Capítulo 2 [La Luz de Melromarc]

A pesar de los eventos alarmantes que habían tenido lugar en el castillo, Superman, el Héroe del Escudo, no tardó en ponerse en acción para proteger a la gente de Melromarc. Mientras la tensión con la familia real y algunos nobles permanecía alta, Clark Kent decidió que su misión primordial era salvaguardar a los inocentes de las cada vez más frecuentes amenazas que asolaban el reino.

**Primero Llegan Los Pequeños Actos de Heroísmo**

Al principio, Superman comenzó enfrentando desafíos menores. Los constantes ataques de monstruos, comunes en los alrededores, eran su principal preocupación. Las pequeñas criaturas conocidas como Balloons eran una molestia constante para los aldeanos. Con su impresionante fuerza y reflejos, Superman fue capaz de aplastar a estas criaturas con facilidad, ganando su primera pequeña victoria y agradecimiento de los habitantes.

**Enfrentamientos Mayores y Desastres Naturales**

Sin embargo, pronto se enfrentó a amenazas más serias. Cuando una manada de voraces dire wolves apareció al borde de los campos de cultivo, poniendo en peligro no solo a los campesinos, sino también al suministro de alimentos del reino, Superman no dudó en intervenir. Tomando una postura protectora con su escudo, logró desviar sus ataques y derribarlos uno por uno. Su capacidad para anticipar los ataques y actuar rápidamente lo hizo destacar incluso entre los más hábiles guerreros locales.

Más de una vez, Superman demostró ser más rápido que un relámpago. Durante una feroz tormenta que azotó a Melromarc, los relámpagos amenazaban con incendiar las estructuras de madera del pueblo. Clark, consciente del desastre inminente, rápidamente ascendió sobre el pueblo y, usando su aliento helado, mitigó las llamas y contuvo los daños. Cuando una de las murallas se derrumbó a causa de la tempestad, él la sostuvo con sus manos hasta que los habitantes pudieron asegurarla.

**Adapándose al Nuevo Mundo**

A medida que los dias pasaban, Clark Kent adoptó cada vez más las costumbres y el conocimiento de su nuevo entorno. Aprovechando sus habilidades y la curiosidad innata de un periodista, investigó la flora y fauna local. Aprendió el idioma, también sobre las hierbas medicinales de los boticarios y observó el funcionamiento de los dispositivos mágicos. Desarrolló una comprensión básica de los encantamientos y tácticas de combate usadas en este mundo, volviéndose cada día más eficiente en su tarea. Además, su escudo, ahora una herramienta vital y simbólica, evolucionaba con él, absorbiendo nuevas propiedades y mejorando continuamente.

**Ganar la Confianza de la Gente**

A pesar de sus esfuerzos, la sombra de las acusaciones en su contra seguía persiguiéndolo. La gente de Melromarc al principio lo observaba con recelo. Cualquier hazaña suya era recibida con escepticismo y los rumores sobre su enfrentamiento con el rey persistían. Pero Clark no se dejó vencer por el prejuicio.

En una ocasión particularmente crítica, un grupo de bandidos secuestró a un grupo de comerciantes cerca de la frontera. Ayudados por su tecnología, pensaron aprovechar un terreno desconocido. Superman, guiado por su innato sentido de justicia, rastreó a los secuestradores y los enfrentó sin dudarlo. Liberó a los comerciantes y garantizó su vuelta segura, ganándose finalmente la gratitud de la comunidad mercante, que hasta entonces había estado entre los más escépticos.

Los niños comenzaron a mirarlo con admiración, y las historias de sus hazañas empezaron a reemplazar lentamente las dudas. Pequeños actos de bondad también jugaron su parte: ayudar a un granjero a rescatar a su ganado, sacar a un niño de un pozo profundo, y defender una aldea de monstruos que el ejército del reino había ignorado.

