25 | unidos

Astrid se despertó presa del pánico, tirada en el suelo de la nave de Yondu. Una vez que se sentó, sus ojos se posaron en Rocket.

—¿Dónde está Peter? —preguntó Astrid—. ¿Rocket?

—¿Astrid?

Se volvió y lo vio sentado allí, y se arrojó a sus brazos, dejando escapar un sollozo frente a la gente por primera vez en años.

—Dios mío, pensé que nunca te volvería a ver.

—Estoy bien —prometió Peter, abrazando a Astrid con fuerza—. Yondu me salvó.

—¿Yondu? —preguntó Astrid—. ¿Dónde está?

—Está muerto —respondió Peter, con la voz quebrada—. Se sacrificó para salvarme.

—Dios mío, Peter, lo siento mucho —dijo Astrid, abrazando a Peter de nuevo—. Lo siento mucho.

—Solo me alegra que estés bien —murmuró Peter.

—Fui electrocutada, pero sí, estoy bien —respondió Astrd, mirando a Rocket.

—Lo siento, rubia —dijo Rocket—. No puedo perder más amigos.

—¿Amigos? —preguntó Astrid—.¿Ahora somos amigos?

—Bueno, sí, no podemos salvar la Galaxia dos veces sin convertirnos en amigos —respondió Rocket—. Vamos, rubia, no seas tonta.

El funeral de Yondu se llevó a cabo un día después. Lo vistieron con cintas y cubrieron sus ojos y boca, rodeando su cuerpo con velas según la tradición Devastadora. Los Guardianes se reunieron alrededor de su cuerpo, Peter frente a él, Astrid, Apollo y Gamora en un lado, Mantis, Drax, Rocket y Groot en el otro, con Kraglin en el otro extremo, frente a Peter.

—Le conté a Gamora que cuando era niño solía fingir que David Hasselhoff era mi papá —dijo Peter—. Es un cantante y actor de la Tierra, un tipo muy famoso. Me vino a la mente que Yondu no tenía un auto parlante, pero sí una flecha voladora. No tenía la hermosa voz de un ángel, pero sí el silbido de uno. Yondu y David Hasselhoff fueron grandes aventureros, y conquistaron bellas mujeres y peleaban contra robots. Supongo que David Hasselboff terminó siendo mi papá después de todo. Solo que fuiste tú, Yondu. Tuve un papá bastante genial. Lo que intento decir es que a veces lo que buscas toda tu vida —miró a Astrid, alcanzando su mano—... está a tu lado todo el tiempo.

—Eso fue hermoso —susurró Astrid, acercándose a Peter mientras él la rodeaba con un brazo y se limpiaba las lágrimas de los ojos—. Él habría estado tan orgulloso de ti.

—Soy Groot.

—Sí, te llamó ramita —dijo Rocket.

—Es hora —dijo Kraglin, y empujaron el cuerpo de Yondu a través de la abertura, observando cómo se consumía en llamas de colores brillantes.

Peter agarró a Astrid un poco más fuerte mientras observaba cómo el cuerpo de Yondu desaparecía de la vista, antes de descansar su barbilla en la parte superior de su cabeza, besándola suavemente.

—Te amo.

—Yo también te amo —respondió Astrid, abrazando a Peter por la cintura—. Y siempre estaré aquí para ti, no importa en cuántas peleas estúpidas nos metamos.

—No puedo esperar para casarme contigo —susurró Peter—. Eres la única mujer con la que quiero pasar mi vida.

—Y tú eres el único con el que quiero pasar mi vida —respondió Astrid.

Mientras los dos se alejaban, Kraglin llamó a Peter—. Pete.

Peter se detuvo y Astrid soltó su mano—. Te veré después. Parece que será un momento privado.

Peter besó la frente de Astrid antes de verla salir de la habitación, volviéndose hacia Kraglin cuando ya no estaba a la vista. Astrid rodeó la esquina y se detuvo abruptamente cuando vio a su hermano besando a Gamora. Inmediatamente se tapó a los ojos.

—Dios mío —exclamó Astrid, mientras Gamora y Apollo se separaban—. Lo siento mucho, no me di cuenta de que había alguien aquí abajo y, Dios, asqueroso.

—Astrid —dijo Gamora, luciendo preocupada—. Yo...

Astrid tendió una mano—. No quiero escucharlo —miró a Gamora—. ¿Estás feliz con esto?

