-Final-

Narra Bon.

Decidí entregarle mi diario a Bonnie.

Su rostro y sus diferentes expresiones al leer cada página de mi diario eran épicas. En algunas reía, en otras se sorprendía, en otras sonreía y en algunas se ponía triste.

Ahora mismo estamos sentados en las bancas de la cafetería comiendo nuestro almuerzo.

Yo comía papitas mientras que el leía y comía su pudín.

Hoy le diríamos a nuestros amigos sobre nuestra relación; fue idea de Bonnie.

Y también le diríamos a mi padre; que también fue idea de Bonnie.

No estoy seguro de lo que va a pasar, pero mientras que no me alejen de mi Bonnie, todo estará bien.

—Escribiste varias veces mi nombre en toda una hoja.—dice mi conejito entre risas haciendo que me sonrojara.

—Tu nombre es lindo,—Bonnie deja de ver un rato el diario para verme a mi sonrojado.—al igual que tu.

No se si Bonnie se puso nervioso o no, pero empezó a reírse bajito con un lindo rubor en sus mejillas. Luego su mirada de dirige nuevamente hacia el diario.

El continuaba comentando sobre lo que yo escribía y yo le explicaba algunas cosas.

También noto que algunas hojas estaban rotas, pisadas, rayadas y todo eso. También le explique el motivo de porque hice eso.

Nos pasamos casi todo el almuerzo así, hasta que vinieron sus amigos.

—¡Hey! ¡Tortolitos!—ese es Foxy acercándose a nuestra mesa seguido de Chica, Freddy y Golden.—¿Que leen?

Yo mire a Bonnie y el me miro a mi, le dije con la mirada que no le dijera nada a su amigo y el asintió con la cabeza.

—Partituras.

—Ustedes son aburridos y ademas se nota que no es cier-

—Bueno,—la rubia interrumpe a Foxy.—¿Para que nos llamaste Bonnie?

Okay, esto sera difícil.

Supongo que Bonnie se tomara un tiempo para decirle a sus amigos sobre nuestra relación...sera algo...

—Bon y yo estamos saliendo.

¡¿Como es que lo dice tan calmado?!

—Wow.—el castaño se sorprende.

—¡Que bien!—nos felicita la rubia.

—¿En serio?—Foxy no se la cree.—¡Felicidades!

—Espero que les vaya bien.—comenta el de cabellos dorados.

Creí que seria incomodo, pero...¡lo aceptaron! No nos miraron con cara de asco o se alejaron, ¡nos aceptaron!

—Y...¿quien es el uke?

¿Qué? No entendí.

Mire de reojo a Bonnie quien estaba hecho un tomate, supongo que el si entendió.

Chica golpea a Foxy y este hace una mueca de dolor.

—¡Eso no se dice!—le grita la rubia, esa chica me da miedo.

Todos empezaron a reír después de la cómica escena del pelirrojo y la rubia.


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—Tranquilo Maestro, todo estará bien.—me susurra mi conejito intentando calmarme, ¿de que? estaba a punto de morir, Mangle y Toy Chica estaban al frente de nosotros esperando explicaciones de porque las venimos a buscar.—Son tus amigas, lo entenderán.

—¿Y bien?—Mangle es impaciente.—¿Que hacen los dos juntos buscándonos? Creí que te había quedado claro lo de "no molestar a otros equipos"—dice mirando a Bonnie con algo de cólera.

—Vine a decirles que...—mire a Bonnie, el estaba sonriendo como siempre, eso me animo a continuar.—Bonnie y yo estamos saliendo.

Toy Chica dio saltitos aplaudiendo como si fuera una gran noticia, lo cual si era. En cambio, Mangle se quedo congelada.

—¡Que bien Bon!—Toy Chica se abalanza hacia mi abrazándome con todas sus fuerzas, vaya que duele—Siempre note que el chico de lentes te gustaba.

Eso ultimo me lo dijo junto con una sonrisa picara.

