Capítulo 16.

Para siempre es poco.

"No sé si estamos hechos el uno para el otro, pero si hemos llegado hasta aquí es porque seguimos eligiéndonos cada día y eso es como estar hechos el uno para el otro". ~ Leunam.


Bien dicen que cuando amas a alguien la palabra siempre es demasiado poco para el tiempo que quieres pasar con la otra persona, una eternidad no es suficiente para el amor que existe dentro de los corazones de dos almas que se han amado desde el principio de los tiempos, un amor que es tan extraordinario que ni siquiera tiene comparación con alguna novela literaria como William Shakespeare o algún otro dramaturgo al que le encanta hablar sobre el amor.

Siempre crecí con la idea de que el amor era la fuerza más poderosa porque mis padres así me lo habían inculcado desde que tenía memoria, ellos siempre me habían dicho que el amor era capaz de romper barreras de tiempo de espacio o de cualquier otra que se interpusiera entre ellos, que el amor era tan hermoso que realmente podía mover montañas y lograr cambiar corazones que quizás eran completamente malvados.

Sin embargo también me habían dicho que cuando el amor es lo suficientemente fuerte como para proteger a las personas que tanto amas, a veces la única solución para ello es la guerra, una guerra que acabe con todos aquellos que dañaron a tu familia o a la persona que más amabas en la Tierra, aunque suene contradictorio, mis padres siempre me habían inculcado que debía discernir el momento en el que el amor era suficiente o cuando se necesitaba una guerra para lograr vengar a la persona que amabas en el nombre del amor.

El amor así como puede ser capaz de crear el bien y cosas maravillosas, también puede ser capaz de destruir mundos o causar tantos males que sea imposible para los seres humanos levantarse del golpe. El amor es la única fuerza capaz de hacer cosas que el ser humano no logra comprender, un verdadero amor puede ser capaz de destronar a reyes o de producir muertes en masa que nadie es capaz de evitar-

Porque realmente el amor es algo que nadie ha logrado explicar con detenimiento, quizás por la simple razón de que el amor no es igual dos veces para diferentes personas, mi madre siempre me había dicho que el amor era diferente para cada uno, era dependiendo de la fuerza que teníamos en el interior para estar dispuestos a proteger cuidar y valorar a la persona que estaba a nuestro lado quizás sonaba un poco extraño considerando que ella había creado una completa guerra por mi padre una guerra para protegerlo y para recuperarlo.

Por eso decían que un villano siempre se convertía en villano después de perder al amor de su vida, aunque no era el caso en los villanos que nos acechan, ellos lo único que querían era poder y eran tan malditamente avariciosos que no se conformarían con tener el poder de las mafias sino que también querían el poder de todos los ejércitos y lo habían logrado, pero no habían contado con que nosotros teníamos esa fuerza poderosa que no todo el mundo conoce, el amor.

Quizás podía sonar incluso un poco idiota que todas nuestras suposiciones se basarán en el amor, quizás incluso deberíamos comenzar a pensar que el amor no era la fuerza más poderosa sino que la guerra o cualquier otra cosa lo era, considerando todo lo que habíamos pasado, pero en ese momento cuando todos habíamos recuperado nuestras vidas de cierta manera o por lo menos a las personas que la componían, era Claro que el amor sí era la fuerza más poderosa, una fuerza que era capaz de incluso romper las barreras de la muerte, porque mi madre siempre lo había dicho, el amor hace que luchemos incluso cuando no tenemos fuerzas para luchar.

La vida me había puesto las cartas sobre la mesa, me había enseñado que si no aprovechaba los pequeños momentos que tenía con las personas que amaba podían acabar en un momento u otro y eso dolería en lo más profundo de mi corazón por el resto de mi vida. Siempre me había enfocado en las cosas buenas porque no era una persona negativa, sin embargo jamás había prestado suficiente atención para ello, porque de alguna manera sentía que los momentos se repetirían y podría tener una segunda oportunidad para disfrutarlos.

