Capítulo 42.
POV Ariana.
Cuando Daniel cargó el arma, todos reaccionaron inmediatamente, corrieron a la esquina de la sala, yo solo me quede parada ahí, detrás de Madison, ver los gritos desgarradores de Luna me puso mal.
Su muerte fue muy horrible, yo solo no podía dejar de mirar su rostro.
—Ariana, muévete —gritó Pablo asustado.
Me giré para verlo, y luego escuché unos disparos, un dolor empezó a esparcirse por mi espalda, una bala había impactado en mi cuerpo, la sensación de que tenía algo dentro de mí que me quemaba, era horrible, me dolía mucho.
—¡Ariana! —gritó Pablo y corrió hacia mí, no pude mantenerme de pie y caí al suelo.
—Las balas no pueden hacerme nada —Madison comenzó a reír. —Soy un puto fantasma, imbécil de mierda.
—Eres una perra —gritó Rocío molesta.
El dolor cada vez era más fuerte, solo quería que este parase, pero no, cada segundo que pasaba esa bala seguía dentro de mí, causándome un gran dolor.
Pablo llegó hasta mí, que dicha de tener un hermano tan bueno, él siempre me cuido a mí y yo a él.
Éramos grandes hermanos, algunas veces peleábamos, pero eso es normal.
—Ariana, por favor tienes que aguantar —Pablo comenzó a llorar.
Su expresión era de miedo, él estaba asustado, no quiero morir, no quiero dejarlo solo, él me necesita, tengo que resistir.
Miré hacia donde estaba todos, ellos estaban sorprendidos, Katherine empezó a caminar hacia mí.
—Pablo tenemos que presionar su herida —dijo ella.
Katherine me movió un poco, y comenzó a presionar la herida con sus manos, lo que ocasiono que cada vez me doliera más.
—¡Noooo, no lo hagas, me duele mucho!
—Perdón, Ariana, es necesario, ya perdiste mucha sangre.
Yo solo le dediqué una sonrisa, ella estaba ayudándome, pero en cuanto dijo que había perdido mucha sangre, mi vista comenzó a tornarse borrosa, me sentía mareada, así como cuando duras mucho inflando un globo.
Mis manos temblaban, el dolor estaba disminuyendo, creo que eso es malo, muy malo.
—Aléjense de ella —escuché a Madison.
—¿Estás loca? Déjalo que ayude a su hermana —gritó Carlos molesto.
—Yo no tengo la culpa de que esté tan estúpida y no se haya movido.
—Estoy bien, Pablo, haz lo que ella dice
—Aléjense de ella —volvió a ordenar Madison.
Pablo y Katherine se pusieron de pie y fueron con los demás, él estaba muy mal, estaba muy asustado por mí.
Después de unos segundos el dolor ceso, no había dolor, pero mi cabeza me daba vueltas, no podía ni mover la mano, creo que llego la hora, no quiero irme aún, no estoy lista.
Unas lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas, me falta tanto por vivir, no quiero irme aún, Dios ayúdame, tengo que aguantar.
No pude resistir más y cerré los ojos, sentí un pequeño dolor en mi herida y todo se puso oscuro.
***
POV Pablo.
Ariana va a estar bien, ella se pondrá bien.
—Chicos, tenemos que hacer algo para irnos de aquí, Ariana necesita un doctor —dije en susurro.
—¿Qué hacemos? —preguntó Dylan.
—Creo que la perra ya está muerta —Madison comenzó a reír.
Rápido miré hacia donde estaba Ariana, ella ya no se movía, ni siquiera para respirar.
Mis manos comenzaron a temblar, la miré por más segundos y si, mi hermana ya no estaba viva, Ariana había muerto.
Corrí hasta ella, la tomé de los hombros y la levanté, su cabeza cayó hacia atrás, tomé su pulso y no tenia, no puede ser, ella no.
Sentí unas lágrimas deslizarse por mis mejillas, dejé caer su cabeza al suelo, me levanté y me dirigí con los demás.
—¿Por qué ella? —pregunté. —Ella no tuvo la culpa de nada, todo es por Juan y Luna, ahora él está ahí parado, como si no hubiera hecho nada, él es el que tiene que pagar, Madison, solo él nadie más.
Madison se dirigió hasta Juan.
—Madison, por favor, ya te dije que Luna me obligó, por favor no me mates —suplicó Juan.
—Yo intente de todo para zafarme de su cuerda, ninguno quiso ayudarme, los dos querían asesinarme, así que no me pidas que no lo haga, porque te aseguro que será muy doloroso.
Madison levantó sus manos e hizo lo mismo que con Luna, las puso en su cara, los ojos de Juan comenzaron a ponerse negros, el gritaba, gritaba muy feo, como si estuvieran arrancando extremidad por extremidad.
Ahí fue cuando aproveché, tomé uno de los ladrillos que estaban ahí cuando el auto entró a la casa, lo tomé con fuerza y me dirigí con Daniel, él seguía con la pistola en las manos.
Sin que se diera cuenta me puse detrás de él, tomé el ladrillo con todas mis fuerzas y lo golpeé, el inmediatamente cayó al suelo.
Hizo lo mismo repetidas veces, él se lo merecía, ahora mi hermana estaba muerta por su culpa.
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Espero y les haya gustado.
¡Penultimo capitulo!
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