Capítulo 18. Todo vuelve a la normalidad

Narra Bonnie

Bon se quedó dormido después del beso. Se ve realmente tierno. Apretaba con fuerza mi mano. La suya empezaba a coger calor. Vi que la ventana estaba otra vez abierta y el aire que entraba por esta era algo frío. Me levanté de mi sitio y solté la mano de Bon con cuidado y cerré la ventana. Al volver noté que Bon palpitaba la cama intentando buscar mi mano, así que se la cogí rápidamente. Vi que temblaba un poco, la verdad es que soy muy observador, y le arropé con la sábana tapándole hasta el cuello. Tenía la cara algo sonrojada. Me pregunto qué estará soñando...

Pasaron algunas horas y ya me estaba empezando a quedar dormido. Pero no podía, debía estar despierto por si Bon me necesitaba. Pero... no pude aguantar y me dormí.

Narra Bon

Ya era viernes y los rayos de sol se colaban por la ventana de aquella luminosa y blanca habitación. Abrí mis ojos pesadamente y me encontré a Bonnie con su cabeza recostada en mis piernas y aún sosteniendo mi mano. Sonreí por reflejo y le besé la mejilla, a lo que él sonrió y me apretó más la mano, me sonrojé. No lo podía evitar. Cada vez que lo veo mi corazón se acelera y el calor asciende a mi cara. Vi la hora: las 9:12. ¡¿Qué?! ¡Ya era muy tarde! Bonnie llegaría tarde y todo por estar conmigo toda la noche. Intenté levantarlo moviéndole un poco.

- Bonnie... Bonnie, despierta- Bonnie gruñó por lo bajo y escondió su cabeza- ¡Bonnie, levántate ya!

- Ay... cinco minutitos más, mami...- y se volvió a dormir.

- Bonnie, no soy tu madre. Y si no te levantas ya llegarás tarde a clase.

- ¡¿Qué me dices?!- Bonnie abrió los ojos como platos, saltó de golpe y se puso a buscar su mochila como un loco- ¡¡AAHH!! ¡¿Dónde está mi mochila?!

- ¡¿Y a mí qué me cuentas?! ¿No la trajiste cuando viniste?- Bon le reprochaba con los brazos cruzados.

- ¿Venir a dónde? Espera... ¿dónde estamos?

- Eeh... estamos en el hospital, ¿no lo recuerdas?- Bon se sentía confuso por la reacción de Bonnie.

- Aah, sí, y ame acuerdo, je je... - Bonnie rió rascándose la nuca- Ya me había asustado.

- Pero Bonnie, vas a llegar tarde a la escuela.

- Tranquilo Bon, cuando vine las enfermeras me dijeron que aunque fuera tarde llamarían al colegio avisándoles de mi retraso- Bonnie se acercó a Bon y le abrazó-, pero me alegra que te preocupes por mí.

Bon estaba muy avergonzado. Había montado un gran escándalo para nada y ahora su novio le abrazaba como si nada hubiera pasado. Le costaba mucho procesar la información, por lo que simplemente correspondió el abrazo de Bonnie rojo como un tomate. Bonnie por su parte se estaba riendo internamente. Sabía que Bon podía ser muy sobre protector algunas veces, y otras actuar como un tonto, y le encantaba confundirle y hacer que se sonrojara. La verdad es que le parecía muy tierno.

Se separaron del abrazo y se miraron a los ojos. Ambos sonrieron. En ese momento entró una enfermera a la habitación.

- Siento interrumpir el momento, pero es hora de que el paciente toma sus medicamentos. Le haremos una revisión. Puede volver por la tarde a visitarlo.

- Ah, vale. Nos vemos más tarde, Bon- Bonnie le besó la frente y se fue de allí con una sonrisa. Bon sólo se sonrojó y movió su mano en señal de despedida devolviéndole la sonrisa.

Bonnie corrió del hospital hacia el instituto. Para su mala suerte estaba en la otra punta del barrio y los autobuses ya no pasaban a esas horas. Solo le quedaba caminar.

Cuando por fin llegó al instituto se fijó que los Nightmares no habían aparecido. Eso lo alivió un poco, pero no bajó la guardia. Caminó por los silenciosos pasillos, pues todos los alumnos estaban en clases hace ya un buen rato. Llegó hasta su clase y llamó.

- Señor Bonnie, ya era hora de que apareciera- el profesor le miraba con los brazos cruzados, Bonnie solo bajó la cabeza.

- Lo siento mucho, profesor.

- No se preocupe, ya nos han avisado del hospital de que se quedó hasta tarde para cuidar a un amigo. Debe de estar muy agradecido- el profesor le sonrió-. Puedes volver a tu sitio.

- Gracias- Bonnie levantó la cabeza y sonrió dirigiéndose a su sitio.

Todos sus compañeros lo miraban extrañados, ya que pensaban que era Bonnie quien estaba ingresado en el hospital cuando el profesor les avisó de la ausencia del alumno. Bonnie se sentó en su pupitre y vio a sus amigos dándole una agradable sonrisa. La verdad es que le agradaba tener amigos así. Y sobre todo lo que más le alegraba era tener un novio como Bon. Sin duda, ser un "rarito" no está tan mal en algunas ocasiones, y como algunos dicen, las apariencias engañan.


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