Capítulo 25.
─Si no me traen aquí para año nuevo tendremos serios problemas─ dije, observando todos los cuerpos moviéndose frente a mí.
─Kakashi cuidado, estás a nada de perderla─ se burló Deidara ─. Oye Itachi tengo que hacerte una pregunta. He tenido esta duda por mucho tiempo─ añadió.
─Por última vez Deidara, no soy sumiso en la cama, no dejaré que me entres bolas chinas por el culo─ respondió Itachi.
─Ya veremos que dices luego de que te lo haga. Mi duda es la siguiente: ¿es cierto que te sale pelo en el culo? Es que eres tan perfecto papi─ halagó Dei.
Itachi se mantuvo con la boca abierta, como si tratara de procesar las intenciones de Barbie por afectar su virginidad anal y su pregunta estúpida.
─Si le pedí a ____ que me depilara el culo es por algo─ expresó el pelinegro, después de un rato.
─ ¿Tuviste la confianza de pedirle a mi novia que te depile el culo? ─ cuestionó incrédulo Kakashi.
─Era en broma, nuestro amor no da para tanto. No cuando estás atrapado en el medio Hatake─ dijo Itachi, para después guiñar un ojo a mi novio.
─ ¿Y para qué sirve el amor? Se acaba más rápido que el saldo en mi tarjeta y todos aquí sabemos que eso se acaba extremadamente rápido─ declaró Barbie.
─Aún me sigo preguntando cómo es que siempre tiene dinero─ expresó Naruto.
─Oh ya sabes, un sugar por aquí, la lotería por allá. . . mi jefe también─ murmuró el rubio, dando un trago a su bebida.
─ ¡¿Te acostaste con tu jefe?! ─ exclamé, sorprendida.
─ ¡No es nada malo! El hombre se ve bien y me mantiene excelente─ alardeó, dejando la copa en la mesa para después fijar la vista en los bailarines.
Quienes estaban muy atentos a los chismes que se decían en nuestra mesa. Honestamente yo también lo estaría, no todos los días te encuentras a gente como Deidara diciendo tan casualmente que se tira a su jefe.
─La próxima vez que le vea con una cartera de marc- ¡pudiste haber pagado los vestidos! ─ vociferó Sasuke, causando que Sakura se espantara.
─ ¿Vestidos? No recuerdo nada de vestidos─ comentó Dei, haciéndose el desentendido.
─Ay cabrón, qué inteligente es la pájara esa. Mira, ya me cae mejor─ bromeó Naruto.
─Los vestidos de novia idiota─ respondió Sasuke.
─ ¿Cuáles vestidos de novia? ─ cuestionó Sakura, luciendo claramente molesta ─, respóndeme Sasuke Uchiha.
─Uy, apesta a Chernóbil─ bromeó Dei, causando que la novia de Sasuke le mirara mal ─. Bueno, es momento de ser puta─ declaró, al tiempo que se levantaba y desvestía, mostrando un leotardo bastante ajustado con estampado de animal print.
Y un abdomen muy marcado.
─ ¡Tiene cuadritos! ─ exclamó Naruto, al tiempo que escupía su bebida.
─Pues claro niño, con algo debo entretener a mi jefe. ____ querida se honesta, dime si esto grita "robaré a tu marido" por sí solo─ dijo Barbie, mientras me posaba.
─Bueno, siempre y cuando no sea el novio mío al que pretendas robar, entonces todo está bien─ respondí, sonriendo.
─Dije marido, no novio. ¿Para qué quiero robarte a Sasuke cuando puedo tener a tu novio Kakashi? ─ insinuó, guiñandome un ojo.
Me había quedado con la boca abierta.
─La audacia Deidara─ dijo Naruto, con una risilla.
─Bueno se tenía que decir y se dijo─ complementó Kisame.
Yo no sabía donde meterme, y a juzgar por la mirada que le dio Itachi a Sasuke y como este palideció, pues él tampoco.
─Hola buenas, soy el amor de tu vida y no acepto un no por respuesta─ insinuó Deidara, sentándose a mi lado.
─Agarra la dignidad que no tienes y márchate, vende patria, traicionera, infame malagradecida, sanguijuela asquerosa, animal salvaje de- ─ fui interrumpida por la mano de mi compañero.
─Que hija de puta eres, solo estaba diciendo la verdad. Por algo existe y es para ser contada─ dijo el rubio, guiñandome un ojo.
─Deidara estuve triste por días. Lo que hice con Sasuke me atormenta día y noche. Si estoy todavía en el apartamento de Kakashi, es porque necesito de alguna forma salvar mi relación con él─ expliqué, sintiendo mi corazón palpitar con rapidez.
─Creo que toqué fibra sensible─ murmuró Dei, mientras hacía una mueca.
─Solo. . . no vuelvas a mencionarlo. Es lo mejor para todos─ verbalice, agarrando mi bebida y dándole un trago, a lo mejor ayudaba a disipar el sentimiento que comenzaba a invadir mi pecho.
─Espera. . . ¿Ese no es- ? ─ cuestionó. Casi de inmediato se colocó en pie, soltando maldiciones que se perdían con sus gruñidos.
Giré mi rostro en dirección a donde había salido disparado el rubio, para encontrarme con todo un espectáculo.
Naruto estaba de pie sobre la barra del bar deleitando a todas las personas a su alrededor con tremendo baile, si es que se le podía llamar así, al tiempo que se quitaba la camisa botón a botón. ¿Quién diablos le había dejado beber tanto?
Me levanté con la intención de bajarle, cuando Deidara se colocó frente a él y le señaló, bastante enojado. Mi primo solo sonrió y le tiró su camisa a la cara, Barbie soltó un grito quejándose porque había pasado horas tratando de arreglarlo de una forma que le gustara.
El Uzumaki procedió a saltar de la barra, para después ir a un pole y con movimientos entorpecidos por el alcohol, trató de quitarse la correa que sujetaba su pantalón.
─Oh no, oh no no no─ dije, corriendo en su dirección.
Hasta que unos brazos me agarraron de la cintura, luché contra estos pero fue en vano.
─Cálmate, soy yo─ expresó Sasuke.
Genial, la última persona con la cual deseaba encontrarme esta noche tras lo sucedido.
─Suéltame Sasuke, debo ir por Naruto y- ─ traté de terminar la frase, más un fuerte ruido se escuchó.
Miles de cristales cayeron al suelo, y yo me sentí agradecida en ese preciso instante por tener a Sasuke a mi lado.
─ ¡La mafia! ¡Vine por ustedes papuchos! ─ exclamó Deidara ─, azotenme con todo lo que tengan, que mi zorruno cuerpo sea corrompido por ustedes─.
¿Alguien de casualidad vio la dignidad de esa loca?
─Esto es lo último que esperé ver en mi vida─ murmuró Sasuke, mirando en dirección al espectáculo.
Más disparos sonaron y Deidara repentinamente dejó de ser parte de la realeza, para convertirse en una gallina, como Naruto en su momento.
─ ¡No era para que se lo tomaran tan literal! ─ gritó.
─ ¿ ____ ? ─ habló Kakashi a mis espaldas.
Sollocé al verle y me aparté de Sasuke para ir a los brazos abiertos del Hatake.
─Salgamos de aquí─ pedí, agarrando su mano.
El resto fue historia. En algún momento del alboroto perdí uno de mis zapatos. Pasamos frente a una mesa que pensé era la de nosotros y agarré la chaqueta que había en el respaldo de una de las sillas.
El ambiente se iba tornando cada vez más caótico, y gracias al cielo todos pudimos salir ilesos.
O eso creía yo.
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