Capítulo 19

Regina había correspondido al besó, todo se detuvo, eran ellos solos, solos los dos

Cuando finalizaron el beso, ambos sonreían, se sentían como dos jóvenes que se habían besado por primera vez, decidieron terminar de comer su postre y luego salieron del lugar, Thomas tomó la mano de Regina

—Me gustaría llevarte a un último lugar— dijo él

Ella asintió y juntos subieron al auto, el conductor los llevó hasta el lugar que Thomas previamente le había indicado.

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Llegaron a un hermoso parque, habían algunas personas en el lugar, pero no muchas, estuvieron caminando por ahí mientras Thomas le contaba algunos datos históricos sobre estatuas y edificios que se apreciaban cerca de ahí, trataba de impresionar a Regina, a veces decía alguna cosa graciosa para hacerle reír, a lo lejos se escuchaba música, así que ambos caminaron siguiendo el sonido, algunas personas ya estaban reunidas frente a lo que parecía una banda callejera/improvisada que tocaba muy bien

—¿Me concedes esta pieza?— preguntó Thomas muy galante

—¿Aquí en medio del parque?— proclamó ella

—Claro y ¿Porqué no?— sugirió él

Ella tomó la mano que Thomas le ofrecía y ahí en medio del parque un poco lejos de las demás personas comenzaron a bailar al ritmo de Careless Whisper original de George Michael

Ambos bailaban felices e inclusive habían logrado que otras parejas que se encontraban en el lugar también bailaran, se movían suavemente disfrutando la tranquilidad de estar en los brazos del otro, cuando los músicos terminaron de tocar Regina & Thomas se separaron y ambos aplaudieron al grupo por tan bella melodía que habían interpretado, Thomas depositó algo de dinero en el sombrero que los músicos tenían predispuesto, luego ambos avanzaron un poco alejándose de los músicos, el viento soplaba con algo de fuerza y la noche se estaba volviendo más fría, Thomas se quitó el saco y lo puso sobre los hombros a Regina, decidieron que ya era hora de regresar, así que caminaron hasta donde el auto se encontraba estacionado.

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El conductor los llevó hasta la casa de Regina, Thomas se bajo del auto y acompaño a Regina hasta la entrada de su casa, cuando estuvieron ahí él la abrazo y depositó un besó en su frente, luego en la punta de su nariz y al finalmente besó sus labios, ninguno de los dos quería despedirse, pero ya era tarde, Thomas susurró un "adiós" muy dulce, Regina se quitó el saco y se lo devolvió, él lo tomó y subió al auto antes de dejar de escuchar a su lado racional y seguir a sus instintos los cuales le indicaban no alejarse de Regina, se aferraba al saco ya que este había quedado impregnado con el aroma de ella, mientras la morena abría la puerta e ingresaba a su casa, subió a su habitación tratando de no hacer mucho ruido y se tiró en la cama, todo lo que había ocurrido no paraba de dar vueltas en su cabeza, reía como una chiquilla, así como hace mucho tiempo no lo hacía, Gold había escuchado el ruido de la puerta de la casa, así que simplemente asomo un poco su cabeza por la puerta comprobando que Regina había llegado y al fin pudo dormir.

Día siguiente

9:00 am

Gold se había ido a su trabajo y Regina seguía durmiendo, la noche anterior le había costado un poco conciliar el sueño porque no podía dejar sus pensamientos tranquilos, su celular sonó indicándole que tenía un mensaje nuevo y como siempre lo dejaba en su mesa de noche simplemente extendió su brazo para alcanzarlo, era un mensaje de Kiara, ella rápidamente se incorporó en su cama, recordó que se había ofrecido a acompañar a la joven a comprar su vestido de graduación

Regina respondió el mensaje informándole que pasaría por ella dentro de una hora, la morena se levantó de la cama con toda su fuerza de voluntad ya que aún tenia sueño, tomó un baño y luego bajó por su habitual tasa de café, subió a su recámara para cambiarse se puso unos jeans ajustados a los cuales les realizó un dobladillo, una camisa blanca, zapatos de tacón en color blanco que eran bastante cómodos aunque no lo parecieran, se maquilló un poco y tomó un bolso que se podía cruzar en colo blanco y sus llaves.

