capítulo 8: eres mi sapo, hoon

La princesa y el sapo.

La cabeza de la retozona Yuna yacía en el hombro del alfa. Las respiraciones de ambas eran tranquilas mientras atisbaban con atención el final de la película, a la vez quecomían las palomitas que se encontraban a un lado de la pareja.

La sonrisa de Yuna era preciosa. Cuando sus dientes se mostraban y sus ojos formaban media lunas el alfa juraba que estaba viendo un amuleto de felicidad encima de una nube del cielo, porque ella era tan malditamente preciosa que con caso acto suyo la conmovía hasta recibir las ganas de llorar.

Pero Sunghoon no lloraba desde el día en que su novia lo vio hacerlo por perder un partido contra un equipo prestigioso, recuerda cuando la omega también con lágrimas en sus ojos le dijo que no se ponga triste, ahí el alfa también supo que Yuna era diferente, al igual que sensible.

Cuando siente a la azabache removerse a su lado sacando la película Sunghoon sale de su trance, atisbando con detenimiento los pasos de Yuna. Ella saca el disco, y vuelve caminando hacia Sunghoon tirándose a su costado con pereza y tomando el control para ver canales al azar, formándose un leve silencio en el momento.

El ambiente se hizo mudo por un momento.

Sunghoon arqueó una ceja armando una respuesta en su cabeza, sin usar palabras bruscas y con los hombros tensos paseó las frases por los labios.

─¿Quién fue está vez? ─preguntó claramente en un tono dudoso y molesto. La menor tragó un poco de saliva pero no por miedo, ella conocía mucho a Sunghoon y sabe que es incapaz de dirigirse a ella con una línea despectiva y tosca pese a que se halle enfado. De repente el alfa tomó un suspiro buscando tranquilizarse─. Mi amor, Yun, sabes mi respuesta ¿verdad?

Le pregunta y la omega asiente levemente.

─Sí, Hoon...─susurra jugando con sus pequeñas manos, aun la televisión estaba prendida.

El dedo del alfa tocó la pequeña nariz de la omega obligándola a reír.

─Amo que seas a veces perezosa, me gusta llevarte cargada en mi espalda desde la escuela cuando puedo ─espetó dejando un beso en su frente. ─. Amo tus quejidos, son dramáticos pero especiales para mí.

─Tus chillidos te hacen única, bebé, no necesito que cambios ¿si? ─posa sus labios por la coronilla de la más baja llevando su mano hasta donde de encontraba su corazón. ─, toda tu actitud es vida para mí, porque estoy orgulloso de tener a una omega diferente a los demás y que sea propia.

Y como último le da un beso en los labios, uno suave y necesitado por parte de Yuna. Cuando el aire faltó, ellos se separaron quedándose viendo a los ojos firmemente, se percató que los de la omega brillaban y Sunghoon supo que quería llorar.

Yuna sale de su escondite y otra vez la encara posando las manos en su pecho.

Sunghoon parpadeó.

─Entiendo tu punto, y yo también te quiero bebé ─lleva sus manos y las entrelaza con las de la omega sacándole una sonrisa. ─. Pero si somos sinceros, Tiana es fea, tu eres más bonita.

Yuna hizo un puchero.

─Lo sé... ─barboteo la menor─, tú me haces sentir asi.

─Y lo eres, te lo juro por el dedito. ─Sunghoon extendió su meñique y Yuna también lo hizo.

─¿Prometes que siempre seré bonita para ti, Hoon?─ pregunta ella con desdén.

El alfa asintió sin dudar.

─Prometo que siempre serás linda para mí.

Y ambos, alfa y omega sellaron el pacto con amor cruzando sus dedos mientras juntaban sus frentes.

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