Capítulo 3
Narra Rouge:
No hace falta ser un experto, que por supuesto lo soy, para ver los cambios que tuvo mi querida amiga. El cambio físico no hace falta mencionarlo ya que es lo primero que salta a la vista, sabía que Amy era muy guapa y todos los torpes que giran la vista para admirarla solo me dan la razón. Por otro lado, y lo que más me interesa, es el cambio interno que tuvo. Veo que Amy a madurado bastante y cultivó su mente de forma provechosa, lo que deja a la vista una eriza segura de sí misma y lista para afrontar cualquier reto que se le llegue a presentar. Lo que me hace pensar en una buena oportunidad tanto para ella como para mi equipo.
—De verdad me alegra que volvieras cariño. — digo apenas conseguimos mesa en el pequeño restaurante.
Amy me sonríe con cierta nostalgia. Lo que me da a entender que todo este tiempo de haberla extrañado fue algo mutuo. Nuestra amistad nunca fue algo que los demás comprendieran ya que a simple vista éramos completamente diferentes. Cosa que no podía estar más alejada de la realidad, la eriza que tengo delante lo demuestra, ella siempre fue este diamante que tengo frente a mí ahora mismo, solo necesitaba crecer y pulirse un poco para poder admirarla. Siempre fue dedicada a superarse a sí misma, muy inteligente y bastante hermosa. El único defecto que tenía era ese terrible amor de infancia que no podía dejar ir con tanta facilidad. Aún recuerdo el día en que se fue, Shadow me comentó lo que había sucedido aquel día en la cafetería y como la dulce eriza salió corriendo. Tenía planeado ir a hablar con ella al día siguiente, pero grande fue mi sorpresa al ver que se había ido. No obstante, parece ser que todo aquello fue bastante positivo para ella.
—Sé que estuve desaparecida por bastante tiempo y te agradezco que no lo tomaras de forma negativa Rouge. —me responde la rosada con una voz serena —Además, te agradezco por darme la bienvenida a Mobius nuevamente y, por supuesto, tu ayuda para volver a instalarme en casa.
—Somos amigas querida, por su puesto que me tendrás para echarte una mano cuando lo necesites —respondí alegre —Ahora cuéntame acerca de tu viaje. En serio necesito saberlo todo, no omitas ningún detalle, te lo ruego.
En cuanto terminé con mi pequeña súplica la rosada no pudo evitar dejar escapar una dulce risa. Me contó sobre todas las ciudades que había visitado, había adoptado una vida nómada y la aprovechó aprendiendo diferentes cosas de cada lugar que visitaba. Primero realizó un entrenamiento físico para mejorar sus habilidades y desempeño a la hora de pelear, aprendió diferentes técnicas para sacar el mejor rendimiento de su cuerpo. Cultivó su mente, lo que la ayudó a mejorar en la estrategia y planificación, además de realizar diferentes tipos de estudio en robótica, mecánica y sistemas de computación. Realmente se había superado a sí misma. Lo siguiente que me contó, con algo de pena, fue sobre su aprendizaje en relaciones, etiqueta e incluso moda. Lo cual la avergonzaba un poco ya que no podía olvidar el estilo tan infantil con el que solía vestir generalmente. Le dije que eso era una etapa natural dentro del crecimiento. Pero aún así no lograba aceptar del todo esa faceta suya. Tras conversar un poco más sobre algunos pretendientes y amistades que tuvo fue que mi querida amiga me sorprendió con una pregunta.
—¿No le hace falta un nuevo integrante a tu equipo Rouge?
—¿No volverás con el Team Sonic?
—Siendo sincera lo había considerado. —respondió la eriza rosa —Después de todo, tanto Tails como Knuckles continúan dentro del equipo y mi relación con ellos no es mala. Pero...
—Sería incómodo para ti tener que lidiar con Sonic. —la interrumpí.
—Me molesta, no puedo negarlo. —fue lo primero que dijo —No por su relación con Sally ni nada parecido, de hecho creo que hacen buena pareja, además a Sally siempre le ha gustado Sonic. Pero el hecho de que se muestre tan amable y servicial a pesar de las cosas tan feas que dijo sobre mí en aquella ocasión es lo que realmente me saca de quicio. Ni siquiera fue capaz de dar una disculpa.