**La Gente Comienza a Creer**

La transformación en la percepción de Superman fue gradual pero innegable. La apariencia de un hombre con una armadura simple y un distintivo escudo se volvió símbolo de certeza y protección. Los aldeanos dejaron de temerle y empezaron a verle como su héroe. Era inevitable ver cómo las ventas de escudos para niños aumentaban, y eso que era una nación donde los soldados no usaban escudo, y sin embargo, querían emular al Héroe del Escudo en sus juegos.

**Refutación a las Acusaciones**

Con el tiempo, algunos nobles comenzaron a cuestionar las acusaciones que Myne había lanzado. "¿Por qué un hombre que ha hecho tanto bien intentaría algo tan innoble?", se preguntaba uno abiertamente. Las historias de su comportamiento defensor y compasivo se acumularon, erosionando lentamente las bases de las acusaciones originales.

Un día, un noble llamado Sir Gavian, conocido por su sabiduría y prudencia, se presentó ante el rey. "Majestad, ¿cómo podemos considerar a Superman un enemigo del reino cuando ha hecho tanto para protegerlo? Sus acciones hablan con más fuerza que ninguna palabra."

**El Héroe del Escudo Renace**

Frente a una multitud entusiasta, Clark Kent, levantando su escudo, juró nuevamente su promesa. "Seguiré protegiéndonos de cualquier amenaza, porque no apoyo a reyes ni a nobles, sino a la gente y su derecho a vivir en paz."

Desde entonces, el Héroe del Escudo, conocido también como Superman, continuó protegiendo Melromarc, convirtiéndose en un emblema de esperanza, conocimiento y justicia, cuyo legado no podría ser silenciado, ni siquiera por la mentira más vil.

Un día, mientras Superman surcaba los cielos de Melromarc, su super oído captó un débil murmullo de ayuda. Aguzando sus sentidos, siguió el sonido hasta un rincón apartado del reino, donde se erguía lo que parecía ser una carpa de circo. Sin embargo, el lugar revelaba algo mucho más siniestro.

Superman aterrizó suavemente y caminó hacia dentro, donde su visión se encontró con varias jaulas que contenían seres con forma humana, pero con partes de animales, claramente prisioneros. Sin perder tiempo, se dispuso a liberarlos cuando una voz desconocida resonó en el ambiente.

"¡Ah, bienvenido, Héroe del Escudo!" exclamó un hombre de baja estatura, vestido con ropas finas y una sonrisa torcida. "Permítame presentarme, soy Beloukas, un humilde vendedor de esclavos."

Superman lo miró con una mezcla de serenidad y severidad mientras el vendedor continuaba hablando.

"Los semi-humanos, por desgracia, no tienen los mismos derechos en Melromarc," explicó Beloukas, sin inmutarse ante la mirada reprobadora de Superman. "Por ello, son tratados como... propiedades."

Clark Kent, bajo su manto de acero, sentía una oleada de disgusto, pero permitió que el vendedor continuara, buscando comprender el alcance de la situación.

"Estoy seguro de que podría interesarle un esclavo a muy buen precio," ofreció Beloukas, intentando conversar mientras señalaba varias jaulas.

De repente, un ruido lastimero surgió de una jaula oculta bajo una lona. Superman, con su visión mejorada, se enfocó en el sonido y descubrió a una niña con orejas y cola de mapache. Los ojos de Clark se oscurecieron con una resolución insondable.

Tardó menos de un segundo en noquear al desprevenido vendedor de esclavos con un solo golpe. Luego, en un instante de velocidad, rompió cada una de las jaulas, liberando a todos los semi-humanos atrapados. Con la niña en sus brazos, voló a toda velocidad hacia su granja, ubicada a las afueras de la capital, y la dejó allí, bajo su protección.

Regresó inmediatamente al lugar del cautiverio liberado. Los semi-humanos, ahora libres, agradecidos pero furiosos, comenzaron a destruir el sitio. Campanas de alarma pronto resonaron, mientras los guardias eran alertados.

Superman, sabiendo que los guardias verían a los recién liberados como una amenaza, se interpuso entre ellos para protegerlos. Las fuerzas del reino, entre soldados y hechiceros, se reunieron rápidamente. Los ataques mágicos de los hechiceros causaban dolor a Superman, pero no eran suficientes para detenerlo.

