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LA NIÑA DE PAPÁ

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Los rayos de sol entraban sin permiso entre las comisuras de las cortinas, alumbrando directamente sobre el suave rostro de una niña peliblanca, la cual se comenzaba a levantar con total desgano.

Sus grandes ojos de un color similar a la gema rubí se abrieron y pronto se llenan de alegría. La pequeña recordó que hoy era un día muy importante y empujó las sábanas a un lado mientras se levantaba de su cama a toda velocidad.

La pequeña corrió por el pasillo hasta encontrar la habitación que quería y con poca fuerza empujó la puerta de manera sigilosa al igual que un felino. La pequeña escurridiza caminó en silencio hasta llegar al borde de la cama y subir por un costado.

La peliblanca cubrió su boca antes de que se le escapara una risita por ver al que descansaba, este tenía la boca un poco abierta dejando ver el hilo de baba sobre la almohada, algo ya muy típico de ver.

—1. . . 2. . . ¡3! — La pequeña dio un impulso en la amplia cama para luego comenzar a saltar en ella— ¡Papá, Papá despierta! ¡Es hoy! ¡ES HOY! — Era muy temprano para ser un día sábado, un pelinegro abría sus ojos con pereza y trató por un momento vio a la niña con una brillante sonrisa.

Algo que no pudo ignorar y maldecía por eso.

—Hola Eri, buenos días preciosa—Dijo Aizawa con ese profundo cariño que tiene todos los días, pese a que llegara siempre cansado y quisiera dormir en donde sea, pero él, Aizawa Shota haría lo que fuera por siempre ver la sonrisa en su hija.

—¡Buenos días papi! — La pequeña, quien ya había dejado de saltar en la cama, se sentó cerca del adulto para darle un abrazo como todos los días— ¡Hoy es el día que me llevarás a conocer a "All Might"!

El pelinegro ocultó una mueca de asco cuando escuchó aquel seudónimo de uno de sus compañeros de trabajo. Aizawa soltó un suspiro mientras se levantaba, pues tenía que hacer el desayuno para ambos.

—Si Eri, pero primero vamos a comer— La pequeña asintió enseguida mientras trataba de bajar de la alta cama del adulto y seguirle a donde fuera.

Este podría decirse que era un día normal para la pequeña familia Aizawa.

El día tan esperado para cualquier niño sería encontrarse con su ídolo de televisión, ya sea un superhéroe o una maga. Pero para la niña de ojos rubíes brillantes admiraba al más reconocido presentador de noticias apodado como All Might.

Un hombre muy fuerte que se ha ganado el cariño de todos los televidentes en Japón con su inusual tono de voz y la llamativa risa. Además, aquel hombre contaba con su propio show de entretenimiento a las 8:30 pm.

—Papá— El mayor bajó su mirada a la pequeña, hace rato estaba tarareando una canción propia del programa del rubio, pero de repente lo detuvo y su voz sonaba un poco desanimada— ¿El señor All Might firmará mi libreta? — La pequeña pensaba que el mayor al tener tantos fan's en una mañana de firmas, se olvidaría de ella y eso la entristecía de sobre manera.

—Claro que si— Dijo con una sonrisa ladeada y con la mano desocupada, sacó de sus bolsillos dos colgantes con tarjeta—Somos VIP y tu tendrás la oportunidad de hablar con él— La niña abrió sus ojos lo más que podía y no evito soltar un chillido de felicidad y no paro de decir lo mucho que lo amaba.

En cambio, en la mente de Aizawa se preparaba para aguantar a su famoso compañero, además de buscar una forma de pagar el favor a su ruidoso amigo rubio. Hoy sería un día muy duro.