Casa de Elizabeth

Cuando estuvo ahí llamo a la puerta y una sonriente Kiara la recibió, ella tomó su cartera y ambas salieron de ahí, habían acordado ir al centro comercial ya que ahí había gran variedad de tiendas que podrían visitar y tal vez encontrar el vestido ideal, Kiara había colocado un poco de música, ambas mujeres cantaban y reían.

Centro comercial

Una vez ahí ambas caminaron hacia una de las tiendas más famosas del lugar, cuando ingresaron a la tienda rápidamente fueron a la área de vestidos y estuvieron observando las diferentes opciones, una encargada les ayudaba para poder encontrar el "ideal''

Kiara iba caminó al vestidor llevando consigo una gran cantidad de vestidos que previamente habían seleccionado, mientras Regina esperaba a fuera para poder verla lucir cada atuendo, la joven salió luciendo el primer vestido:

Este era en color negro, largo, tipo sirena con transparencias en los hombros, en todo el vestido habían muchas flores rosadas, ella caminaba como en una pasarela y Regina aplaudía

Salió nuevamente del probador, pero ahora lucía un traje sastre que consistía en una camisa/saco y un pantalón de tela color negro con un estampado en rojo

El tercer vestido era en color azul cielo con negro, no tan largo y con detalles en blonda que lo hacían ver muy delicado y elegante

Y así siguieron la joven se probaba un vestido tras otro, cuando sus ánimos comenzaban a decaer Regina le llevó un vestido que parecía ser el ideal, ella se lo probó y al verse frente al espejo supo que era el correcto

Tenía muchas cosas que le fascinaban, estaba lleno de color, pero no de una manera cargada, era largo y elegante, amaba el estilo y se sentía cómoda con él, así que ese vestido resultó siendo el ganador, ambas mujeres salían de la tienda con las manos llenas de bolsas de compras.

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Decidieron parar en el área de comidas, recorrieron los diferentes puestos y comprarían comida, pero no para ellas mismas sino para la otra y sería una sorpresa lo que comerían.

Minutos después ambas se encontraban sentadas la una frente a la otra, Kiara había comprado comida mexicana para Regina, mientras la morena había comprado comida italiana para Kiara.

Ambas se sorprendieron de la elección que la otra había hecho, pero se dedicaron a comer

—¿Cómo te sientes ahora que estas a punto de graduarte?— preguntó Regina

—Estoy muy emocionada, pero a la vez triste, creó que extrañare a mis amigos— dijo ella

—Estoy segura que en la universidad harás nuevos amigos— declaró Regina dedicándole una sonrisa

—¿Tú como te sentiste al graduarte?, ¿Estabas lista para ingresar a la universidad?— cuestionó Kiara

Regina se tomó un momento para meditar las palabras de Kiara, estaba claro que no podía decirle la verdad, no podía simplemente contarle que a su edad ella no estaba por ingresar a la universidad en cambio estaba por casarse con un hombre que podría triplicarle la edad, así que decidió omitir eso

—Claro que estaba nerviosa, pero a la vez sentía que era solo un escalón más para alcanzar mis sueños— explicó

Siguieron conversando y disfrutando de la comida.

Ahora irían a comprar zapatos entraron a varias tiendas buscando los perfectos para complementar el vestido, algunas horas después los habían encontrado, pero ambas se encontraban cansadas de tanto caminar por las diferentes tiendas, hicieron una pequeña parada en una tienda de postres, ingresaron al local y ordenaron una deliciosa tasa de café y lo acompañaron con un pastelillo

—¿Hubieras preferido mejor que tú madre te acompañara?— preguntó Regina mientras comía de su pastelillo

—Sí y no, me encanta salir de compras con mamá, tiene un gran sentido de la moda, pero me alegro que te ofrecieras a acompañarme, nos hemos podido conocer mejor y esperó que las cosas entre nuestros padres funcionen y así podremos ser hermanas— dijo ella feliz

—Sin importar que pase entre ellos, tú puedes ser mi hermana— afirmó con cariño

—Gracias— dijo Kiara mientras le sonreía

—Estoy segura de que tú madre hubiera deseado acompañarnos— comentó Regina

—Sí, pero al menos le hemos enviado fotos de todo lo que compramos, la verdad yo realmente admiró a mi mamá, ella trabaja en lo que le apasiona y siempre encuentra la manera de pasar tiempo conmigo, yo siempre quise tener hermanos, pero mis padres me dijeron que era casi imposible, cuando mi madre me tuvo sufrió de muchas complicaciones y es casi un milagro que ambas saliéramos con vida— explicó Kiara

