Capítulo 11. Solos tú y yo
Narra Bonnie
- Estoy hablando de mi maestro, Bon- les dije muy alegre.
- ¿Bon? ¿Te refieres al chico de los Toys?- me preguntó Freddy.
- Sí, a ese mismo. Es muy valiente y considerado. Además de que es mi novio- eso último realmente lo dije sin pensar... grave error.
- ¡¿Q-QUÉ?!- me gritaron todos a la vez. Casi me dejan sordo. Menos mal que no está el profesor.
- ¿C-cómo es eso de que eres su "novio"?- me preguntó Foxy marcando mucho las comillas- ¡¿No ves que él es el enemigo?!
- ¡Foxy! ¡No le hables así! ¿Qué te pasa?- Chica realmente parecía molesta.
- ¿No lo ves? ¡Está con el enemigo! Eso pone en peligro la competición- tenía razón en parte, no me imagino compitiendo en contra de Bon...
- ¡Déjalo en paz! No merece la pena- gritó de golpe Freddy, lo que asustó a todos-. Bonnie, no debes preocuparte por lo que diga Foxy. Si te gusta Bon y eres feliz con él nosotros te apoyaremos, ¿verdad chicos?- Golden y Chica afirmaron rápidamente mientras que Foxy seguía molesto con aquella idea.
- Gracias, chicos. Son los mejores- antes de que pudiera decir nada más el profesor ya llegó y todos se sentaron como por arte de magia. Comenzó la clase.
Parecían haber pasado años cuando por fin tocó el timbre de la tercera clase, anunciando el recreo. Todos salieron disparados y mi banda también, sobre todo Foxy, pues hoy era Martes de Pudín, y quería pillar todos los que pudiera, o al menos lo que le dejara Chica tomar. Cuando estaba por salir alguien me tomó de la muñeca y me sobresalté. Me tiró de la puerta y me encontré con el rostro levemente sonrojado de Bon.
- ¡Bon!- me alegré mucho de verle.
- ¡Hola Bonnie!- me dio un pequeño beso en mi mejilla herida con cuidado para no hacerme daño.
- ¿Qué tal estás?
- Pues mucho mejor ahora que estás conmigo- ese comentario hizo que me sonrojara un poco y soltara una risilla-. Por cierto tengo una sorpresilla para ti.
- ¿En serio? Y, ¿qué es?- estaba muy entusiasmado por saber qué me tenía preparado Bon.
- Eso lo averiguarás ahora mismo, pero antes- me puso una venda morada alrededor de mis ojos- tendrás que fiarte de mí para no chocar.
- Jeje, vale Bon. Pero no me hagas chocar con nadie.
Bon me cogió de la mano y me guió por un pasillo que creo que estaba llena de gente. Aunque no viera nada no significaba que tampoco escuchara nada. Oía algunos rumores y cuchicheos pero no les di importancia. Al cabo de un rato el ruido cesó y entramos en una especie de sala insonorizada. Creo que Bon no se percató de que había un pequeño escalón y no me avisó. Me tropecé y caí en algo blando.
- ¿Bon? ¡Bon! ¿Dónde estás?
- E-estoy debajo de ti- sonaba entre nervioso y asfixiado.
- Oh, l-lo siento mucho Bon.- intenté levantarme pero no sabía en dónde me estaba apoyando.
- E-espera Bonnie, yo te ayudo.
Narra Bon
Esto... es un poco incómodo... Bonnie se había tropezado con el maldito escalón de la sala de música y ni yo lo había visto. Me empujó y se cayó aplastándome la tripa. Casi vomito el desayuno, pero me contuve, y vi que Bonnie no se percataba de que estaba encima de mí. Intentaba levantarse pero no lo conseguía. Sólo ponía su mano en mi hombro y hacía fuerza en poder levantarse, pero sus esfuerzos eran en vano. Me senté sobre mi sitio y me levanté para luego ayudar a Bonnie a levantarse, creo que yo estaba como un tomate. Suerte que tenía los ojos vendados y no me podía ver. Lo senté en una silla que había preparado y le pedí que me esperara. Quería mostrarle a Bonnie todo lo que él significaba para mí y cuánto lo quería. Ajusté los últimos retoques del altavoz y le pedí a Bonnie que se quitara la venda. Justo ahí empecé a cantar...
Busquen en YouTube (Solos tu y yo) de Dualkey, esa es la canción que canta Bon, no me apetecía poner el vídeo ahora...
Cantaba con todo mi corazón. Le intentaba transmitir a Bonnie todo lo que yo sentía por él. Decirle que disfrutaba todos y cada uno de esos momentos en los que estábamos juntos. Que amo todo de él y que lo protegería de todo aquel que intentara hacerle algo. Al terminar de cantar vi que Bonnie estaba muy emocionado y un poco sonrojado mientras me aplaudía como un niño pequeño. Era muy adorable.
- ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Cantas muy bien, maestro!- eso hizo que me sonrojara mucho.
- G-gracias, Bonnie. Esta canción la he escrito para t-ti- le dije con la cabeza baja un poco avergonzado.
Bonnie se levantó y se acercó a mí, me cogió de mis mejillas y me dio un tierno y suave beso. Yo le acerqué más a mí cogiéndole de la cintura, juntando ambos cuerpos. Bonnie bajó sus manos hasta mi cuello y estuvimos así un rato hasta que el aire faltaba en nuestros pulmones.
- Muchas gracias, Bon. Yo también te amo. Y mucho- me dijo juntando ambas frentes mientras me daba una tierna sonrisa.
-Me alegra que te gustara. Te prometo estar siempre junto a ti- nos separamos y saqué de un cajón del escritorio de la sala un pudín y se lo dí a Bonnie.
- Toma, sé que gustan y hoy en Martes de Pudín- Bonnie me miró ojos brillantes y tomó rápidamente aquel dulce de mis manos.
- Gracias, Bon. Eres el mejor- me dio un beso en la mejilla y me cogió de la mano-. Vamos, lo tomaremos fuera juntos.
- Vale, ahora voy- me cogí otro pudín que tenía escondido, la verdad, ni yo sé cuántos pudines tenía escondidos, y le volví a coger de la mano. Salimos de aquella sala entrelazando nuestras manos, notaba lo calentita que era su mano, y eso me agradaba. Llegamos a un árbol apartados de algunas personas y nos sentamos a comer nuestros postres, felices.
Al fin podíamos estar solos. Él y yo...
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