Mangle seguía sin reaccionar.

—Eh...—la peliblanca estuvo a punto de hablar por primera vez después de la gran noticia, pero lamentablemente y para mi suerte suena el timbre indicando que ha terminado el receso.

—Vámonos Bonnie.

Bonnie noto mi decepción al no tener la respuesta u opinión de Mangle así que solo se limitó a asentir adorablemente -como siempre- la cabeza.

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—¿Quieres?—mi conejito quien estaba caminando junto conmigo rumbo a mi casa, me ofrece su paleta que...ya la había metido en su boca.

—T-tu...ya lo...

—¿Y eso que?

—E-Esta bien.

Acepte la paleta y lo metí en mi boca; pude sentir la saliva de Bonnie en ella. Juro que estoy mas rojo que el cabello de Foxy.

¿A esto le llaman beso indirecto?

Yo no necesito un beso indirecto cuando ahora mismo le puedo dar un beso sin necesidad que sea uno indirecto.

Tire la paleta a no se donde.

Puse mis manos en los hombros de Bonnie deteniéndolo y de un movimiento rápido lo acerque a mi y le di un corto beso, solo fue un pequeño contacto de nuestros labios.

Bonnie me mira sorprendido y sonrojado a la vez.

Desde...ese pequeño incidente en mi casa, en mi cuarto y para ser más específico en mi cama, no volví a besar a Bonnie, no volví a sentir sus dulces y lindos labios.

Pero ahora que los vuelvo a sentir...quiero más...más de él.

—E-eh...maestro...—Bonnie intenta llamar mi atención para hacerme acordar que estamos en medio de la calle y con un montón de personas pasando a nuestro al rededor, quienes nos miraban raro después de la escena que hice con mi conejito.

Lo único que se me ocurrió fue hacer como si no paso nada y seguir caminando hacia mi casa.

Bonnie imito mis movimientos y me siguió como si nada hubiese pasado, pero aún tenía un leve sonrojo en sus mejillas igual que yo.

Nos dirigíamos a mi casa para decirle a mi padre sobre nuestra relación.

Tenía miedo, miedo a que no nos aceptara, miedo a que me prohibieran salir con el, miedo a que lo lastimen; pero sobre todo, miedo a que lo alejen de mi.

Haré todo lo posible para que mi padre nos acepte y todos estemos felices como perdices y contentos como me tento(?

—¡Ya llegamos!—dije al ver mi casa en frente de nosotros, me acerque y saque la llave que estaba debajo del tapete y en un segundo la puerta ya estaba abierta.

Bonnie entra a la casa aplaudiendo y dando saltitos seguido de un yo verificando si mi padre estaba en casa.

Al parecer no esta.

—¿Que quieres hacer? ¡Mi padre no llega aun y tenemos la casa para nosotros solos!...espera...—mi cara se puso roja al instante al ver a Bonnie sonrojado—¡NO LO MALPIENSES!

—¡Toquemos una canción!—propone el menor seguido de su típica risa.

Oh, es cierto.
La canción que compuse para el esta arriba...mas bien sigue arriba.

Ojalá que le guste.

Hice una seña para que me siguiera y subí rápidamente las escaleras dirigiéndome a mi habitación, atrás mío venia el pelimorado dando saltitos.

Me acerque a mi escritorio para buscar el cuaderno en donde puse la letra de la canción, mientras que Bonnie sacaba mi guitarra del estuche en el que lo tenía guardado.
(Lemon indirecto <3(?)

Leí la letra de la canción para verificar si todo iba bien, definitivamente es perfecta para Bonnie.

Agarre la guitarra que Bonnie había sacado y empece a tocar y a cantar sin quitar la vista de el cuaderno en donde había escrito la letra de la canción.

No, ya no temo a la oscuridad.
Hoy me siento lleno de tu luz.
Y cuando busco entre mis recuerdos...
en ellos te encuentras tu.