Se arremetieron violentos conjuros de elementos, fuego y rayos, chispas de magia impactando en su cuerpo. Clark soportó el dolor y devolvió cada ataque con firmeza. Con sus propias manos, desbarató las fuerzas opuestas y, al final, los derrotó bajo la atenta mirada de una multitud que observaba con asombro.

Superman no perdió más tiempo después de desbandar a los guardias. Con una explosión de velocidad, voló directamente hacia el castillo, rompiendo las puertas de la parcialmente destruida sala del trono donde se encontraba el rey.

El monarca alzó la vista con odio, pero ese odio pronto se mezcló con terror cuando Superman lo tomó y lo arrojó contra una de las paredes.

"Me he enterado de que hay esclavitud en este reino," declaró Superman, su voz vibrando con autoridad.

El rey, intentando ocultar su miedo, trató de excusarse. "Es una... es una parte necesaria de nuestra economía..."

"No estoy aquí para escuchar excusas," interrumpió Superman, su mirada inquebrantable. Los guardias del rey no se atrevían a intervenir. "Abolid la esclavitud o pagaréis las consecuencias."

El rey, viendo que no tenía otra opción, ordenó traer un pergamino y una pluma. Con las manos temblorosas y bajo la mirada atenta de Superman, el monarca firmó el decreto para abolir la esclavitud en Melromarc.

"Si alguna vez anulas este decreto," dijo Superman, con su voz baja pero amenazante, "volveré, y será mucho peor para ti."

Sin más palabras, Superman se dio la vuelta y voló fuera del castillo, dejando al rey y sus guardias en un estado de choque y confusión. . .

Para Motoyasu, Ren e Itsuki, su llegada a Melromarc había sido un giro inesperado en sus vidas. Cada uno había dejado un mundo donde su comprensión estaba anclada en la lógica de los videojuegos y las historias fantásticas. Sin embargo, nada los había preparado para enfrentarse a serios dilemas morales y a un personaje tan ambiguo como Clark Kent, el Héroe del Escudo.

# La Perspectiva de Motoyasu

Motoyasu, el Héroe de la Lanza, no podía evitar comparar a Clark con un villano que había visto en algunos de los cómics y mangas de su mundo. El villano en cuestión vestía con capa y mallas, y aunque su nombre exacto no importaba, la imagen era suficiente para hacerle desconfiar de Superman.

Desde su perspectiva, cada movimiento de Superman sembraba la duda. No podía aceptar que alguien con tal poder actuara solo por altruismo. "Es demasiado perfecto," pensaba mientras sostenía su lanza. "Un héroe que aparece de la nada, con habilidades inhumanas, y que rompe las normas del reino tan fácilmente... ¿A quién quiere engañar?"

Para Motoyasu, los gestos heroicos de Superman no eran más que una fachada. En su mente, estaba convencido de que el Héroe del Escudo planeaba algo más siniestro, algo que aún no había revelado. La escena en la que había desafiado al rey y abolido la esclavitud corroboraba su teoría. "Un villano astuto se ganaría la confianza del pueblo antes de apoderarse del trono," se decía, estudiando desde la distancia cada acción de Clark.

# La Perspectiva de Ren

Ren, el Héroe de la Espada, tenía una visión similar. En su mundo, estaba familiarizado con narrativas donde héroes caían en desgracia, envenenados por su propio poder y arrogancia. Ren desconfió de Superman desde el principio. Las acciones de Clark en el castillo, venciendo a los guardias sin esfuerzo y forzando al rey a firmar, resonaban con el tipo de villanos que usaban su poder para imponer su voluntad.

"No puedes ser tan poderoso y mantenerte puro," reflexionaba Ren. Para él, Superman representaba una amenaza constante, una sombra que se cernía sobre su misión en Melromarc. "Estamos aquí para salvar este mundo, pero él... él tiene sus propias metas."

