Capítulo 14
Regina sabía que pasaría ese día en su casa, pero no pensó que sería sola mientras su padre tenía una cita, luego de cenar se puso a leer un libro en su habitación y se quedó dormida, no supo si Gold había llegado esa noche a dormir a la casa o no.
Mañana siguiente
Regina abría los ojos perezosamente, luego de su rutina de la mañana, revisó su celular tenía varios mensajes de un número desconocido:
Buenos días Regina, esperó que estés lista para nuestra cita de hoy y que no te hayas arrepentido. Ayer no mencioné la hora de la cita, pasaré por ti a las 4 de la tarde PD. Viste de manera cómoda ya que iremos en mi motocicleta
Regina leyó el mensaje y decidió responderle:
Buenos días Thomas no respondí antes porque estaba dormida, me preguntó ¿Cómo conseguiste mi número? Y sabes mi dirección, comienzo a pensar que no solo eres el dueño de una agencia de bienes raíces ¿Serás acaso un espía? Estaré lista a las 4, te veo más tarde
Salió de su cuarto, realmente no tenía hambre, pero camino con cautela, no quería presenciar alguna escena que la provocará algún trauma, luego de ser casi una ninja para poder llegar segura a la planta baja se dirigió a la cocina, tomaría simplemente una taza de café, su sorpresa fue encontrar a su padre desayunando ya y cabe resaltar que se encontraba solo, en cuánto Gold la vio le saludo y la invitó a desayunar, su plato se encontraba ya servido, el desayuno fue tranquilo y ambos mantuvieron una agradable conversación, él se despidió ya que debía ir a trabajar, Regina luego de cambiarse decidió limpiar un poco la casa, luego de pasar gran parte de la mañana en eso, tomo un descanso y revisó su celular cuando su amiga Keyla la llamó, minutos después la divertida chica se encontraba en su casa, prepararon el almuerzo y luego de comer estuvieron viendo televisión, Keyla había encontrado una película dramática, y habían partes tristes en la historia por ello su amiga estaba al borde de las lágrimas, mientras Regina seguía fuerte, la morena decidió ver la hora y al revisar su celular se dio cuenta de que ya era algo tarde y debía prepararse para su cita
—Keyla— dijo Regina tratando de llamar la atención de su amiga
—Regí ¿Qué pasa?— preguntó observando a su amiga
—Podrías ayudarme a elegir un atuendo — pidió Regina
—¿Tiene que ser ahorita? si algo malo más pasa en esta película llorare toda la noche— dijo Keyla
—Es que es para una cita... Pero tienes razón, sigamos viendo la película y ya después—Regina no pudo seguir hablando ya que en el momento que Keyla escuchó la palabra "cita" apagó la televisión y le exigió que corrieran hacia la habitación para revisar el armario de la ex alcaldesa
Habitación de Regina
La morena se encontraba sentada en la cama, mientras Keyla se sumergía en su armario, verla sin dudas era divertido parecía un pequeño en dulcería, pero había que admitir que había buscado buenas prendas, luego de tener posibles conjuntos armados hizo que Regina se probará toda la ropa, lo cual llevó algo de tiempo, pero todo el esfuerzo y tiempo habían valido la pena al encontrar el atuendo indicado, Regina extendió la ropa en su cama y bajo a despedir a su amiga, Keyla no quería irse, le intrigaba saber quién era ese extraño misterioso que había invitado a su amiga a salir esa noche ya que ella sólo le había dicho que tenía una cita y cuando ella trato de indagar mas en el asunto Regina siempre lograba cambiar de tema, al final le había dicho que por los momentos era mejor que no lo conociera ya que ni ella estaba segura de cuán lejos llegaría esto, Keyla acepto de mala gana ya que quería saber pero luego le pareció emocionante pensar en hombre de la cita de Regina como un galán de cine o uno de esos hombres que sólo logras encontrar en un buen libro romántico, luego de que Keyla se fuera Regina subió a tomar una ducha aún tenía tiempo para arreglarse y estar lista a tiempo.