Pero la vida misma me había enseñado que no era así, que no existían segundas oportunidades para momentos únicos y que debía aprovechar porque cada momento de mi vida era único, cada instante no volvía a repetirse de un día a otro, quizás pasaban situaciones parecidas porque la vida es una espiral, pero siempre era diferente siempre algo diferente cambia y hace que cada momento sea único, incluso si tiene parecido con otros.

Por más que me había negado durante años, el amor había llegado a tocar a mi puerta, y no me había negado a él porque el hombre que estaba detrás de esa hermosa palabra era un hombre que me amaba en todo el sentido de la palabra, a él no le importaba si yo era una mujer completamente bipolar o si la mayoría del tiempo quería estar sola, no le importaba porque en lugar de dejarme sola se quedaba en completo silencio mientras me abrazaba y consolaba, cuando tenía ganas de llorar no dejaba que me encerrara en mi mundo. En su lugar me abrazaba y me hacía sentir tan fuerte como un huracán.

Jamás había estado tan segura de querer a alguien en mi vida, Claro que a mis padres y a mis amigos siempre los quería a mi lado, pero en un plano romántico ni siquiera cuando había salido con el idiota de John, había sentido la necesidad de pasar el resto de mi vida a su lado. Claro que me había planeado una vida al lado de Conall y Arniel, los había amado con todo mi corazón e incluso había tratado de dividirlo, sabiendo que eso era completamente imposible porque al único hombre que había amado con todo mi ser, era a Conall, siempre había sido él.

Siempre había sido él a quien quería en mi vida, a quien me negaba a soltar y por ese motivo había aceptado una relación de tres, porque mi corazón muy en lo profundo sabía que él era el único que podía hacerme feliz claro que durante el tiempo que estuve con los dos fui feliz, pero jamás me había imaginado que uno de ellos nos traicionaría y sería el peor bastardo sobre la faz de la Tierra. Por supuesto que me había dolido nuestro rompimiento, pero estaba segura de que me habían mantenido a flote por el hombre que tenía a mi lado.

Ese hombre que amaba con todo mi ser y con el que realmente quería compartir el resto de mi vida, incluso si teníamos que seguir ocultos en Sicilia o Rusia, no me importaba en lo más mínimo, Sólo estar con él y saber que mi familia estaba completamente a salvo era suficiente para saber que la vida me había sonreído de una forma única. Lo quería él para el resto de mi vida, y estaba segura de que si no poníamos una fecha de boda, yo me aseguraría de ponerla para que pudiésemos unir nuestras vidas para siempre.

Quizás después de lo que había ocurrido con Arniel debía suponer que un matrimonio no serviría de nada, pero extrañamente sabía que con él era todo lo contrario. Un matrimonio nos uniría no sólo ante la ley o ante Dios, unirían nuestras almas de una forma que jamás pudiésemos separarnos de nuevo y no quería ser posesiva, pero mi mayor sueño era ser completamente suya y que él fuese completamente mío.

Sabíamos que entre nosotros podíamos protegernos, sabíamos que el amor era lo suficientemente fuerte en ambos como para lograr crear guerras si en algún momento llegábamos a separarnos, ambos éramos más fuertes juntos y lo sabíamos y también toda la gente a nuestro alrededor lo sabía, no era difícil adivinar que el amor en nosotros era más fuerte que cualquier otra cosa y era tan único que no tenía una explicación humana.

Nuestra relación había empezado de una manera realmente extraña, pero quizás eso había sido lo que había logrado que nos uniéramos de una forma tan fuerte, de una forma que claramente no existía comparación. Primero habíamos tenido sexo sin siquiera saber quién era el otro, después nos habíamos encontrado y de alguna manera habíamos comenzado una relación realmente extraña, en donde ni siquiera teníamos oportunidad de hablar con sinceridad, porque teníamos miedo a salir lastimados. Sin embargo ambos habíamos encontrado el camino al amor, un camino que primero había iniciado con sexo y discusiones, pero qué había terminado en el punto en el que el otro no podía vivir si el otro faltaba, no se trataba de dependencia emocional sino de algo más fuerte.