Comprendía lo que trataba de decir, después de todo en los últimos años Sonic nunca se puso a pensar en las consecuencias que tienen sus actos. Lo que me hizo analizar un poco dónde podría encajar esta nueva Amy dentro de nuestro equipo. Hablarlo con Omega y Shadow no era algo que presentara un obstáculo, después de todo mientras cada quien hiciera su parte nos era indiferente quien entrara o saliera del equipo. Así que sin darle más vueltas le hice una propuesta a mi querida amiga rosada. De todas formas, estar en un equipo donde la mayoría de los integrantes eran hombres se había tornado bastante aburrido, nos hacía falta un poco más de sensatez femenina entre toda esa impulsividad masculina.
Narra Shadow:
Tras ayudar un poco en el hogar de Rose me retiré con ansias de asearme y descansar un poco. Si no fuera por la insistencia de Rouge no me habría aparecido por ese lugar en bastante tiempo. Aunque debo admitir que fue interesante ver esta nueva faceta de la eriza de mirada jade, ya no era la pequeña eriza que corría desesperada detrás del erizo azul, y por lo visto cuando chocamos ya no me detesta sin motivo aparente. En otra situación apenas choqué con ella no habría tardado nada en gritarme y reclamarme que tuviera más cuidado, pero en esta ocasión fue capaz de mantener una pequeña conversación conmigo sin pelear. Fue un cambio bastante refrescante y sin duda será algo que traerá problemas a la larga, la mirada de Sonic no pasó desapercibida. A pesar de tener a su novia justo al lado, él terminaba observando de una u otra forma a Rose. Solo espero que cuando comience no llegue a afectar a los demás, que sin duda podría provocar varias peleas internas en su equipo. De por sí las cosas iban bastante tensas sin tener a la erizada rosa cerca.
Me disponía de relajarme en el sofá y disfrutar de una té helado aprovechando que Rouge había salido y no lo molestaría con ayudarla con sus compras. Por su parte, Omega se encontraba en una misión fuera y no era necesaria su ayuda en todo ese caso. Pero esa paz no me duró ni un minuto ya que en cuanto estaba a punto de tomar el primer sorbo de mi té la puerta de su departamento fue abierta de forma abrupta. Maldije el día en que le di a Rouge las llaves de repuesto en caso de emergencia. Estaba a punto de decirle que se largara, mas un par de tímidos orbes de color jade se cruzaron con mi mirada y las palabras que estaban a punto de salir de mis labios murieron. Ambas ingresaron hasta donde me encontraba y la vampiresa instó a la rosada a que tomara asiento y se pusiera cómoda mientras iba a por el resto de la jarra de té helado.
—Disculpa la molestia Shadow, Rouge dijo que no habría problema si entrábamos, pero me parece que fuimos inoportunas e interrumpimos tu descanso.
Decía la eriza frente a mí bastante apenada, al menos ella tenía mucha más criterio que mi compañera de trabajo quien cada vez se comportaba más como una sinvergüenza. Me limité a hacerle un gesto con la mano para que le restara importancia al asunto y no se sintiera incómoda. Esperamos por un breve momento en silencio hasta que apareció Rouge con las bebidas frías y algunos aperitivos, todo sacado con toda libertad de mi cocina. En cuanto se hubo acomodado la albina en el sofá junto a la rosada me miró fijamente con una sonrisa que ya me avisaba de que estaba a punto de imponer alguna de sus locas ideas.
—Me alegra haberte encontrado en casa Shadow.
—Y me alegra que fuera así Rouge, —respondí casi de inmediato —no quiero imaginarme lo que habrían hecho si no me encontraba aquí.
—Estoy segura de que tienes mucho que reprocharme —dijo manteniendo su sonrisa y esa cordialidad que la caracterizaba —Ya que ni a ti ni a mí nos gusta andar por las ramas, vamos directo al asunto a tratar. Quiero que Amy se una a nuestro equipo como una integrante oficial.
Sin duda era algo que no tenía previsto que solicitara. Y por mucho que la curiosidad por esa petición me pidiera que aceptara de inmediato, me veía en la necesidad de declinar aquella propuesta. No tenía nada en contra de Rose, después de todo tenía potencial para formar parte del equipo, pero como ya veía venir varios problemas con su reciente regreso no estaba seguro de que eso fuera lo que el equipo necesitase. Sin embargo, necesito tener una mejor justificación que esa para rechazarla y con nuestro equipo hay muy poco que nos falte abarcar.
—No pensé que estuviéramos buscando nuevos integrantes, —comencé a decir —pero no creo que sea malo probarla un poco, ¿qué es lo que tienes para ofrecernos Rose?