—¿Puedo preguntarte por tú padre?— inquirió Regina

—Claro, él murió cuando tenía 8 años, fue difícil al principio ya que lo extrañaba mucho, pero mi mamá se esforzó porque ambas saliéramos adelante, ella sufrió mucho ya que lo amaba y por eso se rehusaba a salir a citas, yo era quien prácticamente la obligaba, pero me alegró que haya encontrado a Robert es un buen tipo— admitió

—Siento lo de tú padre— dijo con sinceridad ya que ella sabía lo que era sufrir la pérdida de un padre

—Recuerdo la primera vez que vi a Robert, llegó a casa un día y yo le hice un pequeño interrogatorio, él supo responder bien a cada pregunta que le lancé, luego en la cena estuve observándolo todo el tiempo y él siempre era muy cariñoso con mamá y también trataba de ser amigable conmigo, comenzó a contarnos sobre ti y ahí descubrí que si él podía ser un buen padre, tal vez mi madre y él llegarían a tener un buen futuro— confesó

Ambas sonreían, agradecían que el local fuera pequeño y también al hecho de que había pocas personas ahí, lo que les brindaba la oportunidad de hablar con mucha tranquilidad

—¿Porqué no me cuentas algo sobre ti?— pidió Kiara con curiosidad

—No creó que tenga mucho que contar, realmente creo ser una persona aburrida— contestó ella

—Vamos ¡Por favor!— suplicó Kiara

—Está bien— dijo Regina— ¿Pero no se que podría contarte?— confesó

Kiara tomaba de su café mientras Regina pensaba

—Yo tengo un hijo el cual amo muchísimo— declaró la morena

—¿Dónde está? ¿Cuándo podre conocerlo?— decía ella muy animada

—Bueno el está con su madre yo lo adopté cuando era un bebé, pero cuando el tenia 10 años buscó a su madre biológica, al parecer yo no era lo suficientemente buena madre, Henry logró encontrarla y aunque al principio fue difícil terminé aceptando que él también debía compartir tiempo y cariño con la mujer que le había dado la vida, cuando mi padre y yo nos mudamos a esta ciudad yo solo quería escapar de todo y desafortunadamente tuve que dejarlo, fue difícil y la verdad lo extraño mucho, me duele estar lejos de él, pero al menos tengo la tranquilidad de que Emma lo cuidará y Henry estará bien— manifestó ella

—Lo siento, yo no quería tocar un tema difícil para ti— dijo Kiara al ver como la mirada de Regina ahora parecía triste

—Está bien— dijo mientras ponía su mano sobre la de ella— Tal vez contártelo me ayude a procesar todo y sentirme mejor, pero te prometo que lo conocerás, estoy segura de que se llevarán muy bien— dijo ella retomando su habitual sonrisa

Luego de eso, ambas siguieron conversando de otras cosas, Kiara le contaba a Regina muchas de las que cosas que había hecho o le habían pasado en la secundaria

Ahora solo faltaba comprar los accesorios, realmente este había sido un largo y divertido día.

Cuando al fin habían realizado todas sus compras, fueron al estacionamiento, se veían muy graciosas ya que cargaban muchas bolsas, Regina condujo hasta la casa de Liz

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—Gracias por este día tan maravilloso— dijo Kiara mientras abrazaba a Regina

El abrazó la tomó desprevenida, pero rápidamente lo correspondió, claro que ella también sentía que había sido un día maravilloso, siempre soñó con tener hermanos y cuando Zelena apareció en su vida ella solo buscaba vengarse de ella, le hubiera gustado compartir lo que en pocas horas había logrado con Kiara.

—Gracias a ti por dejarme acompañarme, pero sobre todo por dejarme ser tú hermana— admitió ella mientras le dedicaba una sonrisa

—Eres la mejor hermana mayor— declaró ella

Elizabeth abrió la puerta, al parecer ya había llegado y sonrió al verlas juntas, invitó a Regina a pasar, mientras Kiara subía las compras a su habitación

—Chicas ¿Qué tal estuvo su día?— preguntó Elizabeth

—Fue muy divertido— dijo Kiara

Y así paso aproximadamente una hora, mientras las chicas le contaban lo que habían hecho ese día, Elizabeth había invitado a Regina a cenar, pero antes de que ella aceptara había recibió un mensaje de Thomas, él estaba invitándola a cenar, se disculpó con Liz por no poder aceptar su invitación, aunque la novia de su padre no se había molestado, logró que Regina prometiera cenar con ellas otra noche, la morena subió a su auto y condujo hasta su casa, no sabía porque, pero estaba decidida a cambiar su ropa por otro atuendo, él había dicho que solo "cenarían" pero Regina quería lucir bien ¿Para impresionar a Thomas? Tal vez.