La vida nos había puesto cientos de pruebas en nuestra relación, que estaba segura cualquiera con cabeza cuerda se rendiría por completo al saber que tantas cosas malas y baches en el camino estaban impidiendo amarse, pero por el contrario nosotros no creíamos eso, para nosotros el amor y las pruebas que nos estaba poniendo eran simplemente para fortalecernos y enseñarnos que nosotros podíamos amarnos tanto como para derrocar reinos o hacer caer a villanos.

Juntos éramos poderosos y nosotros lo sabíamos, sabíamos que nuestro amor era tan poderoso que podía causar un gran daño o crear cosas maravillosas como sólo es capaz el amor. Mi corazón incluso antes de conocerlo le pertenecía a él y sabía que ese era el principal motivo por el que no había logrado amar a nadie más antes de que apareciera en mi vida, me había engañado a mí misma creyendo que amaba al primer hombre que me había dicho palabras bonitas, simplemente porque todo el dolor de mi pasado me obligaba a sentir que no merecía ser amada.

Pero Conall, me había demostrado todo lo contrario, me había demostrado que el amor realmente sí era para mí, simplemente que no había encontrado a la persona indicada o alguien que fuera lo suficiente maduro como para entender que un pasado no marcaba el futuro de alguien, él había llegado a derrocar las creencias que el otro bastardo había puesto en mi mente, simplemente porque tenía miedo de que yo encontrara a alguien y lo dejara a él

Cuando me di cuenta de que el amor realmente podía ser tan fuerte como para superar todo lo que estaba ocurriendo en mi vida, también me di cuenta de qué sólo había un hombre con el que quería compartir ese amor.

Mi corazón latía desbocadamente en el momento en el que baje del auto, no tenía ni idea de todo lo que estaba ocurriendo y realmente me causaba intriga el saber que todo mundo tenía conocimiento de lo que ocurriría esa noche a excepción mía, amaba a mi hombre como a nadie, pero me causaba intriga saber qué era lo que estaba planeando, porque él siempre planeaba las mejores sorpresas para mí, sin embargo de cierta manera, sabía que esa sorpresa tenía algo especial.

A lo lejos pude escuchar el sonido de un hermoso violín tocando, las notas me parecían tan conocidas que no tenía idea si eran para mí o era otra pareja la que estaba en ese lugar. Caminé por el camino de flores, sintiendo como el aroma a las velas y a los cientos de flores a nuestro alrededor llegaba a mi nariz y me hacía sentir en un cuento de hadas.

Caminé a paso tranquilo pero seguro, pero antes de que pudiera llegar, sentí un cuerpo chocar con el mío, estaba tan distraída que no me fijé por donde caminaba. Levanté la mirada y me encontré con los profundos ojos de mi padre, y sus ojos negros tan oscuros y grandes que realmente a veces daban miedo.

Me sentí un poco confundida al verlo de pie frente a mí, no tenía ni la menor idea de lo que hacía ahí, pero me causaba intriga todo el misterio que estaba a mi alrededor, me dio una pequeña sonrisa y extendió un ramo de peonias blancas. Fue ahí cuando mi cerebro hizo conexiones, el vestido blanco, el misterio, la supuesta desaparición de todos en plena Navidad y todo lo que lo había seguido.

Sentí que los ojos de mi inundaban de lágrimas y por primera vez en mi vida sabía que no existía un plan que yo había trazado para ese momento, pero extrañamente no sentía miedo porque sabía que de una u otra manera era con el hombre que amaba, con el hombre que había amado desde un principio de los tiempos y el que amaría hasta el final de mi vida.

Traté de evitar un sollozo, pero fue inútil al atorarse en mi garganta, realmente me sentía completamente confundida pero feliz y alegre la vez, porque aunque yo lo había pensado parecía que el amor de mi existencia había leído mi mente y nos había llevado hasta ese momento. Mi padre se apresuró a limpiar una lágrima que corría por mi mejilla, dándome la paz y la tranquilidad que necesitaba para tomar su brazo y caminar hacia el lugar donde seguramente habían planeado absolutamente todo.

