¿Te han dicho lo bien que te ves? [Steven x Pearl]
Antes que nada queda aclarar que este oneshot toma lugar en el capítulo Mr. Greg
----------------------------
La fresca brisa que entraba por la ventana golpeaba delicadamente el rostro de Steven al mismo tiempo que él despertaba de su sueño. Mientras sus sentidos se afinaban y lograba distinguir los sueños de la realidad pudo escuchar el ahogado lamento de una voz familiar. El muchacho abrió los ojos y recordó que él se había quedado dormido junto a su padre. Greg roncaba silenciosamente y descansaba con la boca abierta. Se deslizó fuera de la cama cuidadosamente para no despertar a su padre.
Ahí estaba de nuevo, ese ahogado sollozo de... ¿Perla?.
Steven giró a ver a su padre para cerciorarse de que él siguiese durmiendo. Se quitó los zapatos para no hacer ruido al andar y quedó solo con sus calcetines. Puso un pie delante del otro sintiendo cuan helado estaba el suelo y con mucha cautela se dirigió hacia el balcón. El aire frio lo recibía a medida que él se acercaba más a la fuente de los gemidos de angustia.
La contaminación lumínica de la ciudad hacia que la noche no sea tan oscura, no como las solía tener de vuelta en Beach City así que no le era tan complicado ver en la oscuridad. Perla yacía de espaldas sobre el barandal cantando y llorando a la vez. Al muchacho se le rompió el corazón en mil pedazos al ver a su amiga de esa manera. Ella todavía no notaba de su presencia, él no quería acercase mucho y que ella se asustase y cayese al vacío. También quería darle su espacio. Tratando de no hacer ningún movimiento brusco, el chico se acercó a Perla escuchando el triste lamento, pero pronto notó algo extraño, la voz de la nariz puntiaguda era rara, arrastraba las palabras y apenas era comprensible. Cuando Steven pudo apreciarla mejor se dio cuenta que en una mano llevaba una gran botella de vino. Ella había estado bebiendo desde Dios sabe cuándo. Era muy extraño ya que la pálida ni si quiera come, Amatista había tratado de convencerla para que coma hace mucho tiempo, pero siempre ella decía que le resultaba desagradable el proceso de digestión y todo lo que venga después.
Su compañera paró de cantar (o balbucear) para tomar otro gran sorbo para luego dejar caer la botella ya vacía sobre el suelo.
El gem no sabía que decir, él realmente quería ayudarla, sin embargo, solo observaba la situación desde lejos inseguro de lo qué hacer. Perla se sentó en la baranda y solo en ese instante se pudo percatar de la presencia de Steven. Ella se veía despeinada, tenía la camisa (o blusa) afuera, la mirada risueña y sonrojada por el efecto del alcohol. También se podía observar un poco de saliva seca en la comisura de los labios. Al hacer contacto visual con su amiga, el joven cuarzo sintió que tenía que decirle algo.
- ¿P-Perla? - tartamudeó.
Su compañera pareció no escuchar lo que el muchacho le había dicho. Puso ambos pies en el balcón y se acercó, tratando de mantener el equilibrio y no tropezar, a una pequeña mesita de vidrio que había ahí cerca solo para coger otra botella y le dió la espalda. La delgada utilizó el pulgar como si fuese un sacacorchos (después de todo la gema tiene suficiente fuerza para hacerlo) y empezó a beber directamente de la botella. En un par de segundos ya lo había terminado por completo y dejó caer la botella al suelo. El chico siguió con ojos la botella y se dio cuenta de que había muchas más en el suelo.
-¿Perla, qué sucede? Estoy aquí si quieres hablar. ¡En serio me preocupas!- aseguró el joven cuarzo.
- ¿Sabeesh qwue? No la necesito desbuesh de to-todo... - dijo moviendo mucho los labios y la lengua, como si le costase demasiado vocalizar.
- ¿Roseh? Desbuesh dee tooodo lo quehicebor ella she fue con Greg... ¡hip! - se dio la vuelta torpemente y encaró a Steven.
-Mee cam-cambióh bor alguien que reshién acaba de conossher...- unas lágrimas rodaban por sus pálidas mejillas.
El muchacho no sabía que decir, trataba de elegir cuidadosamente sus palabras.
-Esho... esho... ya... no importa mu-mucho, ara te tengo a ti...- Dijo mientras apuntaba al muchacho con un dedo.
Perla caminó tropezándose al andar hasta estar más cerca del muchacho. El chico se mantenía congelado e indeciso. Sentía que estaba en frente de un extraño, no era para nada la Perla que él conocía
- ¿Shteven... te han dicho... alguna vezz lo bonita quee esh tu cara? ... ¡hip!... -
- ¡¿A qué te refieres Perla?! ¿Por qué haces esto? - el chico se sonrojó un poco y dio un paso atrás. Su mirada cambió a una de preocupación al ver que ella se acercaba. El muchacho miró hacia la habitación para ver si su viejo seguía descansando y así fue, dormía profundamente. Greg siempre fue de esas personas que tienen el sueño pesado. Quería pedir ayuda, pero tampoco quería que su padre viera a su amiga en estas condiciones. Que iba a pensar de ella.
Perla se acercó más y más al gem y cuando estuvo lo suficientemente cerca lo cogió por los hombros y lo tiró al suelo. Lo presionó contra el frío piso y puso ambas piernas por sobre el muchacho para asegurarse de que no se mueva. Steven opuso resistencia, pero simplemente ella era demasiado fuerte.
-Eresh muuuy ... ¡hip!... guapo... en real-realidad...- el aliento a licor que invadía sus fosas nasales lo tomó desprevenido. Perla puso una de sus manos y acarició su mejilla.
