Capítulo 9

Residencia Uchiha versión navidad.

____

—Este árbol es un desastre— podía escuchar las voces de mis compañeros de piso a través de la pared, mientras caminaba en dirección a la puerta de entrada. Mi cabello estaba lleno de nieve y me sentía sumamente congelada, espero que tuvieran listo al menos el chocolate caliente.

—Estoy esperando a que ____ llegue, para que nos ayude— enarqué una ceja, introduciendo las llaves y luego abriendo la puerta, una brisa fría me recibió y temblé en respuesta.

— ¿Pueden tomarme en consideración y encender la bendita calefacción? — cuestioné entre dientes, los cuales me temblaban.

—Pero si no está haciendo tanto frío, eres una dramática— observé a Sasuke, el cual se encontraba sentado junto a Sakura, con una cerveza en la mano.

—Yo definitivamente fui una diabla en mis vidas pasadas, para tener que pagar mi condena contigo— gruñí, sintiendo de repente una fuerte calidez en mi espalda. Un pesado abrigo ahora reposaba sobre mis hombros.

— ¿No sabes que es de mala educación tratar así a una dama? — alcé la vista para ver a Kakashi, casi salté de la emoción.

— ¡Kakashi! ¡No pensé que tendría el gusto de verte hoy! — enrollé mis brazos alrededor de su cuello, escondiendo mi cabeza en el mismo.

—Bueno, los condones no se pueden desperdiciar— ahogué una risa pícara, mientras sus manos acariciaban mi espalda.

—Bueno, pueden conseguirse una habitación— habló Sasuke, llevando la lata a su boca, Sakura a su lado se removió, como si le gustara la idea para ellos dos.

—No se la puede llevar, todavía necesitamos decorar esta maldita cosa, y ella aquí es la única buena en esas cosas— suspiré, caminando en dirección a mi habitación —, ¿pero a dónde vas maldita? — Deidara estaba al borde de una crisis, y yo no estaba con las energías suficientes para molestarlo más.

—Iré a ponerme cómoda, ya mismo vuelvo y los ayudo— abrí la puerta y entré, encontrándome con un ramo de rosas rojas en mi cama, Kakashi a mis espaldas aclaró su garganta.

—Las he traído como un regalo— sonreí levemente, antes de girarme.

— ¿Me estás cortejando? — cuestioné, secretamente esperando un sí por respuesta.

—No creas que es amabilidad, cosita rica— sentí mis mejillas arder, por favor que los demás queden lo suficientemente borrachos para que se vayan a dormir temprano, y yo pueda tener una noche de relajación entre mis humildes paredes.

—Me gusta tu forma, creo que te dejaré ilusionarte un poco más— con su mano izquierda sostiene mi barbilla, ladeó su rostro, mientras estudiaba cada parte de mí.

—Yo no me valgo de ilusiones, te tendré para mi esta noche, y me importa muy poco todo lo demás— mordí mi labio inferior, el peliplata sonrió ante el gesto —, sé que quieres esto tanto como yo— retrocedí, cerrando la puerta y sintiendo el fantasma de su ardiente toque sobre mi piel.

Me debatí mucho entre cuál sería la ropa que me pondría, no quería estar demasiado elegante, o demasiado casual. Estaba perdiendo la cabeza, antes de que unos suaves toques a mi puerta resonaran.

— ¡Pase! — Deidara se hizo presente, con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Sabía que te estarías reventando la cabeza buscando qué ponerte, ven, deja que te ayude— asentí aliviada, y le permití escanear mi armario.

Si había alguien que podía ayudarme en esta situación, sin duda alguna era mi amiga la barbie, ella nunca me decepcionaba, y su manera de utilizarme como maniquí para sus combinaciones. . . bueno, siempre quedaba espectacular, así que no me quejaba mucho por ello.

—Creo que esto te quedará perfecto, además, le tomará su tiempo a tu romeo quitártelo, así que puedes disfrutar un poco más— mi rubia lanzaba en mi dirección mi enterizo largo de color terracota —, no te coloques sostén, deja que el Hatake se imagine todo lo que desee, pero si lleva bragas, no quiero que mojes esa belleza, mientras te pones eso, iré preparando las coas para maquillarte— agradecida, me di la vuelta comenzando a desvestirme —, te me quitas esas bragas pero ya mismo, ¿en dónde guardas la lencería? — gruñí.