—Si no quieres hacer esto, estoy seguro de que podemos escapar, florecita—aseguró.

—¿Tú aceptaste esto?

—Me pareció demasiado romántico, además creo que ambos se han esperado bastante para este momento.

Solté un pequeño suspiro ante las palabras de mi padre, realmente no podía esperar absolutamente nada parecido a eso, me habían engañado; en realidad yo realmente creía que sería una simple cita romántica, no que me llevarían a mi boda. Quizá la reacción de cualquier persona cuerda sería salir corriendo de ese lugar para evitar que la casarán en un lugar que no había planificado, pero todo lo contrario, yo no estaba completamente feliz de que él se hubiese hecho cargo de todos los preparativos de nuestra boda. Una boda que como yo lo había dicho dos años atrás, quería que fuese en Navidad.

—No quiero huir—murmuré—. No volveré a equivocarme, papá... quiero a ese hombre por el resto de mi existencia.

—Entonces, vamos a entregarte al altar corazón...

Asentí sin poder creer que realmente esa era mi boda, tomé el brazo de mi padre, tratando de agarrar fuerzas para no caer, porque realmente me sentía completamente aturdida y mis piernas parecían querer fallar en cualquier momento pero no era por el miedo sino por la emoción de saber que finalmente podría unir mi vida al hombre que amaba, después de todo lo que habíamos vivido.

—N...No tengo votos—murmuré deteniéndome abruptamente.

—Sólo piensa en lo que tu corazón quiere decirle, imagina que no estamos nadie y sólo estás hablando a él... eso fue lo que me funcionó con tu madre.

—Gracias, papá... por hacer esto...

—no me agradezcas a mí cariño, ese hombre te ama con locura y lo digo yo que soy tu padre y dije que no dejaría que ningún hombre se acercara a ti hasta que cumplieras treinta años, y veme aquí Estoy A Punto de entregarte al altar... ese hombre en verdad te ama y yo lo vi durante estos dos años, se volvió completamente loco en cuanto le dijimos que no regresaríamos a tu lado y trató de mover cientos de cosas para que pudiésemos hacerlo lo más pronto posible, ¿Quién crees que dejó todas esas falsas pistas de su muerte?

—¿Fue él?

—Y tu madre, ambos se estaban volviendo completamente locos sin verte y a decir verdad yo también.

—Lo amo—murmuré.

—Lo sé, mi pequeña flor—murmuró besando mi mejilla—. ¿Estas lista? Si no va a creer que te arrepentiste...

—Voy a asesinarlo—murmuré.

—Hazlo después de la boda, mi pequeña—murmuró risueño.

Mi padre volvió a ofrecerme su brazo para que lo tomara y juntos camináramos hasta el final del pasillo, cuando dimos la vuelta todo mi mundo se detuvo por un segundo, sonreía al ver a Nick y Mikaela tocar el violín, ambos parecían amar ese instrumento y lo tocaban como si estuviesen tocando los mismísimos ángeles.

Mis pasos parecían tartamudear pero nuevamente no era por miedo o por temor, si no era por el nerviosismo de que finalmente podía estar con el hombre que amaba, que finalmente nuestras vidas se unirían para el resto de la eternidad y que no habría poder en la Tierra que nos separara. Di un par de pasos, mientras observaba a todos a nuestro alrededor, todos vestían de forma casual pero elegante, solté una pequeña risa al ver a mi madre junto con mis amigas vestidas de un bonito tono rosa y a mi pequeño gran valiente con un hermoso trajecito de tono negro con un moñito rosado.

Se veía realmente precioso, y una lágrima no tardó en caer por mi mejilla. Todos habían planeado eso para mí, me habían engañado completamente al decirme que irían a una de las playas que lógicamente yo jamás visitaría porque estaba atiborrada de gente y sabía que era más fácil que alguien me reconociera. Me habían engañado al llevarme a comprar un vestido para la supuesta cena que tendría con mi novio, quien en ese momento estaba a minutos de convertirse en mi esposo.