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Estacionó su auto e ingresó a su casa, Gold estaba sentado en el sofá mientras escuchaba una emisora local, ella lo vio y simplemente dijo "Hola" mientras literalmente corría a su habitación, tomo una ducha muy rápida y buscó en su armario, se decidió por un vestido negro que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, tenía unas tiras de color azul y blanco contaba con una tira de color rojo por los hombros, le encantaba como le quedaba, no quería parecer tan formal así que opto por usar una simples zapatillas con un look retro para complementar

Retoco un poco su maquillaje, aplicó perfume y bajo de nuevo, Gold solo la miraba curioso ella le guiño un ojo y le dijo "adiós" y se fue, Gold se había quedado un poco perplejo, Regina solía ser muy tranquila, pero hoy se había comportado como "Flash", recordaba haber visto un capitulo de esa serie hace unos días y fue la mejor comparación que encontró, apagó la radio y llamó a su novia, ella le comentó que Regina había estado en su casa, luego ordenó algo para cenar ya que no le apetecía cocinar para si mismo, y se dispuso a ver algo en la televisión.

Casa de Thomas

Regina había llegado, bajo del auto y toco la puerta el abrió la puerta

Brindándole esa sonrisa que a Regina le encantaba, lucia una camisa azul simple y unos vaqueros, la invitó a pasar, dentro de la casa se percibía un rico aroma

—Me alegro que pudieras venir— dijo él

—Gracias a ti por la invitación— respondió ella

Caminaron hacia la cocina, él sirvió dos copas y le ofreció una ella, comenzó a observar el lugar y cuando devolvió su vista hacia el lugar donde antes estaba Thomas este ya no se encontraba ahí, segundos después apareció detrás de ella sacándole un pequeño susto

—Siento asustarte, pero estas son para ti— dijo él mientras le entregaba un ramo de hermosos tulipanes

—Son hermosas— admitió ella mientras las tomaba, las llevó cerca de su nariz para deleitarse con su aroma y delicadamente pasaba las yemas de sus dedos sobre sus pétalos, eran realmente preciosas

—Me alegra que te gustaran, mi padre siempre me dijo que las flores se regalan a las mujeres hermosas, pero sobre todo se dan en vida— dijo él de manera dulce

Regina se acercó a él y lo abrazó, realmente no supo en qué momento le llegó ese arrebato, pero se sentía tan bien estar en sus brazos

Cuando se separaron de su abrazo, Thomas le pidió que fueran al comedor, ella tomo asiento, mientras él iba por la comida, sirvió los dos platos junto a una copa de vino blanco

La cena paso de manera fabulosa, ambos conversaban y reían, estaban disfrutando el postre, el helado de chocolate estaba delicioso

—¿Cómo vas con la fiesta?— preguntó ella mientras tomaba una cucharada de su helado

—Bien— dijo mientras la miraba, jamás se imaginó que ver a alguien comiendo helado resultará tan sexy, decidió seguir hablando para no perder la cordura y hacer alguna tontería— Aunque aún me faltan algunos detalles— confesó él mientras probaba su helado

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Las horas parecen volar cuando estás en compañía de alguien interesante, Regina vio la hora y se asustó de que ya fuera tan tarde

—Creó que ya debería irme— habló ella mientras se levantaba del sofá

—Espera— dijo él mientras también se levantaba del sofá

—¿Qué pasa?— preguntó

—Toda la noche me eh estado debatiendo en cómo debo hacerlo, creía tener más tiempo, pero ya estas a punto de irte, así que hablare— decía él un tanto nervioso

—¿Qué tienes?— cuestionó ella con curiosidad

Él se aproximó más a ella, quedando a escasos centímetros el uno del otro, tomó sus manos, respiró profundo y habló