—Si el hombre me quiere follar, tendrá que hacerlo con mis bragas de osito, de otra manera no será— Deidara alzó la vista al techo, su rostro iluminado por la risa.

—De verdad que me encantas, cuando sea grande, quiero ser como tú— sonreí, deslizando la suave tela del enterizo sobre mi piel —. Bien, ahora colócate ese abrigo, y ven para que te de los toques finales— caminé hasta mi tocador, sentándome en la silla.

—No vi el árbol, ¿de verdad está quedando tan mal? — cerré los ojos, permitiendo que barbie hiciera su magia.

—En nombre del estilismo, debo decir que es la cosa más asquerosa que he visto, me da miedo acercarme y que me salte encima, tratando de robarme la luz— mordí mi labio inferior, tratando de no reír, para no arruinar su trabajo.

—Bueno, creo que ya me puedo hacer una idea— murmuré.

—Cállate, estoy trabajando— y aunque las ganas de desobedecer me carcomían, lo dejé ser.

Diez minutos después salía de mi habitación con Deidara a mi lado, una sola mirada al árbol de navidad y por poco me caigo muerta ahí mismo. Sakura estaba de pie, observando lo que ella aclamaba por su creación, Itachi simplemente estaba sentado en el comedor, junto a los demás, ahogando sus penas en alcohol.

—Bueno, mamá ha llegado— dije, mientras remangaba el abrigo de Kakashi y comenzaba a retirar todas las decoraciones que había aplicado la pequeña Haruno.

— ¿Pero qué te pasa? El árbol estaba hermoso así— asentí, restándole importancia a sus palabras.

Me tardó varios minutos deshacerme de todo ese disparate, y tener el árbol completamente en blanco, esperando a que lo decorara de la mejor forma posible, haciéndole brillar cómo nunca lo había hecho.

—No te preocupes pequeño, ya estoy aquí, y te prometo que haré que quedes mejor que cualquier árbol de comercial. ¡Muy bien todos, los necesito aquí! — exclamé.

—Tu lo que necesitas es terapia, le estabas hablando al puto árbol de navidad— paradeé varias veces ante el comentario de Sasuke.

—Señor deme paciencia, porque si me da fuerza, lo mato— a mis espaldas nuestros compañeros estallaron en carcajadas, y un sonrojo adornaba la cara del Uchiha menor.

—Debo decir, querida, que ese color te queda de maravilla— el adonis Itachi se acercaba a mí, colocando una mano sobre mi cadera —, pero soy fiel creyente de que te es mejor sin nada de ropa— tuve que cerrar los ojos y respirar profundo, para no ceder ante el pecado que este hombre representaba.

¿Podría alguna vez tener un trío con él y Kakashi?

Santa, he sido una muy buena mujer, no he matado ni a Sasuke ni a Sakura, le regalé leche en buen estado a Naruto y dejé que Deidara me robara tres de mis cremas favoritas. Saqué buenas calificaciones en la universidad, mi jefe no ha tenido problemas conmigo, y ya no he vuelto a tener sueños eróticos. Por favor, por lo que más quiera, déjeme como regalo el miembro Uchiha y el del Hatake, solo eso pido, nadita más.

Los dos con un sombrero de navidad y un moño de color rojo en la pelvis, mi fantasía hecha realidad.

—Cuidado, poco más y babeas— lamentablemente la voz de Sakura me trajo de nuevo a la tierra, que rabia me daba esa mujer.

—Olvidé que existías, mi error— ella apretó los puños, y yo simplemente me giré, para no tener que ver a una niña pequeña hacer berrinches —, bueno mis guapísimos caballeros, trabajaremos con las luces primero, luego nos moveremos a los adornos, por último todos ustedes formarán una escalera, para que esta estrella se pose en la cima, otorgándole a todos la maravillosa oportunidad de apreciar mi belleza, y cómo destaco más que el mismo árbol, pero no se lo digan, para que después no se ponga celoso— todos ellos negaron, con una sonrisa cruzando sus rostros.

— ¿Puedo sugerir que te coloques solo una almohada con un cinturón, para cuando te subamos a la punta? — llevé una mano a mi mejilla.

—Pero qué maravillosa idea, pero yo prefiero este abrigo sin nada abajo— miré a Kakashi, para luego guiñarle un ojo.

— ¡Agárrenlo que se nos desmaya! — vocifero Shisui.

