Cap. 10: Eres un idiota

Ruby y Weiss estaban en la habitación de su equipo hablando sobre lo que descubrieron.

—«Guerra del Santo Grial» —dijo Weiss asombrada—. «Servants», leyendas, peleando entre sí. Pero, ¿Esto es real? Una guerra de tal magnitud, ¿existe?

—Lo es —dijo Ruby—. Weiss, te conté sobre mis sueños. El hombre que vi en ellos, el hombre que salvó a un niño en ese desastre, es el mismo. Yo... creo que estuve soñando con la vida Shirou.

—¿Cómo es posible? —preguntó.

—Creo que tiene que ver con esto —Ruby mostró los dos sellos de comando—. Shirou dijo que representaban un contrato.

—Pero eso significa que esta guerra está en curso —dijo Weiss—. Hay más «servants».

—No, si hubieran más «servants» Shirou nos lo diría.

—Kiritsugu Emiya, el padre de Shirou —dijo Weiss—. El padre de Illyasviel von Einzbern, ¿tú crees?

—No —dijo Ruby—. Si fueran la misma persona Illya reconocería el apellido de Shirou. Debe ser igual que el caso de Rin, existen en ambos mundos.

—Una guerra entre magos —dijo Weiss asombrada tomando asiento—. El premio es un deseo para cada uno de los ganadores. Sin importar cuál sea, cualquiera quisiera eso.

—Tú eres su «master», ¿crees que debemos decirle lo que descubrimos?

—No lo sé —respondió Ruby—. Iniciamos esto para saber más sobre los «servants». Pero terminamos descubriendo no solo el pasado de Shirou sino también los eventos de la anterior guerra del grial.

—No creo que pueda ver a Shirou igual —dijo Weiss—. Todo lo que pasó siendo solo un niño, ya veo porque olvidó su pasado, tiene un trauma.

—¿Trauma?

—Bloqueó sus recuerdos como una forma de autodefensa —llevó su mano al pecho—. Es normal que no recuerde a Pyrrha o su vida en Remnant.

—Decidido —dijo Ruby—. Mi deber es hablar con Shirou, hasta el momento lo traté solo como un compañero. Ahora veo que es más que eso. «Cuando era pequeño, quería ser un héroe justiciero». Esas fueron las palabras que escuché en mis sueños. Cuando conocimos a Shirou se presentó como un «aspirante» a ello.

—Le prometió a su padre que se convertiría en uno —dijo Weiss.

—Intentaré encontrar un buen momento. Hasta entonces dejémoslo así.

La noche había llegado, la mayoría de los alumnos de primer año estaban en sus dormitorios preparándose para el día de mañana, ya que, tenían una excursión a Forever Fall. Pero había un estudiante pelirrojo que estaba entrenando.

El cielo era bañado por un atardecer, todo el terreno estaba repleto de espadas y en medio de una colina un pelirrojo viendo el mundo.

—Esto es relajante.

Varias espadas atrás de él empezaron a elevarse y tomar una posición ofensiva. Salieron disparadas a una gran velocidad.

—«Trace on» — dijo y dos espadas aparecieron.

Con ayuda de las espadas bloqueó con éxito las armas que venían volando hacía él.

El escenario cambió. Ahora el pelirrojo estaba en la sala de entrenamiento de Beacon y con él una chica rubia.

—No es necesario pintarme, Yang.

—¡Oh! —dijo sorprendida—. Lo siento, vi que estabas muy concentrado y quería hacerte una broma.

—Tal vez para la próxima.

—Yep, será la próxima —dijo guardando un rotulador—. Me sorprendió verte aquí, Shirou.

—Solo estaba entrenando.

—¿Solo? —dijo cruzando los brazos.

—Siempre hay que entrenar la mente —dijo Shirou—. Y bien, ¿qué haces aquí?

—Vine a entrenar.

—No es cierto. No traes tus armas.

—Bien, me atrapaste —dio un suspiro—. Iré directo al grano, quiero que salgamos.

El pelirrojo se dirigía a su habitación hasta que escuchó una conversación entre Ruby y Jaune. Así que, decidió esconderse en una esquina del pasillo.

—Soy un fracaso como líder —dijo Jaune—. Arruiné todo con Pyrrha y Shirou. Ahora Carden está encima de mío.