Levante mi cabeza un momento para ver a Bonnie que me miraba con un bello sonrojo en sus mejillas, que lindo se ve sonrojado.

No, ya no es posible regresar.
Soy consciente de que al despertar.
Esos recuerdos puedes sentir gran soledad...

No necesito el cuaderno.

Voltea ya...
Tan solo quiero contemplar...
Tus bellos ojos.

Mire directamente a los ojos color carmesí de Bonnie, es cierto...son bellos.

Se que así.
Entenderás.
La intensidad de mi amor...

Deje de leer la letra de la canción del cuaderno y me dedique a observar a Bonnie. No necesitaba leer la letra de la canción.

Ahora esta eternidad.
Sellará nuestra unión.

El sueño se convirtió...
en realidad...

La luna nos ocultara,
Hasta el siguiente amanecer.
Solo trata de recordar...

Yo te esperaré.

Apenas termine de cantar. Bonnie vino corriendo hacia mi y en un movimiento rápido juntó nuestros labios en un lindo beso.
Yo coloque mis manos en su cintura y el paso sus brazos en mi cuello.

"Así es más cómodo" pensé

Lo elevé y el se aferró a mi, llegamos a la cama donde nos separamos por falta de aire, ambos jadeábamos y nos mirábamos con dulzura.

Juntamos nuestras frentes, le sonreí y el me sonrió.

Esa hermosa sonrisa y esos lindos ojos carmesí me continuaban a seguir; empecé a bajar por su cuello dejando algunas pequeñas marcas y mordiscos, mientras que Bonnie soltaba gemidos de placer. Claramente le gustaba y quería que siguiera.

Quito mi camiseta e intento sacar su sudadera pero el me lo impide.

—N-no...—tartamudea nervioso intentando esconder sus brazos de mi. Al parecer no quería que viera lo que tenía debajo de esas mangas.

—¿Que tienes en los brazos?—tengo miedo a su respuesta.

Bonnie suspira y el mismo se saca la sudadera dejando ver algunas cicatrices en sus muñecas y su pecho lleno de moretones y golpes. Me quede helado al ver sus lindos brazos llenos de cicatrices...

El se había hecho daño a el mismo.

—¿P-por que?—fue lo único que logro decir.

—N-no tenía amigos, m-me golpeaban y...y...todo era horrible...no t-tenía a nadie...—su voz se entrecortaba con cada palabra que decía, estaba apunto de llorar, me daba tanta pena.—Pero ahora te tengo a ti.

El pasa sus manos en mi cuello acercándome a mi para unirnos en un corto beso nuevamente.

—Jamás dejare que te hagan daño, siempre estaré allí para protegerte.—unas pequeñas lagrimas caen en la mejilla de mi conejito y decide esconder su cabeza en mi pecho.—Te lo prometo.

Con mis manos agarro su mentón y levanto su cabeza seguido de unas caricias para limpiar sus adorables lagrimas de sus mejillas.

—Te amo, Maestro.

—Yo también, rarito.

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Pov Narradora

Aquel momento se la pasaron mas juntos qué nunca.

Terminaron cansados y se quedaron profundamente dormidos.

El padre de Bon llega a media noche haciendo tanto ruido que hace despertar a los conejitos dormidos en la habitación del segundo piso.

Al parecer llegaba borracho, ya que parecía que estuviese apunto de caerse y decía palabras sin sentido.

Bon y Bonnie no sabían nada aun, ambos se cambiaron y bajaron a ver al señor para anunciar su relación.

—Papá...—comenta el peliazul intentando llamar la atención de su padre quien estaba intentando sacar algo del refrigerador.

—¿Qué pasa Bon?—pregunta su padre sin ninguna pizca de importancia; tenía la cabeza metida en el refrigerador y aun no sabia que Bon veía acompañado.

—Debo de decirte algo.

—Adelante.

—Bonnie y yo estamos saliendo.

—Que bien, ¿es linda?

"¿Linda?" esa palabra sonaba una y otra vez en las cabezas de Bon y Bonnie.