-Perla... detente.... por favor me estás asustando...- rogó el muchacho.
La delgada recorrió el cabello del muchacho con sus dedos y luego hizo a un lado los mechones que él tenía en el rostro. El olor a alcohol en su aliento se hacía más y más fuerte a medida que ella se le acerca más y más. A solo centímetros del rostro de muchacho.
-Perla por favor detente, quiero ayudarte... me preocupas muchísimo-
-A vecesh... suelesh hablar demasiado... ¿no es ashi? Ssteveen...-
- ¿Qué es todo esto? ¡Si tenías un problema pudiste habérmelo contado! -
-Tienesh una cara muuy preciosa... ¡hip! - ella ignoraba por completo lo que decía, supongo que no entendía lo que Steven trataba de decirle.
- ¡¿De qué estás hablando?!- frunció el ceño mientras trataba de liberarse y quitarla de encima. Steven hacía su mejor esfuerzo sacudiéndose, pero no lograba moverla ni un milímetro. Tenía ambos brazos inmovilizados por las piernas de la nariz puntiaguda. El chico comenzó a desesperarse un poco. En estos momentos se arrepentía de haberla traído con ellos a la ciudad. A medida que los segundos corrían, pudo sentir el calor que su cuerpo irradiaba, hubiera sido agradable tener algo cálido junto a él en esa fría noche sino fuese por la situación y circunstancia en la que él se encontraba.
Los labios de su amiga chocaron con su mejilla y pudo sentir la humedad que estos tenían, parecía que ella trataba de ser lo más gentil, pero fallaba completamente. Se movía lentamente por el rostro del muchacho besando sus mejillas y frente.
-Te amo Steven... te amo... te amo... te amo... -
Después de escuchar estás palabras algo en su pecho se sentía raro, como si un órgano no estuviese puesto en el lugar correcto. Esto no estaba bien, claramente la delgada no estaba sobria como para saber lo que decía. El chico se congeló por un segundo, pero luego siguió forcejeando, aprovechó que su compañera se encontraba ocupada besuqueándolo y logró liberar una extremidad. Movió el brazo y con la palma empujó el pecho de Perla para separarla de él y lograr hacer algo de distancia. Como un acto reflejo y sin quitarle la mirada la pálida lo cogió por la muñeca con un firme agarre y llevó por sobre la cabeza del chico y lo pegó al suelo y con el brazo libre que ella tenía se dispuso a recorrer la cabellera del muchacho para terminar despeinandolo . Para ser delgada era lo suficientemente pesada como para aplastar e inmovilizar al chico y este claramente pudo sentir todo el peso de ella. Steven no sabía cómo reaccionar a todo esto, se sentía raro por dentro y tenía un nudo en la garganta.
- ¡¿Tú... tú... n-no me vas a dehar ... ve-verdad?!- ella se acercó esta vez a su cuello y lo empezó a besar. La cálida y húmeda sensación de su lengua contra su cuello enviaba sensaciones como de un hormigueo por todo su cuerpo.
-T-Te amo Shteven... te amo...- la nariz puntiaguda balbuceaba entre beso y beso.
En este punto el chico sabía que inútil resistir. No podía hacer nada ahora mismo, pero aún le aterraba la idea a hasta donde esto iba a llegar. Dejo de oponerse y simplemente comenzó a contemplar el cielo de la ciudad mientras un millón de emociones lo golpeaban como si de un camión se tratase. Intentaba de respirar lo más calmado posible, se había rendido. Su compañera dejó de mordisquearle el cuello para encararlo una vez más. Tanto ella como el chico estaban sonrojados, una por los efectos del alcohol y otro por el singular predicamento en el que él se encontraba.
- ¿He shido... ¡hip! ... una buena pe-perla...? - claramente no. Él la miró confundido, pero rápidamente se percató que ella no lo estaba mirando a los ojos, sino a sus labios. La delgada los miraba con lujuria. Él estaba a punto de ser besado. Siempre pensó que su primer beso sería con Connie, en unos años en el futuro, nunca había apresurado las cosas con morena. Él siempre quiso que todo fluyese naturalmente y ahora alguien estaba a solo momentos de arrebatarle la virginidad labial. No le molestaba mucho la idea de que Perla fuese su primer beso, incluso hasta cierto punto la idea lo reconfortaba "Está bien siempre y cuando seas tú quien lo tome" Pensaba. Lo que no le dejaba un buen sabor era las circunstancias en la que eso ocurriría, ella probablemente no se acordará de nada al día siguiente y eso le incomodaba, al menos quería ser recordado. El chico se preguntaba cómo sería la sensación del beso, apostaba que los labios de Perla iban a saber a vino, lo que ella estuvo tomando como si fuese agua (aunque ella nunca ha tomado agua).
Su tren del pensamiento fue interrumpido al sentir la cabeza de su amiga hundirse en su hombro. Se había quedado dormida.
Ahora podía sentir su débil respiración golpear gentilmente su cuello. El muchacho quiso hacerla a un lado y sacarla de encima pero no quería despertarla. Solo siguió mirando el cielo, recostado en el piso del balcón y ella durmiendo sobre él. Sabía que sería difícil explicárselo a su padre al día siguiente, solo esperaba que no ocurra ninguna discusión. Se encontraba pensativo, Perla debe haber estado pasándola muy mal para hacer algo así. Debe haber estado con mucho dolor, dolor por alguien que ya no está por su culpa. El gem respiró profundamente y cerró los ojos también para descansar un poco. No te preocupes Perla, estoy aquí para ti.
-Buenas noches, Perla-
----------
N/A
Lo siento si no fue lo que esperaban, ni sé lo que he estado escribiendo. Si alguien lo entiende que me avise. Ojalá ahora que tengo tiempo vuelva a escribir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top