Capítulo 4
Al llegar a su nueva casa, solo acomodaron las cosas en sus respectivos lugares y ambos se quedaron dormidos, al parecer habían sido muchas cosas para un solo día
A mitad de la noche Regina se despertó y luego de dar vueltas en su cama y no lograr conciliar el sueño se resignó y se levantó, bajo a la cocina para tomar un vaso con agua, cuando estaba a punto de regresar a su habitación notó que no era la única que estaba despierta, ahí se encontraba Gold en un sillón frente a la televisión acompañado de un vaso de whisky
—Querida, creí que ya estarías dormida —dijo él
—Me desperté hace poco y luego de dar vueltas en mi cama y no conciliar el sueño de nuevo, decidí bajar por un vaso de agua—explicó
—Veo que te has ablandado, es raro ver a mi hija tomando un simple vaso de "agua" ¿Quién lo diría?— comentó gracioso
—Tal vez no estoy de humor como para amanecer mañana con resaca — respondió
—Sabia decisión, pero si quieres puedes venir con tu vaso de agua y disfrutar de la televisión en compañía de tu padre—expuso él
—Me parece una buena idea, aunque ahora que veo ese whisky, pensé en que tal vez cambie mi agua por algo mas fuerte— admitió
—Con gusto te comparto de mi whisky —acercándole la botella
—Gracias, pero soy una reina y me gustan las cosas un poco más refinadas, no se ¿Quizás un vino?— dijo ella mientras caminaba a la cocina y traía consigo una copa y una botella de vino
Gold y Regina estuvieron viendo tv, una película para ser exactos, ni siquiera la vieron completa ya que antes de que terminará, ambos se habían quedado dormidos en los sofás, Gold estaba en un sillón reclinable y Regina en un gran sillón, solo el sonido del viento y el de la tv prendida se escuchaba, era increíble ver la tranquilidad con la que ambos dormían.
Día Siguiente
Eran las 7:00 am y Gold & Regina seguían profundamente dormidos cuando el sonido de un claxon interrumpió sus sueños, ambos de mala gana se despertaron y estaban más que seguros de que si tuvieran su magia el dueño(a) de ese auto estaría ya calcinado, gracias a eso no podrían volver a dormir, entonces era mejor comenzar con sus actividades diarias, se encontraban desayunando, luego irían a una agencia de automóviles a comprar sus respectivos autos, no podrían andar en taxi siempre y tampoco les convendría estar sin auto cuando su trabajo comenzarán, luego de bañarse y cambiarse ambos se disponían a salir de su casa para esperar el taxi que ya estaba por llegar, esperaban frente a la entrada, Gold aprovechó para ver un poco la fachada de las casas vecinas, suponía que algunos ya se encontraban en sus trabajos, u otros aún no se levantaban, Regina estaba parada y simplemente recorría con la mirada el vecindario, era muy bonito debía admitirlo, el lugar tenía una aire de calma y tranquilidad, a lo lejos observaron como un taxi se acercaba, suponían que era el de ellos, pero en ese instante Regina pegó un gritó y Gold se alarmó al escucharla, su corazón se acelero ¿Alguien podía haberle hecho daño?, no era una bebé sino una mujer adulta, pero él como su padre estaba ahí para protegerla, así que gritó su nombre:
— ¡Regina!— dijo a fuerte voz
—Estoy bien—respondió ella— solo un poco empapada gracias a nuestro "amable vecino", explicó antes de quitarle las llaves a Gold de las manos y entrar furiosa a la casa
—Que mal manera de conocernos vecino—saludo un hombre que al parecer era él dueño de la casa de al lado
Gold no le respondió nada solo se acercó al taxista y le pagó (aunque no habían requerido del servicio) y entró a la casa, sabia que habría una Regina bastante furiosa ahí adentro
—Regina ¿Puedo pasar?— preguntó Gold, ya que estaba fuera de la habitación de su hija
—Sí, pasa—dijo ella mientras tomaba su ropa mojada y se disponía a llevarla a la secadora
— ¿Te parece si posponemos la visita a la agencia para mañana?— sugirió él
—Está bien—respondió— Pero aún así, por la tarde hay que ir a comprar algunas cosas que hacen falta— dijo ella mientras bajaban las escaleras y se dirigía al cuarto de lavado
Gold se disponía a sentarse en el patio y leer el periódico, pero sus planes fueron interrumpidos por el sonido del timbre, ya que Regina se encontraba en el cuarto de lavado, él fue el a abrir la puerta y ver quien era la persona que se encontraba tocando
Abrió la puerta y se encontró con el vecino que estaba seguro Regina odiaba y una joven a su lado, que traía en sus manos un pastel de frambuesa
—Hola, mucho gusto mi nombre es Keyla Ross —brindándole la mano a Gold— y soy su vecina de enfrente y él –señalando al hombre que había mojado con la manguera a Regina— es Rodrigo Carson, aunque creó que lo vieron antes, porque es su vecino de al lado—explicó
Gold solo los observaba
—Pasen— dijo mientras ellos ingresaban a la casa
Regina regresaba del cuarto de lavado y le preguntó a su padre
— ¿Quién tocaba la puerta?— cuestionó a su padre
Mientras ingresaba al living vio que ahí se encontraba el vecino que la había empapado y una chica junto a él
—Regina, ellos son Keyla Ross y Rodrigo Carson — presentó Gold
—Un gusto soy Regina Goldsmill — dijo mientras le brindaba la mano a Keyla e ignoraba a Rodrigo.