Levanté la mirada y me fue imposible contener el llanto, mis ojos se llenaron de lágrimas antes al ver lo perfecto que mi hombre se veía en ese traje, un saco blanco, pantalón y camisa negra con una hermosa pajarita de color rosa, solté un fuerte suspiro tratando de entender si era un simple sueño o si todo era realidad, por qué tanta perfección realmente sólo podía pertenecer a un sueño. No me importaba si era una boda improvisada, o sí de alguna forma todos me habían engañado para llegar hasta ese lugar, lo importante para mí era que estaba a minutos de contraer nupcias con el amor de mi vida, con la persona que quería envejecer y con la misma persona que sí existían otras vidas quería pasar cada una de ellas a su lado.

Caminamos hasta estar enfrente del hombre que amaba, me aferré al brazo de mi padre sintiendo como todo lo que habíamos vivido durante años pasaba frente a mis ojos, como el amor había sido tan fuerte entre nosotros que no importaba si nos habíamos separado durante un indefinido tiempo, como mi madre siempre lo había dicho cuándo dos almas se pertenecen no importa si pasan veinte años, el amor permanecerá intacto y así nos había ocurrido a nosotros, por qué no importaba todos los años que habíamos estado separados, parecía que no había transcurrido ni un solo año o un solo día. El amor que nos teníamos era completamente incomparable y eso era lo que me hacía sentir completamente viva.

—Conall—murmuró mi padre cuando Nick y Mik dejaron de tocar los violines—. Te entrego a la flor más preciada de mi jardín, a la pequeña niña que yo crie y le di todo el amor para que no se conformara con un hombre que le hiciera daño, pero hoy te digo aquí que estos dos años que convivimos, pude darme cuenta de que no hay mejor hombre para mi hija que tú... te la entrego para que la cuides y la protejas, como sabes que yo lo haría... y más te vale que no vayas a ser como el otro bastardo, porque esta vez no los dejaré escapar.

—Le prometo señor que la cuidaré con toda mi vida, nunca le faltará nada y le prometo que la haré feliz en cada instante del resto de nuestras vidas—murmuró Conall.

Tomó mi mano y la dirigió hacia Conall, quien sin dudarlo un solo momento la tomó con firmeza haciendo todo mi cuerpo se estremeciera y una pequeña lágrima fluyera de mis ojos y resbalara por mejilla. La seguridad que me daba su piel rozando con la mía era única, me sentía completa y amada por ese hombre, cuando nuestros ojos conectaron por primera vez en ese altar fue como si una corriente eléctrica se deslizará por todo mi cuerpo.

—Te entrego a este hombre, mi pequeña flor, pero siempre tendrás un hogar al cual regresar. Mamá y yo te amamos—murmuró mi padre.

Una lágrima resbaló por mi mejilla y sentí que todo mi mundo por fin estaba completo, realmente no me importaba cómo fuese esa ceremonia o si todo había sido planeado por mi hombre, lo amaba y lo único que deseaba era unir mi vida completamente a la suya, no importaba absolutamente nada más.

Mi padre se despidió de mí con un beso en la mejilla, y se alejó para sentarse al lado de mi madre, quien se veía impecable en un hermoso traje rosa, como siempre se veía ella. Sentí que mi pecho comenzaba a latir con un frenesí completamente nuevo, porque de alguna manera sabía que en ese momento uniría mi vida con la vida del hombre que más amaba en la Tierra y no me importaba absolutamente nada más que tenerlo a mi lado.

Entonces en ese momento comprendí las palabras que mi madre me había dicho siempre, no importa dónde, cuándo o qué, lo que importa es la persona con la que realizas todo eso. No me importaba que estuviésemos a miles de kilómetros de nuestro hogar, que tuviésemos una guerra encima o que pronto tuviese que tomar el puesto como reina de la Cosa Nostra, porque lo tenía a él a mi lado y eso era suficiente para saber que nuestro amor era más fuerte que cualquier otra cosa.

Conall tomó mis dos manos y me ayudó a ponerme frente al altar, donde un sacerdote nos esperaba con su típico traje, y a su lado también habia un hombre, que suponía tenía las hojas de nuestro matrimonio. Miré a mi hombre, quien me dio una pequeña sonrisa.

