HeplocastoGarrabras

Le tengo manía a la poesía moderna. Soy un cuñado anclado en el Renacimiento.Así que un día me aburrí y escribí un soneto de mierda. Quizá escriba más, pero de momento sólo hay uno.…

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Al otro lado del universo se esconde una isla de orden en medio de un mar de caos. Es un mundo que no se rige por normas concretas. La vida campa a sus anchas con formas pintorescas en una fantasía de múltiple belleza. Y en ese mundo de ilógica magia e indómitos paisajes, las leyendas se esparcen como plagas.Pero sólo una de ellas es compartida por todos los seres que pueblan la inmensa isla. Y esa es la del Mensajero sin destino.Un ser inmortal e incomprensible, de naturaleza afable y vestuario insólito, que recorre el mundo desde el comienzo de los tiempos entregando todas aquellas epístolas que piden ser entregadas. En un principio sólo tenía un único paquete, pero olvidó dónde debía llevarlo. Y ahora, viaja sin rumbo al ritmo del mismo tiempo.Esta es una crónica de la multitud de historias que rodean a este mágico ser. Nadie sabe si son ciertas o falsas, pero para los habitantes de la isla, son y serán inolvidables.Y es que el Mensajero nunca morirá ni detendrá sus jubilosos pasos.…

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Buenas, me llamo Kyle Cross. Hago yo la sinopsis de esta porquería porque, conociendo al autor de esto, redactará una mierda tópica para ganar lectores de forma gratuita.En fin, soy un detective privado de 34 años. De esos que se dedican a perseguir maridos infieles. Vivo separado de mi mujer y de mi hija porque le pegué una bofetada a la primera, hecho del que me arrepentiré toda la vida. También soy coleccionista de tampones, por si a alguien le interesa. Resulta que, durante uno de mis casos, me encuentro con una pluma estilográfica que es capaz de materializar los sentimientos que escribo con ella. Al parecer, la ha creado una extraña silueta de otra dimensión llamada la Editora, y la mía es una de un total de seis que ha regalado a cinco posibles criminales. Y algo hay que hacer, claro.Pues así es la sinopsis de esta mierda, en la que sufro como un desgraciado mientras lucho por detener a los Escritores y a la responsable de todo, al mismo tiempo que intento recuperar a mi mujer y a mi hija. Pero el pasado siempre vuelve, manda huevos. También aparece un tal Peter Gutts. Es inspector de policía y eso, pero es un personaje irrelevante que a los dos capítulos se va. Así que no te encariñes mucho con él.Me quedan 732 caracteres para acabar la sinopsis, así que aprovecho para comentar que aquí ocurrirá lo que al autor y a mí nos salga de los huevos. Y si encuentras cosas raras jódete: yo no soy escritor ni traductor, soy detective. Así que no me vengas con gilipolleces como "aquí hay incongruencias" o "no deberías narrar esta historia en pasado". Si no te gusta lo que lees, lo imprimes, lo enrollas y se lo das a tu madre para que lo use de tampón o de compresa, dependiendo de los ovarios que tenga. Pues las mujeres que usan compresas son de todo menos mujeres. Kyle Cross dixit. Hostia puta, 144 caracteres aún. ¿Seguro que hay que llenarlos todos? El autor de esto me ha dicho que sí... Me cago en él.…

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Kyle Cross, un detective privado de 34 años, casado y con una hija, obsesionado con los tampones y que vive separado de su mujer por haberle pegado una bofetada durante una pelea.Peter Gutts, viudo y sin hijos, su vecino y el inspector de policía más temido de la ciudad. A sus 60 años, se le conoce como el Toro de la comisaría Central.Deberán unir sus fuerzas para hacer frente a algo muy chungo. No preguntes el qué.Estrambótica precuela de EstilografiCross y el primero de los desLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocuLocu...¡Locura!…

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Estrambòtica preqüela d'EstilogrBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBogeBoge...Bogeria!…

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En un lugar apartado y desconocido y en un punto incierto de la historia humana se esconde el Instituto Rockamoore: un instituto de secundaria poco corriente. De hecho, es tan poco corriente que nadie sabe con certeza qué es exactamente. En él, la violencia y la contradicción campan a sus anchas. En su interior sólo hay enemigos, y los alumnos se matan entre sí mientras los profesores dan extravagantes e ilógicas clases. Entre sus paredes conviven lo biológico y lo mecánico, dos conceptos cuya unión acaba resultando en seres de estrambótica naturaleza que forman parte del personal administrativo. Y, a pesar de la evidente locura colectiva que se vive en el Instituto, nadie ha sido nunca capaz de siquiera cuestionarlo, quizá porque se elimina a todo aquél que se atreve a pensar.Pero un día, por fin, llega a Segundo de Bachillerato un alumno con el atributo más peligroso para esta distopía en miniatura: la curiosidad. Con su simple reflexión tambaleará los inestables cimientos de este totalitarismo tan particular y descubrirá lo que se esconde detrás de semejante institución. Que comience el show.…