Doble actualización 

¿QUEEEEEEEEE? 

No, no es broma... les traigo dos capítulos, disfruten, voten y comenten como locos ¡Los quiero!

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Esa misma noche, Daena se encontraba en la habitación en la que había despertado. Erick la había acompañado hasta ella y en un vago intento de consolarla le dio un cálido abrazo acompañado de unas suaves palabras en francés, que obviamente no pudo descifrar puesto que no sabía francés.

Aún faltaba para que amaneciera, pero aun así Erick le recomendó que descansara un poco.

Has pasado por mucho esta noche, descansa. Mañana será un nuevo día.

Le había dicho luego de darle un beso en ambas mejillas y dejarla sola.

Deambuló por aquella estancia, de ahora en adelante esa sería su vida. Subyugar, engañar y alimentarse de personas que apenas conocía; todo para su beneficio, egoísta aquella idea de desechar a desconocidos por sus propios propósitos.

Dorian, sería una excepción. El merecía ser subyugado, torturado, masacrado y castigado bajo una infinidad de dolor comparado al que ya ella sentía. Sus padres, sus hermanos, su pueblo... incluso ese amor que había sepultado cuando se encontraba cautiva, todos muertos. Dorian se los había arrancado sin piedad de sus brazos, destrozó sin un ápice de compasión toda su vida y de no ser por Erick también pudo haber acabado con ella.

A pesar de no haber acabado con ella físicamente, si lo hizo en su interior, no solo por ser un vampiro ahora, ya no se sentía como ella misma.

Se sentó en la banqueta frente al espejo de la peinadora. Miro su reflejo por un largo rato, su cuerpo no emitía ningún movimiento era como ver una estatua ensangrentada pero de una manera bizarra en el sentido anglosajón era absolutamente hermosa.

Las comisuras de sus labios, el cuello, parte del hermoso vestido y ni hablar de las manos, estaban tintadas de sangre; sangre inocente. Esos que había asesinado solo querían detenerla advirtiéndole del peligro de los bosques fuera de las tierras del Conde de esa noche.

Tomó un trozo de tela de la cómoda lo humedeció y empezó a deslizarlo por las manchas de sangre limpiando su piel nacarada.

A medida que se deshacía centímetro a centímetro de las manchas, meditaba acerca de lo que haría para honrar la memoria de los mártires de Schwarzwald. Primero tendría que acabar con Dorian, esa era la amenaza principal; debía ser rápido, en unos días se irían a Paris le había comentado Erick al consolarla.

Se deshizo del vestido, quedando en una ligera enagua y se dirigió al cajón que estaba a pies de la cama, lo abrió y descubrió una gran cantidad de ropa perfectamente acomodada. Erick, en el transcurso del día había ordenado a uno de los sirvientes del Conde que se consiguieran con modistas, vestidos, calzado a Daena con la excusa de que a su sobrina se le había extraviado su equipaje en el camino.

Sacó un corsé color vino a juego con una falda de terciopelo del mismo color, algo que le traía buenos recuerdos y le daba fuerza para sentirse como ella misma a pesar de las circunstancias; un largo y espeso abrigo de piel negro y reluciente.

Se ajustó el corsé junto con la falda y los combinó con unos botines de tacón. En la encimera de la cómoda tomó una paleta de pintalabios rojo carmesí, sacó el aplicador de la botella de perfume para recorrerlo por detrás de las orejas, el cuello y entre los pechos.

Con una pluma mojada en tinta escribió en un pergamino.

Entenderás que era algo que tenía que hacer.

Daena

Depositó la pequeña nota en la cama perfectamente acomodada antes de tomar el abrigo de piel en envolverse en él y salir por la ventana.

Esa misma noche asesinaría a Dorian Gramont.