Capítulo 10.


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—No puedo creer que ya casi es año nuevo— llevé la taza de café a mis labios, mientras Kakashi acariciaba mi brazo derecho —, deja de tocarla tanto, santo cielo, ni al pomo de una puerta se acaricia tanto—reí levemente, mientras el líquido caliente bajaba por mi garganta, quemándola levemente.

— ¿Ya no puedo tocar a mi futura pareja? — alcé una ceja, observando discretamente al adonis que se encontraba sentado a mi lado. ¿Escuché bien? ¿dijo pareja?

—Esas son muy fuertes declaraciones— Itachi hacía acto de presencia, con tan solo una toalla envolviendo la tierra bendecida, ¿se le estaba haciendo costumbre andar así siempre que yo estuviera cerca, o ya me la estaba dando demasiado?

Estoy segura de que nunca sería la segunda opción, jamás me la estaré dando demasiado. A veces sí, pero ahora mismo no.

—Creo que ya te había comentado mis planes, Itachi— la mano de mi futuro novio viajó hasta mi cadera, apretando con algo de firmeza —, me llevaré a esta belleza, para que pasemos juntos el año nuevo— volví a llevar la taza de café a mi boca, con una sonrisa triunfante.

Por eso hay que escribirle una carta a Santa y, de paso, portarse bien. Felices fiestas, yo me la pasaré en brazos de Kakashi, y quien sabe si entre sus piernas también. . . ¿o tal vez él entre las mías?

—Lamento decepcionarte, pero no recuerdo haberte escuchado decir que te llevarías a nuestra estrella— Itachi se giró para verme, levantando esos fuertes brazos para hacerse un recogido desordenado, ese que le queda tan bien.

Señora de la limpieza, por favor cierre la llave. O mejor llame al plomero Itachi. . . Kakashi si se puede llegar a soñar un poco más.

—No es justo, los tienes siempre discutiendo por ti— Deidara se cruzó de brazos, suspirando.

—Siempre agradecida con el de arriba, amiga— señalé el techo, para luego guiñarle un ojo.

—Descuida Deidara, ya sabes lo que dice, mientras más fácil la manzana es de agarrar, más público tendrá— Sasuke inmaduro Uchiha hacía acto de presencia. ¿Qué acaso este niño no evolucionaba? ¿o al menos trataba de actuar acorde a su edad?

—Si bueno, gracias por decirnos la razón por la cual estás saliendo con la Sakura esa— Kakashi pellizcó mi muslo, causando que me estremeciera.

—Tu pedías una noche, yo pido un día. ¿Pueden dejar los dos de tratarse así? Creo que pueden llegar a ser buenos amigos si se lo proponen— me levanté, para llevar mi taza vacía a la cocina.

—Ese es precisamente el problema, querido Itachi. Ser amiga del bebé que tienes por hermano, no me paga las cuentas ni los antojos— Deidara se aclaró la garganta, en un intento fallido de disimular la risa.

—Sigo preguntando, ¿Qué carajos te ven? — alcé la vista al cielo un momento, escogiendo mis palabras.

—Bueno, no tengo complejo de Tinker bell como tú. Yo no necesito llamar la atención para mantenerme viva— unos brazos me levantaron del suelo, causando que ahogara un grito.

—Bueno, creo que ya está bien de peleas, me llevaré esta chica mala a su habitación— la amplia mano del peliplata azotó mi nalga izquierda, silenciándome al instante.

—Oye, ¿puedes hacer eso otra vez? — cuestioné, con la voz más dulce que pude emitir.

Kakashi simplemente palmeó mi espalda. Nunca había estado tan decepcionada.

Dos horas más tarde, estaba en mi habitación metida en la cama con el caballero Hatake. Los demás miembros que vivían en el modesto apartamento, estaban sentados o acostados en el suelo. Las luces apagadas y una película de terror reproduciéndose. Película que ya me había sacado un grito o dos.

No por miedo, sino por sorpresa. Esas cosas demoníacas saltaban cuando menos te lo estabas esperando, y yo terminaba con una mano en la boca y los demás riéndose a carcajadas de mí.

—No sean malos— murmuré, cubriendo mi rostro con la sábana. Pude perfectamente apreciar mis piernas enrolladas entre las de mi acompañante. Que buena vista me estaba llevando.

—Creo que deberíamos parar, de lo contrario, terminaremos con los tímpanos destrozados por cierta amiguita— gruñí, cuando Kisame encendió la luz del cuarto. Mis ojos tardaron en acostumbrarse a la nueva claridad, pero cuando lo hicieron, no pude evitar reír.

Deidara tenía la cara enrojecida, y los ojos levemente cristalizados.

—Amiga, ¿todo bien por allá? — Shisui gateó hasta la posición de Barbie, abrazándola.

—Vamos Dei, ha sido solo una película— me fije en la mano que la rubia había depositado en el costado derecho de Shisui, tenía el pulgar extendido.

Mensaje subliminal captado de mi parte. Quizá yo también debería usar esas técnicas.

—Oye Kakashi. . . — su respuesta no se hizo esperar.

—Ni siquiera lo pienses, esos juegos o me van— frustrada, le saqué la lengua —. Ah, pero esos sí— negué sonriente. Que hombre este.

— ¡Ya llegué! — Naruto abrió la puerta de una patada, con las manos cargadas de bolsas —, sé que estaban esperando por mi, ya tengo todo lo necesario para una buena tarde de series o películas— entró, cerrando como pudo la puerta —. Bien, están divididas, ya les iré pasado a cada uno la bolsa que le corresponde, solo tienen una bolsa de patatas diferente, para que luego no me discutan, ya que traté de ser equitativo— depositó las compras en el suelo, para después pasarle a cada uno la que le correspondía.

Al llegar mi turo, el muy idiota lanzó la bolsa y me golpeó en la cara con ella, nunca en mi vida había sentido tantas ganas de matar a ese idiota como en este momento.

—Creo que hay una película que nos gustará, me la han recomendado mucho— Kakahi le extendió el control remoto a Naruto, y éste se dispuso a buscar su película.

— ¿365? creo que escuché de ella en algún lugar— dije, destapando una bolsa de papas.

Mismas papas con las cuales me atraganté, al ver el rumbo que estaba tomado la película, después de unos minutos.

—Siempre pensé que eras un caso perdido Naruto, pero ahora creo que eres un caso perdido con buen gusto para películas— Kakashi llevó una palomita a su boca, para después girarse y ofrecerme.

Yo no pude hacer más que mirarlo con la boca abierta, por la sorpresa.

—Si bueno, creo que deberíamos estar anotando algunas cosas— Itachi sostenía en sus manos el control de la televisión, incrementando el volumen del audio.

Santa, cuando pedí mi regalo, o estaba haciendo referencia a un montón de hombres cachondos, entre ellos mi primo cabeza hueca, padeciente de idiotez crónica, observando una película de narcos italianos.

Esta va ser una larga noche. 

CHICAS estamos a ley de horas para la legada del 2021, y yo quería agradecerles por tanto. Gracias por estar dispuestas a leer mis historias, a apoyarme en todos mis proyectos, es gracias a ustedes que he logrado tanto e esta plataforma, y creo que las palabras siempre me faltarán para expresarles mi gratitud. 

Espero que este nuevo año sea de provecho para todas nosotras, y que podamos crear más recuerdos fantásticos. 

Un beso, Amy01uchiha. 

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