Esto es un drama

Capitulo 16

—Buenas noches —saluda Kamo a los invitados de su fiesta, parándose en el medio de la tarima, agarrando el micrófono para que no se note que sus manos tiemblan.

Rara y yo, sentados en primera fila, levantamos nuestros pulgares para darle apoyo. Se supone que debe de dar un discurso escrito por su padre, pero Kamo decidió aprovechar esta oportunidad para salir del closet.

Sus padres están al frente de él, su madre graba todo con su teléfono. Oh, créame señora, no creo que quiera seguir grabando.

—Oye, ¿dónde está Sami? —Me pregunta Yiyi, que está sentada a mi lado, sujetando mi mano—. Desde hace un rato no la veo.

—Este… —Giro mi cabeza mirando a todos lados, pero no logro verla, tampoco veo a Felipe. Eso es extraño, llamaron a todos los invitados para que escucharán este discurso—. Ni idea.

Yiyi enfoca su vista en Kamo, y dice: —Debe estar por ahí, pronto aparecerá.

Miro de reojo a Rara, él está sudando como yo. Solo nosotros sabemos lo que en verdad dirá Kamo a continuación, y tememos por lo que pueda suceder.

—Gracias a todos, y todas, por venir. Les agradezco que compartan ente momento tan especial de mi vida conmigo. —Empieza a hablar Kamo, con su voz temblorosa, y su cabello cubriendo su ojos—. Se supone que a continuación tengo que decir algo sobre cómo se siente crecer y esas cosas, pero no pienso hacerlo. —Por la reacción de sus padres, creo que eso no estaba en el discurso—. En vez de eso, pienso hablarles de algo mío, algo de lo que me siento orgulloso, de quién soy yo en realidad.

—¿Qué demonios haces, cielo? —La madre de Kamo, con una sonrisa de lo más fingida, le hace señas de que lea el papel que lleva en la mano.

—Esto es algo que me costó aceptar, pero es parte de mi identidad, de quién soy. Por años sentí vergüenza de esto, llegando al punto de odiarme, pero ya no más,— prosigue Kamo, ignorando por completo a su madre— yo soy… soy… soy…

Kamo levanta su cabeza dejando ver unos ojos llorosos, su mirada busca la mía, hacemos contacto visual, y muevo mis labios para decirle: “tu puedes”.

Él levanta el pecho, toma aire, y abre su boca para decir: —¡Soy gay!

Unos gritos de conmoción se escuchan de fondo, los familiares de Kamo afilan su lengua para empezar a criticar y a juzgar. Una señora detrás de mí, que supongo es una tía, murmura algo como que de seguro le pasó algo en su infancia, otro señor se burla a carcajadas, otra señora le dice a su hija de como cinco años, que no se acerca más a su primo; y así, la mayoría de las personas presentes mostraron lo horrible seres humanos que son.

La madre de Kamo deja de grabar y guarda su teléfono pasmada. Sus ojos miran a la nada, su boca casi que se desprende de su mandíbula, y unas gotas de sudor caen por su frente.
Todo lo contrario a su esposo. El señor Agüero está envuelto en una aura que emana irá, las venas en su cuello están que explotan, aprieta sus puños, y con paso firme sube al escenario.

Cada paso que da resuena en todo el lugar. Se para en frente de su hijo, el pobre Kamo tiembla, suda, y creo que hasta que está llorando.

—Retráctate de lo que dijiste ahora —a duras penas escucho a Kamo mascullando «no» —¿Por qué siempre me ridiculizas?

—Esto no se trata sobre ti, deja tu narcisismo —todos los presentes soltamos un «wow». Nunca pensé escuchar a Kamo hablarle así a su padre.

»Esto no es una guerra nuclear, —prosigue Kamo—, solo es que me gustan los chicos. Por años odie ser gay, pero no odiaba serlo, odiaba lo que eso representa.

Parece que toda la tristeza que a estado guardando en su interior, se convirtió en enojo.

El señor Agüero agarra el cable del micrófono y lo desconecta, el sonido que hace aturde mis oídos. Supongo que lo desconectó para que no escuchemos lo que dicen. Lo que no sirve de nada, porque de todas maneras grita tan fuerte que creo que hasta los vecinos escuchan.

Un momento de silencio.

Tanto padre como hijo se quedan mirándose a los ojos.

Escucho unos sollozos de la señora Agüero: —¿Qué hice mal? ¿Qué hice mal? —exclama para sus adentros.

—Creo que mejor me iré —me susurra Yiyi— me siento incómoda viendo esto.

No solo ella se va, sino casi la mitad de los invitados se están marchando.
Me despido de ella, y me quedo sentada. Prometí apoyar a Kamo, y lo pienso hacer hasta el final. Rara está pendiente de la discusión, por si se llega a poner violenta, intervenir.

