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Luke había estado hablando sobre como odiaba la clase de transformaciones, al mismo tiempo que su boca no paraba de quejarse del como odiaba que no compartieran casi ninguna clase en ningún día de la semana.

Eso de alguna forma también le estaba fastidiando un poco a Eloise, pues sentía que cada vez se alejaba más de su mejor amigo, sin embargo, no eran del tipo de amistad que necesitaba hablar todos los días o recordarse lo mucho que se quieren para poder continuar funcionando como siempre.

Ellos podrían pasar dos veranos enteros sin hablar, para luego verse y hablar como si se hubieran visto el día anterior, actualizando sus dramas familiares, sociales, etc.

Al llegar al aula de defensa contra las artes oscuras, Luke bufó molesto, estaba harto de tener que separarse de su mejor amiga y continuar su camino solo hasta clases. El año pasado habían compartido todas las clases, excepto los viernes en la última hora, pero prácticamente pasaban el día pegados el uno al otro.

Este sexto año a pesar de estar tan cargado de vibras pesadas, con la no tan reciente vuelta del señor oscuro, se habían distanciado más, apenas habían logrado tener una buena conversación en la sala común como en los viejos tiempos, pues en cuanto la sala se llenaba ambos se iban a sus habitaciones, sin mencionar que ahora Tracey se estaba volviendo parte de ellos.

No era que les molestara que Tracey estuviera siempre ahí, solo que extrañaban cuando solo eran un dúo. Luke y Eloise. Eloise y Luke. Solo dos.

—Te veré cuando acaben las clases. — le dijo Eloise a su mejor amigo, para acercarse y despedirse con un abrazo.

Luke asintió con un poco de molestia y colgó la mochila en su hombro, para luego retirarse del lugar y hacer el camino hasta el aula donde tenía que tomar su siguiente clase.

Eloise entró al salón de clases, aquella clase la compartían algunos Slytherin con los Hufflepuff, por lo que la mayoría de los estudiantes tenían su compañero de asiento, ya que se conocían.

Eloise realmente estaba buscando un asiento al frente y sintió presión en su cuerpo al notar que no habían lugares disponibles al frente.

Caminó hasta el final de la fila, donde se encontraban dos lugares desocupados, pudo observar como Pansy estaban sentada junto a ese par de asientos, pero realmente no tenía otra opción.

Cuando Eloise dejó sus cosas miró rápidamente a Pansy, quien ya tenía sus ojos puestos sobre ella, la característica sonrisa coqueta de Pansy adornando sus labios. Sin embargo, había algo más en la mirada de aquella pelinegra... algo oscuro en ella.

Eloise le devolvió la sonrisa, pero la diferencia fue que Eloise solo estaba siendo amable. 

La castaña se sobresaltó cuando la silla a su lado se recorrió y la hizo quitar los ojos de Pansy, quien se encontraba del mismo lado del pasillo que ella.

Eloise se encontró cara a cara con Draco Malfoy una vez más, pues había olvidado que compartían la misma clase.

Ella no le dijo nada a Draco durante los primeros treinta minutos de clase, esta se estaba tornando un poco aburrida, considerando que Snape estaba al frente, calificando ensayos, mientras los alumnos se encargaban de hacer el nuevo ensayo que había asignado.

Eloise dejó que sus ojos vagaran por todo el salón de clases, el cual tenía alumnos que realmente estaban trabajando, hasta que sus ojos se toparon con un par de ojos negros. Pansy Parkinson, quien sonrió una vez más, Eloise bajó su mirada de forma involuntaria hasta las piernas de Pansy, quien estaba jugando con el dobladillo de su falda.

Pansy metió la mano lentamente debajo de su falda, sin despegar los ojos de Eloise, abriendo lentamente las piernas, pero antes de que pudiese seguir disfrutando del espectáculo que Pansy le estaba dando en aquel momento, sintió la helada mano de Draco tomarla por la barbilla.

Los ojos de Eloise clavados en los ojos grises de Draco, quien la miraba como si estuviera furioso. —¿Qué miras que no puedes dejar de ver? — susurró él, acercando sus rostros un poco más.

Eloise negó con la cabeza, las palabras tardaron un poco en salir, pero finalmente lo hicieron. —Nada. 

—Granger... — susurró Draco, usando su mano libre para comenzar a acariciar sus muslos, desde la rodilla hasta donde la falda no cubría.

—¿Si?

—¿Recuerdas que hace un año me contaste una de tus fantasías, mientras te jodía con los dedos? — preguntó, ahora él jugaba con el dobladillo de la falda de Eloise. Ella asintió, mientras Draco iba acercando sus dedos hasta sus bragas. —¿Quieres que se cumpla? — volvió a preguntar en voz baja.

Eloise asintió, su mente nublada de pura excitación. 

Y aquello fue suficiente para que Draco comenzara a acariciar sobre la tela, provocando que el cuerpo de Eloise se tensara. 

—Mira al frente y escribe tu ensayo entonces. — ordenó en un susurro.

Eloise hizo caso, tomando su pluma y extendiendo el pergamino frente a su escritorio; una de las manos de Draco se acercó una vez más a su entrepierna, tocaba sobre la tela, mientras se burlaba de lo mojada que ella estaba.

Y cuando ella comenzó por el título, los dedos de Draco hicieron a un lado su ropa interior, ahora teniendo un contacto directo con el clítoris de Eloise, aplicando más presión mientras su dedo se movía en círculos.

Los labios de Eloise se separaron al sentir los movimientos rápidos de Draco, casi se quedaba sin aire.