Storybrooke
Henry estaba feliz porque ese día no tenia clases, así que se levantó tarde, esa semana le tocaba quedarse con Emma, desayuno con sus abuelos, su mamá y el pequeño Neal, luego iría con Hook a el Jolly Roger, le agradaba tenerlo como "padrastro" aunque para él era más un amigo, luego de pasar la tarde con él, decidieron ir a recoger a Emma a la estación y de ahí ir a Granny's a comer juntos, cuando estaban por retirarse de restaurante de la abuelita Henry le pidió a Emma que compraran algo para su mamá Regina, Katherine les había dicho que ella había pedido unos días de vacaciones y él quería ver que estuviera bien, partieron en dirección a la mansión Mills, tocaron la puerta y nada, Emma marcaba al celular de Regina, pero automáticamente la dirigía a la casilla de voz
—Amor creo que ella no está en casa —dijo Hook tomando la mano de Emma
—Pero, ella me habría dicho si pensaba ir a algún lado, ¿No creen?— cuestionó Henry
—Bueno chico tienes razón — aseguró Emma
Entonces Henry sacó la llave que su mamá le había dado y entraron a la mansión, todo estaba cubierto con sabanas blancas y habían cosas en cajas que decían "para donar"
—No creo que Regina este aquí— declaró Killian
Henry corrió a la habitación de su mamá, faltaba algo de su ropa, vio en su mesita de noche donde figuraba una carta que decía "HENRY"
—¡Mamá! ¡Killian! —llamó Henry
Emma y Killian subieron rápidamente las escaleras imaginándose lo peor, pero solo encontraron a Henry sentado en la cama de Regina con un papel en sus manos
—Mi mamá se ha ido—dijo el sollozando
— ¿Qué? ¿Cómo? Y ¿Porqué? —preguntaba Emma
—Déjame ver eso — pidió Killian refiriéndose a la carta, Henry se la entregó y el pirata comenzó a leerla en voz alta:
"Henry para cuando encuentres esta carta es más que seguro que ya no me encuentre en Storybrooke, siento mucho haberme ido y más aún no habértelo dicho, ni despedirme de ti, pero enserio necesitaba alejarme, las cosas comenzaba a ser una rutina, todo volvía a ser tan abrumante, me cansé de luchar por una felicidad que no llegará, medite respecto a algunas cosas en mi vida y no sé si quiera ser siempre la "alcaldesa de Storybrooke", la "Reina Malvada", o la "ex Reina ahora redimida" solo quiero ser Regina, no te preocupes, yo no me marché sola, Gold me acompañara, si mi destino es ser infeliz o morir, lo que sea que deba ocurrir simplemente sucederá, sin importar el lugar en el que me encuentre, No me busquen, mi pequeño príncipe deseó que seas feliz, tú eres un chico muy especial, pórtate bien, has tus tareas y obedece a tú madre, tienes una familia y sabes que eso es primero, despídeme de todos y comentale a Snow que dejé algo para ella en mi escritorio en la alcaldía, también dile a Swan que sea feliz y cuide a su pirata y que no se atreva a buscarme, disfruten de su felicidad, Regina Mills puede ser solo un recuerdo de ahora en adelante en sus vidas, Te Amo Henry espero no lo olvides y siento mucho haberte dejado, esperó que algún día me perdones". —Mamá
—Henry ¿Realmente tu mamá la estaba pasando tan mal? —inquirió Emma
—Hace unos días terminó con Robín y ahora que recuerdo también me hizo prometerle algo, me imaginó que se quería asegurar de que estaría bien —dijo Henry mientras abrazaba la almohada que le pertenecía a su madre
— ¿Swan realmente no la buscaras? —preguntó Killian
—Aún no lo sé, pero antes Henry ¿Porqué Gold y Regina se irían juntos?— cuestionó Emma
—Porque mi abuelo es el padre verdadero de mi mamá—confesó él.
Tienda de Antigüedades del Sr. Gold
Ese día Belle había querido pasar por la tienda de Gold, desde que habían regresado del inframundo no acostumbraba salir mucho de su tienda, además le había dicho que ella solicitará el divorcio y no se opondría a firmarlo, así podría ser libre e intentar ser feliz con Will o con alguien más si ella así lo deseaba, Belle no entendía porque Gold era tan ciego, si ella estaba con Will era porque le parecía una buena compañía y en parte tal vez una pequeña parte de ella quería darle celos a su esposo, pero ese día toco muchas veces la puerta y nunca abrió, decidió entrar con su llave, notó como muchos cosas hacían falta en la tienda, lo buscó en la parte trasera de la misma y nada, pero junto a la taza astillada había una carta que decía "BELLE"
Con miedo de saber que contenía la carta Belle la tomó y comenzó a leer
"Querida Belle, no sé cuanto tiempo tardes en notar mi ausencia y leas esta carta, solo quiero decirte que eres libre, tú eres asombrosa y no me parece justo que estés atada a mí, cerca de esta taza encontrarás los papeles del divorcio, está todo en orden solo falta tu firma, deseó que seas muy feliz. Cuando leas esto ya no me encontraré en Storybrooke e decidido irme y comenzar algo nuevo en otro lugar o al menos morir lejos y no causar más daño, no me busquen y hay algo más que debes saber, me fui junto a Regina ella es mi hija biológica y si tienes dudas pregúntale a Henry."