—Te hemos dado de todo, para que nos salgas con esto. —Con cada palabra que dice el señor Agüero el tono de su voz aumenta—. Sabía que no debía dejar que te la pasarás con la pecadora de tu amiga. —Sé que está hablando de mí, y la verdad me ofende un poco—. ¿Sabes lo que dice la biblia de los perdidos como tú?

—¿Qué? ¿Qué dice? —La voz de Kamo sale en un chillido, sus ojos son un mar de lágrimas—. Sabía que esto pasaría, por eso no se los quería decir. Pero por favor, me vas a decir que nunca pensaron que era gay, ¿enserio nunca?

Ok Kamo, no creo que sea un buen momento para usar tu sarcasmo.

—Te quemaras en el infierno. —Su padre lo mira con desaprobación.

—Pues me pongo bloqueador solar.

Y zas, sucedió lo esperado. El padre de Kamo le da un derechazo, que hace que Kamo caiga al suelo.

Rara de inmediato sube a ayudarlo, pero no llego a tiempo, Kamo ya se había levantado y corría a su habitación.

Rara va con él, y yo no dudo en seguirlos. No si antes pasar por el frente de su madre, y mirarla con odio.

Kamo va sangrando, su padre le rompió el labio.

—Voy al baño por papel. —Digo abriendo la puerta del baño de la sala, mientras Rara y Kamo siguen a la habitación.

Y al abrir la puerta de ese baño vi lo último que pensé que mis ojos verían. La cereza del pastel para terminar esta gran noche.

Mi hermana encima del lavamanos, besándose con Felipe. Y haciendo otras cosas en las que no quiero ni pensar.

Necesito lavar mis ojos con cloro después de esto.

—¡Dios mío, Dios mío, Dios mío! —Una agitada Sami aparta a Felipe de su cuerpo— puedo explicarlo.

Ahora mismo mi prioridad principal es Kamo, así que simplemente vuelvo a cerrar la puerta, sin emitir palabra. Pero que se prepare mi hermana para la avalancha de preguntas que le haré después.

Corro al cuarto de Kamo, y intento entrar, pero su puerta está cerrada.

—Soy Thesly… —No termine de pronunciar mi nombre cuando Rara ya me abrió la puerta y me empuja dentro.

Al entrar veo ropa por todos lados, una maleta abierta, y Kamo metiendo ropa en ella.

—Me voy de aquí, —Kamo se seca las lágrimas que constantemente salen de sus ojos con una camisa, y luego la mete a la maleta—, a mis padres no les importa, de hecho, se alegrarán de tenerme lejos.

—¿A dónde piensas ir? —pregunto acercándome, con mis brazos extendidos para abrazarlo.

Mi mejor amigo se tira sobre mi, buscando afecto, posa su cara en mi hombro, el cual se empapa en cuestión de segundos por sus lágrimas. También de un poco de sangre de su labio roto.

Es tan frágil, física y emocionalmente.

—Lo estuve pensando, y en tu casa no podría, —menciona Kamo separando un poco su cuerpo del mío. Quiero decir que eso es falso, pero sé que mi madre no permitiría que Kamo se quedará en la casa por más de unos días. —Y tampoco tengo dinero para pagar un depa por mi cuenta.

—¿Entonces? —pregunto aún más confundida.

—Se irá a vivir conmigo —la voz de Rara suena a mis espaldas.

—¿Qué? —Mi cara de descontento es inocultable. Que ellos dos se pongan a vivir juntos me hace sentir… ¿Celos, enojo, frustración?

Sé que Kamo gusta de Rara, y Rara gusta de Kamo. Que los dos se pongan a vivir bajo el mismo techo aumentará las probabilidades de que se hagan pareja, y eso produce algo en mi que aún no logro descifrar.

Soy tan egoísta, ¿no?

Salgo con Yiyi, y me da celos que mis dos amigos puedan tener algo.
Pero debo tranquilizarme, y enfocarme en lo importante. La felicidad de Kamo.

Aquí él no se siente bien, y después de lo de hoy su relación con sus padres quedó tan rota que dudo que se pueda arreglar, ni con pegamento. Así que irse a vivir con Rara es lo mejor para él.

Solo logro sacar de mi boca un: —Te apoyo.

Dios, si que he dicho esa frase hoy.

—Gracias. —Kamo me sonríe y sigue haciendo su maleta.

—Mi depa no es el más grande, —dice Rara sentándose en la cama—, y no hay mucho espacio, tampoco una cama tan grande como está, pero estaremos bien.