—Escribe, Granger, el ensayo no se hace solo. — Draco se burló, hundiendo uno de sus largos dedos en el interior de Eloise.

La mano que no estaba sosteniendo la pluma de Eloise voló hasta su boca, impidiendo que algún ruido escapara de su boca. 

Y de pronto, Malfoy había agregado un segundo dedo, haciendo que la mente de Eloise se nublara más y sus ojos rodaran hacía la parte posterior de su cabeza.

—Escribe, maldita sangre sucia. — dijo el rubio, apretando los dientes, sus labios estaban cerca del oído de Eloise, haciendo que el aliento fresco golpeara la piel sensible.

Cuando Draco comenzó a bombear Eloise abrió las piernas por inercia, mientras la pluma se quedó inmóvil sobre el pergamino donde solo estaba escrito el título de aquel ensayo sobre hechizos de defensa.

Su mano comenzó a temblar cuando Draco lo hizo más rápido, curveando los dedos en el punto exacto, las mejillas sonrojadas y su frente estaba comenzando a sudar mientras miraba el pergamino y su mano temblorosa.

Eloise pegó la punta de la pluma al pergamino, pero justo en ese momento Malfoy separó un poco sus dedos, haciendo  un movimiento de tijera dentro de ella; sus labios se separaron de inmediato, un jadeó fuerte escapó de su boca.

El profesor Snape levantó la mirada y los ojos curiosos volaron a ellos. 

—¿Qué hacen allá atrás? — preguntó Snape con un tono que parecía estar preocupado al notar la presencia de Eloise entre los Slytherin sangre pura.

Pansy negó con la cabeza. —Nada, profesor. Mi pluma ha manchado mi pergamino y me he molestado. — mintió Pansy.

El profesor Snape movió sus ojos hasta Eloise, quien estaba apretando los labios, su cara estaba casi de un rojo brillante, mientras Draco no paraba de follarla duró con los dedos, sin parar de hacer ese movimiento en forma de tijera, estirando sus paredes de una forma deliciosa.

—¿Granger? — el profesor Snape enarcó una ceja. —¿Todo bien?

Eloise estaba a punto de contestar, cuando sintió como Draco agregaba un tercer dedo, curveando antes de salir, para volver a entrar por completo, el ruido de la humedad de Eloise haciendo el momento algo más caliente.

Ella atrapó la orilla del escritorio con sus manos, la apretó tanto que creyó que iba a romperlo si seguía apretando así, sus nudillos estaban de un color blanco por la presión ejercida en el material.

—Si, profesor. — articulo como pudo, asintiendo con la cabeza.

El profesor los miró unos segundos, para volver a su trabajo; Eloise sentía tan cerca el orgasmo y su mano voló hasta la pierna de Draco, apretando con fuerza, le estaba diciendo que se iba a correr.

—Ni un puto ruido. — susurró Draco en su oído, dando luz verde para que ella pudiera montar su orgasmo.

Y ella dejó que el placer la consumiera, su boca se abrió en un gemido sordo, pero igualmente la mano de Draco voló hasta su boca, su palma presionando su boca, evitando que ella hiciera cualquier sonido sospechoso.

Y Malfoy pareció quedar hipnotizado cuando los ojos de Eloise se pusieron en blanco, revoloteando hacía atrás, mientras su pecho subía y bajaba violentamente, sus piernas abiertas para él, dejando que sus tres largos dedos entraran y salieran a su antojo de ella, follando hasta lo más profundo durante su orgasmo, intensificando todas y cada una de las sensaciones que ella estaba teniendo en aquel mismo instante.

Y cuando ella terminó, el vació en su interior al no sentir más los dedos de aquel chico se hizo presente. 

Los ojos de Eloise volaron inmediatamente a los orbes grises del rubio y lo vio chupar sus dedos, saboreando cada parte de los jugos de Eloise, como si aquello fuera un manjar que solo estaba destinado a ser probado una sola vez en su vida.

Malfoy tomó por la nuca a Eloise y empujó su cara para así poder unir sus labios en un beso salvaje, como si no le importara si alguien estaba viendo o no.

Y antes de terminar aquel beso, el rubio tiró del labio de Eloise, haciendo un poco de presión para que ella gimiera en voz baja.

—Joder, eso estuvo tan caliente. — escucharon el susurro de Pansy.

Eloise se sintió nerviosa, porque mientras Draco la había estado complaciendo pareció olvidar que habían más personas en el salón y probablemente alguien más que Pansy los vio hacer cosas sucias en medio de la clase.

Eloise no quitó sus ojos en ningún momento de los ojos de aquel platinado que la estaba mirando con intensidad... pero algo más que eso, la estaba mirando lleno de lujuria, con sed de algo más, pues acercó sus labios para volver a besar los suyos, pero para aquella mala suerte, el destino no quería que lo hicieran de nuevo, pues el timbre los hizo saltar hasta el otro extremo.

Eloise comenzó a empujar las cosas dentro de su mochila, para salir corriendo del aula, pero cuando se puso de pie, la mano de Draco se envolvió en su muñeca.

—Llega temprano a la tutoría esta tarde, ¿quieres? — susurró mientras la veía de forma dominante.

Eloise asintió, mirando a los ojos de Draco, aquellos ojos grises que nunca perdían la intensidad y mucho menos la lujuria cuando la miraban.

—De todos modos no soy yo la que siempre llega tarde. — se burló una ultima vez y con eso se deshizo del agarre de Draco, para salir de el salón de clases.

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