Capítulo Diez » YoonGi quería lo mismo de él

Gong a la misma hora que lo usual, llegó a casa, agotado, estresado, abandonado, todos los adjetivos que llevan a alguien a un abismo de depresión.

Dejó su mochila la cual estaba llena de papeles importantes, entró a la enorme cocina y se preparó un te de menta, uno de sus favoritos. Gong solía detestar ese té, pero su esposa Hiyena le hizo cambiar de parecer.

-Mi amor, ten. Bebe esto, es...lo único que hay pero te hará bien...

Su esposa en tremendos dolores de cabeza solo gruñia de dolor, se balanceaba de enfrente hacia atrás sosteniendo su cabeza entre ambas manos. El dolor era Insoportable, Hiyena tenía unas inmensas ganas de golpear su cabeza para hacer el dolor desaparecer. Y así hizo.

Gong sin dejar de verla dejó la taza a un lado y puso una mano en su nuca para luego atraerá a una abrazo muy muy fuerte. Él sufría tanto como ella.

La puerta de su habitación se abrió con mucha lentitud, casi con duda. Era su hijo, el pequeño no quiso pasar pues ver a su madre teniendo un ataque fue muy impactante.

Gong lo miró y de verdad no quería que presenciara lo que su madre estaba haciendo. Le grito que se largara, le grito que no tenía nada que hacer ahí. Jimin sintió pánico, sin cerrar la puerta corrió de vuelta a su habitación.

Gong arrepentía tanto hacer eso, pero no tenía otra opción, no habían explicado a Jimin la terrible enfermedad de su madre. Por miedo, por ignorancia, y por estupidez, decidieron ocultarsela.

Esa misma mentira, le hacía arrepentir cada maldito día ahora. Jimin no sabe, simplemente ha vivido una mentira toda su vida. Y Gong era quien pagaba por ello, dejando a su hijo pensar que alguna vez le abusó.

Sus pensamientos lo absorbieron al rededor de 20 minutos, el agua de su tetera hervía, y su hijo, muy silenciosamente se encontraba cerrando la llave de gas frente a él. El chico estaba preocupado por el constante sonido del agua, asomó a la cocina y miró a su padre congelado mirando un punto sin enfoque.

No lo quiere, lo detesta y le teme, y se lo hacía saber cada día.

Gong vio a su hijo retirar la tetera del ornillo y quemarse la mano por accidente. Gong rápido tomó un trapo húmedo de los que siempre tienen en la orilla del zinc. Y lo puso en su gordita y roja mano.
Podía sentir como temblaba, como Jimin le señalaba que podía solo con su otra mano. Pero Gong se negó a soltar a su hijo, le agarró un poco más fuerte y dijo con un tono de ruego -Por favor, dejame curarte. Eres mi hijo y debería cuidarte como el padre que soy.

A pesar de estar sintiendo un patatus en ese instante, Jimin se sintió sumamente indignado, [¿Cómo el padre que eres?] señaló muy violentamente.

-Se que hay muchos errores en nuestro pasado, pero quiero arreglar eso ahora que volviste a casa. Te amo mi niñ-

[No me amas, quien te golpea no te ama]

-¡No pienses en eso! ¡Porfavor te pido piedad porque eres mi único hijo y no quiero perderme más de tu vida! No te alejes de nuevo, seamos una familia ¿si?

[¡No!]

Gong no soltaba sus muñecas y sin querer ponía mucha presión en ellas, añadiendo más pánico en Jimin.

[No quiero, te odio, te odio] le lanzó groseras señas mientras arrebata a con mucha fuerza el trapo y se alejaba de él. Aunque la seña no lo tocaba físicamente, si le hacía doler en su corazón, como una apuñalada real.

JiMin comenzó a llorar de la frustración, él de verdad no quería a su padre ahí, se podía cuidar sólo, no lo necesitaba. Su respiración violenta salía de su boca, su mandíbula apretada y sus dientes crujiendo entre ellos. Era el coraje de que su padre quisiese actuar como si fueran normales cuando son todo lo contrario. En la cabeza de Jimin se repetían las imágenes de los puños, los gritos y la sangre que algunas ocasiones salía de sus mejillas o su boca.

Gong de hecho temía de Jimin en ese momento, su físico estaba al borde de un ataque, sus bajos gruñidos le decían que se mantuviera alejado.

Levantó una mano con lentitud y dijo con la más suave de las voces -Jimin. Debo hablarte de algo...

[No quiero ninguna excusa] Jimin logro calmarse un poco [Fuiste abusador conmigo, y ni siquiera lo admites]

-Tu madre y yo nunca hablamos contigo de al-

[No hables de mi madre, no la menciones, no tienes el derecho] El chico avanzó un poco hacia su padre. Provocando terror en él. En sus ojos se podía ver el desprecio que le tenía, se lo había ganado. Jimin después de todo su fue víctima de un tipo de abuso.