—Aun puedes escapar, pequeña—murmuró cerca de mis labios—. Porque en el momento en el que digas sí y ponga un anillo en tu dedo, sólo la muerte será capaz de separarnos y eso sólo lograré hacerlo durante unos años porque me aseguraré de regresar a ti cada vida siguiente.

Mordí mi labio inferior y asentí, no quería volver a equivocarme, alejándome del hombre que amaba, no quería volver a cometer el mismo error de no decir lo que mis sentimientos dictaban y menos de no permitirme amar al hombre que me había entregado todo su corazón y me había permitido abrirme para él. Lo amaba y sin importar nada, yo lo quería para el resto de mi vida.

—Entonces más te vale que ese anillo sea de oro, porque tiene que durar muchas vidas más—murmuré.

—Lo hará, muñequita... lo hará—aseguró con una pequeña sonrisa—. ¿Eso es un sí?

—Aunque seas un tramposo... es un Sí—murmuré—. No se vale que me hayas traído con engaños a mi boda.

—Nuestra, mi amor—murmuró con una pequeña sonrisa—. Estamos listos—aseguró hacía el sacerdote, quien sonrió y asintió.

Conall y yo nos colocamos frente al altar, con nuestras manos unidas sabiendo que si nos manteníamos de esa manera no importaba absolutamente nada, ambos podíamos superar cualquier reto que la vida pusiera frente a nosotros, ambos sabíamos que juntos podíamos ser invencibles y que si nos uníamos, nuestro amor era capaz de romper barreras incluso de la muerte.

—Hermanos estamos aquí reunidos un día después de las nacimiento de Jesús, una fecha tan llena de esperanza y amor, que debería ser celebrada como esta pareja que está a punto de reunirse para toda la vida. Antes de continuar quiero preguntarles ¿Ambos están aquí por convicción propia y por amor al otro?

—Sí—contestamos a la vez.

—Dios hizo al hombre un ser con sentimientos, para que en la vida encontrase a su otra mitad—murmuró elevando las manos—. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amén. Nos hemos reunido aquí para celebrar la unión de esta pareja que por lo que he visto tienen un amor inigualable, pocas las parejas que encontramos que se amen con un fervor tan grande que sientan que la muerte es pequeña a su lado.

La celebración continuó mientras yo era incapaz de prestar atención a las palabras del sacerdote, mi corazón latía de una manera completamente nueva y trataba de controlar las emociones que fluctuaban en mi interior, quería gritar y llorar pero no de miedo o de terror, sino de una alegría que me embriagaba completamente y que sentía que consumía mi alma desde el interior, amaba tanto a ese hombre que no me importaba si nos quedábamos solos en el mundo, lo amaba con todo mi corazón y deseaba permanecer a su lado el resto de mi vida.

Quería vivir esa vida pero también cientos de vidas más, tanto le había rogado al cielo que regresara que parecía que finalmente me había escuchado y no sólo había regresado para ser como algún recuerdo de lo que habíamos sido, sino para retomar todo aquello que habíamos dejado 2 años atrás, porque había regresado el mismo día que se había ido y estábamos casándonos frente al altar uniendo nuestras vidas para siempre.

—El amor no es algo que se encuentra o qué crece de los árboles, el amor es algo que se construye día a día, los que son esposos que tienen bastante tiempo casados en este lugar entenderán lo que estoy diciendo, el amor no es simplemente casarse y dejarlo al destino, el amor es construirse y superarse a sí mismos, ser como magnetos que se mueven a la vez pero a la vez que puedan funcionar de manera independiente. Así les digo hoy, Keylani y Conall, construyan su amor desde sus cimientos y dense cuenta de que cada día del resto de sus vidas va a ir mejorando y creciendo esa pirámide del amor, no dejen que las banalidades y los malos deseos destruyen esa cúpula que crearon en su amor.

