CAPÍTULO 7
ASHER
Estaba ebrio en un departamento que no era el mío, con una chica desconocida sobre la cama y sintiéndome un completo asco; los últimos días intenté mantenerme sobrio y concentrado, pero no podía lograrlo; no tenía idea porque no podía sacarla de mi cabeza, pero francamente estaba a punto de creer que me estaba volviendo loco.
Katherine, mi hermoso girasol; ¿Qué estaría haciendo ahora? ¿Tendría muchos hijos? ¿Sería feliz?
Odiaba haberla dejado y me odiaba por tomar esa estúpida decisión; ¿Por qué tuve que ser tan cobarde? ¿Por qué no me quedé a luchar por ella? ¿Por qué no pudimos estar juntos si eso es lo que ambos deseábamos? ¿Por qué tuve que equivocarme tanto?
Todo me daba vueltas, pero aun así me levanté de la cama y me vestí con rapidez para salir del departamento; lo último que necesitaba es que alguien me viera o me tomara una foto, porque si mi cara volvía a estar en otra portada por algún escándalo, el entrenador me mataría y haría trizas mi cadáver.
Intenté ser silencioso y como pude escapé del departamento; no tenía ni la más remota idea de dónde me encontraba, pero eso no era importante ahora, lo único que importaba era salir de aquí con vida y no meterme en más problemas, así que en cuanto estuve fuera del edificio, detuve el primer taxi que vi y le indiqué la dirección de inmediato escapando lo más rápido posible.
Una vez que llegué a mi edificio subí de golpe hasta mi departamento; la verdad es que esta no era la primera vez que algo así sucedía, así que ya todos en recepción y seguridad sabían que medidas tomar y que hacer para asegurarse de que mis asuntos privados continuaran siendo privados, así que eso no me preocupaba, por lo que en cuanto estuve seguro en mi departamento tomé la botella de whisky y me tiré en el sofá para ver algunos partidos del siguiente equipo al que enfrentaríamos.
- ¡Diablos amigo! – escuché después de algún tiempo y poco a poco abrí los ojos intentando enfocar la vista
- ¡Travis no grites! – escuché otro grito que fue como un taladro en mi cabeza
- Cállense los dos – dijo otra voz y sentí como me quitaban la botella de las manos
- ¿Y si le tiramos agua? – propuso Chase y pronto noté que estaba rodeado de mis amigos
- ¿Qué hacen aquí? – cuestioné arrastrando un poco las palabras
- Vinimos a ver si seguías con vida – respondió Nathan y bufé con fastidio
- Estoy bien – respondí intentando tomar la botella que Xavien tenía en las manos, pero automáticamente se apartó evitando mi objetivo
- ¿Cuánto has bebido? – preguntó Travis y simplemente suspiré
- No lo suficiente...
- ¿Se puede saber que rayos te pasa? – cuestionó Zack con seriedad
- No sé de qué hablas – respondí con molestia
- En los entrenamientos estás distraído y el resto del tiempo o estás tomando o estás metido en algún problema, ya hasta te pareces a Travis – dijo Zack y escuché a Travis quejarse con indignación
- No me pasa nada – repetí y todos se quejaron
- Asher, sé honesto con nosotros, ¿Qué sucede? – preguntó Nathan y todos los pares de ojos se centraron en mí
- Es solo que... no puedo sacarla de mi cabeza
- ¿A quién te refieres? – cuestionó Xavien y negué con la cabeza
- No... - murmuré y Chase se sentó a mi lado
- Asher, puedes decírnoslo, te hemos visto en tus peores momentos, no tienes que ocultarnos nada – dijo Chase y los demás asintieron
- Es cierto, Asher, ninguno aquí es un santo – comentó Travis y los demás rieron
- Puedes contarnos lo que sea, no juzgamos, somos iguales y no te vamos a juzgar jamás; somos tus mejores amigos – dijo Nathan con calma
- Habla, Asher, dinos que está mal – pidió Zack y finalmente lo solté todo
Nunca le había contado a nadie sobre Katherine, nunca me había atrevido a pronunciar su nombre en voz alta, pero ya no podía continuar así; tenía tantos arrepentimientos que me estaba hundiendo yo solo y francamente no sabía como salir a flote.