Storybrooke
Emma se había puesto en contacto con algunos amigos, luego de brindarles datos básicos descriptivos sobre cada uno y algunas imágenes era cuestión de tiempo para ver si la búsqueda daba resultados
Por su parte, Zelena seguía asistiendo a su trabajo en la biblioteca no era tan malo después de todo, y Belle había decidido contarles a sus amigos sobre su embarazo
Los Ángeles California
Regina se vio al espejo tenia puesto unos pantalones de cuero ajustados, una camisa de estampado animal, una chaqueta blanca, un pequeño bolso cruzado y unos hermosos botines negros bajos
Mientras pintaba sus labios de rojo carmín alguien llamó a su puerta para luego ingresar, Gold había llegado ya a casa
—Te ves preciosa— dijo él
—Gracias— respondió ella
—Venia a preguntarte que querías cenar, pero al verte tan arreglada recordé que hoy saldrías, así que mi pregunta es innecesaria —explicó él
Regina quería preguntarle sobre la cita que él había tenido la noche anterior, pero sus intenciones se vieron interrumpidas al escuchar el sonido del timbre y antes de que Gold bajará ella fue más rápida, se despidió de su padre y le dijo que no era necesario que esperará hasta que ella regresará, luego prácticamente corrió escaleras abajo, solo logro escuchar que Gold dijo "diviertete pero si él se pasa de listo lo mató"
Regina cerró la puerta de golpe deseando que Thomas no hubiera escuchado las palabras dichas por su padre, Thomas en cuanto la vio se quedó sin aliento Regina se veía preciosa, luego de saludarse y decirle lo hermosa que se veía, le brindó un casco y ella subio a la moto Harley Davidson, el sol aún brillaba un poco y sentir el suave rose de la brisa en la cara era una increíble sensación, Thomas llevaba conduciendo un buen tiempo, Regina no tenía ni las más remota idea de a donde se dirigían, pero por alguna razón ella se sentía segura con él, aun sin saber exactamente a donde estaban por llegar.
Luego de algunos kilómetros de marcha llegaron a un hermoso viñedo
Bajaron de la motocicleta, mientras ella veía maravillada aquel lugar, él la guió y comenzaron a recorrerlo
Tomaron una copa de vino y estuvieron conversando, era divertido y muy entretenido, de pronto a Thomas se le ocurrió una idea, caminaron alejándose un poco de los viñedos y se dirigieron a unos establos, Thomas no estaba muy convencido de esto ya que no sabía si realmente le agradaría a Regina, pero en cuanto ella vio los caballos se acercó a ellos y comenzó a acariciarlos, esto era sin duda algo digno de ver, ella le preguntó si podían montar un rato, Thomas respondió que sí, solo debía llamar al encargado para que los ensillara, pero Regina lo detuvo y le dijo que no era necesario, ella tomo las sillas de montar y ensillo ambos caballos, Thomas no podía estar más admirado, ambos subieron a los caballos y estuvieron recorriendo parte de la gran propiedad
El sol comenzaba a ponerse entonces Thomas le dijo a Regina que era hora de regresar, Regina decidió retarlo a una carrera hacia los establos y él aceptó, ella término ganando y Thomas afirmaba que realmente la había dejado ganar, bajaron de los caballos y comenzaron a reír, él tomo la mano de ella en un momento y las entrelazó, la guió hacia el lugar donde cenarían, el caminó fue en silencio, pero una gran sonrisa adornaba el rostro de cada uno.