—Sí —dijo Gamora, sonriéndole a Apollo.

—¿Y tienes alguna intención de hacerle daño? —preguntó Astrid.

—No —respondió Gamora.

—Astrid...

—Cállate, Apollo —lo interrumpió Astrid—. Ahora, mi querido hermano. ¿Te preocupas por Gamora y tienes alguna intención de lastimarla?

—Sí, me preocupo por ella más que nada —respondió Apollo—. Y no, no tengo intención de hacerle daño.

Astrid hizo una pausa por un momento, haciendo que Apollo y Gamora sudaran nerviosamente por un segundo antes de sonreír—. ¡Bienvenida a la familia, Gamora!

Abrazó a Gamora, quien parecía sorprendida de que Astrid no hubiera intentado matarla. Ella era ferozmente protectora con su hermano, y él también con ella, por lo que verla feliz por los dos no era lo que Gamora esperaba, pero aun así no se iba a quejar.

—Gracias —respondió Gamora, soltando a Astrid cuando Peter dobló la esquina.

—Oye, ¿qué está pasando? —preguntó Peter, cuando vio que el trío se miraba incómodo el uno al otro.

—Nada —dijeron Apollo y Gamora al unísono.

—Acabo de atrapar a estos dos —dijo Astrid, señalando entre Apollo y Gamora—, besándose en lo que pensaron que era un pasillo vacío. ¿Puedes creerlo?

Peter se rió y sacudió la cabeza—. No, pero no me sorprende. Amigo, felicidades por finalmente hacer un movimiento.

Peter y Apollo chocaron los cinco mientras Gamora y Astrid parecían disgustadas—. Ugh, los chicos son asquerosos.

—Tienes razón —dijo Astrid, antes de sonreír—. Bueno, los dejaremos con su pequeño festival de amor.

—Astrid —dijo Apollo.

—Te amo hermanito —dijo Astrid, mientras ella y Peter se alejaban—. Entonces, ¿qué quería Kraglin?

—Quería darme esto —respondió Peter, extendiendo un pequeño dispositivo rectangular con un cable adjunto—. Se llama Zune, y aparentemente todos en la Tierra los escuchan hoy en día. Trescientas canciones, ¿puedes creer eso? ¡Trescientas canciones!

Astrid se rió de la emoción de Peter—. Eso es bastante impresionante, y es mejor que escuchar las mismas seis canciones en tu increíble mezcla.

—¡Esas canciones son clásicas! —jadeó Peter, mientras entraban a su habitación.

—Las hemos escuchado por mucho tiempo —respondió Astrid—. Será bueno aprender las letras de algunas canciones nuevas.

Cuando se sentaron juntos en la cama, Peter le entregó a Astrid uno de los auriculares, que se colocó en la oreja, y se quedó en silencio para escuchar la música a través del Zune. Cuando Groot se subió al regazo de Astrid, ella le pasó su auricular, dejándolo escuchar.

Estuvieron en silencio por un momento, antes de que Groot señalara por la ventana y Astrid mirara hacia arriba para ver aparecer docenas de naves, rodeando la suya—. ¿Qué es eso? ¿Un ataque?

—Vamos a ver —dijo Peter, tomando a Groot en sus manos antes de que él y Astrid salieran de su habitación, dirigiéndose hacia la cabina. Una vez allí, Peter volvió a mirar por la ventana—. Es un funeral de los Devastadores.

Groot saltó del hombro de Peter a los brazos de Astrid, donde se acurrucó contra ella y rápidamente se durmió. Rocket miró felizmente por la ventana—. No los ahuyentó.

—No —respondió Peter.

—Aunque les gritara —dijo Rocket—. Y siempre fue malo. Y robó baterías que no necesitaba.

—Bueno, claro que no —dijo Peter, mirando a Rocket.

Astrid miró a Peter, y cuando él la miró, sonrió.

—¿Por qué me estas mirando? —preguntó Peter en voz baja.

—Porque te amo —respondió Astrid.

Peter sonrió—. Yo también te amo.

Pasó un brazo alrededor de sus hombros, acercándola mientras ella se inclinaba hacia su abrazo. Apollo y Gamora se unieron a ellos, tomados de la mano mientras los Guardianes miraban los fuegos artificiales desde donde estaban, unidos y de pie, como una familia, por primera vez.

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