Hasta siempre. —Gold
Desde que había encontrado esa carta la había leído una y otra vez, debía admitir que en algún momento deseó que Gold desapareciera de su vida, ahora ya no estaba pero ¿Se sentía feliz? ¿Aquello era lo que realmente quería?, Era ya muy tarde, pero alguien toco la puerta de la tienda
Eran Emma, Killian y Henry, el pequeño corrió a abrazarla, luego de conversar sobre lo que habían descubierto, salieron de la tienda y se dirigieron a casa de Mary Margaret, ¿Qué era lo que harían ahora?
Los Ángeles, California
Casa de Gold & Regina
—Yo quería disculparme por lo que hice —dijo Rodrigo casi en un susurro
Regina solo lo observó y arqueo una ceja, se veía que él estaba nervioso y avergonzado por lo que hizo
—Espero que acepté las disculpas de mi amigo, realmente lo hizo sin querer, fue un accidente— declaró Keyla
—Está bien, aceptó sus disculpas —dijo Regina y vio como Rodrigo suspiraba aliviado y Keyla sonreía
En ese instante Gold regresaba de la cocina
—Keyla muchas gracias por el pastel— comentó
—No tiene porque agradecer, es un pequeño regalo de bienvenida y hubiéramos venido antes, solo que no sabíamos que ya se habían mudado— explicó ella
—Llegamos apenas el día de ayer y que gesto tan amable —dijo Regina
—Ya no molestamos mas, ahora Keyla vámonos— manifestó Rodrigo
—Está bien —respondió sin muchos ánimos, los nuevos vecinos le parecían muy agradables y le hubiera gustado charlar con ellos un poco más
—Me gustaría que aceptaran cenar en mi casa esta noche, para dejar a un lado los malos entendidos y conocernos un poco mas, ahora seremos vecinos y debemos tratar de llevarnos bien—dijo Rodrigo
—Me parece bien, ¿Qué dices Regina?— preguntó Gold
—Es una buena idea—afirmó
—Solo hay un inconveniente— mencionó Keyla
—¿Cuál?— cuestionó Rodrigo intrigado
—No creo que sea buena idea una cena, y si mejor los invitas ¿A un desayuno?—comentó graciosa
—¿Porqué los invitaría a un desayuno?—dijo sin entender
—Porque no creo que a ellos les agrade cenar cereal con leche lo cuál es tú especialidad y de ahí no sabes preparar nada mas— habló mientras reía con fuerza
Rodrigo le dio un pequeño golpe y todos rieron
—No le crean, si se preparar algunas cosas, pero para su tranquilidad ordenare comida — confesó
—Hacen una muy linda pareja — mencionó Keyla mientras veía a Gold y Regina
—¡¿Qué?!— dijeron ambos al mismo tiempo
— ¿No son pareja?— cuestionó sin comprender
—No, ella es mi hija—dijo Gold señalando a Regina
—Bueno entonces pido disculpas—dijo apenada— Pero tienes un padre muy guapo para su edad Regina—dijo Keyla y Rodrigo la golpeó con el codo para que se callara
—Gracias— dijo Gold— Es bueno saber que aun soy buen partido
Regina reía como nunca, todo esto le había hecho mucha gracia
—No te preocupes—mirando a Keyla— Y si papá, claro que eres un buen partido— expresó Regina observando a Gold
—Cuando accidentalmente rocié a Regina, me percaté de que estaban por salir, y ya que al final no fueron al lugar donde se dirigían ¿Les parece si los llevó a donde tenían que ir?— sugirió Rodrigo
—No es necesario que te molestes —dijo Regina
—Eso puede esperar—aseguró Gold
—Insistimos, nosotros vamos de salida también y tal vez vallamos a un lugar cerca al que se dirigían—dijo Keyla
Regina y Gold aceptaron, así que sus vecinos los llevaron a la agencia de automóviles, ambos escogieron uno, el de Gold se lo podía llevar ya, pero el de Regina tardaría unos días ya que ella había solicitado algunas "modificaciones" o como Gold decía le agregaría cierto toque de reina
El mecanismo y manejo del auto era similar al que Gold usaba en Storybrooke, así que no fue muy difícil adaptarse a conducirlo, cuando fue desterrado y estaba en busca de las brujas del mal, aprovecho para aprender una que otra cosa de este mundo, sabia como usar el GPS del auto lo cuál era de mucha ayuda gracias al hecho de que no conocían las calles de los Ángeles.
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