—Ya casi llegamos y como quiero que sea sorpresa vendare tus ojos— dijo él mientras sacaba un trapo y le cubría los ojos
Regina estaba intrigada, pero se dejó guiar por él, caminaron un poco mas y Thomas le informó que ya habían llegado, entonces le quitó la venda y Regina miro admirada el lugar donde se encontraba
Estaba sobre la parte de atrás de un gran camión que usaban para transportar las uvas, sobre el había una mesa y sillas, arriba de esto, unas luces conectadas al camión para iluminar el lugar, era sin dudas algo ingenioso, el camión estaba aparcado en medio del viñedo, ambos tomaron asiento y de pronto llegó un muchacho con sus aperitivos
—Esperó no te moleste que yo haya preparado el menú— mencionó
—No te preocupes, me parece perfecto— dijo ella mientras lo observaba
La luna brillaba y ver los viñedos con esa luz y las estrellas brillando era algo demasiado mágico, minutos después un plato de pasta Alfredo junto a una copa de vino fueron servidos, Regina se deleitó ante el exquisito sabor de la pasta y la conversación no paro. La comida paso de lo más increíble, cuando ambos habían terminado de comer Thomas le preguntó a Regina si quería comer postre, ella se negó la verdad estaba llena, el tampoco tenía ganas de comer algo mas, entonces pidió los postres para llevar
—¿Estas lista para ir a un último lugar?— preguntó él
—Creí que aquí acababa todo— dijo ella
—Aún no, la noche es joven— dijo mientras le brindaba su mano para que ella pudiera bajar del lugar donde antes habían cenado
Luego de guardar los postres, subieron de nuevo a la motocicleta dejando atrás el hermoso viñedo, para emprender un nuevo caminó, ella se aferraba a él, era emocionante seguir en la cita, luego de recorrer algunos kilómetros, Regina creía que era una broma porque ya que no veía nada, se encontraban cerca de unas montañas, pero estaba muy oscuro
—Ya llegamos— dijo mientras reía al ver la expresión de ella
—¿Enserio?— preguntó ella
—Sí— dijo él mientras sacaba unas cosas— Vamos— habló mientras le extendía su mano
Caminaron un poco por una especie de camino olvidado, hasta que llegaron a la cima, estando ahí se sentía que todo el trayecto para llegar a ese lugar valía la pena
Desde ahí parecía que todo se detenía y se tenía el poder de controlar toda la ciudad, las luces brillaban haciendo de todo un espectáculo digno de admirar, estando en ese sitio se podía ver la velocidad con la cual todos se movían, mientras ellos disfrutaban de la paz y tranquilidad de ese sitió
—¿Te gusta?— le preguntó Thomas a Regina mientras ella no dejaba de observar aquel lugar
— Es precioso— dijo ella— Supongo que es un sitio popular para traer a tus conquistas — agregó ella
—La verdad no es un lugar muy popular, pocas personas saben realmente que se puede subir hasta este punto, yo lo descubrí un día por casualidad, puede que hayas escuchado que no me agrada pasar mucho tiempo en la oficina, así que a veces solía salir sin rumbo, un día llegué a este sitio y luego de mucho caminar encontré un modo de subir, no había traído a alguien más aquí por lo que tú eres la primera— dijo él mientras la veía
Ella se había sin palabras, de pronto Thomas comenzó a tomar su mochila, la cual ella ni siquiera había notado y buscaron una superficie plana, quitó algunas piedras que estorbaban y extendió un mantel de picnic, la invitó a sentarse junto a él, seguían teniendo esa maravillosa vista que propicia ese lugar, luego saco una botella de champan, 2 copas y sirvió un poco para ambos, de ahí sacó los postres que eran pastel de chocolate con fresas, los dos se deleitaron con el espléndido sabor de todo, cuando terminaron estuvieron conversando un rato mas, pero se hacía más tarde y el viento comenzaba a soplar con más fuerza, bajaron del lugar donde se encontraban y subieron a la motocicleta, era hora de regresar a casa
Cuando llegaron, Thomas ayudó a Regina a bajar de la motocicleta
—Entonces Señorita Goldsmill ¿Fue esta la mejor cita de su vida?— le preguntó
—La verdad sí— dijo ella recordando todos los detalles de la misma, habían reído, el paseó en caballo le había recordado los tiempo en el Bosque Encantado cuando amaba cabalgar a rocinante, todos los detalles que Thomas había incluido, por eso se había ganado el hecho de considerar esa como la mejor de sus citas
—Lo sabia— contestó él muy feliz
Regina solo sonrió
—Al principio creí que no te gustaría, me arriesgue mucho al salir de lo convencional y no llevarte en mi lujoso auto a un restaurante elegante y no es porque tú no merezcas nada de eso, pero lo que planee para esta velada era mas especial, me alegra que te gustará la comida, porque fui yo quien la preparó, y cada vez que quieras ir al viñedo eres más que bien recibida —explicó
—Fue increíble— dijo ella mientras le abrazaba y depositaba un beso en su mejilla
Luego de despedirse Regina ingresó a su casa
—Hasta que regresas querida— dijo Gold quien se encontraba en un sofá
Regina se había llevado un gran susto, ya que las luces se encontraban apagadas y no imaginó que él estuviera ahí
—Te dije que no era necesario que me esperaras— dijo ella
—Pero quería asegurarme de que regresarías bien— declaró él
—Ten— dijo Regina entregándola una bolsa de uvas que Thomas le había dado
— ¿Uvas?— dijo sin entender
—Sí, que las disfrutes, ahora si me disculpas me retiro tengo mucho sueño— mientras subía las escaleras hacia su habitación
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