—Jaune —dijo Ruby—. Tal vez fuiste un fracaso antes, pero ya no puedes serlo. Porque ahora no se trata solo de ti, tienes un equipo. Ambos tenemos un equipo, si fallamos, ellos también lo harán. Tenemos que poner a nuestro equipo primero, tú equipo merece un gran líder y yo creo que tú puedes serlo. Buenas noches, Jaune.

Las palabras de Ruby habían asombrado a Jaune. La azabache había entrado a su habitación. Jaune estaba solo en el pasillo y, de pronto, su «scroll» sonó. Carden le había enviado un mensaje para que consiguiera avispas y llevarlas a la excursión del día siguiente.

Jaune dio un suspiro largo y se fue a conseguir a las avispas.

—Yo también creo en ti Jaune —dijo Shirou.

El pelirrojo estaba al otro lado del pasillo.

Al día siguiente

Los alumnos llegaron a Forever Fall, un área montañosa cubierta de árboles y hierba de color rojo.

—El bosque Forever Fall es conocido como el bosque más hermoso del mundo —dijo Glynda—. El profesor Peach pidió que recolectaran muestras de árboles hallados en lo profundo del bosque. Y yo estoy aquí para que ninguno muera en el intento. Cada uno deberá llenar un frasco de sabia roja. En el bosque hay «grimms», así que, asegúrense no separarse de sus equipos.

Glynda terminó de dar las indicaciones y los alumnos se separaron. Jaune vio apenado a su equipo, tenía el sentimiento que estaba decepcionando a su equipo.

—Vamos Jaune —dijo Carden.

El rubio dio un suspiro y empezó a seguirlo.

Sus amigos solo vieron cómo se iba. Otro día que parecía que Jaune no tenía salida.

—Estoy seguro que todo mejorará —dijo Shirou.

—Eso espero —dijo Pyrrha—. Lo necesitamos como líder.

Los tres grupos empezaron a adentrarse en el bosque.

—¿Esta sabia podrá ser consumida? —preguntó Jeanne.

El sonido de alguien bebiendo algo se escuchó.

—Olvídenlo —dijo Jeanne.

Nora había consumido cuatro frascos de sabia y había soltado un eructo.

—Tal vez nos demoremos un poco más de lo previsto —dijo Ren.

—Nora —dijo Shirou—. Si llenamos frascos extras puedo usarlo con los panqueques.

—¡Oh! —gritó Nora—. ¡Eso sería asombroso!

Desde ese momento Nora no bebió más sabia. Shirou se alejó un poco para recoger la sabia de un árbol. Sin embargo, había una chica que tenía sus ojos en él.

—¿Sucede algo «Ice Queen»? —dijo Yang—. Estás viendo fijamente a Shirou. ¿Debo pensar que logró derretir tu corazón?

—Nada de eso Yang —respondió Weiss—. Y deja de llamarme así. Solo tengo cosas en mente.

—Eso es bueno —dijo Yang—. No sería bueno que una compañera de equipo tenga interés en el chico con el que voy a salir.

—¡¿Qué?! —gritaron varias chicas.

—¿A qué te refieres con que vas a salir con Shirou? —preguntó Pyrrha.

—También quiero detalles de eso —dijo Blake.

La declaración de la azabache dejó a todos sorprendidos.

—Vaya Blakey —dijo Yang—. No sabía que nuestra silenciosa integrante tenía interés en nuestro pelirrojo.

—No es eso —dijo Blake sonrojada—. Solo pienso que Shirou es muy tranquilo para ti.

—¿Qué significa eso? —preguntó Yang.

—No es lo que piensan —dijo Shirou llegando con la sabia—. Yang tiene curiosidad sobre mi pasado, no tengo problemas en contarle, solamente que ella quería ir a pasear.

—¿No tienes problemas en contarnos tu pasado? —preguntó Ruby.

—No tengo nada que esconder —dijo Shirou.

—Entonces —dijo Ruby tímida—. «La Guerra del Santo Grial» y el incendio.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Shirou sorprendido—. ¿Cómo sabes mi pasado?

Los tres equipos quedaron en silencio, la sorpresa del pelirrojo era notable. Pero había alguien más que reconoció las palabras de la chica con capa.

—Yo... —intentó decir Ruby.

La conversación fue interrumpida debido a que algunos miembros del equipo «CRDL» aparecieron asustados.