Mis amigos me escucharon sin juzgarme; me escucharon hablar de todos los momentos que pasé junto a Katherine; sobre lo extraña que me parecía su vestimenta, pero como al mismo tiempo me parecía adorable; me escucharon hablar de cosas tan cursis que nunca antes creí que saldrían de mi boca y después me escucharon hablar de todo lo que le dije cuando decidí marcharme y entonces yo también me quebré; ese día jamás se borraría de mi mente ni la forma como la luz en sus ojos fue desapareciendo; jamás podría olvidar sus lágrimas y el odio en su voz cuando me dijo que me fuera; jamás olvidaría ni un segundo de ese día y ese era mi mayor tormento, porque me arrepentía de todo, aunque ya no podía cambiar nada de lo que sucedió.
- ¿Y no la buscaste? – preguntó Chase y suspiré
- Sí... si la busqué
AÑOS ATRÁS
Habían pasado dos años desde que formaba parte de los San Francisco Raiders; durante mi primer año nada fue sencillo y no solo me refería a los entrenamientos, sino a todo en mi vida en general, pero durante el segundo año todo fue diferente; comencé siendo el suplente del quarterback del equipo y solo me esforcé esperando mi oportunidad; pero fue durante el comiendo de este tercer año cuando todo al fin dio un giro completo; el quarterback se lesionó y tuve mi momento; pronto comencé a salir en la prensa por todos mis méritos y mi fama fue creciendo; estaba en la mirada de la prensa y de todos los equipos; por lo que cada vez sentía que debía ir más lejos, tenía que exigirme más y arriesgarme; comencé a batir récords y desde ese punto todo mi camino fue costa arriba.
El entrenador estaba feliz, mis compañeros de equipo estaban felices y el mundo ahora conocía mi nombre, pero a pesar de todo eso, por momentos me sentía vacío y no sabía como eliminar esa sensación o que hacer al respecto.
Estaba entrenando como todos los días cuando el entrenador me llamó a su oficina y me dio una terrible noticia; mi abuelo había fallecido, él era el último familiar que tenía con vida y aunque nunca nos habíamos llevado bien, era mi deber ocuparme de él, así que pedí un permiso especial e hice lo que nunca esperé hacer y volví al condado de Lancaster.
Durante todo el camino intenté mantener mi mente muy lejos de lo que verdaderamente deseaba hacer, pero cuando llegué a mi destino, mis pies cobraron vida propia y comencé a caminar hacia un lugar diferente; se supone que debía ocuparme de los asuntos del funeral de mi abuelo, pero en menos tiempo del que creí acabé en la entrada de la comunidad amish intentando observar desde lejos si veía a Katherine.
Solo necesitaba verla un segundo y podría irme; solo necesitaba verla un momento y saber que estaba bien; solo necesitaba verla y mi corazón dejaría de doler; yo solo... deseaba verla una vez más, eso era todo; solo una vez más...
- ¡¿Qué haces aquí?! – escuché un grito y me giré al reconocer esa voz
Lo último que esperaba era encontrarme con el hermano de Katherine, pero al parecer la suerte no estaba de mi lado, así que solo me giré y decidí que lo mejor era enfrentar la situación antes de que las cosas empeoraran.
- Solo quiero verla – dije y su expresión se endureció aún más
- ¡Márchate!
- Solo quiero verla una vez, por favor – pedí y él dio un paso hacia adelante con rabia
- ¡Largo! – gritó, pero no retrocedí
- Necesito saber que está bien
- Ella está bien; está casada y tiene una familia; no permitiré que importunes su vida, así que lárgate
- No me iré sin verla – sentencié con determinación
- Pues te obligaré a irte
- Quiero ver que lo intentes – respondí sin bajar la cabeza y eso pareció enfurecerlo
- ¿Qué es lo que sucede aquí? – escuché de pronto y un hombre mayor se acercó a dónde nos encontrábamos
- Un forastero que quiere entrar sin permiso a nuestros terrenos
- Tenemos leyes, no puedes estar aquí – dijo el hombre dirigiéndose a mí
Ambos eran imponentes y aunque no quería retroceder, tampoco deseaba empeorar las cosas; quería insistir en ver a Katherine, pero temía que, si seguía presionando, ella sería quien cargaría con las consecuencias y no podía permitir eso; no podía ser haciéndole daño.
- ¿Ella está bien? – volví a preguntar mirando fijamente al hermano de Katherine y él solo asintió – Me iré, no se preocupen – dije y di la vuelta para marcharme
Que ella estuviera bien es lo único que me importaba, aunque no pudiera verla, el solo saber que era feliz me bastaba para mantenerme tranquilo; hubiera deseado verla, al menos por un segundo, pero era un sueño imposible, así que me conformaría con solo saber que estaba bien y tenía una vida feliz.