Bueno Santa, creo que un cuarteto tampoco estaría tan mal. No me puedes culpar, sabes que esos tres son adonis a mis ojos. Además, puedo pecar de golosa, me lo merezco.

Y sin nada más que agregar, los chicos y yo comenzamos a colocar las luces, bajo el mandato de lo que creía, sería una buena decoración.

—Iré por una cerveza— comuniqué, mientras caminaba en dirección a la cocina y abría la nevera, sacando una botella para mí solita. El frío líquido se sintió de maravilla.

—No me da pena anunciar que estoy cien por ciento de acuerdo con lo que dijo Itachi, el terracota sin duda alguna es un color que podrías usar en mis sueños— Kakashi se acercaba a mí, con destello de picardía en sus ojos —, claro, si no te encantara tanto andar desnuda— le di un largo trago a mi bebida, sintiendo mucho calor repentinamente.

— ¿A dónde se fue mi caballero? — cuestione, tratando de sonar dulce.

—Te espera en la cama— respondió, colocándose frente a mí —. ¿Pero qué mis ojos ven? — el peliplata se acercó más a mí, sus manos se posaron en el abrigo, indirectamente sosteniendo mis senos —, están erizados— murmuró con voz ronca, deslizando sus pulgares sobre mis pezones, acariciándolos.

Abrí la boca sorprendida ante su atrevimiento, y secretamente encendida por sus caricias disimuladas.

—Creo que mis ojos también están viendo algo que se ha caído— murmuré, arrodillándome, frente a él, como si estuviera buscando un objeto. Alcé la vista, observando el deseo en sus ojos, pues mi posición dejaba mucho a la imaginación, quizá demasiado.

Pero yo también sabía cómo jugar.

Llevé mi mano a su pantalón y apreté con cierta fuerza. Kakashi se removió por la sorpresa, pero rápidamente le dio la espalda a los demás, ocultando mi pequeño juego, más de lo que lo ocultaba la isla de la cocina.

Me arriesgué lo suficiente como para bajar silenciosamente la cremallera de su pantalón y acercar mi cara a su bóxer negro, depositando un pequeño beso, y otro más en su vientre bajo.

—Mira, ya lo encontré— sin darle mucho tiempo a procesar, me levanté y tomé mi cerveza, dándole otro trago largo. Ese pequeño juego me había hecho arder.

Para cuando el reloj marcaba las once y media de la noche, ya las luces estaban colocadas, y debo decir que el árbol estaba quedando bellísimo, casi me daba pena pensar que tendríamos que quitarlo, dentro de unas semanas.

—Creo que debemos darnos un descanso para comer— Naruto llevó una mano a su vientre, hambriento.

—Se come después de que terminemos de decorar el árbol, pero creo que puedo preparar una pequeña pre comida, he visto que han traído quipes y empanadas, eso servirá. Ustedes vayan colocando los adornos como les dije— caminé hasta la cocina otra vez, colocando las cajas blancas en la isla, junto a una bandeja.

Adorné lo mejor que pude la pequeña picadera, para que se viera apetecible y linda. A mi izquierda, Sasuke estaba sacando más bebidas para el resto.

—Ese color no es de navidad— dijo, como si verme enojada para él resultaba la cosa más placentera de todo el mundo.

—Bueno, puedes hacer algo por una vez en tu vida. Tráeme un sombrero de navidad— sonreí, con cierto cinismo.

— ¿Por qué te crees la gran cosa? — cuestionó, con el ceño fruncido. Podía notar la vena marcada en su cuello, delatando lo molesto que estaba.

—Dos cosas Uchiha— dije, mientras depositaba sonoramente la bandeja en la isla —, la primera es que si soy la gran cosa, soy más mujer que tu novia, aun con mi creencia de que nadie es mejor que nadie. La segunda es que pensé que ya habíamos superado esta etapa en el viaje a la playa, no puedo creer que volvamos a lo mismo— sentía el enojo crecer como una llama en mi interior.

—Paren los dos, no arruinemos esta noche con discusiones— Kakashi se colocó a mi lado, deslizando un brazo por mi hombro.

—Anda, ya llegó tu defensor. Ve y llevatela de una vez por todas a la habitación Kakashi, se nota a leguas que solo viniste para acostarte con ella, si es que andas como perrito tras su culo— apreté el puño, conteniendo las ganas de estamparlo contra su perfecta nariz.