>> Disfruten los grandes momentos como esta ocasión, pero también disfruten los pequeños momentos como los últimos besos antes de dormir o los pequeños buenos días que se den uno al otro. Ámense uno al otro y persíganse hasta el fin del mundo si es necesario para proteger su amor, porque nada es pequeño para él, si quieren construir un amor tan fuerte o mantenerlo, deben de poner de su parte día a día. Sin más preámbulos... Conall Harrison Nikolaev, ¿Aceptas por esposa a Keylani Kim Rossi, para amarla, respetarla, serle fiel y protegerla. En la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la ventura y la adversidad el resto de tu vida?

—Yo, Conall Harrison Nikolaev, tomo a Keylani Kim Rossi como mi esposa, para amarla, respetarla, serle fiel y protegerla, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la ventura y la adversidad, el resto de mi vida. Muñequita, prometo amarte con toda la pasión del mundo y nunca olvidar que tú eres toda mi vida, tú eres mi hogar y el lugar seguro en donde sé que puedo ser yo. Prometo estar siempre a tu lado incluso en los momentos malos porque formamos un gran equipo, estando juntos nada puede contra nosotros. Prometo despertarte cada mañana con una sonrisa e irme a dormir cada noche después de un beso, prometo que te recordaré cada instante cuando te amo ahora e incluso cuando seamos viejitos y se nos olviden las cosas, eres la única mujer a la que he amado, a la única que he esperado durante 6 años y a la única que quiero por el resto de mi vida. Por ti prometí descender al infierno para volverlo hielo y ascender al cielo para volverlo fuego, esa promesa sigue en pie, lo haré cuantas veces sea necesario para mantenerte a salvo.

>>Nunca creí en el destino, pero creo que tú desde antes de que naciera estabas en el mío. Eres mi dulce tentación, mi dulce tormento y mi dulce salvación, así que nunca me faltes, Por qué ya descendí al infierno una vez y volvería a hacerlo mil veces más para encontrarte, prometo estar el resto de nuestra vida juntos y si en algún momento, mi cabeza cuando sea viejito llega a olvidarte, me encargaré de volverme a enamorar de ti cada mañana. Quiero pasar el resto de mi eternidad a tu lado, quiero vivir esta y mil vidas más tomando tu mano, porque nuestras almas estaban destinadas desde antes de que nos materializábamos en esta vida, te prometo amarte en esta vida y en todas las que siguen, porque para el amor que siento por ti, el para siempre es demasiado corto.

No pude evitar soltar un par de lágrimas con sus palabras, ese hombre era todo lo que necesitaba y todo lo que anhelaba en mi vida, no me importaba absolutamente nada más y aunque mi corazón había estado confundido creyendo que amaba a 2 personas, siempre había sido él desde un principio.

—Ahora, Keylani Kim Rossi, ¿Aceptas a este hombre Conall Harrison Nikolaev, para amarlo, respetarlo, serle fiel y protegerlo, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la ventura y la adversidad, cada día del resto de tu vida?

Me quedé en completo silencio mirando esos preciosos ojos color tormenta, esos ojos que me inundaban completamente y que me hacían sentir totalmente desubicada pero a la vez como si estuviese en el camino correcto a casa, él era mi hogar él lo era absolutamente todo y no importaba si mil tormentas estaban sobre nosotros, quería escribir nuestros nombres en las estrellas y enseñarnos amarnos cada día más.

El pequeño carraspeo del sacerdote me hizo regresar en mí misma, sonreí con inocencia y tomé las manos del hombre que amaba.

—Yo, Keylani Kim Rossi, acepto a este hombre Conall Harrison Nikolaev, para amarlo, respetarlo, serle fiel y protegerlo, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la ventura y la adversidad, cada día del resto de mi vida. Te he amado desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzan, te amado desde que nos conocimos por primera vez y no quiero volver a equivocarme al tomar una decisión creyendo que te protejo con ella. Te amo y aunque dijimos que esa palabra era demasiado pequeña para lo nuestro, creo que en este momento expresa todo lo que sentimos el uno por el otro, no importa si tenemos que atravesar mil tormentas más de las que ya hemos atravesado, no tengo miedo por qué sé que tú estarás a mi lado, no tengo miedo de navegar en un mar tormentoso porque sé que tú serás mi salvavidas y que sin importar absolutamente nada siempre estarás a mi lado, estoy completamente segura de que como tú ya lo dijiste, tú eres mi destino desde antes de nacer.