Cuando volví, lo primero que hice fue dirigirme a la oficina del abogado para dejar resueltos todos los asuntos de mi abuelo y dejar todo listo para el funeral; después de encargarme de esos asuntos me dirigí a su casa y comencé a guardarlo todo en cajas que planeaba dejar en las habitaciones; me quedé toda la noche ordenando sus pertenencias y cuando el sol volvió a salir me di cuenta que había terminado.
Lo único que quería era marcharme de una vez por todas de este lugar, por lo que pasé casi todo el día ocupándome de la casa y por la tarde regresé con el abogado para terminar con los pendientes; el funeral de mi abuelo se llevaría a cabo al día siguiente y después de eso podría marcharme y eso era justo lo que necesitaba, porque por el momento me sentía miserable.
ACTUALIDAD
Los chicos se quedaron conmigo hasta que todo el alcohol desapareció de mi sistema y contarles toda la verdad se sintió como dejar ir un peso muy grande; seguía sintiéndome como un verdadero asco, pero al menos ya no me sentía tan solo, así que me dediqué a dormir lo que restaba del día y a la mañana siguiente me levanté con las energías renovadas, completamente listo para volver a entrenar y decidido a centrar mi mente en lo que era verdaderamente importante.
No podía seguir por este camino de autodestrucción; no podía continuar bebiendo hasta perder la conciencia o metiéndome en problemas solo por no saber que hacer con lo que estaba sintiendo y por supuesto, mis amigos tampoco iban a permitir que continuara por este trágico camino; después de todo, el equipo era una hermandad, éramos una familia y para algunos éramos la única familia que habían conocido; así que nos apoyábamos con todo lo que teníamos y no dudábamos en estar ahí para los demás cuando era necesario.
- Como saben, en una semana se celebrará la gran gala de inicio de temporada; muchos equipos estarán presentes, así como representantes, socios e inversionistas, por lo que su asistencia es obligatoria; no quiero escuchar quejas ni quiero problemas – dijo el entrenador con seriedad mientras nosotros tomábamos asiento en las bancas de los vestidores – Este año San Francisco será la cede de la gala por lo que debemos mostrar una buena imagen, así que espero que su conducta sea impecable y no terminen en otro conflicto con algún equipo – dijo mirando de forma amenazante a Travis y a Xavien – Deben estar a la altura de las expectativas y no cometer errores, ¡¿Entendieron?! – gritó y todos respondimos con un grito
- ¡Sí entrenador!
La gala era un evento al que particularmente no deseaba asistir; no me gustaban los grandes eventos y mucho menos disfrutaba estar rodeado por las cámaras; no me gustaba la forma en que las personas nos observaban y hablaban entre ellos; siempre nos juzgaban o trataban de acercarse por algún motivo oculto.
Cada evento era igual que el anterior; siempre estaba lleno de mentiras y máscaras; era insoportable y no era el único que pensaba de esa forma, pero teníamos que asistir a ese tipo de eventos, era una obligación que estaba en nuestro contrato y no había forma de escapar.
Asistir a esos eventos era vital para promocionarnos, como si estuviéramos vendiendo una bebida y usualmente era en esos eventos en dónde los patrocinadores elegían a quien deseaban apoyar durante ese año; además, en muchas ocasiones esos eventos eran determinantes para saber el rumbo que tomaría la temporada de fútbol.
No sentía emoción alguna por asistir a la gran gala, pero no había nada que pudiera hacer, así que solo me presentaría y cumpliría con mi papel, además tendría que asegurarme de que ningún miembro del equipo se metiera en problemas lo que resultaba algo sumamente difícil por la rivalidad que existía entre los equipos y que tarde o temprano siempre terminaba en alguna pelea.
Probablemente me pasaría toda la noche vigilando a Travis, a Xavien e incluso a Zack ya que en otras ocasiones ellos habían terminado golpeando a algún miembro de otro equipo y eso casi nos costó muchos de los patrocinios; tendría que comportarme como lo que era, el líder y cuidaría de mi equipo como siempre lo hacía.
Una vez que el entrenador terminó de hablar con nosotros, volvimos al campo para retomar el entrenamiento y solo eso hizo falta para que mi mente se despejara por completo; solo cuando jugaba me sentía completo, solo cuando jugaba podía respirar con normalidad y me sentía verdaderamente como yo mismo, así que me concentré en el entrenamiento y solo dejé que todo fluyera, al menos tenía control sobre eso y por ahora, era suficiente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top