— ¿Y qué si nos queremos follar? ¡tú te follas a Sakura a cada rato y ninguno de nosotros dice nada! — exclamé.

—No metas a Sakura en esto— su voz fría e hiriente, resonó por todo mi ser.

—Tu metiste a Kakashi, cuando él solo trataba de detener esto— respiré, agitada —, ¡te juro por Dios Sasuke Uchiha que- ! — la mano del peliplata cubrió mis labios, silenciándome.

—Creo, Sasuke, que ya es hora de que dejes de actuar como un niño. La vida sexual de esta señorita, y la mía, no son cosas que te deban importar, pero no te quito el beneficio de tus dudas, sí vine porque quería verla— sus ojos dieron con los míos —, deja que te acompañe al balcón querida, se nota que necesitas una buena brisa fría— sin oportunidad de protestar, me arrastró fuera y solo cuando estuvimos solos, me soltó.

—Ese malcriado— murmuré, apretando nuevamente los puños. habían marcas en forma de media luna producto de la fuerza con la cual me estaba clavando las uñas, sin darme cuenta de ello.

—Basta, te estás haciendo daño— Kakashi se sentó en una de las mecedoras, sin dejar de mirarme —, ¿por qué no mejor vienes y te sientas? — palmeó sus muslos, y yo obedecí, sentándome en su regazo.

—Es un niño— gruñí, mi compañero simplemente me hizo recostar la cabeza en su hombro, mientras acariciaba mi espalda.

—Ya te dije que dejaras de pensar en eso, ¿por qué no mejor disfrutas de las vistas y la brisa? — cuestionó, deslizando su dedo índice por mi mejilla.

Observé el muérdago que colgaba sobre nosotros, y de inmediato tuve una idea.

—Creo que hay mejores cosas para disfrutar, tú estás aquí, y un delicioso muérdago también— señalé la pequeña planta con la vista, y Kakashi simplemente abrió los ojos de par en par.

—Querida disculpa, no vayas a pensar que me senté aquí por el muérdago— rápidamente negué, acomodando mejor mi cabeza.

—Que va, tu reacción me lo ha dicho todo. ¿Por qué no me besas, en lugar de estar pidiendo disculpas? No me molestaría en lo absoluto— murmuré, atrayendo su rostro al mío.

—Tus deseos son mis dulces órdenes— y dicho esto, me besó.

Nunca unos labios me habían gustado tanto como los de él. Inmediatamente correspondí a su beso, sonriendo un poco, al igual que él. bien podía pasar toda la noche besándolo, y sorpresivamente, el pensamiento no me molestaba.

Una vez estuve mejor, y me besé algunas dos o diez veces más con Kakashi, volvimos para encontrarnos con el árbol de navidad terminado.

—Vaya vaya, no ha quedado nada mal— admití, observando lo bien que se veía.

— ¡Ya era hora de que llegara la estrella! — Deidara se acercó a mí, con un pequeño gesto de culpa en el rostro. Inmediatamente negué, lo que había ocurrido no era a causa de él, en absoluto —, ¿Kakashi, nos haces los honores? — las fuertes y grandes manos del antes mencionado se posaron en mi cuerpo, levantándome del suelo, y cargándome como si de una princesa se tratara.

— ¿Qué les parece aquí? — solté una maldición, aferrándome a sus brazos, mientras él me colocaba en la punta del árbol.

— ¡Bájame! — exclamé, sintiendo el conocido picor de las ramas del árbol en mi trasero —, ¡bájame, la rama se me va a meter en el culo! — mis mejillas se tornaron rojas, y el resto de los chicos estallaron en carcajadas —, ¡Kakashi! — su agarre se debilitó, producto de la risa, y por un momento creí que terminaría con una ramita en mi trasero.

—Lo lamento cosita— una vez me hubiera bajado, escondí mi cabeza en su pecho, negándome a que el mundo me viera.

—E-estoy seguro de que hasta los vecinos escucharon eso— afirmó Deidara,en medio de sus carcajadas, y mis ganas de que la tierra se abriera y me tragara se multiplicaron por mil.

—Pues claro que te parece gracioso, estás acostumbrado a que te den por ahí— murmuré, y barbie se quedó prácticamente en shock.

— ¡¿Qué me estás contando?! ¡¿no has experimentado el anal?! — abrí la boca, sorprendida por la forma tan abrupta en la cual había prácticamente gritado eso —, bueno Kakashi, tienes trabajo por hacer— gruñí, mi compañero me dejó sana y salva en el suelo.