—Lo sé, —aunque me pese decirlo, en el fondo sé que ellos dos estando juntos, estarán bien.

(…)

Pasamos media hora armando dos gigantescas maletas con toda la ropa de Kamo, cosas personales, y objetos que se niega a dejar aquí porque jura que nunca volverá.

Al fin, luego de un par de llantos, Kamo se anima a salir de su habitación para darle la noticia a sus padres.

Bajamos las escaleras con las maletas, los tres juntos, sin separarnos.

Sus padres estaban en el sillón de la sala, su madre lloraba sentada en el y su padre a un lado con una expresión inentendible.

—¿Qué está pasando? —Pregunta su madre al ver las maletas.

—Me voy… —Es lo único que logra decir Kamo.

Su madre se levanta exaltada, sin saber que hacer. Kamo se aferra a mi brazo, temiendo lo que pueda pasar.

—Iré llamando un taxi, —nos susurra Rara, y luego de eso sale afuera.

—Si quieres vete, pero no te llevarás nada —dice su padre, sin inmutarse.

—Bien. —Kamo suelta ambas maletas, y resuenan al caer al piso.

—Si cruzas esa puerta es para no volver nunca, ¿Lo entiendes? —El señor Agüero se levanta y nos da la espalda— Esta casa no es tu circo, en el que puedas entrar y salir cuando quieras, ni actuar como un payaso.

—La idea es esa, no volver jamás. —Kamo se intenta hacer el fuerte, pero sé que todo esto le duele en el alma.

Yo estoy en medio de este drama familiar sin saber que hacer o decir.
Kamo me agarra la mano y empieza a caminar hacia la puerta.

—¡Espera! —Su madre rompe en llanto, ella también se estaba haciendo la fuerte, pero no pudo más.

—No me quedaré —dice Kamo sin mirarla.

—Lo sé —solloza— pero llévate tus cosas.

Su madre agarra ambas maletas y se las acerca.

—Esas cosas se las compré yo, con mi dinero. —Reprocha su padre, dándose la vuelta.

—Dinero que ganaste gracias a la empresa de mi padre. —Le contesta la señora alzando la voz.

No sé en qué momento la señora Agüero se puso de nuestro lado. Cómo que me está empezando a caer bien.

Ante la contestación de su esposa, el señor sube las escaleras pisando fuerte. En el último escalón se detiene un momento para decir:

—Ya no eres mi hijo. Yo tuve a un hombre, un varón, un macho, no a un desvíado marica. —Aprieta su puño, y se va a su cuarto. Se escucha como azota la puerta al entrar.

Un silencio perturbador se apoderó de la habitación.

—Llévatelas —Dice su madre acercando las maletas a nosotros.

Kamo de orgulloso las iba a dejar ahí, pero como yo sé que necesita estás cosas, las agarre por él.

Caminamos a la puerta, y mientras él giraba el manubrio, se escucha una tenue voz al fondo.

—Te amo —sollozo su madre.

Kamo la ignora, y termina de abrir la puerta. Él sale sin siquiera mirar atrás, y yo cierro la puerta mientras veo como su madre se tira al suelo a llorar.

(…)

Al llegar al apartamento de Rara, lo primero que hicimos fue tirarnos en su cama. Es pequeña, y a duras penas entramos los tres, pero estamos muertos del cansancio, así que no nos importa quedar apretados como sardinas.

Está noche estuvo llena de muchas emociones.

Kamo tiró sus maletas en la sala, que también es la cocina, que también es el comedor, que tambien es el cuarto de Rara, y dijo que mañana organiza sus cosas y ve donde pone todo.

—¡Que noche tan loca! —Exclama Rara para sus adentros.

—Mi vida completa acaba de cambiar —reflexiona Kamo.

—Ahora vivirás conmigo, —Rara sonríe—, hay que comprar un nuevo colchón por qué en este no podemos dormir los dos.

—Ya pensaremos en eso mañana, por ahora solo quiero dormir.

—Vi a mi hermana coger con Felipe. —Lo digo, no sé porque, pero simplemente lo digo.

Ambos suspiran sorprendidos. Kamo pone sus manos en su cabeza y dice:

—Esto es un drama.

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Nota del autor: Quuuuuueeeeeee intensidad. La verdad tarde mucho en escribir este cap, es uno de los que más he tardado en escribir. Pero me gustó mucho el resultado final.

Ahora Kamo vivirá con Rara, que creen que pase?

Y déjenme su opinión aquí respecto a los padres de Kamo, la pelea y todo lo que pasó.

Y aquí opinen sobre qué creen que pase entre Sami y Felipe.

Este es el cap final de la parte 4.

Nos vemos en la parte 5 soñadores :) love del bueno.

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