>> Prometo protegerte con cada fibra de mi cuerpo y hacer que nos amemos cada día más, te amo y no importa todo lo que tengamos que atravesar el resto de nuestras vidas, porque estoy completamente segura de que si tú sostienes mi mano tendremos la fuerza necesaria para derrocar a mil ejércitos, pero por ahora vamos a amarnos y amar al pequeño hijo que tenemos, te quiero para el resto de mi existencia no solo para esta vida... porque para siempre es demasiado poco para lo que siento por ti.

Nuestros ojos se conectaron en esa mirada tan perfecta que siempre me había encantado, sus ojos me miraban con completa ternura y podía ver ese aire de determinación y amor que siempre me hacían sentir segura entre sus brazos. Lo había extrañado durante 2 malditos años había creído que jamás podría volver a verlo y estar frente a él en un altar era completamente perfecto, porque me aseguraría de que jamás, jamás volviéramos a estar separados.

—Cuando dos almas se aman con esta fuerza, Dios los mira a los ojos y derrama su gracia sobre ustedes, que la unión de sus almas y de su amor, sea lo suficientemente fuerte para sobrellevar todo un destino que tienen por delante—murmuró el sacerdote—. Conall, entrega la sortija a tu esposa.

Conall tomó entre sus manos una sortija que ofrecía Archie, solté una pequeña risa al ver que era perfecta y encajaba con el anillo que me había dado 2 años atrás, era incluso más grande pero quedaba perfectamente como si estuviese formando una flor.

—Yo Conall Harrison Nikolaev, te desposo a ti con esta sortija, signo del amor que tengo por ti y la unión frente a Dios, prometo que nunca me iré de tu lado y que te seguiré hasta el fin del mundo, te amo tres vueltas al universo a pasito de tortuga.

Cuando sus dedos deslizaron el anillo por el mío sentí que mi corazón estaba completo en ese instante, no importaba todo lo demás sólo él y yo.

—Yo, Keylani Kim Rossi, te desposo a ti con esta sortija, signo del amor que tengo por ti y la unión frente a Dios, Prometo amarte cada día de mi vida, jamás volveré a irme de tu lado y yo seré quien te persiga hasta el fin del mundo, te amo tres vueltas al universo a pasito de tortuga—murmuré.

Mi corazón latió con fuerza, cuando el sacerdote elevó las manos y las puso sobre nuestras cabezas, pero entonces sentí un lazo que nos unía a ambos y que mis padres habían colocado sobre nosotros, no puse atención en la celebración, solo mantuve mis manos unidas a las del hombre que amaba.

Una lágrima descendió por mi mejilla, cuando por fin mencionó las palabras que tanto había querido escuchar durante toda esa.

—Entonces por el poder concebido por Dios y el vaticano, yo los declaro marido y mujer. Que lo que Dios ha unido el hombre no lo separe. Puedes besar a la novia.

Conall sonrió en mi dirección, tomó mí nunca con delicadeza y yo rodeé mis brazos sobre detrás de su cabeza.

—Soy tuyo, completamente tuyo... muñequita.

—Y yo soy tuya—murmuré—. Por siempre y para siempre...

Cuando nuestros labios se juntaron fue una sensación completamente nueva porque en ese instante sabía que nos pertenecíamos uno al otro y que no importaba absolutamente nada más, éramos uno solo, nada sería capaz de volvernos a separar porque el amor que sentíamos por el otro era más fuerte que cualquier maleficio.

<<Para siempre es demasiado corto>>

.

.

.

¿Qué les parece este capítulo?

¿Esperaban una boda?

¿Qué creen que ocurra? ¿Podran tener un momento de paz y alegría? 

¡Hola, mis muñequitos, espero hayan disfrutado este capítulo! 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top