Day five
TRIGGER WARNING: Breve mención de sangre y heridas.
The monster in the forest.
Kaminari jadeó mientras sentía que el cansancio físico comenzaba a adueñarse de él, soltó un quejido al rozar su pierna herida y no tardó en taparse su boca con rapidez, estaba siendo demasiado ruidoso y eso haría que aquel horrible ser lo encontrara más fácilmente. Intentó nuevamente contactar a alguien con su teléfono pero la señal en aquel espantoso lugar era nula.
Sus vellos se erizaron y entonces lo supo: Aquel ser estaba cerca. Tragó saliva y miró a su alrededor en busca de opciones, maldijo una y otra vez por no haberse percatado de que se había equivocado de camino, por no esquivar el ataque de ese horripilante monstruo, que terminó por romper el aparato en su muñeca, así no podría hacer una descarga lo suficientemente potente y precisa para dejar fuera de combate al ser aquel sin quedar tonto, era muy peligroso quedar desprotegido en aquel extraño lugar.
En realidad, originalmente era un ejercicio típico de la UA, llevarlo a un lugar remoto y peligroso para probar sus habilidades, aunque Eraser Head había sido bastante claro sobre no ir más hacia el norte, que era una zona que aún no se terminaba de explorar, claro que Denki no le prestó mucha atención por estar jugando con Sero y ahora estaba en aquella situación.
Vaya estudiante de segundo año que era.
El ruido de patas arrastrándose y el sonido de pinzas chasqueando hizo que todos los músculos de Kaminari se tensaran.
Piensa, piensa, piensa. Se dijo mientras regulaba su respiración para no hacer ruidos innecesarios. Rompió un pedazo de su camisa para envolver su pierna herida, ésta había dejado de sangrar pero ahora supuraba y ardía como mil demonios. En su primer encontronazo con aquella criatura había salido malherido, los putridos pero extremadamente filosos dientes que tenía ese monstruo lo habían apresado brevemente.
Tonto, tonto Kaminari, ahora morirás aquí (¡¡Y virgen!!) El rubio golpeó su cabeza contra el tronco para ver si así podría pensar en algo. El monstruo no le daría tiempo a eso.
Chillando de forma espantosa comenzó a acercarse a donde estaba, las plantas y árboles que tocaba mientras pasaba perdían su brillo y quedaba cubiertas de una pegajosa sustancia azul que desprendía un olor horrible –aunque no tan horrible como el aroma de la criatura en sí–, la criatura parecía babosa, con piel resbaladiza dos ojos saltones saltando, colmillos largos y afilados, sus patas eran como de ciempiés y las tenazas negras que tenía desprendían un líquido que probablemente era peligroso para los humanos, quizá todo su cuerpo emanaba sustancias peligrosas para cualquiera ser vivo, tal vez era ese el motivo por el que Denki se sentía desfallecer y únicamente su convicción y sus deseos de no morir allí lo mantenían de pie.
El rubio cerró sus ojos con fuerzas y sin pensárselo mucho, corrió lejos de su escondite, lejos de aquella criatura. Aunque con una pierna malherida no podía ir demasiado rápido y Kaminari sintió como la bilis se le subía por la garganta mientras ese ser se le acercaba cada vez más.
—Bueno... Parece que moriré aquí. –Murmuró sintiendo un escalofrío en la nuca, una pinza acercándose a su cuello.
—¡Kaminari! –Aquella voz reconocida hizo regresar la esperanza del rubio, la tela —que ya le era conocida– envolviendo su cintura la incrementó y cuando su cuerpo se elevó para aterrizar en los brazos de Shinsou Hitoshi, que estaba sobre un árbol, fue abrumadoramente feliz. —¡Lo encontré! –Informó por un intercomunicador que llevaba en su oído. —Nos tenías muy preocupados. –Mencionó mientras lo depositaba sobre una rama del árbol y le hacía un chequeo visual. —¿Qué tanto te duele la pierna?¿Puedes aguantar un poco más? Sólo debemos esperar a los profesores y... –Los ojos de Hitoshi se expandieron mientras el enorme árbol en el que estaban comenzaba a sacudirse. —Pero qué...
Kaminari recuperó el aire que había perdido y habló:
—Yo también intenté subirme a algún lugar alto para evitarlo pero... Sus patas. –Informó en un jadeo.
Shinsou tragó saliva mientras observaba como la horripilante criatura comenzaba a escalar el árbol, haciéndolo tambalear debido al enorme peso que tenía.
—Lo entiendo, vamos. –El pelimorado ni siquiera dejó que Kaminari protestara, lo tomó en sus brazos y usando sus telas se balanceó a otro árbol.
—¿Acaso eres Tarzán? –Preguntó divertido el rubio mientras se paraban en el nuevo árbol al que Hitoshi los había llevado.