—¿Qué sucede? —preguntó Yang sosteniendo a uno de ellos.

—¡«Ursa»! —gritó con pánico.

—Oh no, Jaune —dijo Pyrrha.

—Debemos ir —dijo Jeanne.

—Blake, Yang —dijo Ruby—. Vayan por la profesora Goodwitch.

—Ren, Nora —dijo Pyrrha—. Vayan también, podrían haber más «grimms».

Todos los mencionados asintieron y se fueron. Ruby, Pyrrha y Weiss no demoraron en irse.

—Rin, Jeanne, Illya —dijo Shirou—. Vayan y avisen a los demás estudiantes.

La rubia y la azabache asintieron y se dieron la vuelta. Shirou hizo lo mismo, pero antes de irse escuchó dos golpes contra el suelo. Cuando giró, vio a Rin y Jeanne en el suelo inconscientes y a Illya en medio de ambas.

—Illya —dijo el pelirrojo—. ¿Qué significa esto?

—En un comienzo pensé que era coincidencia —dijo Illya—. Pero luego vi cuando usaste «magecraft» en tu pelea contra ese idiota. Este es el momento perfecto. Es una lástima, pero mi líder morirá ante las garras de los «grimms».

Shirou se sorprendió cuando escuchó a Illya decir un terminó que no debería saber. Cuando vio a Illya pensó que era igual a la situación con Rin, versiones de la misma persona. Pero ahora poco a poco se daba cuenta que el caso de Illya no era así.

«La «master» de «Berserker», pero eso es...», pensó Shirou.

—Pasó mucho tiempo, «onii-chan» —dijo Illya.

La voz de Illya era amable, pero en su rostro aparecieron marcas rojas.

—¡¿Circuitos mágicos?! —dijo Shirou sorprendido.

—No soy la única que tiene ansias de verte «onii-chan».

Atrás de Illya una sombra empezó a tomar forma humana. Cuando terminó, el pelirrojo reconoció a quien tenía enfrente.

—Imposible —dijo sorprendido.

—¡Ataca! —gritó la albina—. ¡«Berserker»!

La pelea inició, «Berserker» se lanzó a atacar de manera desenfrenada. Shirou se sorprendió de eso. La velocidad de «Berserker» era similar a cuando «Saber» tuvo que pelear. Lo único que pudo hacer fue bloquear con «Kanshou» y «Bakuya», pero, de un golpe del arma de «Berserker» lo mandó a volar contra los árboles.

«¿Un «servant»?», pensó Shirou. «Se siente extraño.»

«Berserker» se lanzó a atacar otra vez, pero esta vez el pelirrojo pudo centrarse y esquivó el ataque.

«Ya van diez pares», pensó. «Incluso ahora es complicado.»

—¡Illya! —llamó Shirou—. ¡No necesitamos hacer esto! ¡No hay razón para pelear!

—¿No la hay? —dijo Illya enojada—. ¿No la hay? Claro que la hay, tengo razones para hacer esto.

—Sé que fuimos enemigos antes —dijo bloqueando otro ataque—. Pero ahora podemos tener un nuevo inicio.

—¡De ninguna forma! —gritó Illya—. ¡Acábalo «Berserker»!

«Si no hay de otra», pensó.

Shirou dio un gran salto hasta sobrepasar la altura de los árboles.

—«Trace...»

No terminó de hablar cuando un golpe de «Berserker» le dio de lleno.

Una vida pasada

Había una niña albina jugando con sus peluches en medio de una gran habitación. De pronto, sintió que algo se acercaba. Con entusiasmo dejó los peluches y se acercó a la ventana. Hizo su mejor esfuerzo para ver el exterior, pero la nieve que caía lo hacía muy difícil. Finalmente, reconoció el movimiento de algo entre la nieve. Así que, entusiasmada corrió hasta la puerta.

—Volvieron, Kerry, mamá —dijo feliz, pero cuando la puerta se abrió solo encontró más nieve.

Ahora con tristeza se iba a ir, pero algo la abrazó.

Cuando lo vio, vio una sustancia oscura con la forma de su madre. Ahí empezó todo.

La sustancia negra le dijo a Illya como terminó la guerra del Grial que participaron su padre y su madre, Kiritsugu Emiya e Irisviel von Einzbern.

—Ese hombre te traicionó, nos traicionó... se deshizo de nosotras como si fuéramos herramientas.