. . .

Ni siquiera Sony con sus mejores ronroneos podía hacer que Jimin dejase de llorar.

Sus hipeos eran silenciosos, pero muy desgarradores. Se sentía solo, y lo estaba. Quería tanto que su tía le cuidara, que le rescatara de la miserable vida que tenia en ese momento.

No creía en fantasmas, ni en ningún Dios, pero cuanto desearía creer. Así poder tener un poco de esperanza en rezar y rogar para que alguien le ayudara.

Si bien no fue un Dios, una clase de ayuda le llegó. En forma de mensaje.

Naricita: "Hey Chim, Nam está en mi casa ¿quieres venir?"

Mientras Jimin tecleaba una respuesta Yoongi lo llamó por video. El chico ni siquiera pudo colgar pues llegó justo cuando presionaba la "M" picando por accidente "contestar".

El rostro de YoonGi apareció y lucia sonriente hasta que Jimin saltó de su cama y cubrió su rostro rápidamente.

-¿Chim? ¿Qué pasó?

JiMin aún se podía ver en su pantalla pero no lo sabía, Yoongi miró como limpiaba sus ojos y un poco su nariz con su suéter -¿Estabas llorando?

JiMin giro la cabeza y efectivamente, su celular cayó en la peor posición. Lo agarro y si, dejó de cubrir los rastros de llanto en su rostro. Solamente asintió mirando el lindo cabello de su amigo.

Yoongi no dijo nada, solamente se levantó y dijo en dirección a NamJoon que saldrá rápido, Jimin le envió un mensaje "¿Qué haces?", escuchó cómo tomaba sus llaves.

Yoongi lo leyó mientras su cámara seguía encendida, alejo el celular un poco y dijo -Esperame, llegaré en 5 minutos- para después colgar.

Un poco aturdido, Jimin se sentó en medio de su cama, pensando.

Si YoonGi iría por él, tal vez debería ponerse ropa. Miró su cuerpo, llevaba con esa pijama ya más tiempo del debido.

Se puso algo más decente. Acarició a Sony dejándole entender que saldría por esa noche y que no se preocupara por él. El gatito sólo jugaba con sus dedos y lo mordía sin fuerza.

Su celular vibró, Yoongi le envió una foto de los columpios del parque de enfrente. Y sin más salió de su habitación. Gong estaba en su oficina, hacía bastante ruido ahí dentro, Jimin no sabía que hacía y no le importaba tampoco. Sin hacer crujir el suelo camino por todas las escaleras hasta la puerta para salir.

Cruzó la calle abrazando sus brazos, la noche era algo fría ese día. Y vio a YoonGi sentado en un columpio, balanceándose levemente.

Yoongi alzó la mirada cuando escucho unos pasos -Hey- Jimin tomó asiento en el columpio a su lado.

-Jimin... ¿Qué pasó?

Bajó la mirada, no le gustan ese tipo de preguntas. Sin intención de responder enfocó sus ojos en sus zapatos arrastrándose en la grava del parque.
Pero YoonGi de verdad necesitaba respuestas. Con su mano agarro la cadena del columpio e hizo que lo mirara -Haces que me preocupe mucho, dime si te paso algo.

Jimin tuvo que rendirse [Pelee con mi padre]

-Hmm...

[P-E-L-E-E]

-Oh, Chim. Lo lamento. Yo... Puedo entenderte. Sé lo que es tener un pésimo padre.

Jimin se quejó dándose la libertad de columpiarse un poquito [Mientes, tus padres son geniales]

El mayor negó con su cabeza y una sonrisa de pena se formó en sus labios -Ese papá no. El anterior.

Su amigo se quedó quieto, queriendo escuchar más. Y YoonGi le cumplió el deseo -Me dijeron que mi mamá me abandonó, mi padre me cuidó por 4 años, pero en ese tiempo no me cuidaba, me podía perder por días en la calle y entrar a casa de extraños sin que el lo notará. No me alimentaba y yo recuerdo ver muchas, muchas, muchas mujeres con él. Decía cosas de cuanta desgracia era yo para él y demás que, no vale la pena recordar- miró la calle y dejó salir un suspiro. No era de su agrado recordar aquello, pero compartirlo con Jimin era liberador, casi un alivio de hablarlo en voz alta.

Jimin lo veía, quería descrubir más cosas de él. Quería conocerlo y quería tener toda su confianza. Yoongi quería lo mismo de él.

Pero no quería hablarlo en el parque, a unas calles de ese hombre. Jimin proactivamente se levantó y le dio la mano, cuando YoonGi la tomó lo guió hasta su moto, listo para irse con él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top