Shinsou rió a pesar de la situación en la que se encontraban.
—¿Entonces eso te convierte en Jane? –Preguntó enarcando una ceja.
Denki bufó divertido.
—Mejor cállat... –Los dorados ojos observaron estrupefactos lo que estaba pasando, lo que iba a suceder. —¡Por All Might esa cosa intenta saltar hasta aquí!
Shinsou también se fijó eso y palideció.
—Eso no puede ser posible, no podrá... Debemos ir a otro árbol. –Intentó tomar de la cintura al rubio pero este se alejó. —Vamos Kaminari, debemos apresurarnos o nos alcanzará.
Denki negó con la cabeza.
—Siempre logrará alcanzarnos, nosotros debemos retrasarlo hasta que lleguen los profesores. –Miró al pelimorado a los ojos. —Tengo un plan y tú me ayudarás. –Hitoshi abrió la boca para replicar pero el rubio no se lo permitió. –Escucha, cuando intente saltar hasta aquí yo también saltaré, intentaré caer en la zona que supongo que debe ser su espalda, no hay nada mortalmente peligroso allí, sujetando bien su baboso ser activaré mi quirk, ahí debes entrar tú, entraré en modo idiota y necesito que me saques de allí lo más rápido posible, ¿Entendido?
Hitoshi ladeó la cabeza.
—Espera, sólo... –La criatura dió el salto y Kaminari no dudó en hacerlo también, su cuerpo rápidamente entró en contacto con ese extraño líquido que segregaba el cuerpo de esa criatura y sintió como cada piro de su piel rechazaba fervientemente eso, se sentía como millones de micro-agujas lo perforaban, Denki no se dejó llevar por el dolor y no lo pensó dos veces antes de aferrarse a esa cosa con fuerza y activar su quirk, transmitiéndole su mayor descarga.
La criatura chilló fuertemente y sus pinzas intentaron tomar el cuerpo del rubio con desesperación pero no alcanzaba, aún seguían en el aire por el salto de aquel ser pero todo lo que sube tiene que bajar y ellos ya comenzaban a hacerlo, Kaminari se había soltado del cuerpo inerte de aquel monstruo y miró el cielo sin pensar en nada, en ello oyó un fuerte grito.
—¡Denki! –Algo envolvió su cuerpo y lo dejó suspendido en el aire mientras que el monstruo golpeaba el suelo en un ruido asqueroso, como cuando pisabas un caracol, luego de eso, todo se volvió negro.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°•°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Abrió sus ojos con lentitud y quedó cegado brevemente por la luz blanca que había en un techo gris.
¿Qué había pasado?
—Despertaste. –Dijo con alivio una voz a su lado, Kaminari se giró a la derecha y se encontró con Shinsou que le sonrió levemente. —¿Cómo estás?
Denki parpadeó un poco intentando comprender lo que sucedía.
—¿Qué pasó con esa cosa? –Preguntó.
Hitoshi sonrió.
—Bueno, definitivamente lo dejaste fuera de combate, ni siquiera hizo falta que los profesores intervinieran, eres todo un héroe Kaminari Denki. –El pelimorado palmeó suavemente la cabeza del de ojos dorados.
Denki sonrió.
—¿Soy genial no lo crees? –Susurró divertido.
Hitoshi rió.
—Por supuesto que sí.
Sus miradas se mantuvieron en contacto por unos segundos más cuando un grito reclamó la atención del rubio.
—¡Denki ya miranos a nosotros que también estuvimos muy preocupados junto a ti! –Mina ni siquiera espero a que le contestase y se lanzó a sus brazos seguido de Sero, detrás de ellos estaban Kirishima y Bakugo. —¡Estuviste genial allí, yo estaba llegando cuando tú lograste vencer a ese horrible monstruo!
Sero le sonrió y lo abrazó un poco más fuerte.
—Recovery Girl te curó, al parecer ese líquido quemó tu piel pero como Shinsou logró sacarte a tiempo no fue nada grave y no te quedaron cicatrices. –Su amigo volvió a abrazarlo antes de separarse de él y obligar a Mina a hacerlo para no sofocar al rubio. —Tu familia viene en camino.
Kaminari asintió y volvió a girarse hacia Shinsou.
—Sabía que podía confiar en ti. –Le dijo con un sonrisa.
Hitoshi se armó de valor e hizo lo que había estado intentando hacer desde que llegaron al hospital: acarició dulcemente los rubios cabellos de Denki, quien sonrió ante el gesto.
—Cuando quieras, puedes contar conmigo. –Le respondió Shinsou sonriendo.
Kaminari sabía que esas palabras eran sinceras y de alguna forma lo reconfortó e instaló una calidez en su pecho que, con el pasar del tiempo, quizá comenzaría a expandirse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top