Le mostró una escena que era de Kiritsugu apuntándole con un arma.

Lo había perdido todo, a su madre, a su padre, incluso el hogar cálido que tenía lo había perdido. Para ese punto a Illya no le importaba nada más. Tomó la decisión de vivir sola. En su mente todos la abandonaron.

En una visión, esa sustancia negra le contó que Kiritsugu estaba vivo y que había adoptado a un niño.

—El traidor tenía una familia —dijo la sustancia—. Otra familia... te abandonó por ese niño.

Día tras día la sustancia no dejaba de decirle lo mismo. La promesa de Kiritsugu, la promesa de regresar, nunca se cumplió. Además, había sido abandonada por un niño llamado Shirou Emiya.

Los días se hicieron semanas, las semanas se hicieron meses y los meses años, años de odio por el hombre que la traicionó, odio por el niño que la reemplazó.

Los Einzbern hicieron múltiples experimentos dolorosos en ella. Pero los superó con el fin de matar al niño.

Presente

Forever Fall

Un «ursa» estaba por dar un zarpazo a Carden, pero fue bloqueado por Jaune. El rubio logró empujarlo y hacer que su atención se centre en él.

A lo lejos, entre los arbustos, Ruby, Weiss y Pyrrha habían llegado. Weiss estaba lista para entrar a la pelea, pero fue detenida por Pyrrha. La pelirroja tenía la esperanza que esta situación era lo que necesitaba su líder.

A pesar de la poca experiencia, Jaune no se rendía, pero esa poca experiencia era notable. El «ursa» tenía ventaja. En el último ataque, ambos se lanzaron a atacarse. La postura de Jaune alejaba su escudo.

Pyrrha, a lo lejos, levantó su mano y uso su «semblanza» para poner el escudo en el lugar correcto. Lo que provocó que Jaune bloqueara el ataque del «ursa» y con su espada pudiera cortarle la cabeza.

—Mmm... —dijo Ruby—. ¿Qué pasó?

—¿Cómo es que tú...? —intentó preguntar Weiss.

—Bueno... —dijo Pyrrha—. Ruby tiene su velocidad y tú tienes tus sellos. Mi «semblanza» es polaridad.

La pelirroja dio media vuelta para irse, pero sus compañeras la detuvieron.

—Espera —dijo Weiss—. ¿A dónde vas?

—Sí —dijo Ruby—. Debemos decirle lo que pasó.

—Podríamos hacerlo... —dijo Pyrrha—. O podríamos tener un pequeño secretito.

Jaune se acercó a Carden y lo ayudó a levantarse.

—No te vuelvas a meter con mis amigos, con mi equipo, nunca, jamás.

El rubio estaba a punto de retirarse, pero, de pronto, una explosión ocurrió en el cielo.

En una parte alejada del bosque, la pelea entre «Berserker» y Shirou continuaba.

El pelirrojo logró adaptarse a la fuerza de su oponente. Según pasaba el tiempo sentía que «Berserker» se hacía más débil. En un momento vio una oportunidad para dar un golpe crítico. Sin demorarse, Shirou proyectó un arco.

—¡«Trace on»! —dijo y en su otra mano apareció una espada que convirtió en flecha.

Se posicionó debajo de «Berserker», apuntó la flecha y soltó la cuerda.

—¡Caza sabueso de las llanuras rojas! —gritó—. ¡«Hrunting»!

El impacto se llevó al enemigo al cielo y cuando lo alejó la distancia suficiente explotó.

—Ese fue un buen ataque —dijo Illya—. No recuerdo que pudieras hacer eso.

—Algunas cosas cambian —respondió el pelirrojo—. Ya no tienes a «Berserker», se acabó.

Illya soltó una pequeña sonrisa.

—Es cierto. Las cosas cambian —dijo Illya—. ¡Veamos qué harás ahora!

«Berserker» volvió a aparecer, pero esta vez la situación empeoró porque ahora no había solo uno, en total pudo ver doce «Berserkers».

—Sorpresa —dijo Illya—. «Onii-chan».

A pesar de su sonrisa y la demostración de poder se notaba que la albina estaba cansada. Su voz e hizo entrecortada, su cuerpo tambaleó, pero pudo apoyarse en un árbol.

—Illya —llamó Shirou—. Ya no puedes continuar, déjalo así.