Ren comenzó a pensar en estrategias para enfrentarlo, si eso fuera necesario. Consultó sus tácticas, revisó sus habilidades y consideró alianzas. "Si alguna vez se vuelve contra nosotros, necesitaremos estar preparados," sentenció en sus soliloquios internos.

# La Perspectiva de Itsuki

Itsuki, el Héroe del Arco, personificaba al héroe recto y conforme a principios. A los ojos de Itsuki, Superman era un enigma peligroso. En sus cómics favoritos, cualquier personaje con poderes tan desmesurados que actuaba por fuera del control gubernamental se convertía inevitablemente en una amenaza.

Las acciones de Superman, aunque heroicas en apariencia, siempre llevaban un peso de incertidumbre para Itsuki. "¿Quién es él para decidir qué es justicia?" se preguntaba. Itsuki estaba convencido de que los actos heroicos de Clark eran estratégicos, parte de un plan maestro para sembrar la discordia y finalmente apoderarse de Melromarc.

Quizás lo que más inquietaba a Itsuki era la admiración que la gente comenzaba a mostrar hacia Superman. "Es peligroso cuando alguien con tanto poder se convierte en un ídolo," pensaba Itsuki con inquietud.

# La Convicción Compartida

Motoyasu, Ren e Itsuki comenzaron a reunirse en secreto para discutir sus preocupaciones sobre Superman. Había algo profundamente inquietante en la paz que emanaba después de cada uno de sus "heroicos" actos. Las liberaciones de esclavos, las derrotas de monstruos poderosos, el desafío a la autoridad corrupta... todo resonaba demasiado perfecto, demasiado limpio, como si fuese coreografiado.

"Es como esos villanos que primero se ganan a la gente y luego muestran sus verdaderos colores," expresó Motoyasu.

"Pienso lo mismo," añadió Ren. "Nos está distrayendo con sus actos heroicos. Es una táctica clásica para desestabilizar el reino y luego tomar el poder."

"He leído suficientes historias para saber cómo termina algo así," concluyó Itsuki. "Debemos mantener nuestros ojos bien abiertos y estar preparados para actuar."

# La Preludio al Conflicto

Mientras Superman seguía acumulando actos de bondad, salvando a aldeanos y enfrentándose a calamidades, la duda entre los tres héroes solo crecía. Comentarios y rumores alimentaban sus miedos.

"¿He oído que ha salvado un pueblo completo de una invasión de wyverns?" preguntó una vez Motoyasu.

"Sí, pero ¿con qué fin?" replicó Ren. "No creo que sea solo por bondad."

Los tres héroes esperaban su oportunidad. Necesitaban una prueba, un momento en el que Clark, bajo su manto de Superman, mostrara su verdadera naturaleza. La creencia compartida era que, tarde o temprano, el Héroe del Escudo revelaría sus verdaderas intenciones, y ellos estarían listos para detenerlo.

Así, mientras Clark Kent seguía avanzando en su misión personal para proteger a los indefensos y desmantelar las injusticias, una sombra de sospecha y odio crecía entre los otros héroes, alimentada por sus propias inseguridades y el recuerdo de los villanos que, alguna vez, los habrían aterrorizado en sus respectivos mundos.

Desde un palacio en las tierras del norte, alejada de la capital del Reino de Melromarc, la reina Mirelia Q Melromarc escuchaba atentamente a sus leales espías. Había dejado el reino temporalmente para asegurar tratados y establecer alianzas con los otros reinos, una tarea crucial dada la creciente amenaza de las Olas de la Calamidad. Sin embargo, el tumulto en su propio hogar no pasaba desapercibido.

**Narrativa de las Espías**

Una de las espías más confiables, Liora, se inclinó respetuosamente antes de ofrecer su informe. "Su Majestad, el Héroe del Escudo, Clark Kent, quien ha tomado el nombre de Superman, ha realizado hazañas que bordean lo imposible. Ha enfrentado monstruos con una facilidad que desconcierta y ha salvado numerosas aldeas de desastres."

La reina Mirelia asintió, su mirada manteniéndose firme pero su mente claramente analizando cada palabra. "Continúa, Liora."

