~3~
— ¿Así que tienes una admiradora secreta?— Bon leía por encima aquellas cartas que muy bien sabía lo que ponían, pues habían salido de su puño y letra, aunque eso no lo sabía su pelimorado amigo, ¿o sí?
— Eso parece— suspiró con las rodillas al pecho mientras se recargaba en el tronco del árbol bajo el que estaba sentado—. Al principio creía que era una broma, pero ya son dos cartas, así que esto va en serio.
— Y... ¿qué piensas de todo esto?— dobló los papeles con cuidado metiéndolos de nuevo en sus respectivos sobres, mirándolo de reojo con curiosidad.
— Mmm...— cerró los ojos un momento para luego volverlos a abrir con una pequeña sonrisa—. Que sea quien sea esa persona tiene una gran habilidad para escribir— miró al más alto sin borrar su sonrisa, ahora un tanto juguetona—. ¿Sabes? Por un momento, me recordaron un poco a ti.
Bon se quedó mudo en ese instante, ¿ya lo había descubierto? No podía creer que con solo dos cartas ya sabía que se trataba de él, tal vez lo había subestimado demasiado, ¿o es que había algo que lo delataba? Supo que llevaba mucho tiempo dándole vueltas al escuchar cómo el contrario soltaba una ligera y risueña risita, haciendo que sus mejillas volvieran a colorearse.
— ¿A-A mí?— preguntó algo nervioso, pero intentó tranquilizarse para que no lo notara demasiado—. ¿Qué te hace pensar que haya sido yo?
— No sé, la forma en la que se expresa en las cartas— tomó uno de los sobres para volver a leer— me recuerda a la letra de algunas canciones que compusimos juntos— sonrió recordando esas tardes llenas de música junto a su maestro—. Pero sé que no eres tú.
— ...— el peliturquesa levantó una ceja incrédulo.
— Ya me dijiste que a ti te gustaba alguien y ya he visto que has hecho progresos con ella— hizo un ademán con la mano para restarle importancia a ese asunto, creía que había puesto incómodo a su amigo al hacerle creer que él podría ser su amor secreto sabiendo que solo tenían una muy buena amistad.
— ¿Te refieres a Toddy?— Bon tenía ganas de reír y llorar a partes iguales, sabía que Bonnie era despistado, pero no a tal punto—. N-No, Bonnie, ella y yo...
— Tranquilo, lo comprendo, no volveré a hablar de eso— volvió a recoger las cartas para guardarlas y recoger su guitarra por igual—. ¿Te parece si vamos a la cafetería de aquí cerca a merendar algo?
El moreno ya no sabía cómo sentirse, realmente amaba la inocencia que envolvía al pelimorado, cómo dejaba pasar por alto los pequeños detalles una vez los aprovechaba, pero a veces esa era la misma razón del colmo de su paciencia. De todas formas no dijo nada más, y tan solo asintió con una pequeña sonrisa ante su propuesta, iba a aprovechar que aún no sabía quién estaba detrás de aquella máscara de admirador secreto para seguir con su plan.
— Sólo si me dejas invitarte esta vez.
(...)
Bonnie llegó a la escuela bastante pronto, se había despertado a una hora temprana debido a que la noche anterior no había dormido demasiado, pero no se sentía para nada cansado. Quería pasar por la sala de ensayos para practicar algunas notas que se le habían ocurrido durante su pequeño desvelo, así que iba con su guitarra en su espalda.
Como cada mañana, se acercó hacia su casillero. No sabía por qué pero esperaba encontrarse con el sobre beige con sello de lacre reposando sobre sus libros, a pesar de que no había casi nadie aún debido a que aún faltaba como una hora para que empezaran las clases. Aún así, se llevó la sorpresa de ver ahí el sobre. ¿A caso lo pusieron ayer y no lo vio o... es que ya estaba ahí su admiradora? Miró a los lados intentando ver si había alguien alrededor, pero estaba completamente solo.
Fue hacia la sala de ensayos y dejó la guitarra en una mesa, sentándose al lado con las piernas cruzadas, abriendo el sobre con cuidado de no romper el papel ni el sello. La hermosa nota con la exquisita caligrafía alegró su vista y la tomó con cuidado para leerla.
Quiero sanar cada herida de tu piel, quiero besar cada moretón y cada raspada. Quisiera matar a cualquiera que te haga daño, pero no estaría bien. Sólo déjame protegerte, tal como tú me proteges cada noche en mis sueños.
Volvió a leerla una, dos, tres veces, aún así su corazón no calmaba sus rápidos latidos. No entendía cómo era posible que aquellas simples palabras escritas hacían tanto revuelo en el interior de su pecho. Tenía una radiante sonrisa en sus labios y entonces vio su guitarra.
Comenzó tocando unas pequeñas notas imaginándose cuál sería la perfecta melodía que pudiera llevar esas lindas estrofas escritas. Se dejaba llevar por la tonada sin borrar su sonrisa, algo en ésta le hacía sentir protegido y seguro.
(...)
— ¿En serio se piensa que estás con Toddy?— Joy le daba palmaditas en la espalda a su amigo que estaba con la cara pegada en su escritorio.
— Sabía que ese chico era tonto, pero no más que tú— comentaba la peliblanca con los brazos cruzados.
— Oye, ya no lo insultes más— se quejaba el moreno levantándose de su sitio—. Al menos no sabe que soy el que está detrás de sus cartas...
— Ya, pero porque cree que te gusta alguien más.
— Prefiero que siga creyendo eso a que se entere de que es él quien me...— no pudo terminar su frase porque el sonrojo y los nervios se apoderaron de él.
— Lo sabemos, chico torpe— rodó los ojos la más bajita—. Ve mandándole algunas indirectas, a ver si ya lo capta el chico.
— Mmm...— pasó su mano por su flequillo despeinándose más, hasta que el timbre de su móvil le quitó esos pensamientos, viendo que Bonnie le había mandado unos mensajes.
"Tengo ideas para una nueva canción"
"¿Te va bien quedar hoy?"
No reprimió aquella sonrisita cuando le contestó un entusiasmado sí -casi junto al emoji mandando un besito- adjuntando la hora de la quedada.
— Puede que tengas razón, Meg.
———————————————
Continuará...
¡Disfruten!
- Irene
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top