—Cada vez que estoy contigo siento mi corazón latir de manera descontrolada, como si el tiempo se detuviera y desde que probé tus labios se han vuelto una adicción para mí, pero realmente quiero hacer las cosas bien, así que ¿Regina quisieras ser mi novia?— preguntó él

Regina no sabía que decir, claro que le encantaba pasar tiempo con él, también era cierto que ella deseaba besarlo nuevamente, pero se preguntaba ¿Si este era el momento indicado para comenzar una nueva relación?, decidió dejar sus dudas de lado, cuando dejo Storybrooke atrás pensó en una futuro nuevo, diferente y Thomas tal vez le brindaba esa oportunidad, él la observaba atentó y ella decidió seguir a su corazón, así que lo besó, lo besó como tantas veces había deseado con pasión y dulzura una mezcla de ambas

—¿Eso es un sí?— dijo él cuando dejaron de besarse para recuperar el aliento

—¡Claro que sí!— afirmó ella

Él acercó a Regina nuevamente para plantarle un beso, pasó sus manos por la cintura de ella, dejó sus labios para besar su cuello, mordió levemente su lóbulo y de nuevo regresó a sus labios, parecía que sus bocas jamás se saciarían, pero el sonido del teléfono los hizo parar, Thomas tomó el teléfono mientras Regina lo observaba

—Lo siento hermosa era mi hermana— decía mientras la acariciaba

—Ahora que estamos en una relación ¿Qué pasará en el trabajo?— preguntó ella

—Podríamos ser un poco discretos, aunque creo que no le sorprendería a nadie que ambos estuviéramos en una relación— dijo él

Ella simplemente asintió dándole la razón

Regina se despidió de él, aunque no quería, Thomas la besó una vez más y le pidió que lo llamara cuando llegará a su casa.

Casa Goldsmill

Regina bajo de su auto, tomó las flores que Thomas le había dado e ingresó a su casa, Gold se encontraba en la sala ya con su pijama puesto y observó como ella entró a la cocina y saco un florero para colocar ahí sus flores, dejó su cartera en la mesa y se acercó a él para abrazarlo, él pobre ya no sabía que pensar de la actitud de su hija

—Pareces muy contenta— mencionó

—Es porque lo estoy— dijo ella rebosante de alegría

—¿Podría saber cuál es el motivo?— preguntó él

—Bueno querido padre, lo que pasa es que ya tienes nuevo yerno— dijo ella riendo a carcajadas mientras su padre digería lo que ella le acababa de decir

—¿Thomas & tú?— cuestionó Gold

—Así es— dijo ella mientras le quitaba el vaso de whisky que él tenia en sus manos y lo rellenaba nuevamente

—El muchacho tiene buen gusto— dijo él mientras aceptaba el whisky

Regina reía, Gold solía ser muy ocurrente

—Deberías invitarlo a comer, será divertido asustarlo— dijo mientras se ganaba una mirada reprobatoria de parte de Regina

—¿Qué te parece si mañana viene a almorzar?– dijo ella luego de haber meditado la idea

—Me parece bien y crees que podemos invitar a Liz y Kiara ya que ellas técnicamente son parte de nuestra familia— sugirió

—Claro, al parecer mañana tendremos un almuerzo familiar— dijo ella contenta

Ambos se desearon las buenas noches y cada uno partió a su recamara, Regina subió para llamar a su novio (aún no se acostumbraba del todo a llamarlo así) le comento que ya había llegado a su casa y también lo invitó a almorzar con su familia al día siguiente, el aceptó y siguieron conversando por aproximadamente 20 minutos, luego de eso se dispusieron a dormir, les esperaba un gran día.

Storybrooke

—Emma, realmente no estoy muy convencida de que está sea una buena idea— decía azul

—Tenemos que confiar en que funcionara— afirmaba la rubia

Zelena traía la poción en la cual habían estado trabajando, todo el pueblo estaba reunido, todos querían mostrar su apoyo

—¿Estás listo?— preguntó Killian

Él solo asintió

—Toma— dijo Emma mientras le entregaba algunos papeles con las instrucciones de lo que debía hacer y algo de dinero

—¿Tú crees que estará bien?— le preguntaba Mary Margaret a su esposo

—Debemos confiar en que lo logrará— respondió David

—Pero la última vez que alguien intentó cruzar se convirtió en árbol— dijo ella mientras veía como él estaba por cruzar la línea

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