—No es mi forma predilecta, pero si ella quiere lo intentamos— inmediatamente me giré a verlo.

—Te diré si a todo, menos eso— afirmé.

—Bueno, creo que ya vieron que la cena está servida y creo que todos nos merecemos una buena comida, digna de este árbol tan maravilloso, el cual casi hace ver a nuestra querida amiga la verdadera navidad— llevé ambas manos a mi rostro, avergonzada ante las palabras de Dei.

—Una sola cena, UNA, es todo lo que pido— murmuré.

—Ya deja de burlarte de ella, no arruines más su noche— Kakashi colocó una mano en mi espalda y caminó junto a mí, sentándonos en nuestros respectivos lugares.

Estiró el brazo, tomando dos platos desechables. Sirvió primero la cena para mi, y luego, se sirvió él.

Bon appétit, ma chérie— casi me derretí, al escuchar esa grave voz hablando en francés en mi oído, para luego sentir sus labios en mi mejilla.

Vous aussi, mon cher— y dicho esto, ambos comenzamos a comer.

La cena fue bastante amena, entre historias y carcajadas, latas de cerveza vacías y las luces de distintos colores iluminando el lugar. Estaba en brazos de Kakashi, cuando un flash casi me cegó.

—Creo que les gustará mucho esa foto— parpadeé, varias veces, tratando de eliminar el punto blanco de mi vista.

—No veo un carajo— dije, Kakashi emitió un pequeño ¨hmm¨ en confirmación de que estaba en las mismas. Sus manos acariciaron mis caderas cuando la música comenzó a sonar.

—Bueno, ¿Qué dices si bailamos una canción o dos? — cuestionó, haciéndome dar una pequeña vuelta.

— ¿Por qué no bailamos hasta no poder más? — su sonrisa fue mi respuesta.

Bailamos alrededor de dos horas, separándonos pocas veces, para dejar que yo bailara con alguno de los demás miembros de la velada, los cuales se quejaban de que ya no les estaba prestando atención.

Eran pasadas las tres de la mañana cuando abrí la puerta de la habitación, exhausta. Los demás ya estaban quedándose dormidos, Naruto y Shisui en el sofá, Sasuke y Sakura habían desaparecido hace añales, y los demás estaban en la habitación que les correspondía.

—Deja que te ayude con eso, prometo que no voy a ver. . . más de lo necesario— sonreí, permitiendo que sus manos deslizaran la tela, despojándome de ella. Kakashi por su parte, se deshizo de sus pantalones y camisa.

—Dijiste que no ibas a ver— reproché, cuando me abrazó por la espalda, acariciando mis pechos.

—Dije que no vería más de lo necesario— murmuró, mientras besaba mi hombro.

— ¿Y es esto necesario? — me aventuré a preguntar, buscando algo cómodo para dormir.

—Absolutamente— respondió. Mis manos dieron con una blusa de tirantes y me la coloqué —, ven a dormir ya, deja de ponerte tantas capas innecesarias de ropa— sonreí, caminando junto a él hasta la cama, en la cual nos fundimos en un abrazo, no sin antes dejar el ramo de rosas en mi mesa de noche.

—Buenas noches— murmuré.

—Buenas noches cosita rica— respondió, a lo que yo me derretí.

Y cuatro horas más tarde fui despertada por los gritos de Deidara, el cual estaba montando una escena sobre nosotros, diciendo que ni en las películas las parejas se veían tan lindas durmiendo juntas. 

Que alguien me consiga un Kakashi para navidad, por favor. 

FELIZ NAVIDAD MIS AMORES. Espero que la estén pasando super bien, y que coman mucho, la comida es amor y vida. También pasen tiempo con aquellas personas extrañas que viven con ustedes, quizá se les hayan olvidado, pero son su familia, pueden llegar a ser gente decente. 

Pasaba por aquí para aclararles que ¨Bon appétit, ma chérie ¨ significa buen provecho querida, y ¨Vous aussi, mon cher¨ es tú también, querido. 

Sin más que agregar, que pasen felices fiestas y estén atentas a la historia de I N S T A G R A M, pues estaré subiendo contenido sabroso de unos imagina que he estado escribiendo y subiendo a mis historias en la red social de Instagram (spoiler, son de poliamor)

Amy01uchiha

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top