Nota: Ningún personaje me pertenece, todos son obra de su respectivo creador.

Advertencia: Headcanons. Pareja heterosexual.

-Regresando pasos-

Invierno.

Época de abrigos, resfriados y claro, chocolate caliente para quien lo deseara.

Particularmente, él no era de ese tipo de persona. Tenía una ligera preferencia al calor; entre caminatas matutinas en las que el sol golpeara su frente y el fresco aroma de naranjas llegara a su nariz como en sus días de infancia.

Un gusto de esperarse de alguien que luchaba no solo por la salud de sus pacientes, sino propia. Pero claro... No todo siempre era como uno lo deseaba ¿Cierto?

- Debería estar por aquí si no me equivoco... ¡Ah, es allí! -Exclamó con cierta sorpresa, cuidando su paso en cuanto cruzó la calle correspondiente antes de llegar a su destino.

Lulu's...

Ciertamente, no había oído de ese nombre desde hacía bastante, aunque el recuerdo seguía tan fresco en su nombre como si fuera ayer.

Una joven camarera con miles de sueños, un embarazo inesperado tras un matrimonio abusivo, una aventura llena de giros, una despedida de sabor agridulce, un nacimiento lleno de esperanza.

Debía admitirlo, como médico había tenido varios pacientes a lo largo de su carrera, pero todo lo anterior mencionado hicieron que ésta en particular terminara tatuada en su mente, cuerpo y corazón.

Suspiró, intentando contener su propia risilla nerviosa.

El establecimiento despedía un aire acogedor y cálido, despertándole recuerdos de su propia niñez. Sí, eso era algo que esperaría de un lugar dirigido por aquella mujer.

Jenna...

¿Hacía cuanto que no sabía nada sobre ella? ¿Tres, cuatro años? Quizás cinco.

Quien sabe. No era precisamente bueno tomando nota del paso del tiempo, aunque la nostalgia que lo envolvió en primer lugar hasta arrastrarlo hasta allí dijera otra cosa.

Sí.

Había regresado sus pasos hacia ella de nuevo, aunque no por la esperanza de alguna nueva oportunidad o el mero deseo de fanfarronear su propia vida. Solo fue un pequeño capricho del destino más, uno que le permitió comprobar algo que ya venía suponiendo desde hace mucho.

Uhn... Tan dulce y amable como siempre, eh.

Con ello en mente, el joven Jim Pomatter observaba aquel local por enésima vez, preguntándose que tan malo sería para un hombre divorciado degustar un poco de pie de manzana.

Realmente no supo si obtendría una respuesta o no, aunque el repentino abrir de la puerta indicó de antemano su curioso destino...

– ¿Uh? Buenas, bienvenido a... ¡...!

Un destino en el que volvía a encontrarse a aquellos conocidos ojos cielo pastel.

– Hola, Jenna...

Notas finales: No lo nieguen, más de uno deseó verlos juntos. No lo nieguen (?)

PD.: Sí. Soy tan malvada como para dejarlo aquí, muajaja (?)