—No —dijo—. No voy a parar hasta hacerte pagar. Por tu culpa Kiritsugu nunca volvió.

—¿Eh? —dijo Shirou—. ¿Qué tiene que ver Kiritsugu? No, ¿por qué lo conoces?

—¿Por qué? —dijo enojada—. Porque yo soy su hija. ¡La hija que dejó atrás por ti!

Las palabras dichas por Illya dejaron sorprendido a Shirou. Frente a él estaba la hija del hombre que lo adoptó.

—¡No me voy a detener!

«Son doce de ellos», pensó el pelirrojo. «Tienen una fuerza y una velocidad casi similar, pero su resistencia es baja. Solo hay una solución.»

—¡«Berserker»!

—«Trace on» —dijo y otra espada apareció en su mano—. Mi núcleo esta torcido en la locura...

—¡Esperen! —gritó Ruby.

Ruby, Weiss y Pyrrha aparecieron de entre los árboles.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Illya con molestia—. ¿No deberían estar con ese chico Jaune?

—Deben irse —dijo Shirou—. Ruby, este lugar es peligroso.

—Creo que tenemos una idea —dijo Ruby.

—¿Idea? —dijo Illya—. ¡«Berserker»!

Uno de los gigantes se movió, pero debido al estado debilitado de Illya, la velocidad disminuyó. Las tres chicas lo esquivaron y el hacha golpeó el suelo dejando una gran marca.

—¡Ustedes no saben nada!

—Sabemos sobre Kiritsugu e Irisviel —dijo Weiss—. A Irisviel no le gustaría verte así.

Las palabras de la albina sorprendieron a Shirou e Illya.

—¿Cómo? —dijo Illya sorprendida—. ¿Cómo sabes el nombre de mi madre?

Varios «Berserker» fueron a atacar. Con ayuda de sus «glifos» logró alejarse, pero otro «Berserker» ya estaba listo para atacarla. De manera rápida, Shirou protegió a Weiss y la alejó del ataque.

—Tch... —dijo Illya.

—Shirou no tiene la culpa —dijo Ruby—. Él no sabía sobre ti. Kiritsugu intentó ir por ti, pero no lo dejaron. Los Einzbern no lo permitieron.

—¿Fue por ella? —dijo Shirou sorprendido—. Espera... Kiritsugu siempre viajaba a Alemania. Él iba por Illya, pero su salud empeoró hasta que ya no pudo.

—¿Cómo sabes eso? —dijo Illya mirando a Ruby—. Sé que eres de este mundo, no del nuestro.

—Yo... —dijo Ruby dando un suspiro—. Encontré un libro. Un libro sobre «La Cuarta Guerra del Santo Grial». Nos dice los sucesos antes, durante y después. Incluso el incendio de Fuyuki y la promesa de Shirou a su padre.

—Y-y-yo... —intentó decir Illya, pero se desmayó por el cansancio.

Antes de tocar el suelo, Shirou lo impidió. Las copias de «Berserker» se desvanecieron. El pelirrojo dio un suspiro aliviado. Weiss y Pyrrha se acercaron a Rin y Jeanne para revisar su estado.

—Lo siento Shirou —dijo Ruby—. No quería inmiscuir en tu privacidad.

—Descuida —dijo Shirou—. Como le dije Yang, no tengo problemas, aunque no creí que fuera tan rápido.

—¿Qué significa esto? —dijo Glynda.

—¡Profesora Goodwitch! —gritó Ruby—. Esto...

—Fuimos atacados por «grimms» —dijo Weiss—. Illya se quedó sin «aura».

—Ya veo —dijo no muy convencida—. Las naves ya vienen, ellos se encargarán.

La excursión terminó sin pérdidas. Los alumnos regresaron a las habitaciones.

Illya fue llevada a la enfermería. Shirou se quedó a su lado en todo momento, la esperó para poder hablar.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Illya.

Illya despertó y vio a Shirou sentado cerca de su camilla.

—Estaba preocupado por el miembro de mi equipo.

—¿Por qué? —preguntó Illya—. Intenté matarte.

—Tal vez —dijo Shirou—. Pero eres mi hermana. No puedo abandonarte.

—¿Lo dejarás así de fácil? —preguntó con pequeñas lágrimas—. Eres un idiota.

—Me lo han dicho muchas veces.

Shirou soltó una pequeña sonrisa.

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