—Puedo apoyar al equipo en el aspecto estratégico, computacional y en enfrentamientos cuerpo a cuerpo o espionaje discreto. Pero sé bien que esos aspectos ya los cubren ustedes mismos y sería solo un poco de apoyo si es que lo necesitaran. —se explicaba la eriza rosa con bastante seriedad y yo ya estaba listo para declinar su oferta con toda la amabilidad que pudiera, pero continuó hablando —Es por eso que les ofrezco mi conocimiento en robótica para crear nuevas armas y equipo personalizado para cada misión, considerame algo bastante cercano al área que cubre Tails en el Team Sonic.
Aquella idea me frenó de inmediato de rechazarla rotundamente. Era cierto que algo así nos sería de bastante ayuda, después de todo la única razón por la colaboraba de vez en cuando con el equipo del erizo azul era para tratar de robarles algunos planos de sus herramientas tecnológicas. Pero en cada intento había fallado vergonzosamente ya que no contaba con toda la seguridad que los resguardaba. Si Rose tenía la misma capacidad e ingenio que el pequeño zorro no cabía duda de que sería algo por demás beneficioso. Medité un poco más los pros y contras de tenerla en el equipo y en cuanto crucé miradas con mi colega albina supe que sería una completa estupidez no aceptarla.
—Siendo así, bienvenida al equipo Rose.
—Será un placer trabajar juntos Shadow. —respondió mientras mostraba su clásica sonrisa risueña.
No hice mayor esfuerzo y le devolví la sonrisa, cosa que pareció sorprenderla al principio, pero no tardó nada en agrandar su sonrisa mucho más. Finalmente las cosas salieron tal y como ambas damas habían tramado desde un principio. Rouge sabía desde que ingresó por esa puerta que aceptaría a Rose en el equipo, lo que muchas veces me obliga a cuestionarme de la excelente intuición que tiene. A estas alturas ya debería aprender a fiarme mucho más de esa intuición. Fue así que continuamos lo que quedaba de la tarde conversando sobre nuestra forma de trabajo y explicaciones generales del tipo de misiones que llegábamos a tener. La plática fue mejor de lo que esperaba, las opiniones y sugerencias eran bastante acertadas en cuanto podíamos mejorar. Mientras más avanzaba la charla más conforme me sentía con su integración al equipo, era un hecho de que todo aquello había sido un acierto. Aunque era de esperarse que esto traería algunos problemas con el Team Sonic, sin embargo, ya sabríamos cómo lidiar con ellos. No estaba dispuesta a entregar a nuestra nueva desarrolladora de equipo.
Tras una conversación tan productiva el tiempo pasó más rápido de lo que había sentido en mucho tiempo. Cosa que llamó la atención de la rosada al notar lo oscuro se estaba fuera, se disculpó por entretenernos por tanto tiempo y se dispuso a salir del departamento rumbo a su casa. De inmediato mi colega albina me dio una orden con la mirada, la cual entendí perfectamente y me puse de pie y descolgando mi chaqueta del perchero. Le di alcance a la eriza rosa que ya se encontraba unos pasos lejos de la puerta.
—Permite que te acompañe. — dije en cuando alcancé ponerme a su lado.
—No es necesario que te tomes esa molestia conmigo Shadow, pero te agradezco el gesto. — respondió con cierta pena la rosada.
—No es ninguna molestia Rose, además, sé que puedes cuidarte por tu cuenta. Pero no está demás asegurarse de que llegues a salvo a casa. Ya eres parte del equipo y uno de los principios más importantes es cuidar unos de otros.
Los ojos de Rose brillaron un poco al escucharme decir aquello y ya no trató de negarse. Simplemente dio un asentimiento de cabeza dando a entender que estaba de acuerdo con que la acompañara. No estoy seguro, pero creo que incluso me dio las gracias en un susurro casi imperceptible. Caminamos por algunas cuadras en silencio, mas este no era para nada incómodo, de hecho era bastante confortable. Ya casi nos encontrábamos en su casa, pero no tardamos en notar que alguien la estaba esperando en la entrada de su propiedad. Sabía que haría algún movimiento, pero no pude predecir que sería tan pronto.
—¡Hola Amy! —saludo eufóricamente el héroe de color azul, no obstante su sonrisa se desvaneció en cuanto me vio.
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Les agradezco nuevamente por toda la paciencia que han tenido y continuar apoyando mis historias.
Espero que este capítulo haya sido de su agrado, de ser así recuerden picar a la estrellita y dejar su comentario.
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