas puedan dejar de lado su temor y enfrentar la realidad que viven ahora.
Gracias por haber llegado hasta aquí. Deseo que tengan días hermosos.
Nos leemos en la próxima.
ReLi
*Actualización al 30/01/24: se corrigieron algunos párrafos y detalles menores sobre la redacción. ¡Gracias por su paciencia!
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