—Es...es hombre...

—¡¿QUÉ?!—el padre se sobresalta y se golpea su cabeza dentro del refrigerador, rápidamente saca su cabeza para mirar a Bon, pero no esperaba que su "novio" estuviera alado de el.

—Hola señor.—Bonnie saluda inocentemente con la mano al mayor.

—¿Esto es una broma?—el peliazul mayor trata de convencerse que es una broma.—¿Verdad?

No.—dicen ambos al mismo unísono.

Bon,—el mayor empieza mencionado el nombre de su hijo, típica manera de empezar una conversación seria de un padre hacia un hijo.—¡tu no puedes enamorarte de un hombre!—grita agresivamente.

Ya lo hice.—el peliazul menor le contesta a su padre vagamente.

Un silencio incomodo reina el ambiente por unos minutos.

—¡Entonces vete!—el señor empieza a tirarle objetos que sacaba del refrigerador a Bon y este trataba de esquivarlo.

—¿Q-qué?—Bon no puede creerlo, ¿en serio su padre lo estaba echando de la casa?

Bon...—el menor se da cuenta de la tristeza de Bon e intenta jalarlo de la camisa para que se vayan rápidamente de allí...antes de que las cosas se pongan peores.

—¡Tu no puedes echarme!—grita Bon desesperado—¡Tu eres mi padre!—el peliazul estaba al borde de las lagrimas—¡Tu deberías felicitarme!—las palabras no hacían efecto al padre—¡POR ESO MAMÁ SIEMPRE FUE MEJOR QUE TU!

Dicho esto Bon se tira al suelo y empieza a llorar desesperadamente, como si nunca lo hubiera hecho. La había mencionado y recordó esos lindos momentos que pasaba con su madre, recordó cuando ella siempre estaba allí para el, aconsejándole, abrazándole, entendiéndolo.

Ya no tenía a nadie después de perderla.

—¿M-maestro?—la voz asustada de Bonnie hace que Bon empiece a recordar que no esa solo.

Recordó a Mangle

Recordó a Toy Chica.

Recordó a Bonnie, el amor de su vida.

Esas personas fueran las únicas que siempre estuvieron apoyándole después de perder a su madre.

—¡VETE!—su padre también estaba llorando al igual que su hijo—¿¡QUE ESPERAS!?

—Maestro...vámonos...

Bon se levanta con las pocas fuerzas que tiene dirigiéndose a la puerta junto con el menor.

Antes de irse le da una ultima mirada a su padre. Estaba hecho un desastre, en el suelo llorando junto con las cosas que había tirado.

Bon sentía pena, pero debía de hacerlo.

—Adiós papá.

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Maestro, escúchame—el pelimorado  consolando a su pareja en el típico parque al que siempre iban a practicar—;no estas solo, yo estoy aquí, contigo.

—Tu tampoco estas solo.—dice Bon intentando sonreírle a su conejito para que dejara de preocuparse.

—He, he, he—el menor suelta su típica risa, se acerca a Bon y lo envuelve en sus brazos—;lo se.

—Me alegra haberte besado dormido.

—Me alegra haber venido al parque ese día.

—Me alegra haber estado allí.

—Me alegra haber comido pudín hoy en la mañana.

—Me alegra haber comido papitas en la cafetería, aunque creo que estaban en mal estado.

—Oh por dios.—dice Bonnie soltándolo del abrazo y mirarle fijamente a los ojos—¡Maldito! ¡Me invitaste las papitas! Con razón me dolía el estómago.

—El pudín también estaba en mal estado, rarito.—contesta Bon

—Raro tu.

—No, tu eres raro.

—Ambos somos raros.

—Discutiendo por saber quien es mas raro en medio del parque a media noche.

"Raritos." Dicen ambos para luego quedarse dormidos.

Era una noche fría para muchos, pero para ambos era la noche más cálida y linda de todas, porque estaban juntos y siempre lo iban a estar.

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