Carta 22
Querido Diario:
Citando a Beret:
"Dicen que lo bueno tara, y yo llevó esperando tanto tiempo que lo bueno no quiere venir".
El fin de curso y las vacaciones de verano se encuentran a la vuelta de la esquina, cruelmente los días previos al descanso estudiantil transcurren lentamente.
Parece que entre más se acerca el fin de algo más se aleja la meta a alcanzar.
De igual modo he continuado con mi vida rutinaria en la espera del verano vacacional. Las últimas clases solo han sido revisiones del cuaderno y entregas de proyectos finales para que el docente calculé la calificación final.
Mi mente alocada ya empieza a planear lo que haré en vacaciones, no tengo nada planeado todavía; sin embargo aún no terminan las clases por lo que todavía tengo asuntos que atender, y eso incluye las asesorías.
Las últimas clases de Rafael han avanzado a buen ritmo, después de todo no es tan tonto como creía. Es algo distraído se nota que de niño era el típico caso de hiperactividad; al parecer su energía la canalizo de n actividades deportivas que llevarán mucho desgaste físico. Es evidente que estár sentado por un largo rato no ayuda a su concentración.
No obstante yo pienso que con mucho esfuerzo, disciplina y voluntad podrá lograr todo lo que se proponga en la vida.
Las personas son como un libro abierto, muchas veces la portada nos engaña, nos sorprende su contenido, o por el contrario nos terminan decepcionando.
Poco antes de terminar la sesión, su madre Erika nos invitó a Lorraine y a mí a quedarnos a comer con ellos, estuvimos indecisas en aceptar o no, pero al final accedimos.
En cuánto Rafael terminó de escribir lo ayudamos a recoger sus cosas y a limpiar la mesa del comedor. Rápidamente su hermano entro al cuarto seguido por su mamá con una olla verde y varios platos para servir la comida.
Nos ofrecimos en ayudarla en algo pero ella se negó, de inmediato tomamos asiento junto a los demás a lo largo de la mesa con mantel floreado.
Antes de que terminará de servir la sopa la señora Erika, una mujer mayor de cabello cano y el rostro serio atravesó el umbral de la puerta caminando en nuestra dirección. Intuí que debía ser la matriarcal de la familia Cantú.
- Abuelita ¿No deberías estar descansando? Le pregunto Ronaldo desde su lugar en la mesa.
- Ya descanse suficiente, escuché el sonido de la estufa y baje a revisar... Se cayó de repente al vernos a ambas, nos observó detenidamente por varios minutos que fueron eternos e incómodos hasta que al final habló.
- Y ustedes jovencitas ¿Quienes son?
- Ahm. Me congelé ante su fría mirada sobre nosotras pero Lorraine me rescató. - Somos compañeras de la escuela, venimos a ayudar con unas materias a su nieto. Respondió rápidamente sin ninguna pizca de nervio en su voz
- De acuerdo. Creí que eran novias de mis niños, de ser así tendría que regañarlos por no presentarlas adecuadamente a la familia.
El silencio se había prolongado durante varios segundos sin que nadie dijera nada. Decidí amortiguar la situación con una falsa risa que llenara el silencio fúnebre del comedor.
- No sé preocupe. Hablé finalmente con un débil hilo de voz.
- Las dos son muy bellas y me parecen muy agradables jovencitas. - ¿Y como va Rafael con sus clases? Aprecie su halago pero el drástico cambio de tema en la conversación supuso un gran alivio para nosotras.
- Va mejorando , sé lo aseguro. Respondió Lorraine igual de nerviosa que yo hace un momento.
La madre de ellos salvo el interrogatorio invitando a la mujer mayor a sentarse. Terminó de servir la sopa, no sonrío al momento de pasarnos nuestro plato sin razón de escrúpulo o algo parecido en su rostro, más que amabilidad.
El resto de la comida transcurrió
tranquilamente, en una plática amena entre los miembros de la familia que ocasionalmente nos preguntaban o nos decían algo para no sentirnos excluidas.
Fue algo enérgico aquella convivencia, a pesar de ello resultó ser placentero. Quizá el momento no circuló perfectamente sin embargo fue algo orgánico. La familia nos brindó su hospitalidad y eso es más que agradecer. La calidez de su hogar es reconfortante, tal como la convivencia que mantienen entre ellos.
Hace tiempo que no convivía tan cercanamente con alguien ajeno que no conociera. Me hicieron recordar que no todo el mundo es cruel y vil.
Simplemente sublime, cuando dejas de pensar en lo que vendrá y empiezas a vivir el momento. Esos pequeños momentos que te llenan de gozo y hacen que valga la pena vivir.
Nos leemos pronto Diario.
Att. Kim
❄️❄️❄️❄️❄️
Probablemente la canción no tenga mucho sentido con éste capítulo, sin embargo cualquier canción de Beret es arte y vale la pena escucharla en cualquier momento.
Espero que les haya gustado el capítulo, fue corto pero significativo para la protagonista y su amiga. Siempre hay que estar abierto a las convivencias.
¿Tienen alguna idea de lo que pasará en la historia o con estos dos pares de personajes?
Si es así, me gustaría leerlos en los comentarios. ✨
" Necesitamos el contacto humano, tanto como el aire que respiramos"
A dos metros de ti.
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