"Hemos observado que, a pesar de sus acciones heroicas, existen conflictos severos entre él, el rey, y la princesa Malty. La princesa lo acusó de un crimen que no cometió, un intento de ataque mientras supuestamente estaba ebrio. Sin embargo, nuestras investigaciones indican que nunca hubo evidencia real de tal conducta inapropiada. Es más, sugerimos que todo esto fue una trampa tendida por la princesa."

Mirelia cerró los ojos brevemente, procesando la rabia interna por la traición dentro de su familia. Su propia hija estando involucrada en tal vileza era difícil de aceptar, y el comportamiento del rey no hacía más que agravar la situación.

**Conflicto con el Rey**

"¿Y el rey? ¿Qué ha hecho al respecto?" preguntó Mirelia, aunque sospechaba ya la respuesta.

"El rey, su Majestad, ha actuado de acuerdo a las acusaciones de la princesa, exacerbando el conflicto. Ha sido hostil hacia el Héroe del Escudo desde el inicio, permitiendo que el resentimiento crezca. Pero hay más..."

Liora respiró hondo antes de continuar. "Nuestras espías han tenido dificultades extremas para seguir de cerca al Héroe del Escudo. Se desplaza con una velocidad sin igual, y su capacidad para intervenir en problemáticas y resolverlas es asombrosa. No parece perder un solo momento en su misión de proteger al reino."

La reina Mirelia sonrió ligeramente, impresionada. "Es alguien que actúa con convicción y rapidez. No es alguien a quien se pueda vigilar fácilmente, comprendo."

**Noticias Recientes**

Justo cuando Mirelia pensaba que había escuchado todo, otra espía, Celia, entró rápidamente, claramente agitada pero manteniendo la formalidad.

"Reina Mirelia," comenzó Celia, "traigo noticias recientes de la capital. El Héroe del Escudo, Superman, obligó al rey a firmar un acta de abolición de la esclavitud. Entró de manera imperiosa en la sala del trono y, bajo su vigilancia, el rey accedió a abolir la esclavitud en Melromarc."

Mirelia no pudo contener su sorpresa. Sus ojos se abrieron más de lo habitual, y un destello de admiración se marcó en su expresión. "Así que no solo es un hombre de acción sino de principios. No tolera la injusticia de ninguna clase."

Las espías asintieron en señal de afirmación, notando el cambio de aire en la sala. Mirelia se levantó de su asiento con una calma regia pero con la urgencia de una líder responsable.

**Decisión de la Reina**

"Debo regresar a la capital con premura," declaró Mirelia. "Las negociaciones con los otros reinos están casi concluidas, y mi presencia es ahora más crucial que nunca. Es necesario rectificar las injusticias internas y restaurar el orden."

Liora y Celia inclinaron la cabeza. "¿Desea que enviemos un mensaje adelantado a Melromarc, Su Majestad?"

La reina asintió. "Sí, informad de mi retorno inminente y pedid que se preparen para recibir nuevos decretos y evaluaciones de las políticas recientes." Su mirada se agudizó con una determinación ardiente. "Y mandad noticia al Héroe del Escudo. Deseo una audiencia con él a mi llegada."

**Vuelta a la Capital**

Mientras su caravana se movilizaba, recuperando la ruta de retorno entre los valles y las colinas, la mente de la reina Mirelia estaba fija en los pasos a seguir. Ella sabía que un verdadero líder reconoce a los aliados potenciales y se enfrenta a los desafíos de frente. Clark Kent, Superman, era más que un simple héroe invocado; él parecía ser un faro de justicia en tiempos oscuros.

"Superman," murmuró para sí misma mientras cabalgaba, "tu llegada a nuestro mundo puede ser el cambio que necesitábamos."

La reina estaba decidida a corregir los errores de su familia, a renovar la paz y la justicia en Melromarc, y a forjar una alianza con un héroe cuya convicción parecía inquebrantable. Su regreso prometía ser el inicio de una nueva era para el reino, donde las sombras de la traición y la corrupción serían iluminadas por la fuerza de la verdad y la justicia.

Fin del Cap2.

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